Por Edwin Rivera M. / Este artículo fue publicado en
el matutino El País de Tarija el 12 de octubre de 2014.
A fines del siglo XVIII, los ecos de la revolución
norteamericana y la revolución francesa habían provocado el resurgimiento del
espíritu nacional irlandés contra la ocupación inglesa.
Francisco, nació el 12 de junio de 1791 en el Castillo de
Dungan, Condado de Cork, sus padres fueron don Roger O’Connor, señor de
Connorville y doña Wilhelmina Bowen. Descendía en línea directa de la Casa Real
de Conaught, reyes de Irlanda.
La persecución del gobierno Inglés se había hecho extensiva
a toda su familia porque tanto el padre de Francisco como su tío Arturo habían
encabezado la insurrección de 1798. Familia caracterizada por su intransigente
lucha por la liberación de Irlanda contra la dominación inglesa. Su hermano
menor, Feargus O’Connor (1796–1855), era un destacado dirigente en Inglaterra,
miembro del parlamento británico, orador, periodista, impulsor cartista a favor
del voto universal que discriminaba a la clase obrera, pero más bien conocido
por su habilidad de mover las masas y por sus frecuentes arrestos en las
campañas de los años 1830 y los 1840 exigiendo un cambio político.
En su primera edad, Francisco, había recibido una vasta y
sólida instrucción; además del inglés, su idioma, el español, el francés, el
latín y el hebreo con acabada perfección, y tenía profundos conocimientos en
Filosofía, Historia, Matemáticas, Astronomía e Ingeniería. Tenía pasión por la
lectura y el estudio, y en sus momentos de descanso se entregaba a los trabajos
de carpintería que mucho le agradaban. También de manera clandestina, durante
casi cuatro años recibe instrucción militar en sus propiedades.
Cuando tenía 24 años, Francisco, decide viajar a Francia a
sumarse al ejército de Napoleón Bonaparte, para luchar contra los ingleses por
la liberación de Irlanda; ya había cruzado el Canal de la Mancha, cuando se
enteró de que Napoleón había sido derrotado en Waterloo. Tres años después se
enteró de que un “general” Devereux (irlandés, hijo de un dirigente político
ejecutado por las autoridades inglesas) reclutaba en Dublín voluntarios para el
ejército de Simón Bolívar. Conformó la Legión Irlandesa junto a otros
destacados militares como Guillermo Miller y Florencio O’Leary, que darían
gloria a las armas libertarias contra el yugo español.
Su hermano, le proporcionó los recursos necesarios para la
adquisición de su equipo personal y pensó con mucha razón que encontrándose en
Venezuela en plena revuelta política, muchas promesas no se cumplirían, y así
fue, tanto por los acontecimientos de América como por la conducta personal de
Devereux, muy alejada de la probidad.
A principios de julio de 1819, investido con el grado de
Teniente Coronel 2o, Jefe del Regimiento de lanceros de la legión irlandesa, y
armado de una hermosa espada, regalo de su padrino y miembro de la Cámara de
los Lores de Inglaterra Sir Francisco Burdett (a él se le debe los nombres:
Francisco Burdett). A bordo del transporte Hannah, parte a América, a la guerra
por la liberación del continente, 100 hombres entre jefes y oficiales de tropa,
pertenecientes a los Húsares del Ejército Irlandés.
Trajo consigo, más de diez mil peso en moneda inglesa de oro
y el importe de dos mil quinientos pesos en maestranzas de artillería, armería
y herramientas de zapa y mina.
Por la vigilancia de los españoles el desembarque no estuvo
exento de incidentes. Apenas tocaron tierra americana, los jefes británicos se
convencieron de que Devereux había sido infiel a la palabra empeñada. Por la
falta de seriedad comprobada, retornaron a Europa de inmediato un buen número
de jefes y oficiales irlandeses.
Después de algunos días de permanencia en el puerto de Juan
Griego con los efectivos llegados en su barco y con otros que les habían
precedido, marchó Francisco de la fortaleza de Pampatar, que escogió la Legión
para establecer su cuartel general. En mérito a su sagaz comportamiento en toda
ocasión y por sus dotes de militar y organizador eficiente, el voto unánime de
sus camaradas elevó a Francisco al cargo de Comandante del Cuerpo que tomó el
nombre de “Lanceros”. Este nombramiento mereció inmediata ratificación de parte
del Almirante Brion, jefe naval de la isla y de la escuadra surta en sus aguas.
