Publicidad de la empresa de Hochschild (Foto: R. Brockmann) |
Publicado originalmente en Ecos de Tarija, Periódico El País
de Tarija, el 31 de enero de 2018
De los denominados Barones del Estaño, Moritz Hochschild fue
el que menos popularidad tuvo debido a que se le atribuía un carácter muy cruel
y despiadado en el ámbito de los negocios. Sin embargo, el tiempo se encargó de
develar que él acogió a varios judíos en Bolivia durante la época del nazismo.
Según un artículo publicado por el diario español “El País”,
la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) cuenta con una serie de documentos
que prueban este acto filantrópico de Hochschild por el que más de 8.000 judíos
llegaron al país, entre 1938 y 1940, salvando la vida del Holocausto que se
generó tras el ascenso nazi en Europa.
“Mucha de esta documentación está relacionada con el Holocausto. Con el
traslado de inmigrantes judíos de Europa central a Bolivia en una especie de
red que había armado Hochschild. Esa documentación trae información primaria
relevante y única en el mundo”, señaló el director del archivo de la Comibol,
Édgar Ramírez.
Según el funcionario, en 1999 se comenzó con el trabajo de ordenamiento de los
documentos de la empresa que fue nacionalizada tras la llamada “Revolución del
52”.
Hochschild fue un judío alemán que estudió ingeniería de minas en Freiberg y
obtuvo un doctorado en economía y finanzas. Nació en 1881 en Biblis y falleció
en 1965 en Francia. Desde 1921 comenzó su labor minera en Bolivia y dentro de
algunos años se convirtió en un acaudalado magnate al igual que Simón I. Patiño
y Carlos Aramayo.
Los documentos correspondientes a Hochschild comprenden una extensión de al
menos 50 metros. Según la jefa de información de la empresa estatal, Carola
Campos, el hallazgo de estos papeles constituyó una grata sorpresa que ayudó a
conocer de más cerca al magnate.
Entre los documentos se encuentra una carta de niños de origen judío de una
escuela en La Paz en la que solicitan a Hochschild ayuda para mejorar la
infraestructura de sus casas. Además pueden encontrarse documentos de la
embajada británica e incluso una lista negra de personas y negocios en Bolivia
señalados por antisemitas, y con los cuales se le indica a Hochschild no
establecer ninguna relación comercial.
“Nos encontramos con expedientes en inglés, alemán, hebreo. Tuvimos que
trabajar con varios profesionales para efectuar la labor de revisión”, dijo la
responsable de gestión documental de la Comibol, Liz Quiñones.
Debido a las buenas relaciones de Hochschild con el entonces presidente
boliviano, Germán Busch, el Comité Judío Americano de Distribución Conjunta
(Joint, por sus siglas en inglés) logró la llegada de migrantes judíos con
visas de trabajo para distintas áreas.
“Lo que hizo Hochschild fue crear dos instituciones básicas: la Sociedad de
Protección a los Inmigrantes Israelitas, a través de la cual fueron canalizados
los fondos que el Joint ponía a disposición para ayudar a aquella población y
la Sociedad Colonizadora de Bolivia. Él fue realmente el artífice para integrar
a los judíos en el país”, señaló León Bieber, historiador boliviano de origen
judío.
El Schindler de los Andes
Regina Cymerman de Udler estuvo en tres campos de concentración, de los cuales
pudo escapar debido a su nacionalidad francesa y su manejo de cuatro lenguas.
Trabajaba como correo y haciendo la guerra de guerrillas para los Maquis, la
resistencia francesa, contra los nazis que ya habían invadido el país vecino.
Con la Gestapo tras sus talones, llegó a Latinoamérica en los barcos que
arribaban a los puertos de Chile y Argentina, para después instalarse en
Bolivia. Así recuerda Ricardo Udler, portavoz de la comunidad israelita en el
país andino, la historia de su madre y de muchos otros judíos que lograron
escapar del Holocausto. “Hemos tenido sobrevivientes de Auschwitz, Majdanek,
Bergen-Belsen, Trevlinka. Gente que ha estado marcada, tatuada y una vez que
llegaron aquí, nos contaban el Holocausto que ellos habían sobrevivido, para
que nosotros podamos transmitir a las nuevas generaciones”, recuerda Udler.
La madre de Udler fue afortunada. Durante el escape, su familia fue separada.
Algunos de sus hermanos y hermanas fueron asesinados en campos de concentración.
Dice que llegar a Bolivia desde Europa era un trayecto sumamente largo, con
muchos cambios culturales, en el orden socioeconómico y de vida que los
alemanes y polacos judíos llevaban, pero que llegar a esta tierra era algo
“bendito”. “El llegar a un lugar totalmente desconocido la atemorizaba, pero el
hecho de ser libre, de sonreír después de todas las penurias que ella pudo
vivir durante la época del Holocausto, lo valían”, agrega Udler.
Según la perspectiva del director del archivo Comibol, el carácter frio y
calculador para los negocios de Hochschild sólo fue aparente debido a sus
acciones humanistas que bien podrían valerle el título de “El Schindler
boliviano”.
losdatos
Hochschild y su
influencia en Bolivia
Su llegada
Hochschild llegó a Bolivia en 1921 atraído entre otras cosas por el auge del
estaño que había iniciado a principios de siglo. Comenzó con el rescate de
minerales. Tal actividad consistía en comprar pequeñas cantidades de mineral
hasta juntar una cantidad que estimaba suficientemente grande para exportar.
Su riqueza
Se hizo dueño de las minas de Matilde, Caracoles y Bolsa Negra en La Paz, las
minas de San José, Morococala e Itos en Oruro y la mina de Porco en Potosí.
También tomó en arriendo la agotada famosa mina argentífera de Huanchaca en
Pulacayo cuyo contenido en plata si bien era muy pobre, también contenía
minerales de zinc y plomo. La desahogó, la puso en condiciones y la explotó con
mucho éxito
Su salida
En 1952 fue el año de la “Nacionalización de las Minas” con cuyo decreto todos
los bienes de los Barones del Estaño fueron confiscados. Antes de tal evento,
Hochschild tuvo cuidado en trasladar todos sus capitales e intereses hacia Perú
y Chile, fue indemnizado con 8.7 millones de dólares.
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