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LA MASACRE DE TOLATA Y EPIZANA (ENERO DE 1971)


Tomado de: BANZER GENIO Y FIGURA………….. Para que no se olvide. NUNCA MÁS. – De: CENTRAL OBRERA BOLIVIANA (COB) / EDITORIAL: CREAR IMPRESIONES. LA PAZ. BOLIVIA. 2008.

La masacre de Tolata (martes 29 de enero, 5:00 p.m.)

Los bloqueadores, al ver la columna, creen ingenuamente que el Presidente Banzer se acerca para dialogar con ellos. Nadie huye. Un oficial que iba al frente de la columna se dirige a la multitud en términos soeces instándoles a que se aparten del camino. Silencio.
Una mujer le lanza una piedra. Tres o cuatro ráfagas de ametralladora salen de los blindados. Aviones modernos de combate entran en acción combinada con el ejército.
La represión fue extremadamente violenta aunque la versión oficial habla de “meras acciones disuasivas por parte del ejército”. Uno de los soldados presentes nos dijo: “Hemos visto montones de cadáveres campesinos amontonados como leña”. Un testigo habla del traslado de unas treinta camillas totalmente cubiertas por una manta hacia un avión militar en el aeropuerto. Finalizada la operación de Tolata, el grueso de la columna siguió adelante por la carretera dejando un contingente de tropas en esta población.
Entre los soldados hubo objeciones antes de salir del cuartel y parece que algunos sólo disparaban al aire.

La masacre de Epizana (martes 29 de enero, 20:00 hrs.)


Este segundo enfrentamiento pasó casi desapercibido en los informes oficiales. Parece que se trató de un ataque sorpresivo a unos 700 campesinos reunidos junto al puente de Epizana con algunas armas viejas. Un soldado quedó herido y los primeros informes de esa zona hablan de 15 muertos, 20 desaparecidos (los cadáveres habrían sido arrojados a barrancos de la carretera o al río) y numerosos heridos.

El desconcierto del Gral. Pérez Tapia

En la tarde del mismo martes se publicó un comunicado según el cual el General Pérez Tapia había sido tomado como rehén por los campesinos, cosa que él mismo desmintió al poco rato a un reportero de “Los Tiempos”. Además intentó hablar personalmente con el Presidente, pero recibió órdenes de retornar a su antigua guarnición de Villamontes.

Refriega en Sacaba (miércoles 30 de enero)

Por la mañana, desde La Paz, se anuncia que la región de Cochabamba ha sido declarada zona militar.
En Sacaba se produce un nuevo enfrentamiento con un grupo que ya había estado la noche anterior, pero que regresó a la ciudad a pedir nuevas instrucciones ante la resistencia de la gente. En el enfrentamiento del miércoles se producen unos nueve heridos.
En Melga (Km. 38) se levanta también el bloqueo después de hostigamientos de la fuerza aérea y terrestres. En estas tres operaciones se nota mayor cautela por parte del ejército. El mismo miércoles se despejan otros bloqueos que habían ido levantando en las últimas horas en las carreteras Cochabamba-Oruro, La Paz-Oruro y Sucre-Cochabamba deteniéndose a campesinos en uno y otro lugar.

Jueves 31 de enero

El comando de la VII División comunica que concluyeron las operaciones militares tendientes a normalizar la situación y que el bloqueo de los campesinos ha terminado.


Algunos hechos después de la masacre

LAS EXPLICACIONES DEL GOBIERNO

Casi inmediatamente la prensa comenzó a informar de logros, ayudas y promesas al campesinado. Como esto no bastaba a la opinión pública, se apeló a la denuncia de un golpe subversivo y conspiración nacional de tipo extremista. El Presidente llega a decir en su discurso del 31 de enero a toda la Nación.
“A ustedes, hermanos campesinos, voy a darles una consigna como líder: el primer agitador que vaya al campo, yo les autorizo, me responsabilizo, pueden matarlo. Si no me lo traen aquí para que se entienda conmigo personalmente. Yo les daré una recompensa.”
PRESENCIA, 1 de febrero de 1974.
Por otro lado un comunicado de la fuerzas armadas afirmaba que los muertos de Cochabamba no eran campesinos sino extremistas, lo cual está en contradicción con lo que muestran las fotografías y con el análisis de los apellidos tanto de los muertos como de los heridos y presos.

