Del Libro:“Tarija... Apuntes Históricos” de Jesus Miguel
Molina Gareca V.
Por Provisión Superior, emanada del Virrey Francisco Toledo,
el 22 de enero de 1574 se ordena la fundación de Tarija, al Capitán Luís de
Fuentes y Vargas, otorgándole inicialmente la siguiente jurisdicción: “Y porque
estoy informado que en vos, el dicho Luís de Fuentes, concurren las partes y
calidades que se quieren para usar de dicho oficio de Capitán y Justicia Mayor
de la dicha Villa de San Bernardo de Tarija y su jurisdicción que ha de ser de
veinte leguas de jurisdicción hacia los indios Chichas y tierra de paz; y en lo
que toca a jurisdicción que habéis de tener hacia los indios Chiriguanáes y
pueblos de Guayacane y Guacaya y Comechenes se os ha de dar y dará la
jurisdicción que convenga, porque ha de ser sin perjuicio de las demás
poblaciones que se hicieren y por ahora os señalo treinta leguas por aquella
parte hacia los indios Chiriguanáes por la limitación que se hiciere en la
medida de las leguas,...” (1)
Esta primitiva extensión es aumentada el año de 1614 debido
a las Capitulaciones realizadas entre el heredero universal de Luís de Fuentes
y Vargas y el Virrey del Perú Marques de Montes Claros. El heredero Juan Pórcel
de Padilla se compromete, en los referidos documentos oficiales a “trabajar
caminos hasta el Río de La Plata y el Paraguay y establecer seguro pasaje,
trato y comercio con las provincias de estos nombres; y a fundar una población
en las tierras que colindan con el dicho río Paraguay” (2)
Las referidas Capitulaciones son rubricadas en Lima el 1 de noviembre de 1614 y
mediante ellas Tarija extiende su jurisdicción hasta la ribera del río
Paraguay.
De esta manera Tarija, en el periodo comprendido entre 1618 y 1633, Tarija abre
los caminos a Santa Cruz, y Salta, además de fundar lo que es hoy Entre Ríos y
establecer las primeras poblaciones tarijeñas en el valle de Carapari y en
Caiza.
Otro documento importante en cuanto a la jurisdicción de Tarija sobre todo el
Chaco lo cita Luís Echazú: “Por cuanto se ha experimentado de algunos años a
esta parte en las conversiones de indios chiriguanos que están en las
Provincias de Tarija en que tienen sus misiones las sagradas religiones de
Santo Domingo, San Agustín y la Compañía de Jesús, diferentes extorsiones y
robos executados por los indios infieles en los pueblos recién convertidos al
gremio de nuestra santa fe Católica, sin que se hayan podido embarazar y
castigar por la poca práctica que ha concurrido en los cabos militares de
aquella frontera que han mandado las milicias de ella, y teniendo entendido
hallarse en la persona de Don Francisco Flores de Burgos, vecino de la Villa de
Tarija todas las calidades de experiencia, celo, valor y las demás que se
requieren, le elijo y nombro por Capitán a Guerra de las Milicias de la Villa
de Tarija y su Jurisdicción, para que como tal mande la gente que se le
destinare para obtener y castigar la osadía de los expresados Indios bárbaros,
y mando a todos los oficiales militares de los expresados parajes, le hagan y
le tengan por tal Capitán a Guerra de las Milicias de la expresada Villa de
Tarija y su jurisdicción, y que le guarden y hagan guardar todas las
preeminencias y excepciones que le corresponde como a tal, etcétera. Lima lº de
febrero de 1728. Marqués de Castelfuerte.- Joseph de Múxica.-” (3) El destacado
es nuestro.
Ahora es interesante conocer que durante el tiempo de los argumentos previos al
conflicto del Chaco, los juristas bolivianos no hicieron argumento con estas
Capitulaciones, y otras que largo fuera enunciar, señalando que el Chaco era
una prolongación natural de las Misiones de Chiquitos, aspecto que fue bien
utilizado por el Paraguay para desnudar las falencias de la defensa boliviana
ya que según L. Pizarro “Nunca, jamás se asignó jurisdicción a las fundaciones
evangélicas” (4) A ello agregar que los diplomáticos paraguayos exhibieron como
argumento a favor suyo la “confusión boliviana” al no determinara qué
jurisidicción correspondían esos territorios disputados, si a Tarija, a
Chiquitos, a Santa Cruz o Chuquisaca, puesto que algunos mapas exhibidos por
los defensores bolivianos señalan los mismos territorios de manera confusa como
pertenecientes a diversas jurisdicciones desde tiempos de la colonia.
