Foto: Lydia Gueiler Tejada casado con el militar paraguayo.
Por: Guillermo Mejillones Quispe – Parte de su investigación
de su Tesis de grado para optar al título de Licenciatura en Historia. / La Paz
(Bolivia), marzo de 2017.
Cuando uno comienza a revisar los trabajos relacionados al
Servicio Secreto de Bolivia durante la guerra del Chaco, encontrara autores y
personalidades que hacen mención a la presunta participación de Lydia Gueiler
Tejada como espía al servicio de Paraguay. Podemos comenzar citando al
periodista Donald Zabala Wilson quien fue a declarar el año de 1986 al Juicio
de Responsabilidades contra el Gral. Luis García Mesa, y “se refirió a las
circunstancias que rodearon la renuncia de doña Lydia Gueiler”, y manifestó
“que ella había cometido el delito de traición a la Patria”. Ese dato según
asegura Donald Zabala había sido revelado por Gastón Velasco Carrasco, “quien
(…) denunció a la señora Gueiler de haber sido una espía del Paraguay. (…) Esa
importante revelación dijo Zabala, prometió entregármela Gastón Velasco para su
divulgación periodística, pero sin embargo él nunca cumplió con la palabra
empeñada y por ende mis detractores políticos me abrieron sendos procesos
legales por todo y por nada”.
Consecuentemente, publicaciones contemporáneas siguieron
difundiendo sobre el tema de Lydia Gueiler, como el libro de Alfonso Gosalvez
Sologuren, en su obra titulado Alfonso Ibar el Cura Quijote, Hechos reales e
históricos, publicado el 2001, donde hace mención que: “Estaba a la cabeza el
famoso capitán paraguayo Martiriam Pérez, quien había fugado de su encierro en
La Paz con Lydia Guieler”. Seguidamente, otro trabajo reciente el del
suboficial Raúl Pinaya Vino el 2013, en un artículo corto indica que “Se conoce
también que en la localidad fronteriza de La Quiaca, se tiene una importancia
base de inteligencia dirigida por el Sof. Martiriam Pérez, quien después de
salir de la cárcel en La Paz huyó llevándose a la joven Lydia Gueiler Tejada”.
Como estos autores, hubo varios que reafirmaron sobre la participación de Lydia
Gueiler como espía al servicio del Paraguay. En tanto, ningún autor logró hasta
la fecha afirmar su postulado basándose en documentos de archivo fehacientes
que revelen tal versión.
Florencia Duran Jordán y Ana María Seoane Flores, en su
libro El complejo Mundo de la Mujer durante la Guerra del Chaco (1997), dedican
un subtítulo destacando el papel de las mujeres que participaron como espías
durante la campaña del Chaco. En tanto, las autoras refieren que lograron
acceder a la entrevista grabada a don Gastón Velasco Carrasco y proporcionada
por la señora M. Eugenia M. de Kaune, en dicha grabación hacen referencia al
papel desempeñado de algunos miembros del Servicio Secreto durante el año 1934,
sobre todo la “Operación Rosita”. Esta operación es sin lugar a duda, una de
las acciones de contraespionaje más conocidas y divulgadas en la historiografía
boliviana. En su respectiva obra Duran y Seoane, indican que para la operación
rosita “organizaron una cena con los funcionarios del consulado guaraní y
agentes secretos, los que asistieron junto al jefe de la misión diplomática
Martirian Péres”. Con esta aseveración se entiende que Martirian Péres fue
miembro del consulado paraguayo y parte del Servicio Secreto de ese país. Duran
y Seoane en su trabajo no hacen referencia alguna de la participación Lydia
Gueiler como espía al servicio del Paraguay.
Cabe mencionar que una de las principales vertientes que
sostienen que Lydia Gueiler Tejada, era espía a favor de Paraguay, fue el Sr.
