Por: Guido Peredo para Urgentebo, 20 de Noviembre de 2018.
Las coimas y los escándalos fueron la punta del ovillo en la
historia del Tratado de 1904. Los encendidos debates precedentes a la
aprobación del acuerdo con Chile fueron ser una pigricia frente a las
ejecuciones extrajudiciales, destierros, asaltos a periódicos para acallar a
quienes se opusieron al Tratado con Chile, mientras algunos disfrutaban de
banquetes y honores del vecino país.
El tiempo es implacable frente a la memoria política. Y
termina de pintar la figura de Ismael Montes, que impulsó la firma del Tratado
de 1904, ese “acuerdo” por el que Chile se apropió de 400 kilómetros de costa y
120.000 kilómetros cuadrados de territorio que fue de Bolivia. Años después de
la suscripción de dicho tratado, y en las previas a su segundo mandato, fue
tratado con honores en Santiago, según está registrado en los archivos del
diario El Mercurio. En abril de 1913 “fue recibido con honores -de forma
inédita para un ex Presidente- en La Moneda por el Mandatario chileno de la
época, Ramón Barros Luco. Luego del acto, lo invitaron a una cena de gala en
los salones del Palacio Presidencial. El ex Presidente boliviano visitó también
la Escuela Militar, donde incluso pasó revista a las tropas”.
Mientras en Chile era un personaje elogiado por su sistema
político, en Bolivia Montes tenía una imagen opuesta, pues su compromiso frente
al Tratado de 1904 era tal que, como Presidente de la República en su segundo
periodo, instaló un régimen de terror. Decenas de ciudadanos sufrieron
destierros forzados: más de 30 opositores, que apoyaban a la plataforma
republicana emergente, fueron ejecutados violentamente en las calles. ¿Quiénes
fueron las víctimas? Quienes denunciaron la venta del Litoral a Chile. También
la historia revela que hubo el asalto y la quema de más de 14 periódicos en
Bolivia y eras las casas editoras que se opusieron a la firma del Tratado.
Documentos originales a los que tuvo acceso el autor de este
artículo en los depósitos de la Universidades de Cornell (Nueva York), y en la
Universidad de Texas (Austin) que llevan el rótulo “Documentos y Manuscritos y
Originales Raros” revelan que la cámara de Diputados en La Paz, el 22 y 23 de
noviembre de 1917, iniciaron un “Sumario con una Proposición Acusatoria” contra
el ex presidente Ismael Montes, al cabo de su segundo mandato. Se trata de un
documento con 8 capítulos (cortos) que contiene la lista de decenas de víctimas
ejecutadas por agentes liberales, que _según los acusadores_, “se ensañaron
principalmente con los votantes en las provincias del país”.
La Acusación está firmada por los diputados Domingo L.
Ramírez, Juan Manuel Sainz, Rafael Ugarte y Octavio Salamanca, (también
perseguidos entre 1913 y 1915), está fechada el 23 de noviembre de 1917.
La acusación expone a detalle los cargos: terrorismo,
ejecuciones en masa: destierro injustificado y forzado, quema y asalto de
periódicos y casas editoriales: además, malversación de fondos públicos,
cohecho, corrupción, asalto y quema de ánforas electorales en las ciudades y
provincias de Potosí, Sucre, Oruro y Cochabamba, La Paz y Oruro.
En la página 6 de la Acusación Formal dice: (…) Entre 1914 y
1915, el fraude, la coacción y toda forma de atropellos se consumaron en los
centros electorales en Cochabamba. (…) agentes chilenos traídos desde las
salitreras, ingresaron, incluso a los templos, donde decenas de patriotas y
electores se refugiaban, pero los montistas igual se dieron baños de
sangre en Cochabamba”. Otro párrafo, subtitulado “Infracciones a la
Constitución y a las leyes”, señala: “La elección de Montes fue manipulada,
pues fueron intervenidas todas las instituciones en el país. Se impidió a
decenas de ciudadanos acudir a las urnas y quienes
acudieron, desaparecieron”.
En la página 5 dice: (…) Las ánforas en toda el área rural
fueron llenadas con papeletas que beneficiaban a Montes por sus intendentes,
subprefectos y fiscales como sucedió en Sacaba.
Silenciar a cualquier precio
En una edición pasada, el portal Urgentebo.com expuso
pasajes de cartas póstumas del diputado por Cochabamba-Sacaba Natalio Araujo,
donde se denuncia que Chile pagó coimas a los senadores y diputados que
firmaron el Tratado de Paz y el Acuerdo, respectivamente. En esas mismas
cartas, casi ilegibles por la acción del tiempo, Araujo denuncia que (…) en los
días que duraron los fuertes debates de la aprobación de Tratado de Paz, la
legación chilena organizó cenas y banquetes de honor a todos los senadores y
diputados bolivianos en La Paz: a la cual asistieron todos, con excepción de
Daniel Salamanca, Pastor Sainz, Román Paz, Tomas O D’arlach y su persona”.
Antes de iniciar su campaña electoral para su segundo
mandato, Montes visitó Santiago de Chile, donde recibió honores especiales. Así
lo dice la prensa chilena de la época. Por ejemplo, el 17 de abril de 1913, en
el Club Social “La Unión” le ofrecieron una cena a la que acudieron Emilio
Bello (firmante de los acuerdos con Bolivia: además German Riesco (ex
presidente de Chile en 1904). ¿Cuál fue el motivo de su visita? ¿Por qué
después de esa visita, Montes impuso un gobierno de terror y de persecución
contra medios escritos y contra quienes se opusieron a los acuerdos con Chile?
