Foto-postal coloreada, Mujeres y niños indígenas en la región de Cordillera de Santa Cruz, Bolivia. (principios de siglo XX) |
En esta oportunidad les traemos la treceava entrega.
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Entradas publicadas:
Parte I - PLACIDO
MOLINA REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (PARTE I)
Parte II - PLÁCIDO MOLINA MOSTAJO REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA Y
SUSTENDENCIOSOS POSTULADOS (Parte II)
Parte III - PLACIDO MOLINA REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (SOBREMIGRACIONES Y
DISCUSIONES LINGÜÍSTICAS)
Parte VI - PLÁCIDO MOLINA MOSTAJO REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (Sobre la
fundación de Santa Cruz de la Sierra)
Parte VII - PLÁCIDO MOLINA MOSTAJO REFUTA A ENRIQUE DEGANDÍA (LIMITES DE LA
GOBERNACION DE SANTA CRUZ DE LA SIERRA)
Parte VIII - PLÁCIDO MOLINA MOSTAJO REFUTA A ENRIQUE DEGANDÍA (Sobre el
obispado de Santa Cruz)
Parte IX - PLACIDO MOLINA REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (SOBRE LA INTENDENCIA
DE SANTA CRUZ DE LA SIERRA)
Parte X - PLACIDO MOLINA REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (SOBRE LA GUERRA DE
INDEPENDENCIA EN SANTA CRUZ)
Parte XII - LA RESPUESTA DE PLACIDO MOLINA AL ARGENTINOENRIQUE DE GANDÍA, SOBRE LA INDUSTRIA Y EL COMERCIO DE SANTA CRUZ
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LA INSTRUCCIÓN PÚBLICA EN SANTA CRUZ
(AL CAP. IV, 2DA. PARTE)
Fundado este capítulo en publicaciones de intelectuales cruceños
de tan buena cepa como el Dr. Julio Gutiérrez (Historia de la Universidad de
Santa Cruz) y Emilio Finot, el malogrado poeta y escritor (Últimos días
Coloniales de Santa Cruz de la Sierra), no habría observación que hacer; puesto
que resulta bien informado de la vida de la instrucción en el país.
Hácese notar que Santa Cruz “se distinguió siempre en
Bolivia por el elevado número de «alfabetos». La afición a la lectura, al
estudio del latín, letras y ciencias, fué la característica de los cruceños’',
lo cual condice con lo que asentáramos en capítulo anterior sobre el carácter
de ese pueblo.
Alguna vez se hizo cuestión atribuida a regionalismo la
pretensión de ciertos Ministros de suprimir la Universidad, y el contradecirla
los representantes y la juventud crúcenos. El que esto anota fue un defensor
entusiasta, como puede verse en el folleto «La Universidad de Santa Cruz —
conferencia publicada por los alumnos de la Facultad de Derecho, 1905»— ; pero
si ese proyecto ha de contemplar, ahora, una centralización de institutos,
dando en cambio de ése, hoy deficiente para una vida intensa, otro de mayor
utilidad para el resurgimiento de la inmensa región, hay quienes juzgan, ahora,
que a Santa Cruz le convendría más una Escuela Superior de Agricultura y
Ganadería con una Granja Experimental, u otro plantel industrial que prepare a
los advenientes hacia actividades que son de urgencia, porque el país necesita
más de aprendizajes prácticos que de estudios teóricos, puesto que aquellos
vendrán como añadidura en el momento en que la región esté fuerte y rica. Nada
se opone a que la Facultad de Derecho continúe libre, como fué antes, si fuese
necesario.
Este modo de pensar, comprobará el equilibrio mental de ese
pueblo, tan evolucionista y comprensivo como pocos de Hispanoamérica.
Con razón, pues, anota el señor Gandía «que la vida
intelectual en Santa Cruz se desarrolla en grado igual o superior al de las
demás provincias bolivianas»; y esto es aún más notorio si se comparan las
clases proletarias, pues hasta los indígenas del Oriente, son adictos al
aprendizaje y aptos para la cultura. Niñas de Guarayos, enviadas a Milán, han
obtenido premios en escuelas de labores, por lo primoroso de las suyas, y entre
los Mojos y Chiquitos hubo siempre músicos aventajados.
Mr. D’Orbigny anota que en esos pueblos estaban muy desarrolladas
ciertas artes manuales, como la platería, carpintería y tejidos, y que en sus
hermosos templos se escuchan misas tan bien cantadas por los indios, como en
las mejores catedrales de Europa.
LA ADMINISTRACION PUBLICA EN SANTA CRUZ
(Al Capitulo V, 2a. parte)
En este capítulo liemos de formular el menor número de
observaciones, tanto porque se refiere a la cuestión de política interna, q‘
tiene muchos rozamientos personales, cuanto porque los actuantes, vivos aún en
su mayor parte, tendrán el derecho y quizá el deber de documentar la parte que
les atinge, ya que se les toca la trompeta del juicio de la posteridad; y los
que aquí se formulan por medio tan calificado, tendrán derecho a quedarse como
definitivos si no se discuten. Conociendo la procedencia de los datos y
habiendo sido el que esto anota actor también, aunque en funciones no «políticas»
(Vocal y Rector de la Universidad y Vocal y Presidente de la Corte Superior),
su papel de «historiador» en ese período, tendría que referirlo extensamente a
los archivos, lo que quitaría a esta exégesis su actualidad y necesaria
brevedad.
Por eso apenas hemos de traer tal cual reminiscencia, o
reflexión que se ocurra a primera vista.
Durante la Prefectura del Dr. Antonio Vicente Barba llegó a
Santa Cruz el telégrafo que hacía tiempo se había estacionado a pocas leguas de
la ciudad.
De 1900 a 1910 hubo los siguientes Prefectos crúcenos: Dr.
José Félix Camacho (médico), del 2 de Agosto de 1899 al 12 de Enero de 1901, el
Dr. Autonio Y. Barba (abogado), del 12 de Enero de 1901 al 18 de Diciembre de
1903 en que por enfermedad entregó la Prefectura al suplente legal que era el
Intendente de la Policía D. Angel Ma. Justiniano, que ejerció hasta el 12 de
Febrero de 1904 y segunda vez de Julio a Diciembre de 1906, y también fue
Prefecto accidental D. José Cronenbold en los últimos meses de 1908.
Esto se anota sin desconocer la tendencia de ciertos
gobernantes de Bolivia a enviar a los Departamentos Prefectos allegados suyos,
con preterición de las personas meritorias que hay en cada localidad.
En el centro dé la plaza de Sta. Cruz, se levanta la estatua
del Cnel. Ignacio Warnes, de los caudillos dé la Independencia, Gobernador de
Sta. Cruz del 24 de Septiembre. de 1813 en que llegó a la ciudad, hasta el 21
de Nbre. de 1816 en que cayó heroicamente en la “batalla del Pari, y por lo
tanto no hay en la mitad de la plaza ni en toda ella el pozo artesiano que se
dice dejó como recuerdo el Prefecto Cronenbold.
Ahora que se intenta hacer la Historia de Santa Cruz, el
autor de este trabajo que reúne desde hace varios años papeles comprobatorios,
invita a todos sus conciudadanos que han actuado en alguna forma digna de
cuenta, a enviarle o publicar— con documentos — su labor o sus descargos.
Es satisfactorio que se anote que todos los Prefectos, hijos
del país, se empeñaron siempre en dejar obras de progreso, como la mejor prueba
de su civismo y comprensión del amor al terruño.
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