Retomando el argumento inicial -la delimitación geográfica tarijeña- acorde con
lo dispuesto por el Virrey del Perú en 1614, el Rey Carlos IV de España, 200
años más tarde mediante la Real Cédula de 17 de febrero de 1807 señala que todo
el Partido de Tarija, sus reducciones y otras provincias, como Chichas por
ejemplo, que hasta esa fecha pertenecían a la Intendencia de Potosí pasasen a
formar parte de la Intendencia y Obispado de Salta.
Sobre este punto, la pertenencia de Chichas a Tarija, permítaseme una cita
traída de F. Manuel Mingo de la Concepción: “Y también mandó asimismo el citado
virrey-Francisco Toledo- que fuese villa (después de formada) -Tarija- la
capital de la citada provincia de los Chichas, en donde pusiese su
lugarteniente. Antes de esto era la Capital el pueblo de Santiago de Cotagaita”
(5). El destacado es nuestro.
Ahora volviendo al Chaco, este era considerado, según descripción hecha por el
Marqués de Montes Claros, Virrey del Perú, como el territorio comprendido en
los siguientes límites: al oriente el río Paraguay, al occidente la cordillera
de los Chiriguanos, al norte Santa Cruz, hasta el paralelo 19º y hacía el sur hasta
el paralelo 269.
El año 1843 el geógrafo argentino José Arenales en su libro “Noticias sobre el
Gran Chaco” hace las subdivisiones que hasta ahora conocemos, de tal manera el
Chaco se divide en tres, a saber: Chaco Boreal comprendiendo el territorio entre
el río Paraguay y el Pilcomayo; Chaco central al sur del río Pilcomayo hasta el
río Bermejo y Chaco Austral al sur del río Bermejo hasta el río Salado, en su
unión con el Paraná. Sin embargo de esta subdivisión mantiene al Chaco dentro
los límites dados a conocer el año de 1614 en las capitulaciones hechas entre
el Virrey Montes Claros y Juan Pórcel de Padilla.
Otro de los documentos que señala al Chaco como parte del Partido de Tarija, es
la Real Cédula de 1690, “que autoriza la fundación de un Colegio de la Cía. de
Jesús en la Villa de Tarija para la “reducción de todo el Chaco” (6) El
destacado es nuestro.
Sin embargo de esto, la Argentina nunca puso en duda su propiedad sobre el
Chaco Austral, haciendo uso de las Cédulas Reales de 1767 y 1776, y negoció con
Bolivia el territorio chaqueño ubicado entre los ríos Bermejo y Pilcomayo -el
llamado Chaco Central o Gualamba- y esta fue la primera gran pérdida de
territorio tarijeño.
El año de 1843, gobierno de José Ballivián, levantó la primera información cartográfica
del Chaco en tiempo republicano, el responsable fue el prefecto de Tarija
Manuel Rodríguez Magariños. Tres años más tarde Lucio Camacho, Juan Ondarsa y
J. Mariano Mujía recorren el cauce del río Bermejo y llegan a Orán con el fin
de proseguir el levantamiento cartográfico de los límites de Tarija en dicha
zona, los informes levantados dan cuenta que la Argentina había extendido sus
áreas de colonización hasta, incluso, la parte superior del mismo río Bermejo.
Sobre este un apunte: la llamada “Mesa Topográfica”, compuesta por los dichos
señores, nunca tuvo conocimiento previo de los territorios a ser demarcados en
la parte que a Tarija, por lo menos, le correspondía. De tal manera es que ni
bien llegados no recogieron sino fuentes verbales de conocimiento sobre el
territorio que iban a tratar, así solicitaron al General B. Trigo y al General
Burdett O’connor, las referencias sobre el territorio que iban a recorrer.
En carta, extensa, enviada al Gral. Ballivián el 14 de noviembre de 1846
indican entre otros aspectos: “El Señor Andrés Martínez, tarijeño, y Gobernador
delegado del Orán, solicitó en los últimos momentos de nuestra permanencia, una
conferencia secreta con nosotros,... nos dijo que el Gobierno podía contar
cooperación en cualquier caso necesario.» (7)
Pero ante este ofrecimiento natural de aquella autoridad, tarijeña de
nacimiento, la Mesa Topográfica, desconfío “tomamos el partido de escuchar con
fría indiferencia aquellas proposiciones”, indican en la misma carta.
