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CAUSAS DE LA GUERRA DEL CHACO
Las cédulas reales de la Corona española de 1563, 1565 y
1617 otorga' ron la región del Chaco a Bolivia, y por los Tratados de 1879 y
1888 Bolivia cedió parte de esta región al Paraguay. El Parlamento de Asunción
no ratificó estos Pactos, y el Gobierno ocupó la zona del Chaco en 1894,
estableciendo la frontera entre Bolivia y Paraguay. El Gobierno paraguayo
defendió la tesis de que el Chaco pertenecía a la jurisdicción de Asunción por
decreto real otorgado por el adelantado Ortiz de Zarate. La imprecisión
geográfica y matemática del Tratado de Tordecillas, así como las complejas
interpretaciones que recibieron las cédulas reales, complicaron el problema de
la determinación de los límites fronterizos. En la polémica del Chaco ambos
Gobiernos invocaron continuamente el utis-possidentis juris y el MÍÍpossidentis
de jacto (26).
El Chaco era, en realidad, una tierra de nadie, habitado
hasta el -fin del siglo xix por indios chiriguanos y tobas. Bolivianos y
paraguayos vivían en medio de una primitiva barbarie. La guerra del Chaco pudo
no haber ocurrido, ésta es la opinión de los bolivianos. Un hombre fue
responsable de este conflicto: el Presidente Salamanca, el cual adoptó desde
1931 la poli' tica nacionalista de hacerse fuerte en el Chaco. El ataque
paraguayo a la laguna de Chuquisaca (mayo, 1932), donde el mayor boliviano
Moscoso había concentrado sus fuerzas en un depósito de agua, fue explotado
inteligentemente por Salamanca para producir el sentimiento nacionalista de Patria
ofendida, versión oficial aceptada por todo el país. Después del ataque
paraguayo, Salamanca ordenó represalias contra distintos fortines paraguayos.
Estos fortines cambiaron de mano con mucha frecuencia, y por su proximidad
tenían que llevar tarde o temprano a un grave incidente. La declaración de
guerra de agosto de 1932 produjo el sentimiento patriótico y el paroxismo de
las guerras totales {27). Una de las primeras medidas del' Gobierno fue el
exilio de los intelectuales de izquierda o su traslado a las primeras líneas de
combate.
Los fracasos iniciales de las armas bolivianas, así como la
enemistad de Salamanca con los militares produjo la dimisión de éste y la
traída del prestigie so militar alemán Kundt. Los bolivianos estaban
convencidos de su superioridad: tres millones frente a millón y medio; un
Ejército educado por mercenarios alemanes frente a un Ejército sudamericano,
etc. Sin embargo, después de tres años de desastres, Bolivia fue derrotada. Las
causas de esta derrota fueron muchas y complicadas, pero una de las más
importantes fue el factor geográfico (28), en especial las grandes distancias y
la falta de comunicaciones, así como las diferencias climatológicas, que
impidieron la adaptación del indio del altiplano al desierto del Chaco. Del
lado paraguayo hay que considerar la estabilidad y relativo buen gobierno del
Presidente Ayala, así como la superioridad técnica militar de Estigarribia,
militar de escuela francesa, frente a! alemán Kundt. La sustitución de éste en
la dirección de la guerra por Peñaranda y Toro en 1933 no mejoró la crítica
situación de los bolivianos.
Paraguay, convencido de su superioridad, no se limitó a sus
primeras pretensiones fronterizas, sino que quiso aprovecharse de su ventaja
militar y tomó ciertas zonas petrolíferas de la frontera (Tarija, Santa Cruz,
Chuquisaca). El 14 de julio de 1935 se firmó la paz, que llevó a Bolivia a la
ruina, tanto por la pérdida de vidas humanas (50.000) como por la de tierras (50.000
kilómetros cuadrados).
Los motivos económicos fueron la razón fundamenta! que
impulsó a estos dos países a la guerra. A Bolivia, el Chaco Boreal le bloqueaba
la salida al mar por el río Paraguay, y por su parte, el Paraguay defendió en
la guerra sus intereses y los de sus aliados al oeste del río Paraguay: Puerto
Cooper {inglés), Puerto Pinasso (U. S. A.), Puerto Casaso (Argentina), etc.
La guerra del Chaco es el conflicto moderno que peor
información recibió en la Prensa mundial, la cual, a través de toda la campaña,
negó que hubiese intereses económicos en la contienda (29), pero está fuera de
duda que el motivo principal de la guerra del Chaco fue la discordia por la
posesión de los pozos petrolíferos del Norte de Bolivia y del Sudeste del Chaco
entre la Standard Oil Company, de Nueva Jersey, firma que apoyó a Bolivia en la
guerra, y la Royal Dutch Shell, Compañía anglo-argentina, que favoreció' a Paraguay.
