Artículo anterior a este: LOS TRES BARONES DEL ROBO
En la imposibilidad de establecer la cuantía neta de lo
robado, se puede analizar la avaricia de estos magnates sobre la sola premisa de
que el Patiño que pagaba un máximum de cincuenta dólares por su renta en el
país donde explotaba las más ricas minas, es el mismo Patiño que tenía el
título mundial de Rey del Estaño, heredado de su padre. Es leal reconocer que
ambos evadieron también impuestos en todo el planeta mediante sus holdings y
sus pasaportes diplomáticos pues eran embajadores perpétuos de Bolivia (1).
El año 1924 marca el comienzo de la volatilización de Simón
Patiño que adquirió la mayoría de las acciones de la mina Llallagua y
constituyó sobre esa base la Patiño Mines Enterprises Consolidated Incorporated
en Delaware, U.S.A. Así operado el tránsito típico del capital industrial a
capital financiero, el trabajo de las minas bolivianas se transformó en papel
de especulación en la Bolsa mundial.
Con la riqueza extraída de Bolivia, el Rey del Estaño pudo
en 1930, año de la depresión, invertir sus reservas en la General Tin
Industries, como entidad subsidiaria que a su vez adquirió el total de acciones
de la Williams Harvey, la que “ha sido consolidada con la Eastern Smelting Co.
Ltd., la Cornish Tin Smelting Co. Ltd. y la Penpoll Tin Smelting Co. Ltd., formando
la Consolidated Tin Smelters Ltd. que constituye la unidad más grande de
fundición de estaño en el mundo. De este modo la Patiño Mines ha extendido su
influencia a las fundiciones de Inglaterra y a una de las más importantes del
Oriente”. (Memoria de la Patiño Mines, 1930.)
Disfrazada de General Tin Industries, la Patiño Mines
adquirió luego un millón y medio de acciones de la British Tin Investment Corp.
que contdolaba los centros de producción en Congo Belga, Malaya, Burma, Siam y
Nigeria, dependientes de la Consolidated Tin Smelters. Disuelta la General Tin
Industries cuyos valores fueron absorbidos por la Patiño Mines, ésta creó la
General Tin Investments Ltd. y en 1939 (gobierno de Busch) la Patiño Mines se
escondió, eliminó sus inversiones en aquella sociedad y distribuyó las acciones
de la General Tin Investments entre sus accionistas, el mayor de ellos el propio
Patiño.
El montaje vertical de holdings y superholdings con el que
don Simón burlaba umversalmente impuestos en todo el orbe, no impedía la
extensión horizontal con acciones en la fundición alemana Ziemmerwerke
Wilhemsburg, en la Compañía Explotadora de Tierra del Fuego, en Américan Tin
Mines y Thailand Tin Mines, así como en el Banco de Londres y América del Sur,
en el Banco Mercantil de Bolivia y en la Empresa de Luz y Fuerza de Cochabamba,
sin detrimento de la vegetación de nuevos holdings: la “Societé Anonyme pour
Valeurs Mobiliers et Industriéis (SAVAMO)” que absorbió las acciones de Patiño
en la Patiño Mines y en la Consolidated Smelters y que se organizó en Suiza.
Desaparecido desde 1939 Simón I. Patiño reaparece el 2 de enero de 1941 en
Panamá, con la “Compañía de Inversiones Mineras Patiño S.A.”, donde invierte
más de un millón de dólares en acciones de tan juvenil empresa. Parece que
estuviera empezando a trabajar, con pequeño capital, y es, por el contrario,
que ya se está muriendo. Está haciendo sus maletas para seguir defraudando
desde ultratumba. Por eso aparecen invertidas sumas ridiculas como 710.000
dólares de la Patiño Mines en la “Patican Company Limited” del Canadá, como
“Non resident —investment— Corporation”. Simón I. Patiño se ha transformado en
un ciudadano “non resident” en ninguna parte del mundo. Como un estafador
internacional, transpone fronteras con el pasaporte de embajador de Bolivia
para hacer escamoteos cosmopolitas. Tiene 82 años y nunca usa el avión. (En
1947 viaja huyendo de New York a Buenos Aires en barco, por el Pacífico y el
estrecho de Magallanes.)
