El desastre de El Cármen obligó al ejército boliviano a
abandonar el Fortín Ballivián (a cuya defensa se había dado tanta importancia),
y atrincherarse a pocos kilómetros de Villa Montes, base del ejército boliviano
en el Chaco. Siete días despues y con las fuerzas enemigas acercándose a Villa
Montes, el presidente boliviano Daniel Salamanca decidió viajar en persona a
esa localidad para destituir al Gral. Enrique Peñaranda y reemplazarlo por el
Gral. José L. Lanza. La relación de Salamanca con Peñaranda fue siempre áspera,
lindante casi con la insubordinación. En un radiograma a Peñaranda, luego de la
derrota de El Carmen y de la retirada de Ballivián, Salamanca le manifiesta:
"Hago saber a ustedes que el pueblo ya no tiene
confianza en la pericia del comando".
La respuesta de Peñaranda no fue menos violenta:
"Aquí en la línea se piensa lo mismo de su gobierno y
no por ello nos alarmamos".
Fue un error de Salamanca, en su larga lucha contra el
comando boliviano, abandonar La Paz sin la custodia adecuada. El 23 de
noviembre de 1934, sectores politizados de las fuerzas bolivianas leales al
gral. Peñaranda y al coronel Toro, se resistieron a la orden presidencial.
"De todas las revoluciones o golpes de Estado en
Bolivia, esta fue una de las más grotescas. Se extrajeron tropas de las
trincheras y en plena zona de operaciones, a doce kilómetros del enemigo, los
principales jefes hicieron apuntar cañones a la residencia donde se alojaba el
envejecido jefe del gobierno, la rodearon de soldados armados con fusiles y
ametralladoras, y con actitudes valentonas, incitadas en algunos de ellos por
el alcohol libado durante la noche de vigilia, aprisionaron a su víctima y más
tarde le exigieron su renuncia." (Querejazu Calvo)
Luego acordaron con el vicepresidente Tejada Sorzano para
que asumiera la primera magistratura. Fue el mejor cerco que lograron realizar
los comandantes bolivianos en toda la guerra y Salamanca no se privó de
decírselos.
Daniel Salamanca retornó por vía aérea a Cochabamba. Quince
días después hubiera tenido que soportar el tremendo desastre de Yrendagué.
Ahora ya no debía cargar con la responsabilidad que venía temiendo desde un año
atrás: la de tener que firmar la paz con el ejército paraguayo pisando
territorio boliviano, en condiciones de inferioridad por culpa de los errores
de los comandantes bolivianos. Ahora esa tarea estaba en manos de Tejada
Sorzano, de Elío y sus correligionarios liberales o de los oficiales del ejército
que iniciaban su marcha de regreso al gobierno de Bolivia.
¿Cómo trascurrió el día del Golpe?
"…amanece en Villa Montes. Es un amanecer de primavera,
caluroso, radiante. Sale del alojamiento presidencial -donde aún duermen los
demás huéspedes- el General José Leonardo Lanza, flamantísimo Comandante en
Jefe del Ejército en Campaña. Llega al campo de aviación puntual a las 06:00
horas por él mismo fijada en la orden verbal que impartió la noche anterior.
Puntual, igualmente puntual llegó el Teniente Coronel Luis
Añez, también flamantísimo Jefe de Estado Mayor del Comando Superior,
que había aceptado el cargo en la víspera. Faltaba a la cita el Mayor Germán
Busch Becerra. El avión estaba listo. Comenzaron a funcionar sus tres motores con
toda regularidad; más el piloto Jorge Wilsterman, sin perder tiempo, se
acerca al General Lanza, y le dice; "…que uno de los motores, exige
revisión y será necesaria una espera…"
Añez, con presteza aprovecha la circunstancia para insinuar
al General Lanza el regreso a su alojamiento, porque así aprovecharía la demora
para tomar desayuno, pues no había tenido tiempo ni posibilidad de hacerlo en
el suyo.
Lanza, siempre honesto, accede. La vuelta ocurre sin
novedad, pues nada anormal perturba la pasividad ordinaria de la Villa. Los dos
militares ganan el alojamiento. Añez, avanza al comedor para servirse el
refrigerio del que está necesitado, procurando no despertar a los que aún
duermen. Lanza, que ha encontrado en el comedor al Ministro Canelas -que aún
está en ropa de dormir- se apresta a iniciar conversación con él y empieza a
informarle del atraso sufrido por el avión. No sospecha, que ese aparente
"desperfecto" es ya la primera maniobra de la gran operación
preparada por el Comando de Villa Montes.
