Paz Estenssoro. |
Por Rafael Archondo – La H Parlante / Este escrito fue extractado
de su página de Facebook La H Parlante
QUE NO, QUE SÍ
Víctor Paz Estenssoro es amado hoy por quienes lo valoran
como el gran sepulturero de la Revolución de 1952. Fue un divino traidor. Con
el 21060 empezó a demoler la COMIBOL y aquello que le era inherente: la
centralidad minera en la vida política de Bolivia.
Muchos elogian la audacia de un hombre que ya entrado en
años comprendió que había que desandar el camino. No todos quieren y pueden.
Sin embargo se olvida que Paz siempre fue un pragmático
total. Sus vaivenes le dieron capacidad de maniobra, pero también de traición a
cualquiera que se cruzara en el camino.
En agosto de 1971, Paz estaba exiliado en Lima, ciudad a la
que llegó tras su derrocamiento en noviembre de 1964. Después de siete años de
paciencia, el Jefe logró un salvoconducto para regresar al país. Barrientos,
Ovando y Torres se lo habían negado. Banzer no solo se lo daría, sino que
cogobernaría 4 años con él (y otros 4 en democracia).
Cuando estalló el golpe de Banzer, Paz fue abordado por los
medios limeños. Jugó al desentendido. Dijo que si bien él estaba en la
oposición a Torres, no tenía nada que ver con su caída. Falso. Días más tarde,
Paz saludaría a su militancia decreciente desde el balcón presidencial al lado
de Banzer y de Mario Gutiérrez, el sucesor de Unzaga y líder de la Falange.
Aquel no fue ni el primer ni el último movimiento pendular
del caudillo rosado. Antes fue empleado de Patiño, ministro por una semana de
Enrique Peñaranda, amigo de rusos, checos y gringos al mismo tiempo, pro
castrista y anti castrista según la ocasión y demócrata u obseso con el poder
de acuerdo al año (1956 o 1964).
Después del 71, Paz fue el inspirador del golpe de Natusch
y, como ya se dijo, el fundador del modelo neoliberal y la campaña de Goni
Sánchez de Lozada. Fueron los vaivenes del compañero jefe.
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