Es difícil seguir pacientemente este rompecabezas de
conexiones y multiplicandos a que se dedica Patiño como rueda del capitalismo
financiero y como persona de feroz apetito.
Para concluir, unos datos más, obtenidos del informe del
Senado norteamericano sobre “Investigation of the Preparedness Program”, en el
que se menciona los dominios del Rey del Estaño: “La Consolidated Tin Smelters
tiene un común secretario con la General Tin Investment, compañía tenedora de
Patiño. La British Metal Corp.
asociada con Tennant Sons and Co. (Agentes del Banco Minero de Bolivia.)
La British American Tin Mines tiene directores comunes con la British Tin
Investment, la London Tin Corp., la Consolidated Tin Smelters y la Patiño
Mines. La British Tin Investments controla importantes propiedades de estaño en
Burma, Thailandia y Malaya. La Patiño tiene grandes inversiones en esa
compañía. La Consolidated Tin Smelters, el más grande consorcio británico de
fundición de estaño, es controlada por Patiño y mediante Antenor Patiño se
conecta con la Arhem Smelter y mediante la AMA Wijans con Billington y la Tin
Processing, gerentes de la fundición Longhorn en Texas —La General Tin
Investment es la compañía tenedora para las operaciones en estaño no boliviano
de la Patiño. Antenor Patiño es el director de la Holandische Metallurgische
Bedrijven. La Patiño Mines & Enterprises Consolidated Ltd. es la principal
compañía minera de Bolivia, propiedad de la familia Patiño. La Tin Processing
es una subsidiaria de la Billington que opera la fundición Longhorn de Texas.
Un director de la Ama Wijnans es también director de la Billington Co. y de la
rama británica de la Consolidated Smelters, la cual es controlada por Patiño”
...
De toda esta millonada el fisco boliviano sólo percibió dos
millones por impuesto sobre la herencia, impuesto sobre el que senadores y
diputados se pelearon en ridícula repartija de fondos para sus distritos (2).
Se aliviará el lector de esta literatura mineralógica,
ineludible para situar a Patiño en 1940, al saber que por todo comentario a
estas revelaciones, la Rosca boliviana exhibía como un orgullo nacional que sus
hijos se habían casado: Antenor con doña María Cristina de Borbón y Bosch, un
poco sobrina del Duque de Durcal y diz que prima del Rey de España; Elena con
José López de Carrisoza, Marqués del Mérito, y Luzmilla con el Conde Guy de
Boisraubray. El mayor, Rene Patiño, declarado interdicto por deficiencia
mental, vive en Lisboa, a cargo de un enfermero, bajo la cúratela de Antenor
que le pasa una modesta pensión.
Antenor Patiño, tan extraño a Bolivia como su padre, detenta
ahora una de las diez fortunas más grandes del mundo. A los datos anotados hay
que añadir las inversiones de Patiño en el África, que ocupan todo un capítulo
del libro del presidente de Ghana, Kwane Krumah, “El neocolonialismo, última
etapa del capitalismo”.
A cambio del desprecio que tiene Patiño por su patria nativa
(nació en Oruro), los gobiernos fomentan ese desprecio con actos de abyecta
sumisión como el de negar la nacionalización a la señora Dagmar Sánchez
Betancourt de Ortiz Patiño para dejarla indefensa en caso de divorcio, y el de
modificar la legislación del divorcio para evitar molestias a Antenor con su
primera mujer.