En ese momento, el General Lanza percibe que llegan tres
camiones cargados de soldados, los que descienden rápidamente armados de
fusiles, rodean la casa, colocándose delante del cerco de alambre, rodilla
en tierra y apuntando en dirección a la casa donde ellos se
encuentran. Otros grupos de soldados igualmente armados, ingresan por
la puerta del edificio, se despliegan en el jardín delantero de la fachada, y
emplazan ametralladoras, también apuntando al edificio. Mezclado con esas
tropas, llega también el General Julio Sanjinés a caballo, e ingresa al jardín
hasta el sitio adecuado, desde el cual podrá espectar el curso de la Operación
"Corralito", sin perder detalle, se apea y se cruza de brazos.
La sorpresa, elemento principal en toda operación militar,
se cumplió con grande exactitud. Tan exactamente, que Salamanca, insomne
eterno, que probablemente pasó la noche en claro y; recién tomó el sueño
al alba, dormía tranquilamente a la llegada de las tropas preparatorias
del asalto.
Lo despertó Ugarte, y se negó a dar crédito a lo
que se le dijo. Cuando estuvo en condiciones, se presentó en el corredor, y al
pretender avanzar sobre el jardín, le fue cerrado el paso por dos oficiales.
Además, una ametralladora puesta en un macizo, le apuntaba a unos ocho metros
de distancia.
Canelas y Lanza, los únicos del alojamiento que estaban en
pie, habían avanzado hasta el jardín. Busch, que llegaba en ese momento, intimó
a Lanza:
Mi General: Usted y el Presidente están presos…!
Lanza, desenfundó su revólver y exclamó: Que se presente el
que ordena este atentado…!
Busch, retrocedió un paso y desenfundó asimismo su revólver…
Tire mi General…! dijo…
En ese momento el Ordenanza del General Sanjinés, Juan de
Dios, se interpuso y abrazándose de Busch, le imploró:
Por la Patria, mi Mayor, no haga eso…
No es contra Usted, Busch, contestó Lanza…
Entonces, guarde su revólver…! replicó el Mayor Busch
En ese momento llega Rivera, para dirigir personalmente
la acción, profiriendo a grandes voces:
Conque, así han de tratar al Comando, como si fuéramos perros…!
Canelas se le acerca y; en el mejor tono, le dice:
Coronel Rivera, no apresuren las cosas y fíjense en el paso
que están dando. Podemos arreglar esto sin violencias…
Rivera contesta:
Ustedes creen que somos niños y que hacemos las
cosas sin reflexionar…? Nada hay que arreglar con ustedes…!
Entretanto, el General Peñaranda permanecía en su
alojamiento tomando desayuno, aunque algo inquieto, en compañía de algunos
jefes y de su ayudante, esperando el momento en que debía intervenir.
A las 7, ordenó a su ayudante Ramallo, que fuera a enterarse
del estado de la situación. Ramallo, volvió a los pocos minutos y dijo:
MI General, lo están esperando, ya están presos…!
Peñaranda, colocándose una pistola al cinto, se dirigió al
lugar de los sucesos, acompañado de los Coroneles Añez, Serrano, Díaz y el
Teniente Roberto Ramallo.
Cuando nos aproximamos –dice Díaz- al alojamiento del
Presidente Salamanca, a pie, salió a nuestro encuentro el General Sanjinés, con
estas palabras:
Todo está concluido, nada hay que hacer…!
Peñaranda, apresuró el paso, avanzó manoteando al aire con
pasos bien altos, exclamando en voz alta:
Ahora vamos a ver…!
Salió a su encuentro el General Lanza, quien le dijo en voz
baja:
General, tenga Usted consideración por la persona del
Señor Presidente, hablaremos…
Peñaranda, respondió gritando:
Que consideración con estos tipos…!
Y al divisar al Presidente y a sus acompañantes, les dijo en
voz aún más alta:
Ustedes han procedido cobardemente. Ahora voy a enseñarles a
ser hombres…!
Luego, dirigiéndose a los soldados que contemplaban aquello,
les ordenó:
Tómenlos presos a esos señores. Ninguno debe escapar,
llévenlos a la pista…!
Y señalando al General Lanza, preguntó en voz alta:
Por qué no le han augureado la panza a éste…?
Tírenle…! ordenó
Dos soldados se aproximaron arma al brazo al General Lanza
tratando de llevarlo preso, pero éste, se plantó en forma altiva y resuelta,
diciendo:
Nadie me lleva de aquí…! Yo debo permanecer al lado del
Señor Presidente…!
