Impusieron la fuerza con bayonetas y cañones. Desalojaron a
los habitantes del litoral, ultrajaron la tricolor nacional y asesinaron a los
que defendieron la soberanía, la mañana del 14 de febrero de 1879, hace 142
años.
Siete cañones del blanco escalada anunciaron la entrada del
blindado cochrane, en el que venía el comandante general de las fuerzas armadas
de chile, quien en el acto y sin previa declaratoria de guerra intimó al
prefecto para que entregue la plaza. No de otra manera el ‘picoteado’ y el
‘chinchero’ han tomado lo ajeno.
El patriotismo y la indignación rebrotaron en el espíritu
boliviano y aún resuena.
¡Viva Bolivia!, ¡Muera Chile! ¡viva la patria de murillo!,
¡viva el gobierno nacional!, ¡bolivianos alerta! ¡la patria está en peligro!,
citaron las proclamas denunciando el asalto del 14 de febrero de 1879.
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