Artículo originalmente publicado en El País de Tarija, el 7
de Junio de 2017
“El día que alguien abandona la escuela se está condenando a
un futuro de pobreza” repetía hasta el cansancio el profesor Jaime Escalante a
sus estudiantes. Pero también les dio una de sus infalibles fórmulas: “La
determinación + la disciplina + el trabajo duro = es el camino al éxito”.
Esas fueron las palabras de uno de los más grandes maestros
que tuvo la educación boliviana y que destacó a nivel internacional. Se trata
de Jaime Escalante Gutiérrez. El profesor nació el 31 de diciembre de 1930 en
La Paz.
Sus progenitores, los profesores de primaria Sarah Gutiérrez Valle y Zenobio
Escalante Rodríguez, le inculcaron desde que era niño que un maestro tiene que
hacer una clase divertida y no aburrida. Además, que debe apoyar a los alumnos
antes de reprobarlos y descubrir en cada estudiante por qué no le gusta la
matemática u otra materia para que, de esa forma, les ayude a superar el
problema.
El profesor Escalante fue el segundo en mayoría de edad de cinco hermanos:
Olimpia, Bertha y los mellizos Félix y Raúl. Olimpia, profesora de
Química, y Bertha, profesora de Psicología, siguieron al igual que Jaime los
pasos de sus padres.
“Mi hermano Jaime hacía sus clases de matemáticas divertidas; por ejemplo,
ponía la música de Los Kjarkas, de esa forma estimulaba a sus alumnos y evitaba
el aburrimiento”, recordó su hermana Olimpia mientras miraba una fotografía de
él cuando era profesor en la Escuela James A. Garfield de los Ángeles,
California.
Escalante se convirtió en uno de los educadores más famosos de Estados Unidos
durante las décadas de los ochenta y los noventa. Durante catorce años enseñó
en Bolivia, física y matemática. En 1964 emigró con la intención de ir a los
Estados Unidos. Su primera parada fue en la Universidad de Puerto Rico, donde
tomó clases de Ciencia y cursos de Matemática.
De ahí pasó a California, y entonces se encontró con que no sabía hablar inglés
y no tenía credencial alguna que lo habilitara para la enseñanza. A pesar de
las adversidades que padecía como inmigrante, se propuso vencer las desigualdades
contra él y estudió por las noches en la Universidad de Pasadena: se graduó en
Electrónica. Para ese entonces, trabajaba durante el día y continuaba
estudiando hasta conseguir un título en Matemática.
En 1976 comenzó a enseñar en la Escuela secundaria de Garfield, en Los Ángeles,
California, donde las drogas, las pandillas y la violencia eran hechos de vida
diaria. A pesar de estos obstáculos, Escalante pudo motivar un grupo pequeño de
estudiantes para tomar y aprobar el examen del cálculo de AP, en 1982.
Esto fue tan sorprendente que el Servicio de la Comprobación Educativa que
administra la prueba la invalidó, creyendo que los estudiantes los habían
estafado. La mayoría de los 18 alumnos preparados por el maestro Escalante
volvió a rendir los exámenes y los aprobó, haciendo de Escalante casi un héroe
nacional.
Para 1991, el número de estudiantes de Garfield que rendían los exámenes para
ingresar a los estudios avanzados de Matemática y otros asuntos había aumentado
a 570. Ése era el año que Escalante tuvo que dejar a la escuela a causa de la
política de la facultad, pero inmediatamente fue contratado por Sacramento
School System.
Si bien su sueldo lo pagaba el distrito, la Fundación de la Ciencia Nacional,
la Compañía de Richfield Atlántica y la Fundación para los Avances en la
Ciencia y Educación subsidiaban -en gran parte- su equipo y los programas
especiales.
Jaime Escalante fue considerado como uno de los educadores más famosos en los
Estados Unidos. Su vida fue el tema de la película “Stand and Deliver”, filmada
en 1988. Ahí se muestran todos sus esfuerzos para ayudar a los estudiantes
latinos a vencer las desigualdades a las que están sometidos y a aprobar los
exámenes de cálculo avanzado.
En este espléndido semi-documental de la vida del ghetto latino -que ya se ha
vuelto una de las películas clásicas sobre la educación americana-, el maestro
Jaime Escalante escolar fue interpretado por Edward James Olmos. La fidelidad
con que se muestra la vida del maestro en esta la película la convierte en un
tributo al profundo y positivo impacto que un buen maestro puede hacer en un
joven.
En el reconocimiento de sus increíbles logros, Escalante recibió la Medalla
Presidencial a los Estados Unidos y el premio Andrés Bello, que otorga la
Organización de Estados Americanos. En Bolivia también se le rindieron
homenajes póstumos.
Sus últimos días
El destacado, maestro sufrió de cáncer de vejiga. Para lo cual se vio en la
necesidad de retornar a Estados Unidos, país que ya había dejado para regresar
a su amada Bolivia.
El profesor estaba instalado en Cochabamba, donde habría dicho que “quiere ser
enterrado”. Sus allegados cuentan que Jaime Escalante comenzó a sentir el
embate de la enfermedad, pero ni siquiera presentía que se podía tratar de un
cáncer.
Tras la detección del cáncer terminal de vejiga inició un costoso tratamiento
en Estados Unidos, donde estuvo acompañado por su hijo mayor: Jaime Escalante.
Fue con la idea de quedarse dos meses, pero su estancia se prolongó por ocho
meses, que se convirtieron en una eternidad lejos de su compañera y de su
tierra.
Durante ese tiempo y debido a los gastos que tenían, el actor que encarnó su
personaje en la película Con ganas de triunfar, Edward James Olmos, organizó
una campaña para recaudar los $us 25 mil que requería para completar los $us 30
mil para su tratamiento. Sin embargo como todo estaba muy avanzado, no fue
suficiente y falleció un 30 de marzo de 2010 en California Estados Unidos.
LAS MATEMÁTICAS Y SUS RECONOCIMIENTOS
Un asteroide
En el año 1993, Jaime, el destacado maestro boliviano de matemáticas fue
honrado por la Unión Astronómica Internacional al bautizar al asteroide 5095
con su apellido: Escalante
Premios
Escalante fue conductor de dos series televisivas en los que tuvo de invitados
a grandes personajes de EEUU, fue nominado y ganó el premio George Foster
Peabody en 1990. También apareció en un episodio de Los Simpson.
Matemáticas
En 1974, Escalante aceptó el trabajo como maestro de ciencias de computadoras
en la escuela de bachillerato Garfield High School de Los Ángeles, pero como no
había máquinas, le dieron la clase de Matemáticas.
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