Los datos obtenidos señalan que ni bien retornó de Chile, en
mayo de 1913, ordena el asalto a casas editoras y a periódicos.
La proposición acusatoria está firmada por quienes fueron víctimas de su
gobierno: los diputados Domingo L. Ramírez (desterrado por promover aquel
famoso ‘Anatema del pueblo Potosí): José Manuel Sainz, Rafael Ugarte
perseguidos por apoyar y promover la ‘Manifiesto a la nación y/o declaración de
Sucre’.
Editoriales y diarios asaltados
Las imprentas asaltadas fueron: “La Imprenta Libre” de
Potosí (que publicó el documento “Anatema de la ciudad de Potosí”); la
editora “La Industria” en Sucre, (que publico el “Manifiesto a la Nación
de Sucre”) y la Editora “Siglo XX” en La Paz, que publicó cartas parciales de
la denuncia del Diputado Natalio Arauco a su propio partido.
La lista de periódicos quemados y clausurados suman 14
y sobresalen “La Republica”, “La Acción” y “La Verdad” en La Paz. Otros
como “La Capital”, “La Industria” en Sucre fueron apedreados y quemados
parcialmente. “El Ferrocarril”, y “La Libertad” en Cochabamba incendiados, y
“El Industrial” de Oruro también sufrió violencia.
“La Defensa” y “El Comercio de Potosí” sufrieron los mayores
embates, sus dueños apaleados en las calles y desterrados. A los pocos días de
estos saltos, ya a finales de agosto de 1914, los diarios “La Republica” en
Viacha, “El Trabajo” de Tarija, y “El Deber” en Padilla, junto a “El
Diario Popular”, de Santa Cruz, fueron asaltados violentamente por denunciar
manipulación del voto popular.
¿Cuál era el objetivo de estos atentados? El entonces
diputado Natalio Arauco lo denunció: “Se reunían secretamente con empresarios
mineros, en los cuartos contiguos del Palacio y de ahí salían sonrientes
directo a imponer el secreto de esas sesiones”.
Si desde el inicio de las conversaciones para acordar la
paz, como consta en documentos oficiales, Chile ofreció alternativas como
Tacna, Arica o la caleta Vitor… ¿cómo es posible que en 1904 Montes y los
liberales decidieran ceder a cambio de nada? Rodolfo Becerra de la Reza, en su
libro “El Tratado de 1904 la gran estafa”, dice: (…) Los firmantes aparecieron
comprando grandes extensiones de tierra, pasaron a ser grandes hacendados”. El
diputado Araucolos desenmascaró y las causas de muerte no fueron esclarecidas,
como las autoridades de Sacaba confirmaron a este portal.
Montes se ensaña con Sacaba
Las denuncias del diputado Araujo, nacido en Sacaba, fueron
tomadas en serio por el Montismo. Agentes gubernamentales fueron enviados a
Cochabamba (Cercado), donde Fernando Quiroga, Hipólito Lazarte y Mateo
Maldonado fueron golpeados hasta dejarlos en estado inconsciente y después
arrestados.
Tras la firma del tratado, Araujo denunció a Montes. En una
nota del 7 de febrero de 1905, asegura que “días previos a la aprobación del
Tratado de Paz del 20 de octubre 1904, aprobado por cierta mayoría, y que tenía
casi la misma base del acuerdo de paz de 1884, “había unidad para desaprobarlo,
pero Montes llamó a reuniones secretas y a puertas cerradas a sus
correligionarios”.
Años después, la proposición acusatoria contra Montes señala
con claridad: “Los agentes pasaron a Sacaba, para acallar a los patriotas que
no solo denunciaban el Tratado de 1904; si no las irregularidades en las
elecciones. Los bandoleros llegaron a Sacaba y ejecutaron a Cristóbal Guardia y
a Pedro Chacón; decenas de ciudadanos fueron heridos de muerte: David Almaraz,
José Valoi Zapata, Primitivo Castillo, Rubén Gumucio, Severino Peredo, Pascual
García, Miguel Andrade, Pedro Pozo, Pablo James, José Canedo y Ernesto Galarza,
a quienes luego los desterraron.
Los hechos de sangre se repetían en Potosí, donde Domingo
Chacon, Andrés Salamanca, Manuel Oyola, Matías Guiza y Pastor Huanco fueron
ejecutados en la calle. Entre las víctimas se encuentran quienes promovieron la
redacción del “Anatema de la Cuidad de Potosí”. Pero otras 17 personas fueron
heridas de muerte por hordas liberales que querían acallar la venta del Litoral
a Chile. En La Paz, Montes ordenó encarcelar a Bautista Saavedra, Darío
Gutiérrez, León Loza. Así, en la era Liberal, (Arce, Pacheco, Campero, y
Montes) hablar de las relaciones y acuerdos con Chile, o sobre el desarrollo de
la política interna significaba la muerte. Dice la Propuesta acusatoria que (…)
“Jamás se vio tanta crueldad aplicada contra un pueblo y sus ciudadanos. Jamás
se atentó contra la libertad de prensa y contra la vida, de la forma como
lo hizo Montes”.
//El autor es sociólogo y periodista.
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