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MISIONEROS FRANCISCANOS FRANCESES EN TARIJA

Por: Jannett Ortega / Publicado en el periódico El País, el 28 de agosto de 2016.

En la historia de nuestra evangelización americana, no es raro encontrar franciscanos franceses en estas tierras de América Latina.
Aunque, hasta las guerras de independencia, también en el campo religioso prevalezcan los intereses de las naciones dominantes, con todo, no faltan excepciones. Así, para comenzar, los primeros franciscanos que llegan a América en el segundo viaje de Colón, en 1493 aunque salidos de España, serán originarios de las verdes campiñas de Borgoña. En los dos siglos siguientes, los franciscanos franceses evangelizarán mayormente América del Norte y Canadá, en las primeras colonias francesas, pero no faltarán apóstoles para América del Sur.
Pero dejemos el espacio grande de América y los cuatro siglos que van desde su descubrimiento y quedémonos en el espacio pequeño de Tarija, centro muy importante de evangelización en los últimos tiempos con su Colegio de Propaganda Fide y sus Misiones entre los Chiriguanos. Aquí, entre los siglos XIX y XX, llegaron misioneros franciscanos franceses que dejaron obras y recuerdos muy agradables.
Los motivos políticos de Francia, sus leyes aversivas para las instituciones católicas, obligarían a los religiosos a emigrar y atraídos por el ejemplo de los vecinos religiosos italianos, se orientarían hacia América Latina y, particularmente, hacia los Colegios de Propaganda Fide de Tarija y Potosí.
Quedando en nuestro ambiente de Tarija y reducidos a un número mínimo de personajes, recordaremos únicamente a tres franciscanos franceses que trabajaron en este Colegio de Propaganda Fide y sus Misiones.
Tenemos en primer lugar al P. Fr. Gil Agostini nacido en Prato de Córcega, Diócesis de Aiaccio-Francia el 14 de noviembre de 1858. Religioso franciscano en el convento de Pino, en la misma Provincia franciscana de Córcega, todavía estudiante se embarcaba para Tarija en el puerto de Bordeaux el 5 de octubre de 1877, llegando a este Colegio el 15 de diciembre del mismo año, Terminados en ésta sus estudios de teología se ordenaba de sacerdote en Sucre por manos del Arzobispo Mons. Pedro de Puch. Inmediatamente salía para las Misiones del Chaco donde quedaría por 20 años hasta su muerte.
Las Misiones de Aguayrenda, de Tarairí, de Itau y Chimeo serían su campo de actividad misional y sobre todo espiritual, dejando los mejores recuerdos Una actividad santificada por contrariedades y enfermedades soportadas con paciencia franciscana. Para eso referimos un pasaje de nuestro cronista: “Y no digamos se hallara tan feliz en Aguayrenda. Las vejaciones y perfidia de los vecinos de Caiza y del Palmar le ocasionaron pleitos y grandes trabajos; la disminución de los habitantes, causada por la viruela a pesar de la vacunación y debida principalmente a que los menos disciplinados, instigados por los blancos, huían con frecuencia a la República Argentina, abrían heridas profundas en su corazón de padre. Por otra parte, su salud corporal era bastante delicada, y la mala calidad de las aguas le habían causado en la garganta una notable excrecencia, llamada vulgarmente “coto”, y una gran debilidad de estómago que lo tenía siempre flaquísimo. Mas su amor le hacía sufrir todo por Dios y por sus Neófitos. Y como la práctica le había enseñado algo de medicina, se curaba por sí mismo”. Con todo, estas enfermedades le obligaban a volver, en los últimos tiempos, a nuestro Colegio de Tarija donde, no obstante la asistencia esmerada de sus hermanos, entregaba plácidamente su alma al Creador el día 6 de junio de 1904.
El P. Miguel Gerónimo es otro franciscano, súbdito francés y misionero del Colegio Apostólico de Tarija.
Nacido en Calacuccia, Diócesis de Aiaccio, Córcega, el 29 de mayo de I860. Vestía el hábito franciscano en el convento de Pino el 25 de mayo de 1875 y se embarcaba para Tarija, todavía estudiante, el 5 de octubre de 1877 llegando a esta ciudad el 15 de diciembre del mismo año. Terminados sus estudios de teología, se ordenaba de sacerdote en Sucre el 15 de noviembre de 1882 dedicándose de inmediato a la predicación. Su estadía en Tarija se divide en dos largos períodos: el primero hasta noviembre de 1892 en que pide volver a su patria y el segundo, desde marzo de 1906, fecha de su regreso a Tarija, hasta el mes de mayo de 1916 en que vuelve definitivamente a Córcega.