Gastón Velasco Carrasco quien divulgo a su entorno y allegados de la presunta
participación de Lydia Gueiler como espía a favor de Paraguay. Por ello, el
periodista Donald Zabala Wilson declara en 1986 que Lydia Gueiler había
cometido el delito de traición a la Patria en el juicio a García Mesa basándose
en la referencia de Velasco. Durante mucho tiempo, intentaron sacar ese dato a
Gastón Velasco sin ningún éxito, ya en su avanzada edad no logró develar el
tema hasta el día de su muerte el año 2002. Los que lo conocieron en su entorno
aseveran que este poseía documentación secreta que revelaba esa aseveración y había
dejado un archivo encriptado sobre el respecto. Por su lado, Ricardo Sanjinés
Ávila, el 11 de marzo de 1990 en un artículo titulado: “Lydia Gueiler y la
Guerra del Chaco. No fue traición a la patria sino una simple historia de amor”
publicado en el matutino Ultima Hora afirma que Gastón Velasco: “guarda
cifrados, telegramas, partes, informes, fotografías y papeles escritos en tinta
indeleble, ciudadanamente clasificados en petacas de las que es celoso
guardián”.
Según el biógrafo de Lydia Gueiler Tejada hecha por el
meticuloso Alfonso Crespo238, Lydia es hija legitima de Moisés Gueiler, nacido
en Alemania, y de doña Raquel Tejada Albornoz, dama cochabambina. Lydia nació
en la ciudad de Tunari el 28 de agosto de 1921. No tuvo hermanos. Desde 1924
hasta 1934 siguió los cursos de primaria, secundaria y comercial, obteniendo el
título de Contadora. Siguiendo a Alfonso Crespo, “durante la guerra del Chaco
hubo una sola operación victoriosa para las tropas bolivianas, la de Cañada
Strongest, librada en mayo de 1934”. Las bajas paraguayas fueron considerables,
entre ellos cayó prisioneros el capitán Joel Estigarribia hermano de Félix
Estigarribia y otro capitán llamado Martirian Pérez Ramírez. Los cuales fueron
transportados al interior del país. Un grupo fue asignado a la ciudad de
Cochabamba. Por entonces, Lydia trabajaba como secretaria de una dependencia de
la Prefectura de Cochabamba, donde realizaba planillas de pago de los
prisioneros paraguayos que recibían subsidio. Cargo que obtuvo gracias a la recomendación
del Presidente de la República, José Luis Tejada Sorzano, pariente de su madre.
En cumplimiento de esta labor, trabó amistad con Pérez
Ramírez, “un hombre guapísimo, de ojos muy lindos, que me impactaron” según
dijo Lydia Gueiler, y se había enamorado intensamente del paraguayo. Alfonso
Crespo, menciona que Pérez retornó al Paraguay en uno de los primeros
contingentes de prisioneros repatriados, Lydia viajó al Paraguay y se reunió
con él en Asunción, siendo acogida cordialmente por la sociedad paraguaya.
Siguiendo a Crespo se casaron el 9 de marzo de 1936. Tuvieron una hija de
nombre María Teresa Pérez, nacida en asunción el 12 de octubre de 1939. Madre e
hija vivieron cinco años en el Paraguay, al cabo de los cuales, invadida por la
nostalgia de su patria, Lydia retornó a Cochabamba, en separación amistosa con
Pérez. Su biógrafo no hace mención de ningún tipo sobre el sonado tema de la
presunta participación de Lydia como espía a favor de Paraguay.
Ricardo Sanjinés Ávila, sostiene que en la batalla de Cañada
Strongest cayeron “prisioneros de importancia, nada menos que el mayor Noel
Estigarribia, hermano del generalísimo de los ejércitos paraguayos, y junto con
el un apuesto capitán de 25 años llamado Martinian Pérez, de gran atractivo
personal, además de ser aventajado elemento de la inteligencia militar guaraní,
preparado con esmero en la Francia victoriosa de la post guerra”. Por la
jerarquía de ambos militares, el Alto Mando los residenció en Quillacollo, bajo
fuerte vigilancia, lo que no impidió que a semanas de su cautiverio se
relacionen con personas de la ciudad, en especial señoritas. Según Sanjinés, el
capitán paraguayo Pérez dejó profunda huella de amor el corazón de la
cochabambina Lydia Guieler hija de un comerciante de origen extranjero. “Ella
dejaba apenas la adolescencia, tenía el temperamento particularmente
inconformista y una personalidad que contradecía los rígidos roles en los
creían las chicas de entonces”. El Alto Mando, anoticiado de aquellas
relaciones furtivas se propuso impedir que la población confraternice con el
enemigo disponiendo el traslado de un importante y galante personaje a la
ciudad de La Paz, acondicionando una parte del monasterio de San Francisco. Una
noche el capital Martinian Pérez escaló los muros de su prisión y salió libre
por la calle Sagarnaga y “emprendió veloz huida hacia el sur…en compañía de la
joven Lydia Gueiler”. Ricardo Sanjinés Ávila, con base en la versión de Gastón
Velasco asegura que el sargento Rafael Otazo fue “uno de los últimos en ver a los
jóvenes enamorados en su loco escape a la Argentina”.
