Más allá de todo su horror y sin sentido, la Guerra del Chaco se convirtió en un espacio de reencuentro étnico y regional, a partir del cual germinó una muy necesaria concepción nacional de la hasta entonces semi-colonia boliviana. Todo esto en medio de los efectos de la Gran Crisis del 29 y la llegada de las ideologías europeas al continente latinoamericano: socialismo, comunismo y fascismo, generando una crisis de gobernabilidad dentro del ciclo liberal-oligárquico. Como producto de este proceso de acumulación histórica, surgieron en orden cronológico el Partido Obrero Revolucionario (P.O.R), la Falange Socialista Boliviana (F.S.B), el Partido de la Izquierda Revolucionaria (P.I.R) y el Movimiento Nacionalista Revolucionario (M.N.R), cada uno de ellos con distintos ejes de influencia. Sin embargo, el único que en el momento de presentar su agenda programática hizo alusión al Oriente Boliviano fue el P.I.R, dedicándole prácticamente, 3 puntos del mismo en el año 1940:
“Los movimientos regionalistas y separatistas, pretenden resolver los problemas de los pueblos orientales, con perjuicio, por supuesto, de la unidad nacional. Nuestro Partido sostiene que ésta no excluye la solución de aquellos, pues el abandono del Oriente causa, causa del regionalismo , es una consecuencia del régimen de nuestra vida económica y derivadamente política; la transformación del Oriente, su prosperidad y su efectiva vinculación , sólo serán posibles con el cambio de ese régimen excluyendo del gobierno a los agentes del imperialismo, vale decir a quienes sostienen los obstáculos creados por éste a la unidad de Bolivia, pues los movimientos regionalistas de nuestra Historia, son actitudes de reacción de pueblos desatendidos y sistemáticamente relegados, hecho que no debe subsistir , tanto por los daños excluyéndolos de los beneficios de la civilización, cuanto porque esa situación constituye un lastre para el progreso de todo el país, y pone al margen de las posibilidades de aprovechamiento grandes zonas potencialmente ricas, cuya incorporación a la economía nacional determinaría la abundancia de los artículos y permitiendo a toda la población boliviana un costo de vida menos alto que al presente”
“Contrariamente a la demagogia separatista y a las conclusiones simplistas de muchos, nuestro Partido propagará en los pueblos del Oriente, que su situación no se debe a diferencias raciales ni a su supuesta negligencia, ni al odio que pudieran sentir por ellos los hombres del collado, donde los trabajadores participan también de la común condición de proletarios explotados por el capital o de servicios de la feudalidad. Propagará que el “absorcionismo del Norte” no es hegemonía del pueblo proletario, ni de las clases medias, también miserables y explotadas. Propagará, finalmente , que el separatismo jamás será una solución para satisfacer sus anhelos de superación y prosperidad, pues en condiciones más favorables el Oriente puede colocar sus productos; en tanto que su concurrencia a los mercados extranjeros sería imposible frente a la competencia del Brasil y de la Argentina, cuya industria, además de estar más desarrollada , tiene a su favor las ventajas del transporte y de la menos distancia a sus centro de consumo……” “Los movimientos regionalistas no hacen sino suplantar a la lucha por los ideales revolucionarios y a la conquistas de las reivindicaciones.”
“Nuestro partido sabe que la unidad de Bolivia se hará solamente a base de una política económica que trasponga los límites de la monoproducción y que relaciones, dentro de una economía organizada, todas las regiones del territorio nacional, estableciendo condiciones para su desarrollo, fomentando su producción, uniendo los mercados con vías estables y, en fin, creando dentro del país una efectiva vinculación económica…..Y esto no podrá realizarse mientras el imperialismo se interese sólo por las minas y las riquezas del país se ausenten al extranjero sin retomar bajo ninguna forma que signifique inversión en obra progresivas; mientras los agentes de los intereses extranjeros en Bolivia y los pocos comerciantes que integran la “rosca” boliviana encuentren más remunerativo y de menor esfuerzo proveer al país de arroz, azúcar, trigo, patatas, ganado, madera, etc…….”
A modo de complementar la información, es importante agregar que el P.I.R tuvo una importante participación política en Santa Cruz a partir de la caída de Villarroel en 1946, especialmente en la dirigencia juvenil universitaria que hegemonizó, teniendo por líder local a Felipe Baldomar y un diario propio llamado “Camarada”, todo esto hasta la revolución de 1952.
Fuente: Diario Camarada de 1946 - Política y Partidos en Bolivia de Mario Rolón Anaya. 1999. Editorial Juventud. La Paz-Bolivia. P.p 401-402.
Compilador: Gustavo Adolfo Navarro Occhiuzzo
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