Sin embargo se levantó el mapa, fue publicado bajo el gobierno de José María
Linares, y en él se aprecia la soberanía territorial de Tarija al norte del
transcurso del río Bermejo, hasta su confluencia con el Paraguay. A pesar de la
dicha información, el gobierno de Bolivia, el 2 de mayo de 1865, firma un
Tratado con la Argentina expresando que la posesión sobre los territorios no
dará ningún derecho a menos que no fuesen primitiva y justificadamente
documentada. Pero mientras Bolivia, cumpliendo su parte del trato evitaba que
tarijeños llegasen a tener propiedad en el dicho territorio, la Argentina dictó
una ley de organización administrativa del Chaco Central. Planteada la queja de
Bolivia por este hecho, el gobierno argentino dio por eludir el conflicto sin
tomar ninguna clase de determinación que contraríe la dicha ley.
Bolivia decidió dejar el problema con un silencio cómplice y después del
desastre del Pacífico envío un Embajador a negociar un Protocolo Preliminar
suscrito el 11 de junio de 1888, fijando como límite el grado 22º hasta su
cruce con el río Pilcomayo, este protocolo dio paso al tratado de límites de 10
de mayo de 1889 por el cual Bolivia entregó con una sola firma todo el Chaco
Central tarijeño, a la Argentina.
Ahora bien, los peritos bolivianos estaban tan mal informados sobre lo que
ellos a su vez informaban que estaban convencidos que el paralelo 22º estaba al
sur de la población conformada por tarijeños y cuyo nombre es Yacuiba. ¡Un
tratado firmado a ciegas!
De esta manera Tarija perdía todo el Chaco Central, incluida Yacuiba, donde
aproximadamente, para esa fecha, habitaban 500 familias también tarijeñas.
Perdía también los fortines construidos a lo largo del río Bermejo; faltó poco
para que se entregara incluso la localidad de Bermejo. Un ejemplo de lo absurdo
que significó la firma del Tratado de 1889, por el que Tarija perdió todo el
Chaco Central, lo da a conocer el diplomático argentino Horacio Carrillo:
“¿Cómo se va a cumplir el tratado de 1889, cuando dice que de La Quiaca se debe
ir en línea recta al oriente, hacia el Poronga!, y luego bajar hacia el pueblo
de Bermejo, cuando el PorongaI está realmente ubicado a más de cuarenta
kilómetros al sur de dicho pueblo” (8)
Una vez perdidos para Tarija los extensos territorios ya mencionados, quedó por
dilucidar todavía la cuestión de Yacuiba, así se firmaron varios protocolos e
intentaron diversas modificaciones al original tratado de 1889, hasta llegar al
definitivo de 1925.
Sobre este punto y por no dejar olvidada una actuación histórica se debe
recordar que desde el Protocolo de 14 de mayo de 1898, la Argentina exigía una
compensación territorial por la ciudad de Yacuiba. Inicialmente la Argentina
planteó la posibilidad de construir una nueva ciudad dentro de territorio
boliviano o permitir a la población gozar de la nacionalidad boliviana en
Yacuiba, aunque no tener soberanía territorial, las cuyas dos propuestas
significaban, en fin, la pérdida material de aquella población.
La actuación a la que me refiero viene de la mano de dos personajes tarijeños,
los dos llamados Luís, uno Pizarro y el otro Echazú; el primero en sus obras
indica que existía una tercera propuesta que significaba el intercambio de los
territorios, entonces, despoblados de las Juntas de San Antonio por Yacuiba y
el segundo señala que la tercera propuesta de solución al conflicto consistía
en que serían para Tarija, Toldos y Yacuiba a cambio de las dichas Juntas de
San Antonio. En el fondo el sistema de compensaciones territoriales creado por
la Argentina para subsanar el conflicto creado por la mala información y por la
peor gestión boliviana, en la ubicación geográfica de Yacuiba, buscaba
compensar con territorio tarijeño la pérdida de territorio tarijeño. (Del mismo
cuero salían las correas...)
El protocolo del 14 de mayo de 1898 logró consolidar a favor de la Argentina la
desastrosa gestión: “Ese instrumento internacional consignó la entrega a la
Argentina de territorios incuestionablemente bolivianos (debiera decir
tarijeños), como Tartagal, Tonono, Itiruyo y el Vicecantón Toldos” (9)
A esta primera cuña legal siguió la propuesta del año 1916, cuando la Argentina
propuso subsanar el conflicto de Yacuiba de la siguiente manera:
“La zona que media entre los ríos Toldos y Lipeo, queda en la parte de la
República Argentina, en compensación de la de Yacuiba que continuará dentro la
soberanía de Bolivia, con los límites establecidos en el protocolo de 28 de
enero de 1904, suscrito por los plenipotenciarios Drs. José M. EscalieryJ. A.