Analizando el tema en cuestión, podemos inferir, según
fuentes oficiales de conocimiento público su biógrafo que Lydia Gueiler Tejada
nació en Cochabamba, el 28 de agosto de 1921. Hasta agosto de 1935 tendría 14
años cumplidos según esas referencias, relativamente muy joven, en si una
adolecente que entraba recién a la atapa de plena adolescencia. Sus detractores
afirman que no se sabe con seguridad la fecha real de su nacimiento. A raíz de
la controversia los familiares debieron ocultar el verdadero año de nacimiento
de Lydia. Sin embargo, lo más posible es que tuviera entre 18 a 20 años. Según
Alfonso Crespo enfatiza que “Lydia Gueiler, trabajaba como secretaria de una
dependencia de la Prefectura de Cochabamba durante el año 1935, cargo que
obtuvo gracias a la recomendación del Presidente de la República, José Luis
Tejada Sorzano, pariente de su madre”. Entonces, podemos aseverar que el año
del nacimiento de Lydia no fue el año 1921, puesto que, en las reparticiones
del Estado no se permitieron a adolescentes de 13 años. Pero, como era
recomendada y pariente del Presidente José Luis Tejada Sorzano debió al menos
tener 18 años.
El 9 de marzo de 1990, Ricardo Sanjinés Ávila entrevistó a
Lydia Gueiler Tejada y esta le expresó rotundamente que: “‘no es posible
comprender como una niña pudo haber pasado información al Paraguay’”. La
ex–presidente negó rotundamente haber servido al Paraguay, porque según ella
era una niña. Sus apologistas se basan en la edad de Gueiler para sostener que
una niña no pudo haber sido espía al servicio de Paraguay. Sin embargo, afirman
su relación con el paraguayo Martirian Pérez del cual nació una hija. Por ello,
Alfonso Crespo su biógrafo indica que Lydia nació el 28 de agosto de 1921 y
hasta agosto de 1935 tendría 14 años cumplidos. Sus detractores sostienen que
Gueiler debió al menos tener entre 18 a 20 para que se enamore profundamente y
decida huir con el paraguayo a Asunción. El tema de la controversia salió a la
luz después de que Lydia asuma la Presidencia de la República de Bolivia, antes
de ello nadie toco el tema, y los políticos y militares contrarios a su régimen
usaron el tema para derrocarla políticamente más adelante. Velasco y Gueiler
fueron del MNR. Estos supieron cuidar su imagen pública ante sus contrarios
pero en el interior del mismo partido había rivalidades que fueron aprovechando
el tema.
Haciendo una analogía con respecto a los prisioneros,
Bolivia mantenía correspondencia secreta con sus prisioneros en Paraguay y
exitosamente nunca fue descubierto por el enemigo. Se trabajó con oficiales
quienes enviaban sus informes respecto al estado de los prisioneros bolivianos
y el desenvolvimiento bélico en el lado paraguayo. Estos oficiales en el
cautiverio enviaban sus informes semanalmente. De igual forma sucedió con los
prisioneros guaranís cautivos en Bolivia, el Capitán paraguayo Martiriam Pérez
enviaba cartas al Paraguay desde Cochabamba. No antes de pasar por la Censura
Militar. Cuando cayó prisionero y como oficial de arma, en ningún momento este
debió pensar en enamorarse inocentemente de bolivianas. Lo que le obligó a
acercarse a la joven Gueiler y enamorarla fue ganar su confianza para usarla a
su favor como cautivo. Por eso el militar paraguayo debió aprovechar esa
circunstancia para lograr sus objetivos de fondo. A la cual Lydia cayó
ilusamente.