En febrero de 1820 se hizo presente el Teniente Coronel
Mariano Montilla emisario de confianza de Simón Bolívar y portador de sus
instrucciones para el traslado de las diferentes unidades a la costa firme.
Este traslado debía efectuarse en los barcos de guerra que comandaba el
Almirante Brion y el destino iba a ser el Río Hacha, donde Francisco tuvo
ocasión de combatir por primera vez en tierra americana.
Simón Bolívar, se congratulaba a menudo de la llegada de los
británicos, considerando que ésta era como el maná para los generales
venezolanos en armas contra España. Y es que los británicos aportaban
precisamente aquello de que más carecían los americanos: “el espinazo militar,
la instrucción, la disciplina y hasta ese mínimo de orden castrense: el
uniforme”. Simón Bolívar lo llamaba “el Poeta”.
Fue Jefe de Estado Mayor del Ejército Libertador, Miembro de
la Orden de los Libertadores de Venezuela, Cundinamarca y el Perú, Coronel de
los Ejércitos de Colombia, General de Brigada de Perú y General de División de
Bolivia.
En 1824, en el Perú, fue designado jefe del Estado Mayor del
Ejército Unido Libertador; como tal asistió a la Batalla de Ayacucho, siendo
autor él mismo del triunfo de Ayacucho como Ingeniero de Campo y Comandante
(fue él quien eligió el campo de batalla).
DESPUÉS DE LA BATALLA DE AYACUCHO, FRANCISCO INGRESÓ CON EL
EJÉRCITO LIBERTADOR EN EL ALTO PERÚ, PARA COMPLETAR SU INDEPENDENCIA.
Apoyó la idea de formar una nueva República en base a los
territorios del Alto Perú, apoyo que ayudó a convencer al Mariscal Antonio José
de Sucre y que, finalmente resultó en la formación de Bolivia, por lo que se le
saludó a Francisco como “El Fundador de la Nueva República”.
Tras la declaratoria de la independencia de las 5 provincias
del Alto Perú, el 6 de agosto de 1825, la Asamblea Deliberante, convocada por
el Mariscal Antonio José de Sucre “Crea el Ejército Nacional sobre la base de
las tropas guerrilleras pertenecientes a las diferentes republiquetas,
especialmente la de Ayopaya, a la cabeza del célebre guerrillero José Miguel
Lanza. El Primer Comandante del Ejército fue Francisco Burdett O’Connor”.
A fines de octubre de 1825, mientras permaneció Francisco,
en la ciudad de Tarija, le llegó una nota oficial emitida el 25 de ese mes, por
el Mariscal Antonio José de Sucre, que le ordenaba, por disposición del
Libertador Simón Bolívar, realizar un relevamiento de la costa marítima de
Bolivia, por lo que Francisco, visitó el pueblo de Atacama, y las
localidades de Calama, Chacance, Culupo, Cobija, Mejillones y Paposo, elevando
un informe detallado sobre accesos, disponibilidad de agua y el fondo para
Ancla. Como consecuencia del reconocimiento e informe de Francisco, el 28 de
diciembre de 1825, Simón Bolívar dictó un decreto que decía: “Quedará
habilitado, desde el 1ro de enero entrante, con el nombre de Puerto La
Mar, de Cobija. Se arreglarán allí las oficinas pertenecientes a la Hacienda
Pública. El Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, queda encargado
de la ejecución de este decreto”. Por el informe de Francisco, la localidad de
Cobija, en la que al tiempo de su visita residían solo dos personas, quedó
elevada a la categoría de Puerto Mayor y se convirtió en una población de
cierta importancia.
Francisco Burdett O’Connor, fue uno de los primeros en
transitar y dar a conocer en detalle la Costa Marítima de Bolivia.
Volvió al Ejército para servir al mariscal Andrés de Santa
Cruz, siendo designado Ministro de Guerra.
Francisco conoció y trabó amistad con muchos personajes,
entre los que se cuenta don Juan José Flores, fundador y primer presidente de
Ecuador.
FUE PARTIDARIO DE LA INCORPORACIÓN DE TARIJA A BOLIVIA EN
1826.