Su actividad en los dos períodos puede considerarse notable, sea por la vida de este Colegio de Propaganda Fide, por las parroquias de Tarija, como por las Misiones del Chaco. Predicador muy apreciado quedaba en la memoria de los tarijeños por sus sermones y cursos de misiones que repetiría en su patria durante su retorno, predicando 27 misiones en Córcega y dos en Italia.
En marzo de 1906 volvía a Tarija trayendo una numerosa expedición de misioneros para este Colegio y una bendición especial del S. Padre, que fue San Pío Décimo, para la prosperidad y felicidad de Tarija y de Bolivia. Se dedicaba nuevamente a la predicación quedando memorable su sermón predicado en ocasión del Tercer Centenario de este convento. Pasaba después a las Misiones del Chaco donde se quedaría hasta junio de 1908 en que era elegido como superior de este convento. Realizaba en éste obras de mejoras sea en el convento como en la iglesia, siempre entregado a la predicación y a mejorar iglesias y capillas de las parroquias tarijeñas. En mayo de 1916 pedía nuevamente su retomo definitivo a su patria saliendo de Tarija el 5 de mayo del mismo año. Según noticias recibidas de sus superiores, terminaba su vida en el convento de Sartene-Córcega, el 20 de marzo de 1927.
El P. Manuel Lauroua es sin dudas el más famoso entre los misioneros franciscanos franceses del Colegio de Tarija en los últimos tiempos.
Su memoria es todavía viviente entre los viejos tarijeños y su obra se perpetúa en los libros de Memorias y Crónicas de nuestro Archivo.
Nacido en Laos, Diócesis de Bayona, Departamento de los Bajos Pirineos, Francia, el 22 de julio de 1861, se iniciaba en la vida franciscana en el aspirantado de Bordeaux, tomando el hábito de la Orden en el convento de noviciado de Pau el 15 de agosto de 1878. Iniciaba sus estudios superiores en el convento de Béziers pasando después, por las leyes anticlericales de Francia, al convento de Loreto-Sevilla de España y seguidamente a los conventos de Clevedon- Inglaterra y de Saint-Troud de Bélgica, donde terminaba sus estudios y se ordenaba de sacerdote en Lieja-Bélgica, el 22 de mayo de 1884. Tal variedad de estudios y de naciones formaban en él una sólida y vasta cultura que aprovecharía en los años venideros.
Después de una peregrinación a Roma, se embarcaba en Génova el 8 de septiembre de 1887 destinado al Colegio de Propaganda Fide de La Paz donde llegaba el 20 de noviembre del mismo año. Al año siguiente era destinado a las Misiones de Mosetenos en la Misión de Muchanes donde se quedaba hasta 1889 en que volvía a La Paz. En noviembre de 1892, por motivos de salud, se pasaba al Colegio de San José de Tarata dedicándose a misiones entre fieles desde el valle de Cochabamba, a Sucre, hasta Tupiza ocupado al mismo tiempo en cargos importantes de la Comunidad. Terminados los diez años legales, en septiembre de 1898, se pasaba al Colegio de Tarija.
Por cuarenta años, hasta su muerte en 1937, se incorporaba alma y cuerpo a este Colegio Apostólico hasta volverse una de sus columnas, desarrollando intensa actividad conventual y misionera en el ambiente tarijeño, como en las Misiones del Chaco. Miembro del gobierno conventual en varias ocasiones, misionero ambulante en el sur de Bolivia, párroco titular y suplente en muchas parroquias vacantes, predicador muy apreciado, profesor de disciplinas eclesiásticas en nuestro seminario, formador de nuestros aspirantes, censor y revisor de publicaciones en Tarija y Sucre, debía pasar a la historia de este Colegio particularmente como Bibliotecario y cronista del convento y sus Misiones dejando libros voluminosos de Memorias y Crónicas de valor inapreciable desde el principio del siglo hasta su muerte. Aunque de él nada se haya publicado, fuera de artículos ocasionales en la prensa del tiempo, podemos colocarlo en la línea de los grandes cronistas de Tarija, con Manuel Mingo, Comajuncosa y Corrado.
Terminamos copiando la Memoria dejada por el Necrologio de la Orden Franciscana conservado en nuestro Archivo:
“Día 16 de Diciembre de 1937.- R. P. Manuel Lauroua, de nación francesa. Lector de Filosofía. Por más de cuarenta años Profesor de Teología en los Colegios de La Paz, de Tarata y de Tarija. Educador de aspirantes franciscanos en los mismos Colegios; cultor austero de la virtud y pobreza franciscana; Predicador asiduo entre fieles; muy perito y estimado en doctrina moral”. Descanse en paz.
Del libro: “Caminar con Francisco de Asís”. (Franciscanos en Tarija y … más allá). Tomo II
De: P. Gerardo Maldini
Editorial Acuario. Tarija - Bolivia. 1995.

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