Analizando otro aspecto del tema, podemos partir de Gastón
Velasco Carrasco quien evidentemente fue parte integrante de los servicios
reservados del Estado boliviano durante la guerra del Chaco. Velasco nació en
1905 y para 1935 tendría 30 años cuando trabajo en los servicios reservados.
Velasco circunstancialmente participó del espionaje y contraespionaje desde
1934 a 1935 en diferentes acciones en el norte argentino y en la ciudad de La
Paz. Pero, el Servicio Reservado del Estado boliviano se desplegaba en toda la
República y en el exterior (en sud América y países europeos por el filtro de
las legaciones y consulados), si bien, Velasco conoció muy de cerca la
información obtenida gracias a la “Operación Rosita” en el norte argentino. El
Estado Mayor Auxiliar, Comando Superior, Ministerio de Relaciones Exteriores y
el Ministerio de Guerra habían desplegado muchas operaciones secretas de alta confidencialidad
en el interior y exterior de la República que solo tenían conocimiento incluso
el Presidente República.
Cabe preguntarse en qué lugar de la estructura del Servicio
Reservado encontramos a Gastón Velasco con su nombre en clave: 013, ¿y qué
significa esto en la estructura del Servicio Secreto? Que el caso particular
del agente 013, él era un operario, básicamente un subalterno con mandos más
superiores al que debía rendir sus informes. Él contaba también con sus
subalternos asignados. En su mayoría, los agentes en misiones de espionaje y
contraespionaje estaban bajo la dependencia de militares de alto jerarquía
entre ellos mayores, coroneles y tenientes-coroneles y estos no tenían la
nominación de agente secreto como se puede evidenciar en la documentación de archivo,
figuran como agregados militares entre otros cargos. Asimismo, distintas
misiones no tenían conexión entre si aun cuando operaban en el mismo sector, es
decir, se envió a agentes secretos a una misma población para hacer espionaje y
contraespionaje, pero, estos agentes desplegados individualmente y en grupos no
se conocían entre sí. Ya que este sistema garantiza la eficiencia del Servicio
Secreto y garantiza su seguridad. Si el enemigo lograba descubrir algún agente,
por medio de la tortura lograron en algunos casos hacer descubrir al resto de
espías que operan con él y caí toda la red de espionaje. En tanto, si caía uno,
el resto seguía operando sin ningún riesgo, por eso se optó por ese sistema. En
tanto, muchas misiones no se conocían mutuamente, pero, en algunos casos se
logró su conexión entre sus agentes por necesidad logística. En suma, se puede
afirmar fehacientemente que Gastón Velazco no conocía en su integridad todo el
Servicio Secreto boliviano como muchos lo atribuyen.
Otro elemento que es sujeto de análisis es el perfil que
tenía Gastón Velasco vista de los servicios de inteligencia, en el tema de
manejo de secretos, este personaje es el que más difundió e hizo público
durante su existencia en la televisión, prensa escrita y oral y otros medios,
tras revelar el secreto al Alto Mando Militar el año 1995, incluso antes ya
divulgaba sobre su participación como espía en la guerra del Chaco, decía de
manera popular ser el “Agente 013”. Con ese perfil, Velasco difícilmente hubiera
guardado un secreto de esa magnitud, sino, todo lo contrario. Si hubiera tenido
las pruebas contundentes que Lydia Gueiler fue espía al servicio de Paraguay
simplemente lo hubiera difundido, por el perfil que tenía, el de no poder
guardar secretos de personalidades. Los demás empleados que trabajaron en el
Servicio Reservado hasta la actualidad no revelaron la intensa actividad de los
servicios secretos durante la guerra del Chaco. Y muchos miembros del Servicio
Reservado no dejaron referencias al igual que Velasco.
En efecto, cabe preguntarse ¿en la estructura del espionaje
Paraguayo-Argentino en qué lugar se la puede encontrar a Lydia Gueiler Tejada?
