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LA GUERRA FRIA Y BOLIVIA


Por: José Antonio Loayza. / Ese artículo fue publicado el 28 de julio de 2018, en Siglo y Cuarto Documentos Históricos.

La serpiente, la más astuta de cuantas bestias existen; silbó:
“…si comes de ese árbol, serás como Dios, conocedor del bien y del mal.” Gen. 3:5.

Fausto. J. W. Goethe; advirtió:
“… Un día de tu semejanza divina te asustarás.”

Cuando el mundo comió del árbol del bien y del mal: se le desquició la razón al ver el avance científico-tecnológico de las potencias guerreras, y creyó que había que acatar, y empezó a temblar.

* *  *
La Guerra Fría empezó cuando terminó la 2ª Guerra Mundial, cuando las diferencias entre las dos superpotencias mundiales dividieron al mundo en dos bloques antagónicos: En 1949, EE.UU y los aliados del capitalismo formaron el poderoso bloque militar OTAN; y en 1955, la URSS y los defensores del comunismo formaron el poderoso bloque del Pacto de Varsovia.

En 1959, Cuba derrocó por medio de una revolución a la dictadura de Batista, y Fidel Castro se alzó con el poder de corte comunista con ayuda de la URSS. En 1961, EE.UU. vio como una amenaza el giro cubano y realizó una invasión que fracasó (Bahía Cochinos). Al año siguiente la URSS instaló misiles en la isla, y John F. Kennedy decretó el bloqueo. La URSS retiró los misiles pero la tensión no desapareció, y empezó la táctica opresiva de la Doctrina de Seguridad Nacional en Sudamérica.

En Bolivia, nuestra forzada agregación a la Guerra Fría, hizo que nuestro Estado envilecido dependa de los EE.UU, y nuestro proletariado envalentonado dependa de la URSS, y ambos bandos enviciados por su empeño ideológico, se declararon enemigos cumpliendo ingenuamente con el plan de la Guerra Fría. Desde entonces el país se puso a expensas de dos voluntades, de los liberales y de los comunistas, y como algunos interlocutores infalibles, o dirigentes nacionales le rendían tributo a los dos señoríos imperiales, adoptamos la manía de buscar contradicciones sin importar el caos.

En 1952 se nacionalizaron las minas, el Gobierno se alió a EE.UU y el proletariado a la URSS, y por esa sentimiento de obediencia perfecta, la patria se convirtió en dos patrias, en dos mitades ineptas para el desarrollo, y como perdimos nuestro propio rostro, nos hicimos de prejuicios por bagatelas burdas, por nuestras raíces, lazos de sangre, color de piel, vestido, apellido, tan desemejantes en todo siendo tan semejantes, y tan torpes en negociar para rifar nuestras riquezas con tal ganga, que si el gobierno ganaba, perdíamos; si el proletariado ganaba, perdíamos; si ambos ganaban, perdíamos; porque éramos tan expertos en rebeliones que nos olvidamos de calcular el futuro. ¿Acaso no vendimos estaño a las dos guerras mundiales y ambas nos hicieron pobres? ¿Acaso no vendimos estaño a la Guerra Fría y esta nos hizo pobres? Si en el primer caso se enriqueció Patiño, en el segundo se empobreció el Estado (Comibol), por guerras que no eran nuestras.

Cuando llegaron los primeros arrebatos ideológicos después de la 2ª Guerra Mundial, como el comunismo, trotskismo, fascismo, nacionalsocialismo y otros, y eligieron las siglas que mejor les calzó como PIR, POR, PURS, PCB, FSB, MNR, etc., con la idea metafórica de tumbar el desaliento de la Guerra del Chaco para injertar sus “novedosos” implantes ideológicos, se nos fregó la vida, y la realidad de las dos realidades nos confundió, y cuando el año 46 (año de inició de la Guerra Fría), luchamos por ser socialmente más eficientes y productivos, ¡el proletariado decidió, aleccionado por el POR, a luchar en las trincheras por la “Tesis de Pulacayo”, y el país se polarizó por una tesis que no era nuestra sino una adaptación del Programa de Transición redactado por Trotsky en 1938!