Terry.”(10)
Esto significó que Tarija debía pagar con su territorio la pérdida de
territorio también tarijeño. Esta base de acuerdo fue definitivamente
establecida en el Tratado de 1925, que como raro homenaje a los cien años de
Bolivia se firmó entre los Presidentes de aquel país y Bolivia, sin mencionar
ya siquiera a Toldos pero sí señalando la “nobleza” Argentina al permitir que
Yacuiba siga bajo jurisdicción tarijeña. El tratado fue firmado en La Paz el 9
de julio de 1925. Esta fue la segunda gran pérdida de territorio tarijeño.
El total de territorio perdido por Tarija entre el Chaco Central y la zona de
Toldos, merced a los tratados de 1889 y 1925, fue de: 170.737 Km2. (casi 6
veces más de nuestro actual territorio)
Existe un mapa que da a entender que en la Cancillería boliviana se hubiese
fraguado la idea que llegado el momento Tarija volvería ser parte de la
Argentina y en tal situación se dibujó al valle central separado del Chaco,
esta acción gravitaría enormemente en el desarrollo de la siquis local tarijeña
pues la separación clara de Tarija - valle central- no hacía sino mostrar al
Chaco como parte de la jurisdicción de la provincia Chiquitos o como un
territorio sin cabeza política alguna y sólo bajo el rótulo “Chaco”. Quedando
de esta manera Tarija totalmente separada de esos territorios. El investigador
Carlos Paz, en su obra: “Bolivia y Argentina”, menciona un pasaje histórico de
lo acá afirmado pero desde la óptica argentina, que en su intento de arreglar
el conflicto limítrofe con Bolivia, presentó con la propuesta de reconocer a
Tarija como parte de Bolivia, pero al igual que la Cancillería boliviana,
separándola del Chaco. (11)Una vez abandonado el Chaco Austral, cedido el Chaco
Central, quedaba por perder el Chaco Boreal. Aspecto que merece estudio
especial y aparte.
Tarija, nunca recibió, gratuitamente, algo positivo de cualquiera de los
gobiernos que se hayan sucedido en Bolivia, mas por el contrario las agresiones
fueron permanentes al punto de llegar a canjear territorio tarijeño para
subsanar errores cometidos por peritos bolivianos, como queda demostrado.
TEXTOS DE REFERENCIA Y GUÍA
(1) Citado por Trigo P. Bernardo/ Las Tejas de mi Techo/Edit. Universo/ La Paz/
1939/ P.7.
(2) Pizarro A. Luís/Tarija. Apuntes histórico-geográficos/Sucre/1936/P. 20.
(3) Citado por Echazu Luís/ La Cuestión de Límites entre Bolivia v la República
Argentina y el Tratado Medina - Carrillo/ Segunda Parte/ Imp. La
Comercial/Tarija/ 1926/ P. 7; 8.
(4) Pizarra A. Luís/ Origen de la Independencia de Tarija/ Tarija/ Imp.
Universitaria/ 1955/ P. 17.
(5) Mingo de la Concepción Manuel/ Historia de las Misiones Franciscanas de
Tarija entre Chiriguanos/ Tomo 1/ Edit. Universitaria/ Tarija/ 1981/ P. 59; 60.
(6) Pizarra A. Luís/ Tarija Apuntes..../ P. 23.
(7) Oropeza Samuel/ Límites entre la República de Bolivia y la República
Argentina/ Imp. Boliviana/ Sucre/ 1892/ P. 111.
(8) Carrillo Horacio/ Los límites con Bolivia/ Tall. Graf. Argentinos de L. J.
Rosso/ Bs. Aires/ 1925/ P. 27.
(9) Escobari C. Jorge/Historia Diplomática de Bolivia/ Tomo 11/ Universidad
Boliviana/ La Paz/ 1978/ 3ra. Edic./ P. 193.
(10) Carrillo Horacio/ Los Límites..../ P. 75.
(11) PAZ Carlos/Bolivia y la Argentina reseña histórica de los Tratados
Diplomáticos. La Cuestión de Tarija/ Impr. Adolfo León/ Tarija/ 1912/ P.44. La
afirmación sentada por C. Paz trata de señalar que la “ingenuidad” en tema tan
delicado, -como fue la separación de Tarija y del Chaco- fue de parte de los
argentinos, afirmando que ellos protestaron “no -haber- cuestión sobre Tarija,
la cuestión se reduce al Chaco”, tomando como un hecho la separación del
territorio. Acción que luego la diplomacia boliviana no sólo llegaría a afirmar
sino alcanzaría hasta la publicación de un mapa.
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