CAMPO ATRINCHERADO DE VILLAMONTES
Julio de 1935
SOLDADOS TODOS:
En cumplimiento de una de las cláusulas del Protocolo de Paz
suscrito con el Paraguay, en pocos días más seréis desmovilizados acudísteis
presurosos al llamado de la Patria para defender su honor y sus derechos y
ahora retornaréis al seno de vuestros hogares, con la conciencia tranquila de
haber cumplido vuestro deber, demostrando al mundo la pujanza de nuestra raza,
la potencia de nuestras energías morales y materiales, puesto que hemos luchado
con valor, altivez y energía, hasta imponer la doctrina del arbitraje, que la
propiciamos siempre. Luchamos no sólo con el Paraguay, sino, también con otros
enemigos emboscados y luchamos contra la naturaleza misma.
JEFES Y OFICIALES:
Habéis cumplido vuestro deber como patriotas y como
profesionales, merecéis el bien de la Patria.
OFICIALES DE RESERVA:
Haría mal en no dirigirme particularmente a vosotros, que a
fuerza de abnegación y de sacrificio, subsanásteis la deficiencia de nuestra
organización, dando prueba de que el patriotismo y la voluntad, pueden suplir
la falta de una educación especial. Vuestra labor es tanto o más meritoria que
la de nosotros militares profesionales, de quienes aprendisteis en la lucha
misma el difícil arte de mandar.
SOLDADOS:
Habéis sido el puntal más robusto de la defensa patria, el
alma de la guerra; pusisteis todo vuestro patriotismo, corazón y voluntad al
servicio de Bolivia. Con vuestra sangre escribisteis las páginas más heroicas
de la guerra, y, TÚ, SOLDADO REPETE, que inconscientemente luchaste con arrojo
por defender un ideal que no alcanzabas siquiera a comprender, fuiste esclavo
dentro de un país libre, la incomprensión y conveniencia de los políticos, te
mantuvo en la ignorancia y la miseria, sólo se acordaron de ti, cuando se
requería tu sangre y tus energías. Aprendiste el concepto de “Patria” en los
campos de batalla, dándole tu sangre misma y en el rudo trabajo de zapadores
aprendiste a amarla. Haz conquistados lauros. Puedes exigir que el país
satisfaga tus más legítimas necesidades y aspiraciones.
SOLDADOS INTELECTUALES.
Esperanza y porvenir de Bolivia, por vuestras venas corren a
raudales las energías renovadoras, que harán la felicidad de la patria.
Vinisteis a la guerra conscientemente, sin buscar recompensas ni honores,
porque sabíais, que luchamos por santos ideales. La guerra ha sido para
vosotros, el laboratorio de experiencia y de estudio, en que habéis conocido
mejor nuestras virtudes y nuestros defectos, buscad el remedio para éstos y
acrecentad aquellas, para hacer de esta patria, nación respetada y digna de
mejores destinos.
AVIADORES:
Habéis sido el ojo avizor y el corazón palpitante del
Ejército, a vuestro heroísmo y esforzada actividad se debe en parte las glorias
de Bolivia.
CIRUJANOS, ENFERMEROS Y CAMILLEROS:
Vuestra labor fue noble y humanitaria, merecéis la gratitud
de la Patria y para vosotras señoritas enfermeras, que alentasteis a nuestros
soldados, con vuestra presencia en los campos de batalla, que atendísteis con cariño
de madre a nuestros heridos y enfermos, no tengo sino palabras de
reconocimiento. Dios os pague nobles y abnegadas mujeres.
INGENIEROS, TOPÓGRAFOS Y CARTÓRAFOS:
Vuestra labor ha sido meritoria, habéis facilitado en gran
manera el trabajo del Comando, con el reconocimiento del terreno, la apertura
de caminos y la colección de cartas.
CAPELLANES:
Os agradezco vuestra noble colaboración. Trajisteis el
estímulo y el amparo espiritual para nuestro soldado. Muchas madres sienten
aliviada su pena, al saber que sus hijos recibieron de vosotros, los últimos
auxilios y que os dieron sus últimas palabras de recuerdo para ellas.
JEFES, OFICIALES Y TROPA DE ETAPAS, TRASPORTES Y
ABASTECIMIENTOS:
Vuestros desvelos, vuestros sacrificios para atender las
necesidades de nuestros combatientes son ponderables y por todos conocidos,
fueron el sustento logístico que alimentó a las tropas en campaña.
CHAUFFEURS:
Ya sois un símbolo de la pujanza de nuestra raza, aún
rendidos por la fatiga, seguisteis siempre sin vacilar la huella del deber.
RADIOTELEGRAFISTAS, TELEGRAFISTAS Y TELEFONISTAS:
Habéis sido el nexo de unión entre el Comando y el soldado,
vuestra labor lo han mantenido en toda situación.
CAMARADAS TODOS DEL EJÉRCITO.
Ya pasó la hora del sacrificio. Ha sonado la hora de la paz
bienhechora y fecunda, ha llegado el momento de retornar a vuestros hogares.
Antes de partir, rindamos homenaje a nuestros compañeros muertos al servicio de
la Patria, pero que este homenaje, no se reduzca a guirnaldas, discursos o
estatuas, hagamos que se traduzca en obras prácticas. Que se proteja a los
padres ancianos, que se ampare a las viudas, que se mantenga y eduque a los hijos
de nuestros camaradas muertos e inutilizados para el trabajo.
Recordemos a nuestros camaradas caídos en poder del enemigo,
ya que sería un crimen dudar de su patriotismo, muchos de ellos cayeron en
buena lid, otros vencidos por la naturaleza, el hambre, la sed y el infortunio.
¡No los rindió jamás el enemigo!!!
Piedad para los desertores, que como hijos pródigos volverán
al regazo de la patria, arrepentidos del crimen que inconscientemente tal vez
cometieron, el ostracismo y la miseria les han enseñado ya, el amor a Bolivia.
Démosles oportunidad de redimirse. Y venga el castigo inexorable, para los que
notoriamente traicionaron a Bolivia, para los espías, para los que hicieron
peculados y amasaron fortunas a la sombra de la guerra, mientras nosotros cumplíamos
nuestro deber con abnegación y sacrificio de nuestras propias vidas.
COMPAÑEROS.
En la paz como en la guerra, sigamos luchando por Bolivia,
purificados y unidos en el dolor y el sufrimiento, sin egoísmos, sin
mezquindades, hagamos de una vez patria. No es posible que tanto sacrificio sea
estéril. Es necesario que, de los escombros de la guerra, resurja la “NUEVA
PATRIA”, démosle nuestro cariño, nuestro corazón, nuestros músculos y nuestro
cerebro, démosle nuestra sangre y la vida misma si es necesario, como la
ofrecimos en los campos de batalla.
Trabajemos por su reconstrucción, reorganización y su
progreso, dediquémosle nuestras energías y nuestros desvelos. Si para una obra
destructora como es la guerra, gastamos millones de bolivianos, gastemos diez
cien o mil millones, para hacer la Patria Grande del mañana, grande por sus
ideales, por sus industrias, grande y generosa para sus hijos.
Que la Patria sea para todos y nosotros para la Patria.
Soldados, viva Bolivia. Viva la Patria del mañana.
(Fdo.) Coronel Bernardino Bilbao Rioja
Texto cortesía de Claudio Isaac Pacheco Pérez.
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