Tuvo una actuación brillante en las batallas de la
Confederación Perú Boliviana, comandó una División en la célebre batalla de
Socabaya, participó en la batalla de Iruya y comandó la vanguardia de las
tropas bolivianas que vencieron a la Confederación Argentina en la batalla de
Montenegro, con lo que se consolidó definitivamente la pertenencia de Tarija a
Bolivia.
Ejerció el cargo de Prefecto de Tarija (fue el décimo) e
hizo un levantamiento de la frontera del Sur. Fue impulsor de las mejores obras
públicas, como el Hospital San Juan de Dios, el Mercado central y el
Cementerio.
APOYÓ NOTABLEMENTE A LA EDUCACIÓN PÚBLICA FUNDANDO ESCUELAS
CON SU PROPIO PATRIMONIO.
Se vinculó definitivamente a Tarija, a través de su
matrimonio con una dama de la sociedad, doña Francisca Ruyloba, hija de un
conocido comerciante de la ciudad, el señor Juan Ramón Ruyloba y de doña
Dolores Echeverría
Se casó en Tarija en 1827. De este matrimonio tuvo cuatro
hijas, de la que una sola llegó a la madurez, doña Hersilia O’Connor Ruyloba,
unida el 12 de junio 1852 en matrimonio con don Adhemar d’Arlach, elegante y
culto hombre de Aviñón (Francia), Secretario de la Embajada de Francia y
después Coronel del Regimiento de Cazadores de Bolivia, autor de una novela
intitulada “Doble Deber”. El Presidente de la República de Bolivia actuó de
Padrino en la ceremonia religiosa. Murió en la Ciudad de La Paz el 22 de junio
de 1867, a los 37 años. Teniendo un hijo de nombre Tomás, que adoptó la
costumbre irlandesa de usar primero el apellido de mayor rango, pasó a llamarse
Tomás O’Connor d’Arlach (algunos de sus descendientes usan el apellido O’Connor
d’Arlach mientras que otros optaron por usar únicamente d’Arlach). Doña
Hersilia fallece el 11 de abril de 1896, en su Hacienda de Santa Ana en
Tarija.
Tuvo una gran amistad con Manuel Isidoro Belzu, de cuya boda
con la talentosa poetisa Juana Manuela Gorriti, fue padrino; en casa de
Francisco se llevó a cabo el matrimonio. También Eustaquio Méndez Arenas, fue
amigo personal suyo, falleciendo el héroe tarijeño en la casa del Libertador
(calles Bolívar y Campero de la Ciudad de Tarija).
Francisco, compró varias propiedades en la otrora Provincia
Salinas con su peculio propio, a excepción de una reducida estancia de Sereré
que le fue asignada por El Mariscal José Antonio de Sucre.
Durante 45 años, Francisco, manejó sus empresas agrícolas
con dominio y estrategias loables, a la vez que trabajaba con sus propias
manos, fueron tres generaciones de pobladores de Entre Ríos, Salinas y
Narváez que vieron como este militar trabajaba sus estancias y propiedades. Era
radical en su forma de trabajo. Su ideología política era la comunidad rural
sin privilegios, es decir la tierra para quien la trabaja, fue un precursor
dentro de estas ideas revolucionarias.
FUE NOMBRADO DELEGADO NACIONAL DE COLONIZACIÓN, DANDO UN
APOYO MUY GRANDE A LA ETNIA CHIRIGUANA, EN LA ENTONCES PROVINCIA SALINAS.
A Francisco se le asociaba con el establecimiento de un
tercio de las unidades que comprendían las Fuerzas Armadas de la República de
Bolivia. En el año 1826 el Congreso del nuevo Estado lo recompensó con 5.000
pesos por ser un Libertador, pero él mismo nunca hizo uso de este título a
pesar del excepcional honor que le fue concedido.
FUE EL ÚNICO HOMBRE QUE SIRVIÓ TRES VECES COMO JEFE DE
ESTADO MAYOR GENERAL.
Como un homenaje y justo reconocimiento a su memoria, por
Ley del Congreso, promulgada por el Presidente Ismael Montes Gamboa, el 3 de
diciembre de 1906, se dispone que, en adelante, la provincia Salinas, del
departamento de Tarija, lleve el nombre de O’Connor. También la Ciudad de
Tarija denominó con su apellido una de las calles del Barrio La Pampa.