Ese año comimos las manzanas del bien y del mal, y emitimos en vez de un eructo, un tremendo vozarrón que no era de revolución sino de retrocesión por regalar a la voracidad extranjera nuestra Naturaleza, y por permitir que la serpiente (extranjera también), nos instigue a la distancia social y a la hostilidad que ningún gobierno evitó, porque aprovecharon para dividirnos y vencer, creando enemigos internos en vez de externos, o constituyendo izquierdas y derechas para encubrir su aburguesamiento y enriquecimiento, y por ese esfuerzo despreciador nunca pudimos ser nación.

La Guerra Fría se articuló sobre una lógica desfalcadora, y sabiendo ello las potencias en pugna nos trajeron espejitos o ideologías ilusorias como la Alianza para el Progreso, o cursillos a los obreros para reeditar la revolución castrista, o becas a los gorilas de la Doctrina de Seguridad Nacional para ser eficientes en el “Plan Cóndor”, y el país se deterioró de manera fulminante y desastrosa y aun así entró al juego por puro metiche. Entretanto los políticos nativos se enriquecieron echando fuego al abalorio de problemas pues era su negocio, y el país perdió su capacidad negociadora en el mercado internacional, porque los demás países dijeron que no éramos estables, o éramos pro o anti-imperialistas, o no actuábamos conforme al derecho porque estábamos llenos de izquierdas. En síntesis, nos reducimos a la complejidad de los eventos ajenos, a la contestación, a la rivalidad enferma, y por esos referentes falsos, nada nos fue bien, y no nos va bien, y no nos ira mejor.

En1963 los acercamientos entre EE.UU. y la URSS fracasaron tras el asesinato de Kennedy. Al año siguiente Nikita Jruschov (1955-1964), se alejó del poder y denunció los excesos del estalinismo. Volvió la burocracia estalinista bajo el régimen dictatorial del gobierno de Leonid Brezniev (1964-1982).Continuó con Yuri Andropov (1982-1984), Konstantin Chernenko (1984-1985), y finalmente Mijail Gorbachov (1985-1991), después de su dimisión la URSS fue disuelta. En 1989, cayó el muro comunista, y la distensión entre los países comunistas y capitalistas aparentemente se apaciguó.

La Guerra Fría también debió apaciguarse en el país, pero se incubó con más dedicación, pese a que nos enteramos que el colectivismo y los derechos individuales de libertad no eran compatibles (expresión de Friedrich Von Hayek), y nos costó admitir que el liberalismo y el marxismo incluso llevados a su máxima conciencia no nos servían (expresión de Lucien Goldman), y para colmo el capitalismo avanzado como las fuerzas progresistas del Tercer Mundo solo eran posibles en los países desarrollados (expresión de Jürgen Habermas), y sin embargo se nos hizo creer lo que no era, y estuvimos tan desatinados buscando un régimen que nos de emancipación y no falsas utopías.

Aún no dejamos la disputa, y nuestra proyectiva histórica es la misma si no es peor. Bregamos en el dogma apegado a un principio innegable, o inventamos una y otra certeza triunfalista para otra versión del fracaso, o buscamos un socialismo genuinamente nuevo con alegres aconteceres, y es tan ortodoxa que da lugar a pensar que es tan china que no nos deja abrir los ojos a la realidad.

Se dice que la Guerra Fría fue un plan del poder planetario, o del Poder Mundial para saquear los recursos de los países débiles, quien sabe. Se dice que este escenario era parte de un acuerdo global para justificar la bonanza armamentista y enriquecer a las oligarquías poderosas adjuntas a los gobiernos.... Se dice y se duda de todo, lo cierto es que desde entonces los bolivianos comemos a diario los frutos del bien y del mal, y vivimos mal en la amargura de nuestra propia Guerra Fría.

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“Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo. Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas…” Efesios 6:11,12.

// José Antonio Loayza Portocarrero.

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