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MÚSICA EN LAS TRINCHERAS: CAP. MUS. MARCOS HERMINIO SARDÓN TORRES.

Por Juan Alberto Quiroz Maida. Para: Historias de Bolivia.

BREVE REMEMBRANZA DEL CAP. MUS. MARCOS HERMINIO SARDÓN TORRES. 

Nació en Tiahuanacu, pueblo legendario del imperio Aymara, el 25 de abril de 1889. Su carrera militar, según sus propios datos, comienza desde el año 1911 hasta 1912. Luego de haberse alejado por unos años, se reintegra a las filas del Ejército en 1922, prestando servicios en varios renombrados regimientos como el “Perez” 3 de infantería y el “Colorados” 1 de infantería, con la estimación de sus superiores y su indiscutible valor.
Es ascendido al grado de subteniente el año 1931, después de haber servido como suboficial y músico mayor, poco tiempo después ya estando en campaña es ascendido al grado de Teniente y finalmente en septiembre del año 1934 es ascendido al grado de Capitán, estando con ese grado hasta el año 1941, año de su jubilación.
Su actividad en el campo de batalla empezó el año 1932, donde empezaron a demostrar el gran impacto que causo sus muy necesitadas melodías.
Los miembros de la banda, no solo alentaban a los combatientes con sus piezas musicales, también servían de camilleros, sacando a los heridos que caían en las trincheras y en distintos lugares de la zona de combate, para ser transportados a las sanidades regimentarías. En estas circustancias es que el Cap. Sardón contrae una enfermedad, es evacuado a la ciudad de La paz.

En octubre de 1933 regresa a la zona de operaciones, estando nuevamente al mando de su banda, compuesta por solo 23 elementos que se encontraban establecidos en fortín Platanillos. Este grupo de músicos, después de haber formado parte de las acciones en Marigúe, había sido pronto asignado a impedir la ofensiva enemiga que intentaba cruzar el río parapetí. 
El Comando Superior, teniendo en cuenta que el enemigo estaba en posesión de la población de "Charagua", envía a un oficial para organizar la resistencia con los pocos soldados en el fortín, incluyendo a los componentes de la banda de música con el fin de cubrir puestos avanzados e impedir la pretención del enemigo que avanzaba por el centro. Con el resto de los hombres a su cargo, el Capitán pudo tomar las alturas del costado derecho, causando un inesperado tiroteo con tropas Paraguayas. Fué esta maniobra la que impidió el avancé de tropas enemigas, ya que se encontraban en una de las estratégicas alturas de "Aguas Calientes", esta acción forzó a los adversarios abandonar éste campo de vital importancia. 
En Abril de 1935, el Segundo Cuerpo del Ejército pudo retomar la población de "Charagua", donde el Capitán y su banda permanecieron hasta ser desmovilizados. 
Tratando de adaptarse a la vida de jubilación, el ya "excombatiente" Cap. Marcos Sardón descubrió el ramo de la pedagogía. Se apresuro en investigar la manera de utilizar sus conocimientos y experiencia músical. Dirigiéndose al Ministerio de Educación solicitó una aplicación como maestro en escuelas rurales. Luego de ser aprobado, atiende cursos de verano en metodología, psicología y otras materias necesarias, para conseguir el certificado que lo cualificara como Maestro Rural. Después de varios veranos, y tropiezos que se presentaron en el camino a obtener este documento, llega el momento esperado del ya veterano de guerra, recibe la certificación que lo acredita como maestro rural. 
Con esta preparación, recibe su primera asignación en la población de Warisata, como maestro de música y canto en las escuelas de aquella localidad. De allí paso a otros centros como Puerto Acosta (cerca del lago), dirigiéndose a Coroico e Irupana (Yungas de La paz), asume el cargo de maestro de música y director de la banda musical; grupo que tuvo que organizar, "reclutando" nuevos músicos, jovenes de la población y enseñándoles a utilizar los instrumentos. Algunos de los jóvenes, miembros de la banda músical habían aprendido también a leer y escribir. 
Y así, se podría seguir escribiendo sobre las vivencias del Capitán Marcos Sardón, estando en la incertidumbre de acabar algún día. Solamente podemos estar seguros que el músico y combatiente en tiempo de guerra, y maestro en tiempo de paz, descansa ya en su eterna morada. 
El autor de la presente publicación, agradecé el desprendimiento de su nieta Tianna Sardon Dunham por facilitar gran información, que ha servido para elaborar el presente texto.
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