Por: Javier Claure C. - Publicado en: www.rebelion.org / www.ecdotica.com / Periodico La Patria, 25 de abril de
2010.
Federico Escóbar Zapata es un nombre vinculado en la historia del sindicalismo
boliviano de los años 60. Nace en Oruro (Bolivia) el 26 de noviembre de 1923.
Hijo de Francisco Eleuterio Escóbar, obrero del ferrocarril Machacamarca –
Uncía, y Nieves Zapata de Escóbar. Federico quedó huérfano de padre a temprana
edad y pasó su niñez en Machacamarca. Estudió sus primeros años en el colegio
Leónidas Lazarte y posteriormente en el colegio Simón Bolivar de Oruro. A los
17 años comenzó a trabajar en la Empresa Minera Catavi perteneciente al
campamento de Siglo XX, un centro minero de mucha importancia por la producción
de estaño. Fue precisamente en Siglo XX donde Simón Patiño, el Rey del Estaño,
encontró la veta de estaño más grande del mundo. Patiño fue, en aquel entonces,
el industrial más importante de Sudamérica.
En marzo de 1967 todo el mundo tenía los ojos puestos en Bolivia. En la zona de
Ñancahuazú, el Che Guevara comandaba un grupo guerrillero y muchos jóvenes de
izquierda descontentos con los partidos tradicionales apoyaban esta
insurrección. Los mineros de Siglo XX y Catavi sufrieron una cobarde emboscada
por parte del Ejército. En la madrugada del 24 de junio de 1967, mientras los
trabajadores mineros festejaban la noche de San Juan, fracciones del Ejército
Ranger atacaron el campamento minero. Su principal pretexto fue erradicar un
foco guerrillero que, según el Ejército y la CIA, operaba en ese sector. Muchos
mineros perdieron la vida y Siglo XX se convirtió en una zona militar. El Gral.
Alfredo Ovando Candia, entonces Jefe del Ejército, fue responsable de esta
masacre, conocida como la masacre de San Juan. Sin embargo, la masacre no
eliminó al movimiento obrero. Continuaron las permanentes luchas de los mineros
ante las injusticias sociales.
Federico Escóbar solía comentar las palabras de su madre: “cuando ingresé a la
mina, mi madre lloró mucho y hablaba de las desgracias que les sucedían a los
mineros, de los accidentes en la mina y de las enfermedades que contraían los
mineros. Ponía mucho acento en las injusticias que se cometían con los pobres”.
Desde muy joven se educó para liderar el movimiento obrero más combativo de
Bolivia de aquella época. Participaba en asambleas sindicales, se nutría de
lecturas revolucionarias, escuchaba hablar del Partido de la Izquierda
Revolucionaria (PIR) y de muchas otras cosas referentes a la clase minera. En
ese entonces no se había fundado el Partido Comunista Boliviano, pero la
oligarquía comentaba sobre la existencia de “agitadores profesionales
pertenecientes a un extremismo comunista”.
Federico Escóbar ocupó el cargo de Control Obrero de Siglo XX (elegido
democráticamente por las bases). Lamentablemente el presidente de la época,
Víctor Paz Estensoro, anuló el Decreto Ley que establecía el cargo de Control
Obrero en las minas nacionalizadas. De esta manera, fue retirado del trabajo
con una indemnización de 9500 pesos bolivianos.
El “macho moreno”, como lo llamaban cariñosamente los amigos, era un hombre
sensible, honesto y luchador por la justicia. Como dirigente sindical de los
mineros bolivianos estaba sujeto a la permanente lucha para lograr las
conquistas sociales de su clase. Tenía un firme criterio cuando hablaba y decía
las cosas tal cuales son. Nunca pudieron sobornarlo con dinero para que dejara
atrás las causas de la clase obrera. Su compromiso social, lo llevó a luchar
hasta sus últimos días.
Hay muy pocos dirigentes sindicales de la dimensión de Federico Escóbar. Muchos
dirigentes políticos que se “hacen llamar de izquierda” se han derechizado
completamente para sacar una buena tajada; apoyándose en su pseudo posición
izquierdista. Por eso no es raro ver a dirigentes que ayer leían a Marx,
Engels, Lenín, Trotskij y que, de la noche a la mañana, se han convertido en
buenos cómplices del mercado de consumo y admiradores del capitalismo.
Repasar la vida sindical y política de Federico Escóbar, es un punto de
referencia para las nuevas generaciones. Fue militante del Partido Comunista de
Bolivia (PCB), miembro de las comisiones sindicales y marginalmente miembro del
Comité Central del Partido Comunista Boliviano. Veamos entonces cual fue la
causa para este hecho que deja con muchas incógnitas.
Víctor Reinaga, conoció personalmente a Federico Escóbar y lo recuerda de la
siguiente manera: - Me impresionó fundamentalmente su concepción marxista de la
vida. Sentía desde lejos el dolor humano. Es por eso su entrega a la
colectividad y a los trabajadores. Su generosidad era tal, que inclusive
llegaba a sacrificar el pan de su familia. A veces la compañera Alicia (su
mujer), notaba que la papeleta de la pulpería estaba en cero. Y, claro,
comentaba un poco enfadada: ¿Por qué me hace eso? Lo que pasa que Federico
había ordenado a una delegación de campesinos o trabajadores se les diera pan,
carne o arroz a su cuenta personal. Y esto ocurría también con la ropa, la
comida y las herramientas. Cuando tomaba la palabra en asambleas, todos lo
escuchaban con atención, ya que hablaba con seguridad y mucho conocimiento. No
solamente se dedicaba a las tareas del sindicato, sino que también a otras
actividades; era dirigente del “club miners”, trabajó en interior mina como
peón, mensajero, rastrillero y cargador. Junto a otros compañeros, fundó la
biblioteca de Siglo XX.
