La céntrica, concurrida y bulliciosa calle que se encuentra
en el centro neurálgico de la ciudad de La Paz fue un día el espacio donde los
vecinos de La Paz decidieron construir su primer hospital, su primera
biblioteca y su primer museo. Entonces era apenas una ruta de seis cuadras
limitadas por el río Choqueyapu y unas chacras rodeadas de espinos. El
historiador Randy Chávez cuenta cómo la vía se fue transformando.
La ciudad de La Paz fue fundada el 20 de octubre de 1548 en
la localidad de Laja como Nuestra Señora de La Paz. Para 1600, más de 50 años
después, en el nuevo poblado, que se comenzaba a esbozar como urbe, ya estaba
marcada la calle que hoy conocemos como Loayza. Se trataba de una ruta que a
fuerza se abría paso entre unas chacras y un terreno caprichosamente
accidentado. Sólo algunos vecinos se habían animado a construir una que otra
vivienda.
El historiador Randy Chávez señala que se trataba de casas
esparcidas en medio de chacras cercadas por espinos, "para impedir el paso
de extraños”.
"Años más tarde, el alcalde Luis Güero Alarcón mandó a
trazar y ensanchar el camino para que se convirtiera en una calle”, añade
Chávez.
La nueva vía apenas contaba entonces con seis cuadras: las
primeras dos, que se encontraban cerca a las orillas del río Choqueyapu (sobre
el que está El Prado) fueron bautizadas como San Juan de Dios debido a que
entre ellas, por decisión del Cabildo de 1550, había sido construido el templo
del mismo nombre. Las otras cuatro cuadras fueron bautizadas como la calle del
Hospital, porque sobre ellas estaba el primer hospital de La Paz, que fue
erigido al lado del templo.
"El hospital estaba ubicado a la altura del edificio
Castilla” (hoy entre Loayza y Mercado), precisa el historiador.
Gran parte de los terrenos por los que corría la calle donde
estaba el hospital pertenecían a Diego González de Vega.
La primera biblioteca y museo
En los primeros años de la fundación de la República (1825),
la calle albergó a la primera biblioteca pública y al primer museo que tuvieron
los paceños. En 1838, exáctamente, la Alcaldía instaló en algunas salas del
Hospital San Juan de Dios un centro de lectura. Al mismo tiempo, las
autoridades municipales consideraron que también se podía instalar en el lugar
un museo. El obispo Manuel Gregorio Indaburu decidió asumir la causa y se
convirtió en el fundador de ese museo.
De acuerdo a información de la Alcaldía de La Paz, en 1889
la comuna construyó junto al Hospital San Juan de Dios un local especial para
el museo. En la fachada principal del nuevo edificio se leía la inscripción
"Museo Municipal Aya Aru” (Palabra antigua o lejana).
Calle de revolucionarios y poetas
Pero la calle Loyza no sólo pasa a la historia porque
albergó el primer hospital, la primera biblioteca y el primer museo de la
ciudad, sino porque en ella se encontraba la casa de la patriota Vicenta
Juaristi Eguino, una mujer acaudalada que puso su fortuna al servicio de la
Revolución del 16 de Julio de 1809.
La casa de la patriota se transformó en el primer hospital
de mujeres de La Paz, que con los años se convirtió en el Hospital Landaeta, el
antecedente del Hospital de Clínicas, el centro médico público más importante
de La Paz, construido en la avenida Saavedra de la zona de Miraflores.
Hasta mediados del siglo XIX, los paceños consideraron a
esta un lugar ideal para la implementación de servicios de salud y educación,
es por eso que erigieron sobre ella el colegio de los Hermanos de la Salle, que
hoy pertenece a la Facultad de Derecho de la Universidad Mayor de San Andrés.
Ya en el siglo XX, en 1930, en la Loayza se instaló el
periódico El Diario, fundado en 1904, que aún mantiene ahí su dirección.
Y tal vez cueste imaginar, pero esta calle bulliciosa y de
caótico tránsito vehicular tuvo entre sus casonas y veredas a uno de los poetas
e intelectuales más importantes de Bolivia, a Franz Tamayo.
Por: Ivone Juárez / Publicado en Página Siete el 14 de
octubre de 2016.
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