(13° Presidente de Bolivia, 9 de septiembre de 1857-14 de enero de 1861)
Desde la escuela había aprendido que Melgarejo fue el hombre nefasto para la
Patria, y el paradigma de rectitud, el Dictador Linares.
Releyendo la historia, encontramos que ambos personajes en poco se diferencian,
casi en nada. El uno actuaba y cometía sus crímenes al influjo de su
alcoholismo; y el otro en sus cinco sentidos, poniendo de pretexto regenerar
las virtudes democráticas, que en ese tiempo igual al de hoy día, habíanse
degenerado; dictando Decretos Supremos, en que también los ciudadanos de ese tiempo
debían “andar con el testamento bajo el brazo”.
Linares fue tirano desmedido, déspota cruel y Dictador frío y vengativo. Habían
sido sentenciados a muerte varios ciudadanos por aquella pretendida
insurrección de 10 de agosto de 1858, y entre ellos el fraile franciscano Juan
Manuel Pórcel.
Era Obispo de la diócesis episcopal de La Paz. Su Señoría Ilustrísima don
Mariano Fernández de Córdova, hombre tímido, hasta pusilánime, que en vez de
enfrentar al tirano, hacía pasar el tiempo, presumiendo que Linares
recapacitaría e indultara a Pórcel. Linares, ya dijimos, era cruel, pidió que
antes del fusilamiento, el Obispo lo degradara.
Este, cobardemente, puso la distancia en medio de la Iglesia y el Estado,
huyendo a una finca. A los tres días, además de la conminatoria oficial escrita
a que regresara a La Paz de inmediato, recibió el mensaje oral siguiente:
- “Me manda decir Su Excelencia, si el Obispo retarda o se niega a la
degradación del reo, he de mandar al fraile al patíbulo, revestido de Obispo”.
A las 24 horas, su Ilustrísima descabalgaba de la mula en la puerta del palacio
episcopal. Otra vez que el Obispo Fernández de Córdova, maliciosamente
retardaba en responder a un oficio de la Presidencia. Linares le mandó el
siguiente recado, que claramente era una amenaza:
-“Me manda decir Su Excelencia -repitió el mensajero- que el frustrísimo señor
Córdova, parece que quiere conocer el Guanay”.
En aquel tiempo el Guanay era un lugar mortífero, insalubre y alejado, donde el
gobierno confinaba a los políticos que le eran desafectos...
(Antonio Paredes Candia - ANÉCDOTAS DE GOBERNANTES Y GOBERNADOS). cortegosky©
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