El matrimonio real de Antenor Patiño con Cristina de Borbon
ha ocupado durante años la información periodística mundial por el pleito de su
divorcio y, sobre todo, por los incidentes del cobro de pensión alimenticia. En
1948 el senador del PIR, doctor Alfredo Mendizábal, proyectó modificar la Ley
del Divorcio a fin de favorecer la posición de Patiño en el pleito, proyecto
que fracasó ante un cablegrama en que la esposa perjudicada denunciaba los
fines personalísimos de dicha modificación. El mismo proyecto fue renovado con
auspicio del Colegio de Abogados de La Paz, presidido por un miembro del MNR y
apoderado de Patiño y fue aprobado por el Congreso Nacional de 1961, dominado
por la mayoría de “Izquierda” del MNR, con la sola oposición de algunos
diputados rebeldes a la consigna impartida por el jefe del Partido y presidente
de la República, Paz Estenssoro. El jefe del sector de Izquierda y Secretario
general de la Federación Minera, Juan Lechín Oquendo, posteriormente acusó a
Paz Estenssoro de haberle engañado haciéndole ordenar a su sector la votación
con el acicate de un “préstamo” de cinco millones de dólares que Patiño ofreció
y no cumplió. Ya que no en esa cantidad, cierto “préstamo” fue distribuido
entre el Poder Ejecutivo y los senadores y diputados. Un truco de Paz consistió
en vetar la ley. Caso único en que el Congreso se rebeló contra el jefe máximo,
pero la ley fue promulgada por Rubén Julio, un abigeatista que había llegado a
la presidencia del Senado como símbolo de la degeneración revolucionaria. El “veto
convenido” de Paz no le salva de haber sido el auspiciador máximo de la reforma
legal combinada con Patiño para facilitarle el divorcio con la decadente
Princesa de Borbón y su nuevo matrimonio con una condesa de postín.
Sobre esta affaire de alcoba y Parlamento, en 29 de agosto
de 1961, el embajador de Bolivia en México, Armando Arce, escribió al
Presidente Paz Estenssoro lo siguiente:
“Declaro hidalgamente que la única gaffe que he cometido es
la relativa a la defensa que hice aquí ante lo que conceptué ofensa a Bolivia y
su Presidente con motivo de las acusaciones formuladas en el diario Novedades
por el periodista mexicano Agustín Barrios Gómez, el 29 de diciembre de 1960,
en un artículo titulado “Un crédito de cinco millones de dólares sirve también
para tramitar un divorcio”..., que contiene frases lapidarias como ésta: “Urge
para prestigio de América Latina que la hermana República de Bolivia aclare
internacionalmente lo que se está considerando una pérdida de dignidad”.
“Asimismo, cuando la Revista de América, en febrero de 1961,
insistió en señalar tal “indignidad”, salí también en defensa del decoro de la
Nación, del Parlamento y del Presidente de la República.
“Pero ahora resulta que esas afirmaciones de la prensa
mexicana tenían fondo de verdad, como se deduce de la publicación de El Diario
de 30 de julio último, que dice: “En esferas autorizadas se informó que el
Grupo Patiño, que prometió un préstamo de cinco millones de dólares a cambio de
la modificación que se introdujo en la ley de divorcio, no ha cumplido el
compromiso”.
“Así se explica que ciertos parlamentarios de largos
alcances e idoneidad a la medida que desea Arze Quiroga (entonces Canciller de
Paz Estenssoro), promotores visibles y defensores de esa operación camaral
destinada a dar vía libre a un divorcio de peso, hubieran permanecido en
silencio frente a esas acusaciones, quedando completamente desairada mi actitud
de embajador que, de buena fe, supuso imposible semejante trapacería,
sintomática dé la más denigrante decadencia moral”.
Esta carta motivó, naturalmente, la exoneración del
embajador Arce y su reemplazo por un diputado que votó en favor de Patiño.
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Referencias:
(1) Antenor Patiño gozó del pasaporte diplomático de
Embajador de Bolivia “in partibus” de los gobiernos antipatiñistas del MNR desde
1952 al 6-1. Lógicamente los gobiernos patiñistas no hicieron más que renovarle
ese privilegio. En 1968 Patino ingresó a Bolivia munido del pasaporte de
Embajador y salió con el mismo, despreciando al Canciller y al Presidente, de
quien dijo: "no deseo ver a Barrientos". En cambio éste ie había
visitado en París para agradecerle su contribución de dinero para su campaña
electoral.
(2) Más datos sobre los holdings de Patiño en el
"Estudio sobre el estaño” por el doctor John D. Ridge, Universidad del
Estado de Pennsylvania. Traducido en la Facultad de Ciencias Económicas de la
Universidad de La Paz.
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Artículo anterior a este: LOS TRES BARONES DEL ROBO.
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