Entre el Federico Escóbar sindicalista y el Federico Eescóbar político existe
una relación muy íntima. A Federico Escóbar se lo conoce más por su gran
actividad en el campo del sindicalismo revolucionario. Interpretó, de forma
certera, las relaciones entre el Sindicato y el Estado. Sin embargo, este
aspecto de su vida queda un tanto relegada por la interpretación que tratamos
de hacer de su pensamiento político. Federico Escóbar fue un estudioso de la
teoría revolucionaria marxista. Estaba ligado a las bases, a sus compañeros
mineros y a los campesinos del norte de Potosi. Entonces su marxismo tenía un
sabor muy boliviano. Por esta razón, desde un principio, como político y
miembro del Partido Comunista (PC), expresó una posición independiente y al mismo
tiempo muy singular.
Para nadie es un secreto que jamás gozo de la confianza de los dirigentes del
PC. No obstante su grandeza, como político y sindicalista, nunca se lo tomó en
cuenta para que forme parte de la directiva del PC. Quiero referirme a Federico
Escóbar, desde el punto de vista estrictamente político. Por eso voy hablar de
su pensamiento sobre el llamado nacionalismo revolucionario y el sindicalismo
revolucionario. Siempre pensó que el sindicato, no era más que una escuela de
formación política. Jamás se le imaginó divorciar la actividad sindical de la
actividad política. Nunca cayó en la impostura de crear un sindicalismo
apolítico. Es por eso, que su personalidad inicia, en Bolivia, el llamado
sindicalismo revolucionario. Entonces, su actividad política se desarrolla en
el sindicato del campamento de Siglo XX y gracias a su prestigio político,
influyó en la juventud del Partido Comunista. Pensaba que un partido político
de izquierda debería estar ligado a las luchas populares del pueblo.
Federico Escóbar fue acusado de ser nacionalista por los dirigentes del PC. Fue
acusado de ser un “sindicatero” antes de ser un cuadro político. No se llegó a
comprender que estaba tocando el centro crucial de una Revolución Proletaria.
Es decir, la conjunción entre una teoría revolucionaria y la práctica concreta
de la lucha en Bolivia.
Sus divergencias con el Partido Comunista (PC) surgen con relación al
nacionalismo revolucionario. Y en este aspecto es importante señalar que el PC,
en Bolivia, nace de una exención del viejo Partido de Izquierda Revolucionario
(PIR). La juventud comunista de aquella época comandada por Sergio Almaraz,
Ricardo Bugunel, Yoselín Pereira etc. habían criticado duramente al PIR por su
posición conciliadora y nacionalista. No obstante, el PC adoptó una línea
similar al nacionalismo revolucionario. Recordemos que en la segunda elección,
después de la Revolución de abril de 1952, el PC apoyó las candidaturas de
Víctor Paz Estensoro y Juan Lechin. Se olvidaron que el PC fue rechazado,
precisamente por los dirigentes del nacionalismo revolucionario. Desde entonces
aparece la crítica de Federico Escóbar a la dirección del PC. Acusa a sus
dirigentes de ser un apéndice de la posición nacionalista. Es aquí donde nace
una factible teoría de la lucha real y concreta en el corazón del proletariado
boliviano de Siglo XX.
Sabemos que a nivel teórico e internacional, se desarrollaba una gran polémica
entre las posiciones marxistas y las posiciones revisionistas. En la ex Unión
Soviética se estaba incubando una restauración del capitalismo. Pero en esa
época hablar de la restauración del capitalismo, en suelo soviético, era una
locura. Precisamente estos puntos de vista, los expresaba Federico Escóbar a
los dirigentes del PC. Y fue entonces aislado de la dirección del PC, a pesar
de que gozaba de la más grande simpatía entre los obreros mineros de Siglo XX.
Otra de sus críticas abordaba la relación entre el PC y el Movimiento
Nacionalista Revolucionario (MNR).
El aporte más grande de Federico Escóbar; es haber puesto, en Siglo XX, los
cimientos de una poderosa organización marxista leninista en abril de 1965,
cuando participó en un Congreso como el líder de los mineros. Más de 500
delegados asistieron a esta reunión del proletariado. Se estaba creando,
entonces, un verdadero partido político auténtico de la clase obrera. Ningún
otro partido político había nacido en las entrañas mismas de la clase obrera
boliviana. Todos los partidos que se llamaron de izquierda nacieron de
senáculos intelectuales.
Lamentablemente la obra de Federico Escóbar se trunca a causa de su prematura
muerte el 8 de noviembre de 1966. Una muerte que ha quedado en un gran enigma.
Federico Escóbar fue ingresado a una clínica que pertenecía a la Corporación
Minera de Bolivia (COMIBOL) por fractura de un brazo y, misteriosamente, salió
sin vida.
Los que tuvimos la suerte de compartir muchos años de lucha, junto a Federico
Escóbar, nos sentimos orgullosos de haber escuchado sus posiciones
revolucionarias. La memoria de Federico Escóbar constituye el legado más grande
de la clase obrera boliviana. Sus pensamientos y su acción tienen que ser
enarbolados por las nuevas generaciones. Hablar de su claridad ideológica, en
momentos en que pareciera que la utopía socialista ha desaparecido, es una gran
satisfacción. Recordar su sacrificio y su lucha nos reconforta. Muchas
gracias.
* La historia mencionada arriba es un pequeño fragmento de la vida de Federico
Escóbar, relatada por su camarada Víctor Reinaga. Su publicación fue posible gracias
al material fidedigno que me facilitó la hija de Federico Escóbar, María
Cruzcaya Escóbar (residente en Estocolmo).
----------------------------------- LA COLABORACIÓN DEL L.A.B. EN LA GUERRA DEL CHACO
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