Falleció en Tarija, el 5 de octubre de 1871, cuando ejercía
el cargo de Jefe Superior Militar del Departamento. Sus restos fueron
enterrados en la antigua Capilla del Cementerio de la Ciudad de Tarija, la
misma que hace tiempo atrás se derrumbó, no pudiéndose recoger sus restos.
FRANCISCO BURDETT
O’CONNOR
POR: GASTÓN CORNEJO BASCOPÉ PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD
BOLIVIANA DE HISTORIA - GASTONCORNEJO996@GMAIL.COM / Este artículo fue
publicado en el diario Opinión el 23/06/2014.
Festejamos los 225 años del nacimiento de un gran personaje,
el Libertador Francis Burdett O´Connor, que nació el 12 de junio de 1791 en la
ciudad de Cork en el reino de Irlanda. Segundo hijo de Rogerio O´Connor, último
vástago de la Casa Real de Irlanda cuya línea genealógica tuvo esclarecidos
valores humanos en el Parlamento, el foro, las letras, la diplomacia, el campo
de batalla, y también mártires de la Fe católica. De pequeño vivió en el
castillo de Cork donde recibió vasta educación y sólida cultura, llegando a
dominar varios idiomas, llegó a tener profundos conocimientos de la filosofía,
historia, matemáticas, astronomía e ingeniería.
En 1818, muy joven, decidió abandonar su país y su familia para seguir a Simón
Bolívar que proclamaba la libertad y la emancipación de las colonias españolas.
En Julio de 1819 O´Connor abordó el buque Hannah que partió de Dublín para
América del Sur junto con 100 jefes y oficiales, y 101 soldados de tropa de los
regimientos 7 y 18 de Húsares del ejército inglés, vencedores de Waterloo y
licenciados una vez concluida la guerra contra Napoleón; todo este personal
comprometido y destinado a las fuerzas anglo-irlandesas en Venezuela. En mayo
de 1824 fue General de División del Ejército Unido del Perú, luego de varias
acciones victoriosas.; y en el combate de Junín acompañó personalmente al
Libertador; en la de Ayacucho fue responsable de seleccionar el campo de
batalla y además actuó como Jefe del Estado Mayor General.
El parte de O´Connor al Libertador desde el Cuartel General en Potosí el 8 de
abril de 1825 fue el siguiente: “Desde Ayacucho hasta Potosí se había derrotado
un ejército realista conformado de casi 18.898 combatientes, 25 Generales
prisioneros, 221 jefes y oficiales, 96 muertos en batalla y 856
prisioneros.
O´Connor quedó en la recién creada República de Bolívar donde se naturalizó
poco después como General del Ejército de Bolivia. Además de fundador y
artífice de incorporar Tarija a Bolivia, fue el creador de la Cartografía
Nacional. Por encargo del Libertador y del Mariscal Sucre, realizó
investigaciones personales en el Litoral, levantó un mapa de Loa, Cobija,
Mejillones y Paposo; decidió que en Atacama el mejor puerto fuese “Cobija”,
inicialmente llamado Puerto “Lamar”. También trazó la delimitación de la
frontera con Argentina.
Santa Cruz lo llamó al servicio activo en 1831 y en 1835, alternando campañas
militares con cargos políticos. Con su gran experiencia militar asistió como
Director en la capacitación y la reorganización de las fuerzas armadas
peruano-bolivianas al ser creada la Confederación. Con Santa Cruz asistió
defendiéndola de Chile en la Guerra del Pacífico.
El notable escritor Tomás O´Connor, su nieto, en homenaje al Tercer Libertador
de América expresa: “Que la historia de Bolívar dé al nombre de Burdett
O´Connor un lugar en sus inmortales páginas, y que la Patria recuerde alguna
vez al que fue uno de sus más heroicos, más leales, más desinteresados y más
abnegados servidores”.
Así lo hemos recordado con el Coronel Carlos Ruck, los Comandantes, familiares
y el noble Ejército de Bolivia en Cochabamba, el lunes 16 del presente honrando
su memoria y entregando su imagen a la Galería de Héroes de la Escuela de
Comando y Estado Mayor. La sociedad de Geografía e Historia también se honra
con estas evocaciones patrióticas.
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