Pero los soldados lo tomaron de los brazos y lo llevaron
casi a empujones hacia la puerta para embarcarlo en un automóvil que se hallaba
a poca distancia.
Alguien gritó:
Fusílenlo…!
Al oír esto, Lanza se desprendió de los soldados y;
señalándose el pecho, exclamó:
Tiren…! Estoy dispuesto a derramar mi sangre.
Que se derrame sangre por la Patria.
Tiren soldados. Sepan que por Bolivia, siempre
Bolivia…!
Un tanto amedrentados por esta actitud heroica y
conmovedora, los soldados le condujeron con más humanidad hasta el automóvil.
Cuando pasaba el General Lanza delante de algunos oficiales,
el Teniente Coronel Serrano le dijo algo en voz baja, a lo cual el General
Lanza, le respondió:
El peor chancho rompe el chiquero…
El chancho es Usted…replicó Serrano
Lanza llegó hasta el automóvil y; antes de subir a él,
arrancó las presillas de su uniforme y las arrojó al suelo, diciendo:
Me da vergüenza ser General boliviano…!
Peñaranda, le respondió:
Así vas a gritar cuando te saquemos el cuero…!
Ante este espectáculo, que todos contemplaron con estupor,
Canelas se acercó a Peñaranda, y le dijo:
Señor General. No vengo a discutir en este momento el
aspecto político, sólo le pido que me deje permanecer al lado del Señor
Presidente, y para ello, invoco su caballerosidad…
Peñaranda, mirando fijamente y con rabia a Canelas,
respondió:
Ahora pide Usted caballerosidad…?
Si yo no fuese caballero, ya lo habría colgado de los…!
A partir de ese momento, el Presidente Daniel Salamanca Urey
quedó preso en el bien inmueble donde funcionaba anteriormente la Casa
"Staudt" (Berlín, Alemania), solamente acompañado por su hijo
Hernán, subteniente de reserva. El retén militar instalado en la puerta
principal, estuvo al mando de un Teniente con la consigna: "…nadie puede
salir ni entrar…"
Mientras tanto, los miembros de la Misión Checa
que se encontraban almorzando en su Campamento en Villa Montes, fueron los
primeros en enterarse del penoso episodio, porque un oficial boliviano de
enlace, les dio la noticia: "…señores, el Presidente está preso…". La
Misión Militar Checoslovaca, llegó a Bolivia a mediados de junio de 1934 a
iniciativa y gestiones del Presidente Salamanca y en coordinación con
el Ministerio de Guerra previo consentimiento de las Fuerzas Armadas
de la Nación, las que posteriormente fueron objetadas por Peñaranda y
otros militares a pesar de las reiteradas y oportunas explicaciones y
aclaraciones brindadas por Salamanca.
Ese mismo día, después del almuerzo -realizado en el Rancho
de los "Menonitas", que servía como fonda-bar a las autoridades
militares de Villa Montes-, se reunieron todos quienes participaron del
levantamiento: Peñaranda, Sanjinés, Rivera, Rodríguez, Busch, Adalid Tejada
Fariñas, Enrique Frías, Victorino Gutiérrez, Miguel Alaiza, Néstor Montes,
Heriberto Ariñez, Jorge Jordán, Víctor F. Serrano, Alfredo Santalla, Enrique
Vidaurre, Luis Añez, Julio Díaz, Manuel Tardío y Roberto Ramallo.
Hubo una discusión general y todos participaron exponiendo
sus puntos de vista y acusando a Salamanca de ser el culpable de la situación.
También reconocieron que ésta delicada a nivel internacional. Por lo tanto, era
necesario evitar que el hecho fuera tildado como una revolución política.
El General Sanjinés, sugirió que se entrevistaran con
Salamanca y le exigieran su renuncia e invitaran al Vicepresidente Tejada
Sorzano, ocupar la Presidencia.
Germán Busch, apoyo la sugerencia de Sanjinés y pidió
conformar una Comisión de dos jefes. Fueron elegidos el General Tejada y el
Coronel Serrano y, posteriormente, se incorporó el Coronel Angel Rodríguez.
Asimismo, se sugirió amenazar a Salamanca que si no renunciaba "…su
estadía en Villa Montes sería indefinida…".
Con marcado temor en enfrentarse a Salamanca, los tres
comisionados buscaron al Dr. Ugarte para que los acompañe y convenza al
Presidente a firmar la nota de dimisión que fue elaborada por Rivera,
Baldivieso y Torrico respectivamente.
Respecto de esta Comisión, es importante hacer conocer qué,
el Coronel Rodríguez -a último momento- se excusó de participar de la visita
y entrevista con el Presidente Salamanca.