“Una niña de 13 años” según su biógrafo (Alfonso Crespo) que se había enamorado
de un guapo paraguayo y se fue a vivir con él a Asunción y tuvieron una hija.
Para que Gueiler practicara el espionaje, esta tendría que haberse encortrarse
en Bolivia y no en Paraguay. Estando en Paraguay que pudo haber espiado desde
alla a Bolivia al menos que tuviera un enlace, cosa difícil, porque, los
enlaces fueron personal altamente de confianza que no se improvisaba como son
los diplomáticos. Tras el cese de hostilidades se siguieron en Bolivia los
procesos por espionaje hasta 1941. Se fueron destapandos casos por casos en los
tribunales militares por traición a la patria y espionaje.
No se encontró nungun documento en el Archivo Militar del
Servicio de Contraespionaje boliviano que refiera que Lydia Gueiler ubiese
servicio al Paraguay en calidad de espia. Sin lugar a duda, el espionaje
paraguayo – argentino fue superior al de Bolivia durante la guerra del Chaco.
El espionaje a Bolivia había comenzado en sus tres etapas bien identificadas
(antes, durante y después de la guerra), Lydia Gueiler conoce y se enamora de
Martirian Pérez en 1935 y se casa en 1936 (tuvo al menos que atender a su hija
recién nacida). Para aseverar firmemente que Lydia Gueiler hubiese sido espía a
favor de Paraguay, tuvo que operar activamente desde 1935 a 1938 (hasta firma
de la Paz entre Bolivia y Paraguay). Además, preguntarse si el Servicio Secreto
paraguayo tuvo plena confianza en Gueiler sabiendo que es boliviana, o
simplemente fue un informante casual. Para resolver la controversia, solo resta
revisar documentación del Servicio Secreto paraguayo y argentino, e indagar
sobre la hoja de servicio del militar Martirian Pérez si formó parte del
Servicio Secreto de su país y sus misiones diplomáticas o solo era oficial que
tenía mando de tropas en la campaña. Mientras queden por descubrir otros testimonios
documentales en archivos: bolivianos, paraguayos y argentinos nada se pude
adelantar respecto a la controversia de Lydia Gueiler como espía al servicio
del Paraguay.
Finalmente, para cerrar el tema, Isabel Velasco hija de
Gastón Velasco el año 2009, público un artículo en la Web con el título “Las
correrías del ‘Tata Ivar’ en tiempos de Guerra”, en este pequeño artículo
destaca el papel y la participación del padre Alfonso Ibar como Jefe de Policía
boliviana durante la guerra del Chaco. Y menciona además: “Mi propósito era
relatar algunas de las aventuras y correrías de este diablo policía ensotanado.
Un personaje interesante el Tata Mexicano…amiguísimo y encubridor de Gastón
Velasco, Carlos Ackerman, Augusto Salinas, Rosita Aponte, Cristina Velasco y
Lidia Gueiler Tejada. Contacto en los elegantes antros y salones de la época,
informante y activo miembro del SSB”. Con esta aseveración, Isabel Velasco hija
de Gastón V., la controversia se vuelve aún más enmarañada. Los nombres que
cita Isabel V., corresponden correctamente al personal del Servicio Secreto de
1934-1935 durante la guerra del Chaco. Esto nos hace inferir que Lydia Gueiler
hubiera trabajado como espía a favor de Bolivia y no a favor de Paraguay como
se cree. José Luis Tejada Sorzano a su ascenso a la presidencia según Alfonso
Crespo había recomendad a Gueiler para trabajar en una oficina de la prefectura
en Cochabamba con prisioneros del Paraguay. Este Presidente envió a sus
parientes y allegados a misiones secretas con fines de espionaje y
contraespionaje en el interior y exterior durante los años 1934 - 1936. Se
podría deducir que el caso de Lydia Gueiler podría ser uno de ellos. En el peor
de los casos se podría cavilar que fue incluso un agente doble Lydia que
trabajo para ambos lados.
Acta del matrimonio de Gueiler Tejada y el súbdito paraguayo.
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