El petróleo se descubrió en Bolivia en 1880, y el fallo de
los sondeos y explotación determinó que Saavedra (i92i-i925) favoreciese la
concesión de yacimientos petrolíferos a Estados Unidos (30), como única forma
de acelerar el progreso económico del país. La explotación del petróleo data de
i922, y en 1925, i926 y 1927 la Standard lo produje y exportó a Argentina,
incluso durante la guerra, sin declararlo al Gobierno boliviano, mientras que
Bolivia tuvo que comprar petróleo a Perú y Venezuela. Estas irregularidades
terminaron con la incautación de las propiedades de la Standard durante el
gobierno de Toro (1932). Esta acción nacionalista fue muy bien acogida por todo
el pueblo boliviano, el cual vio en esta medida, es decir el control de las
riquezas nacionales bolivianas por los bolivianos, el primer paso hacia la
creación de un concepto de ¡o boliviano
La intervención del capitalismo internacional en la guerra
del Chaco por los beneficios obtenidos de la riqueza del subsuelo, así como por
las ganancias derivadas de la venta de armas (31), estimularon la xenofobia, y
provocaron resentimiento y frustración contra unos Gobiernos que por tres años
habían usado los recursos y las energías de dos países para sus experimentos
bélicos y capitalistas. Este sentimiento dio origen a un fermento nacionalista
basado en una perspectiva histórica más realista sobre las posibilidades y
obstáculos que, tanto interna como externamente, se le presentaban a la nación
boliviana. El sentimiento nacionalista, nacido de la guerra, se refugió en las
energías internas del país para combatir la ambición expansiva y económica de
los vecinos y sus aliados.
CONSECUENCIAS DE LA GUERRA DEL CHACO
La caída de la moneda boliviana durante la guerra del Chaco
hizo que el obrero extranjero (peruano, chileno, etc.), que venía a trabajar en
las minas, tuviese que ser sustituido por el indio, hecho que produjo una
crisis en la agricultura debido a la escasez de mano indígena en el campo. El
minero se convirtió en productor que ayudaba al país y al Estado,
transformándose a la vez en una fuerza política importante, a la cual trataron
de controlar los partidos de izquierda. La prosperidad del minero —consumidor
del economato del dueño de la mina donde trabaja— trajo el Sindicato (del cual
carecía el obrero extranjero) y la consecuente y embrionaria conciencia
política del indio. Otra consecuencia económica de la guerra fue que la
ausencia de mano de obra masculina determinó la aparición de un nuevo elemento
de producción: la mujer, la cual, terminada la contienda, empezó a desempeñar
cierto papel en la sociedad boliviana.
Respecto a los efectos sociales producidos por la guerra es
evidente que los prejuicios de casta continuaron en el frente, y después de la
guerra no hubo cambio básico en la posición social del indio (32). El contacto
accidental del indio durante la guerra con grupos de diferente extracción
social, habla y psicología, dejó cierta huella en la mente del indio; impresión
que habría de ser aprovechada por los futuros movimientos nacionalistas.
Al ex combatiente indio le fue difícil readaptarse al rígido
sistema agrícola-social en el que había operado, motivo que le impulsó hacia la
ciudad, lo cual constituye un factor básico desde el punto de vista de la
nacionalidad, ya que determine} el comienzo de una movilidad de cierto sector
indio que buscaba la rápida emancipación socio-económica en la urbe, sitio
donde la politización es también fácil.
La frustración, el desengaño y el deseo de crear una nueva
Bolivia llevó a la joven oficialidad de la guerra, pequeña burguesía y minoría
intelectual a formar un frente contra los viejos oficiales responsables de la
derrota del Chaco, así como a la revalorización de las ideas e instituciones
que habían resultado inoperantes durante la crisis de la guerra, la cual unió
de una forma vaga e idealista a estos grupos bajo las doctrinas socialistas e
izquierdistas — iniciadas en la preguerra por Tnstán Marof {33)— en una
aspiración nacionalista, que habría de culminar con la revolución de 1952.
EL M.N.R. Y LA REVOLUCIÓN DE 1952
Las consecuencias y efectos traumáticos que la guerra del
Chaco (1932-1935) y la revolución de 2952 tuvieron en la sociedad boliviana, y
especialmente en el despertar de una conciencia nacional, requieren un análisis
de las causas internas y externas que ocasionaron este conflicto, así como de
los consecuentes sucesos que condujeron a las medidas nacionalistas de 1952.
