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LA MUERTE DE JOSÉ LUIS TEJADA SORZANO, EL PRESIDENTE QUE QUISO PRORROGARSE Y CAYÓ

 

Sepelio de Tejada Sorzano

Por: Grecia Gonzales O. / Publicado originalmente en Página Siete de La Paz, el 4 de octubre de 2018.

Después del polémico “Corralito de Villamontes” del 27 de noviembre de 1934, José Luis Tejada Sorzano sucedió a Daniel Salamanca en la Presidencia. La situación adversa le forzó a firmar el cese de hostilidades con Paraguay. Con ese argumento se prorrogó dos veces en el gobierno; pero una rebelión civil-militar le obligó a dimitir el 17 de mayo de 1936. Luego de dos años, a causa de una extraña dolencia, falleció en Arica, Chile. Su muerte conmovió al país. Su entierro fue masivo.

Tejada Sorzano nació en La Paz el 12 de enero de 1882. Cursó el bachillerato en el Colegio San Calixto. En la Universidad Mayor de San Andrés estudió Derecho y se graduó en 1904. En Europa se especializó en economía y finanzas.

Entre sus obras se destacan el Informe sobre los negocios del estaño (1905) –que proporcionó datos sobre la utilidad de la

industria estañífera en Bolivia– y Después de la crisis, Estudio referente a Bolivia (1909) –en el que realizó un análisis del desarrollo de los fenómenos económicos en Bolivia, después de la crisis de Estados Unidos, en 1907–.

Elaboró varios ensayos sobre temas bancarios, aduaneros y las consecuencias del “Contrato Speyer”, que amplió la red ferroviaria del país.

Actividad política

De acuerdo al libro José Luis Tejada Sorzano: un hombre de paz (1990), escrito por Alberto Crespo, a él, desde muy joven, le preocupó la situación política de la patria. Militó en el Partido Liberal hasta sus postreros días. Ocupó los cargos de diputado (1914), Ministro de Hacienda (1917-1918) y Vicepresidente (1931-1934). Luego, por sucesión de mando, fue Presidente de la República (1934-1936).

El 29 de noviembre de 1934 asumió el poder en pleno desenlace bélico y una etapa de crisis general. Bajo su mando se firmó el cese de armas el 12 de junio de 1935. La sombra del liberalismo dominó su gobierno, que se enfrentó a una ascendente tendencia nacionalista que brotó en las arenas del Chaco.

Prórroga y caída

Roberto Querejazu, en su obra Masamaclay: historia política diplomática y militar de la Guerra del Chaco, precisó que Tejada Sorzano debía culminar su mandato el 5 de marzo de 1935. Empero, un congreso extraordinario, celebrado justo entre el 3 y el 5 de marzo, determinó “ampliar” su gestión por unos meses.

Luego quiso utilizar la misma táctica para quedarse, pero esta vez la resistencia social no se dejó esperar. Pese a eso, un nuevo congreso, que se realizó a fines de julio de 1935, le concedió una “segunda prórroga”, hasta el 15 de agosto de 1936. Ese hecho fue el principio del fin. La ampliación de mandato provocó un creciente sentimiento de malestar, que fue azuzado por la tensión entre liberales y nacionalistas. Además, la población se encontraba hastiada por la galopante crisis. El desempleo, el incremento de los precios de la canasta familiar, los bajos salarios y el despido masivo movilizaron a la población.

La huelga de mayo

El debilitado régimen, como último recurso para prorrogarse, intentó conformar un gabinete de concertación con la oposición. Pero todo quedó en palabras. El Partido Republicano Socialista y el Partido Socialista se unieron en contra del “gobierno liberal”, mediante un “pacto” firmado el 4 de febrero de 1936, en el que proyectaron un gobierno civil-militar “socialista”. En ese contexto, la lucha se exacerbó y se condensó en las denominadas “jornadas de mayo de 1936”.

Agustín Barcelli, en su texto Medio siglo de luchas sindicales revolucionarias en Bolivia, relató que el ramo judicial de Cochabamba, el Sindicato Gráfico, la Federación Obrera del Trabajo y la Federación Obrera Local avivaron la llama de la primera huelga multitudinaria realizada del 1 al 17 de mayo. En esas jornadas, el país se paralizó. Los trabajadores gráficos y los periodistas acataron la huelga. Ni un solo periódico circuló. De ese modo los militares obligaron a renunciar a Tejada Sorzano.

Luego, los sectores movilizados, sin dirección política, cedieron el poder a una junta mixta de gobierno, formada por el PRS, el PS y el Ejército. El coronel David Toro, respaldado por el teniente coronel Germán Busch, asumió la presidencia.

De ese modo, las agujas del reloj de la historia marcaron el final del mandato de Tejada Sorzano.

Más detalles

En relación al levantamiento de mayo, El Diario, el 21 mayo de 1936, en el artículo “Últimas informaciones del expresidente Tejada Sorzano”, publicó su último discurso como primer mandatario.

En su intervención aseguró que el movimiento huelguístico obrero de mayo fue impulsado por la corriente comunista: “En cuanto al orden público, dijo que tenía informaciones exactas de que simultáneamente en Bolivia y Paraguay se producía un levantamiento del movimiento obrero. Agregó que en el fondo parecía correr dinero comunista, que se había comprobado la propaganda soviética y de que dos agentes se hallaban detenidos en la cárcel local”.

El periódico La Calle, el 24 de junio de 1936, en su publicación “Breve y verídica reseña histórica de la Revolución Socialista”, por su parte, reveló los sucesos que ocurrieron antes del levantamiento de mayo de 1936 e hizo énfasis en las medidas represivas que se pretendió implementar.

“Ante el peligro de un movimiento huelguístico general, el gobierno pensó ya en determinadas medidas de coerción mañosamente planteadas por gentes del régimen mismo. Estas medidas consistían en expedir un llamamiento militar de encuartelamiento, sin importar que se ponía en peligro internacionalmente al país, pues el llamamiento a cuarteles, habría hecho que Paraguay sospechara, con razón o sin ella, un peligro de guerra (…) Tejada Sorzano ordenó hacer fuego sobre el pueblo si éste se mostraba partidario a la huelga”, afirmó La Calle.

Así, en medio de esa batahola ideológica, Tejada Sorzano abandonó el Palacio Quemado y mantuvo distancia con el nuevo régimen nacionalista militar.

La prensa y su muerte

El 3 de octubre de 1938, en los medios se conoció la noticia de su muerte. El gobierno de Germán Busch declaró duelo nacional de tres días, con cierre de oficinas públicas y privadas.

“En las primeras horas de ayer se ha recibido la infausta noticia del fallecimiento del esclarecido hombre público Tejada Sorzano”, lamentó el matutino El Diario, el 4 de octubre. Un día después, relató que “La Paz recibió en forma apoteósica los restos de su hijo predilecto”. Al día siguiente, transcribió los discursos del Alcalde de La Paz, la Asamblea Constituyente, el Rotary Club, el Vicepresidente Enrique Baldivieso y el escritor Alcides Arguedas, quienes destacaron que fue un hombre culto y de paz.

El periódico La Razón afirmó que “cerca de 50.000 personas” acompañaron el entierro, el 5 de octubre.

La conocida avenida Tejada Sorzano de la ciudad de La Paz lleva su nombre en reconocimiento a su obra.

Grecia Gonzales O. es periodista.

 

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