(Parte XV) EL CRUCEÑO PLÁCIDO MOLINA RESPONDE A ENRIQUE DE GANDÍA SOBRE LAS LUCHAS POLITICAS EN SANTA CRUZ

 


En esta oportunidad les traemos la quinceava parte. 

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Entradas publicadas: 

Parte I - PLACIDO MOLINA REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (PARTE I) 

Parte II - PLÁCIDO MOLINA MOSTAJO REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA Y SUSTENDENCIOSOS POSTULADOS (Parte II)

Parte III - PLACIDO MOLINA REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (SOBREMIGRACIONES Y DISCUSIONES LINGÜÍSTICAS)

Parte IV - PLÁCIDO MOLINA MOSTAJO REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (SOBRE LOS LIMITES NATURALES ENTRE PERÚ Y PARAGUAY)

Parte V - PLÁCIDO MOLINA MOSTAJO REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (SOBRE LOS ANTECEDENTES DE LA FUNDACIÓN DE SANTA CRUZ DE LA SIERRA)

Parte VI - PLÁCIDO MOLINA MOSTAJO REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (Sobre la fundación de Santa Cruz de la Sierra)

Parte VII - PLÁCIDO MOLINA MOSTAJO REFUTA A ENRIQUE DEGANDÍA (LIMITES DE LA GOBERNACION DE SANTA CRUZ DE LA SIERRA)

Parte VIII - PLÁCIDO MOLINA MOSTAJO REFUTA A ENRIQUE DEGANDÍA (Sobre el obispado de Santa Cruz)

Parte IX - PLACIDO MOLINA REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (SOBRE LA INTENDENCIA DE SANTA CRUZ DE LA SIERRA)

Parte X - PLACIDO MOLINA REFUTA A ENRIQUE DE GANDÍA (SOBRE LA GUERRA DE INDEPENDENCIA EN SANTA CRUZ)

Parte XI - LA  DEMOLEDORA RESPUESTA DEL CRUCEÑO PLACIDO MOLINA AL ARGENTINO ENRIQUE DE GANDÍA, SOBRE LA SUPUESTA  ANEXIÓN DE SANTA CRUZA LA REPUBLICA DE BOLIVIA

Parte XII - LA RESPUESTA DE PLACIDO MOLINA AL ARGENTINO ENRIQUE DE GANDÍA, SOBRE LA INDUSTRIA Y EL COMERCIO DE SANTA CRUZ

Parte XIII - LA RESPUESTA DE PLACIDO MOLINA AL ARGENTINOENRIQUE DE GANDÍA, SOBRE LA INSTRUCCIÓN Y LA  ADMINISTRACION PÚBLICA EN SANTA CRUZ

Parte XIV - LA RESPUESTA DE PLÁCIDO MOLINA AL ARGENTINO ENRIQUE DE GANDÍA, SOBRE EL AISLAMIENTO DE SANTA CRUZ

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LAS LUCHAS POLITICAS EN SANTA CRUZ

(Al Capitulo VII)

«Es de recordar, dice el Sr. Gandía, que fue en ese tiempo (acaba de hablar del gobierno del General Pando) cuando se votó la «Ley de Enganches» que trajo como resultado la venta de hombres y mujeres crúcenos en las regiones del Acre».

La ley citada se dictó en 1896 (gobierno del Dr. Alonso) y lejos de traer como resultado la llamada venta de gente, tuvo por objeto contener la emigración; puesto que obligaba a los extractores de peones, a depositar 200 $ por cada hombre o mujer que se llevase más al Norte del grado 14°, suma que perdía, en favor de la familia, el que no los devolviese a su domicilio dentro de dos años. La ley esa establecía otras ventajas a los trabajadores.

Y si no produjo todo su efecto, fué porque la suma no era suficiente para hacer prohibitiva la extracción, como porque hubo muchas maneras de esquivarla contratando para ir más acá del grado 14, y pasarse después más alla— cuanto porque siendo la ley contraria a la Constitución del Estado— que garantiza el libre tránsito, fué demandada ante la Corte Suprema y ésta la declaró «inconstitucional», quedando relajada en su aplicación.

Todo esto lo sabemos como abogados y como contemporáneos de tales cosas Allí están los Anuarios y la Gaceta Judicial para comprobar lo dicho.

Tratándose de «política», excuso hasta opinar; pero vaya una anécdota personal, realísima, para demostrar que esas luchas no estaban exentas de transacciones y de gestos de corrección:

Se trataba de proclamar en 1910 a uno de los diputados por la Ciudad y Cercado de Santa Cruz, y habiendo resultado que «empataron» los candidatos Dres. Saúl Serrato y Gregorio Moreno, convinieron los dirigentes de los dos grupos con ti incautes (liberal y opositor) en que se decida mediante un sorteo.

Se echaron dos cédulas al efecto, y en ese momento llega el que esto anota, persona que considerada imparcial, (los dos candidatos habían sido alumnos suyos y eran jóvenes sobresalientes), hubo de extraer, en señal de garantía recíproca, la cédula que dio el triunfo a Serrare.

En el concepto general la solución, o sea el sorteo, fué correcto; pero los perdidosos salieron diciendo «que hubo fraude»

De esta opinión se hace eco el Sr. Gandía que afirma ahora que «la presión política del altiplano consiguió el triunfo para los candidatos oficiales». Lo cual por otra parte nada tendría de raro; pues así ocurre en todo el Mundo con los candidatos del Gobierno.

El Dr. Cástulo Chaves, Rector de Santa Cruz hasta el año anterior, ha hecho públicas protestas de que su regionalismo, como el de la mayoría de sus compañeros, no es separatista; sino de labor por el terruño, sin perjuicio de la unión nacional. Lo creemos sincero.

De la revolución de 1924 tratamos ya en un capítulo anterior y no merece repetirse lo que dijimos de ella. Sin plata, sin estrategas, ni caudillos capaces, y hasta sin soldados, no se hace una revolución.

No hubo tales «grandes manifestaciones de alegría por el triunfo del movimiento y la creencia de que pronto se declararía la Independencia». Apenas pasó la noche de la ilusión, toda persona consciente supo que se había dado un golpe en falso y que estaba por fracasado, porque nadie le secundaba, y por lo mismo nadie pensó en la Independencia, ni a nadie se le ocurrió que había que contar con la ayuda de una nación hermana o vecina y mucho menos que esta fuese el Paraguay.

Quien atribuyó separatismo al movimiento fue el Gobierno, que temiendo secundaciones en el interior, lanzó el mote de traición a la Patria, y quizá creyendo posible alguna complicación por afuera, dice que hizo creer en Buenos Aires que el movimiento propiciaba la unión al Brasil y en Río Janeiro que se inclinaba a la Argentina. Para el interior de Bolivia se dijo que los crúcenos habían echado al suelo en la plaza el pendón boliviano y bailado sobre él.

Era una triple paparrucha. No hubo nada de todo eso. La ciudad se mantuvo tranquila, con la seguridad que todo pasaría.

Lamento que estas claridades pueden lastimar a algunos amigos; pero no tendré más que repetirles lo dicho al Sr. Gandía: «Amigo de Platón; pero más de la verdad».

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