Tal cual previno el Dr. Ugarte, el Presidente Salamanca se
negó rotundamente a firmar dicho documento. El mismo Salamanca, en sus memorias dice,
que fueron dos los puntos centrales: "…primero, que debía dimitir a la
Presidencia, para ello, le amenazaron en tomar medidas severas contra su
persona si se negaba y; segundo, exigían pactar inmediatamente con el Paraguay la
cesación de hostilidades…"
Salamanca, en definitiva desechó el texto del
documento elaborado por los revoltosos, pero no se negó a renunciar a la
Presidencia de la República. Más al contrario, convocó al Dr. Ugarte y le
dictó: "…A la Nación. Por razones que pesan en mi ánimo, hago renuncia
y dejación del cargo de Presidente Constitucional de la República…"
Ese mismo día martes 27 de noviembre de 1934, a las 08:30
dos Circulares fueron enviadas por radio a los Comandos de
las unidades en el frente de Guerra: la primera, firmada por el Coronel
Rodríguez, decía: "…hoy ha sido apresado Presidente Salamanca, Ministro
Canelas, General Lanza y su Comitiva. General Peñaranda, vuelve a asumir
sus funciones mientras se resuelva por Ejército el nuevo Comando y
el Gobierno…"
Por esas circunstancias nefastas sucedidas ese día, el
Presidente Salamanca renunció por presiones del grupo golpista al
mando de Enrique Peñaranda y David Toro.
El Presidente Salamanca permaneció en Villa Montes,
encerrado en su hospedaje hasta el lunes 3 de diciembre de 1934, de donde salió
y caminó a pie hasta la pista de aterrizaje junto a su hijo Hernán y el Dr.
Ugarte. De ahí, un avión trimotor de la Fuerza Aérea de Bolivia, los
trasladó hasta Santa Cruz de la Sierra y; de ahí, a Cochabamba.
El General Lanza, fue retenido en Villa Montes y encerrado
en una prisión hasta el 6 de diciembre del mismo año, fecha que fue remitido a
Santa Cruz. Por su lado, Canelas también fue retenido hasta el 11 de diciembre
de 1934 en Villa Montes y objeto de una serie de vejámenes, para posteriormente
ser remitido a Tarija a bordo de un camión bajo estrecha custodia.
Ante esta situación, asumió la Presidencia Constitucional de
la República, el Vicepresidente el Dr. José Luis Tejada Sorzano el 28 de
noviembre de 1934. Éste, posteriormente cesó en sus funciones por el Golpe
de Estado de 16 de mayo de 1936, encabezado por el Teniente Coronel Germán
Busch Becerra, Teniente Coronel Luis A. Cuenca y el Teniente Coronel Jorge
Jordán M.
Así concluyó el acto más vergonzoso de la historia política
y militar de Bolivia durante la "Guerra del Chaco": Operación
"Vergüenza", que en verdad fue planificada días antes del arribo a
Villa Montes del Presidente Salamanca. Fue denominada Operación
"Corralito" y se desarrolló entre las 06:00 y 09:30 aproximadamente
de aquel fatídico martes 27 de noviembre de 1934.
A partir de ese entonces, cambió radicalmente la línea de la
historia de Bolivia, cuando precisa y paradójicamente Bolivia se confrontaba
con el Paraguay y; su situación en el ámbito militar, no era de los mejores.
Los miembros de la Comisión Presidencial que arribaron a
Villa Montes el día 26 de noviembre de 1934, fueron 7 personas: 3 civiles y
cuatro militares.
El Dr. Daniel Salamanca Urey, asumió la Presidencia
Constitucional de la República de Bolivia, el 5 de marzo de 1931, después de
haber ganado las Elecciones Generales realizadas el día lunes 5 de enero de
1931 obteniendo un total de 38.282 votos de los 38.997 sufragios emitidos y; su
Vicepresidente, Dr. Luis Tejada Sorzano, obtuvo 24.039 votos. El mandato
Constitucional de Salamanca debía haber concluido el 5 de marzo de 1935.
Posteriormente, el General David Toro Ruilova, con el
nombramiento y apoyo de los militares alzados, gobernó de facto la República de
Bolivia desde el 22 de mayo de 1936 hasta el 13 de julio de 1937.
Este artículo fue elaborado en base a:
-https://es.scribd.com/document/191660311/Jose-Luis-Tejada-Sorzano
-http://www.monografias.com/trabajos103/corralito-villa-montes/corralito-villa-montes.shtml
-https://guerradelchaco.jimdo.com/tercera-ofensiva-paraguaya/10-derrocamiento-de-daniel-salamanca/
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