LISTA DE BAJAS

El último informe oficial se entrega a la Prensa en el día 1 de febrero. En el se afirma que hubo 13 muertos, 10 heridos y 21 presos (Los Tiempos, 2 de febrero de 1974).
De nuestras propias averiguaciones se deduce una cifra total mínima de 70 a 80 entre muertos y desaparecidos. En algunos medios militares hemos encontrado cifras oscilantes entre 100 y 200 muertos y tal es también el sentimiento popular en los valles de Cochabamba. Queda pendiente para ulteriores investigaciones otros datos como: lugar donde fueron sepultados los cadáveres retirados en volquetas del ejército, destino de los 30 que fueron trasladados en camillas a un avión militar, número exacto de heridos y presos, etc.

LA IGLESIA CON LOS CAMPESINOS

El día 3 de febrero se publica un comunicado del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Bolivia pidiendo al Gobierno revisión de las medidas y que no caigan en “el error de tachar fácilmente de extremista o subversiva cualquier opinión contraria”.
En ese mismo día JUSTICIA Y PAZ dirige una carta abierta al Presidente denunciando muertes y mostrando extrañeza y decepción por las palabras del General Banzer en las que da derecho a los campesinos para matar (Presencia, 3 de febrero de 1974).

ENJUICIAMIENTO

ACTITUD ASUMIDA POR EL GOBIERNO

Los episodios de Cochabamba han obligado al Gobierno a explicitar su verdadera posición: la razón del más fuerte. Sus intentos de manipular a la clase campesina a través de sus dirigentes han fracasado. No ha sabido captar la nueva mentalidad de los dirigentes jóvenes. El Pacto Militar-Campesino, instrumento gubernamental para manipular el agro, ha quedado prácticamente roto. Por otra parte, el campesino se ha dado cuenta de que el régimen responde a los intereses económicos de los antiguos patrones. Queda por otro lado claro que si ha habido manipulación ha sido a través de sectores ligados al oficialismo.

FUNCIONAMIENTO DE LA INFORMACIÓN OFICIAL

Se caracteriza por una serie de contradicciones como las ya mencionadas sobre el estado de ebriedad de los bloqueadores, la existencia de armas, el número de muertos, heridos y presos, el caso Pérez Tapia, etc. En los que la información oficial es fácilmente rebatida por los hechos e incluso por otras declaraciones oficiales u otras informaciones.
Se acude en varios momentos a informaciones falsas usadas como “arma psicológica” como en el caso de la información de la muerte de “dos niños” de Epizana, voladura de dos puentes dejando atrapado un ferrobus con muchos “niños”, apresamiento como rehén del Gral. Pérez Tápia, etc.

ACTITUD DE LA PRENSA LOCAL

Poco se puede decir de la censura y la intervención militar desde los primeros días. Fue significativa la huelga decretada por los sindicatos de prensa y radio de Cochabamba en contra de dicha intervención. Dentro de las limitaciones, LOS TIEMPOS presentó mejor información gráfica (aunque algunas fotografías significativas no pudieron publicarse) pero PRENSA LIBRE ha manifestado mayor independencia de criterio en sus comentarios.

ACTITUD DE LOS CAMPESINOS

Se expresa una nueva mentalidad más independiente sobre todo en algunos jóvenes dirigentes Esta independencia surge de la toma de conciencia de dos hechos: sus propios intereses están mal representados en el gobierno actual y la corrupción imperante en las altas esferas del sindicalismo campesino. Pero se considera aún poco desarrollada la ideología, lo que les lleva reaccionar demasiado ingenuamente ante engañosas promesas. Esos hechos habrán ayudado a la maduración de una nueva conciencia política campesina.
En cuanto a las bases, la movilización fue espontánea y masiva, sobre todo en los valles centrales, y después de la masacre su actitud, en general, ha sido proteger a sus dirigentes.

ACTITUD DE OTROS GRUPOS

Se observa poca coordinación entre el movimiento de Quillacollo principalmente no campesino y los fuertes contingentes de obreros fabriles, y el protagonizado por los campesinos del Valle.
Aun menos coordinación con otros grupos del país, incluso campesinos, que protestaban ante las mismas medidas. El movimiento ha sido más espontáneo que organizado.
En cuanto a los partidos políticos, sobre todo de izquierda, se hace aún más evidente la falta de coordinación y apoyo que fue prácticamente nula.

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