Los movimientos subversivos de Chuquisaca, Cochabamba, La
Paz y Oruro, y la proximidad del Ejercito Auxiliar Argentino, habían adelante y
decidido a los patriotas potosinos encabezaos por Diego Barrenechea, Millares,
Nogales, Subierta, Mattos, Quintana y otros, a sumar sus fuerzas al movimiento
insurreccional que se propagaba rápidamente por toda la Audiencia.
Efectivamente, el día 10 de noviembre tuvo lugar un
alzamiento de proporciones en el que participo el pueblo entero.
En un concurso cabildo abierto, se reconoció a la Junta de
Gobierno de Buenos Aires, rechazando la autoridad del Virreinato de Lima.
Tres días antes, el 7 de noviembre, el Ejército auxiliar,
comandado por Castellí y Valcárcel, había infligido una gran derrota a las
fuerzas realistas en los campos de Suipacha, tomando prisioneros jefes
principales: El Presidente de la Audiencia, Nieto, el Gobernador Córdova y el
Intendente Sanz.
A su ingreso a Potosí, el ejército comandado por Castellí
fue recibido con grandes manifestaciones de entusiasmo por los potosinos;
aunque una de sus primeras medidas fue ordenar luego de un proceso - sumario,
el fusilamiento de los Generales Nieto y Córdova, que se habían negado a jugar
acatamiento a la junta de Buenos Aires, y como represalia, se dijo, por la
ejecución de los patriotas paceños el 29 de enero de ese mismo año.
De esta manera, las poblaciones de la Audiencia se sometían
a las autoridades de Buenos Aires.
Era, en verdad, el comienzo efectivo de la guerra de la
independencia aunque esos espectaculares triunfos militares habrían de ser
ahogados muy pronto por las bien organizadas fuerzas españolas. Potosí y las
otras poblaciones sublevadas, pronto serían ocupadas nuevamente por la fuerza
militar colonial.
La mañana del 10 de noviembre de 1810, el pueblo potosino,
convulsionado por la revolución libertaria, promovida en Chuquisaca y extendida
por todo el continente, se unió al movimiento emancipador dirigido por los
patriotas: Salvador Mattos, Pedro Ascárate, Eustaquio Equivarra, Alejo Nogales,
Marciano Nogales, Joaquín de la Quintana, los hermanos Millares, Manuel Molina,
Mariano Toro y Manuel Orozco.
El movimiento de Potosí, largo tiempo controlado por las
fuerzas de la opresión peninsular, que detentaban el poder económico del Alto
Perú, tuvo que estallar sorpresivo. Los españoles sintieron aquel grito “Como
el sordo bramar de los mares”. Ese pueblo, al saber el triunfo de los patriotas
en Suipacha, el día 7 de noviembre, hecho que fue conocido al llegar las
fuerzas derrotadas, que dispersas rendidas por la fatiga, no pudieron oponer
resistencia, no demoró mas y alzó su voz largamente reprimida. Los patriotas
potosinos tomaron el cuartel, depusieron al Gobernador Francisco de Paula Sanz
y apresaron a todas las autoridades realistas, evitando así que se opusieran al
avance del Ejército Auxiliar Argentino.
Potosí, baluarte de la economía de los chapetones que se
mantenían en el poder gracias a las riquezas explotadas en su inagotable
montaña de plata, venció a la opresión e hizo repercutir en los Andes su grito
de libertad, que lo hermanó con los demás movimientos de Alto Perú.
Se organizó la Junta de Gobierno Local, nombrándose a Don
Joaqueín de la Quintana Gobernador interino y Presidente del Cabildo.
Un poco de Historia de la Villa Imperial de Potosí
Durante la colonia adquirió fama en todo el mundo por la
producción de plata en el cerro rico. Porco y Colquechaca.
En 1651, la ciudad de Potosí era la más poblada del nuevo
mundo con 160 000 habitantes.
El precursor de la Independencia Americana es Don Alonso de
Ibáñez (ó Yáñez), que encabezó el bando de los Vicuñas frente a los
Vascongados, españoles. Fue ejecutado en la plaza del Gato (Katu) el 15 de mayo
de 1617.
Potosí en 1810 lanzó el grito revolucionario contra el poder
español y desde ese momento la sangre de sus hijos corrió a torrentes.
El 21 de enero de l812 subieron a la horca 47
revolucionarios.
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