Los primeros desilusionados con la derrota del Chaco fueron,
naturalmente, los militares, quienes para recobrar su perdido prestigio, y para
restaurar el honor nacional, formaron logias y partidos durante la guerra y
después de ésta. Este fue el origen de la RADEPA (Razón de Patria), grupo
fundado en 1934, y que iba a jugar un importante papel en posteriores
desarrollos políticos. En la izquierda, los partidos más influyentes en el
proceso reivindicacioncita de posguerra fueron el Partido Socialista
Independiente, fundado en 1938, fecha en la que también se organizó el Partido
Obrero Revolucionario, grupo trotskista, que tuvo una respuesta favorable en
los movimientos laborales, y por último, el Partido de la Izquierda
Revolucionario, de inclinación marxista, fue fundado en 1940 por José Antonio
Arze y Ricardo Anaya. El objetivo de estos partidos consistió en la educación
político-social de las minorías proletarias, especialmente los mineros, que tan
decisivo papel iban a desempeñar en la revolución de 1952.
El socialismo militarista de Toro y Busch (193.6'1939)
representó, a pesar de sus contradicciones, una fase progresiva en la
orientación nacionalista emprendida en el país, como lo prueban las medidas
tomadas bajo ambos Gobiernos: expropiación de riquezas minerales y
petrolíferas, sindicalización obrera, etc. Toro legó en 1938 una Constitución
que abolió la de 1880, y por la Concordancia de i939 se suprimió el sistema
tradicional de alternancia de partidos —liberal y conservador—, intentándose
una coalición de todos los partidos y grupos ideológicos. El único partido bajo
ataque fue la Falange Socialista Boliviana, fundada, según el modelo español de
José Antonio Primo de Rivera, por el español radicado en Chile Carlos Puente en
1937. En las elecciones de 1956 obtuvo el segundo puesto, y en i959, a la
muerte de su jefe, Unzaga de la Vega, se denominó Demócrata-cristiano. Como
portavoz del grupo oligárquico, este partido no ejerce ningún tipo de función
nacionalista.
La RADEPA unió al Movimiento Nacionalista Revolucionario (M.
N. R.) y al Ejército en 1943, bajo Villarroel, contra el reaccionario y
oligárquico gobierno de Peñaranda. Con la muerte de Villarroel, uno de los más
grandes reformadores nacionalistas, terminó el compromiso entre la RADEPA y el
M. N. R. La política del Gobierno bajo los Presidentes Hertzog y Urrilagoitía
(i946'i95i) se caracterizó por la defensa de los intereses del Súper estado y
las crisis socio-económicas, que culminaron en las masacres de mineros en
Potosí {1947), Catavi y Siglo XX (i949). A todo esto vino a unirse la crucial
situación económica de i95o, que llevó a una huelga general y a la convocatoria
de elecciones, que dieron el triunfo en 1951 al M.N.R.
El Movimiento Nacionalista Revolucionario (34) fue el
instrumento político de los mineros, los campesinos, el proletariado y la
pequeña burguesía, y llegó al Poder con la ayuda de los intelectuales y los
militares. Se alzó como el único partido que pudo ofrecer una solución práctica
a la derrota del Chaco, crisis que unió los sentimientos nacionalistas de los
ex combatientes, llevándoles a suscribir un documento de afirmación
nacionalista en mayo de 1942, el cual constituye el acta fundacional del M. N.
R. Este escrito obligaba a los firmantes a «promover un movimiento patriótico
de orientación socialista, dirigido a defender, a afirmar la nacionalidad
boliviana {35). Paz Estenssoro, artífice del Movimiento, y posteriormente de la
revolución de 1952, mostró más interés por los grupos de la izquierda (P.O.R.,
P.I.R. etcétera), los cuales se vieron forzados a apoyarle, que por los de la
derecha, contra cuyos métodos violentos, como en el caso de la Falange, tuvo
que aplicar severas medidas represivas.
La revolución de 1952, una de las más breves y menos
sangrientas, por haber contado con el único partido (M. N. R.) que podía
ofrecer una salida a la crisis de 1950 fue hecha por líderes burgueses o de la
clase media y defendió ideales burgueses —no democráticos—. Las reformas
revolucionarias fueron impuestas por las organizaciones mineras y campesinas
{36) y la prueba evidente de! carácter moderado de la revolución es el hecho de
haber aparecido diferencias entre el ala derecha e izquierda del M. N. R. sobre
el papel de la fuerza proletaria en el Gobierno, dificultades que llevaron al
conflicto ideológico entre las facciones conservadora y eminentemente revolucionaria,
diferencia que el tiempo aumentó conduciendo a la radicalización del
proletariado minero, así como al exilio de los jefes sindicales y a la
persecución de los mismos mineros.
Los objetivos de la revolución se centraron en la incorporación
del indio a la vida nacional mediante la redistribución de tierras (37); la
concesión del derecho al voto que incluyó al analfabeto; la nacionalización de
las minas, medida inevitable e iniciada en la década de los cuarenta por el M.
N. R.; la educación, que llevaría a la transformación e integración cultural de
distintos grupos humanos a una colectividad nacional, y la diversificación
económica en la agricultura, sistema que crearía más posibilidades de trabajo
reduciendo parcialmente la dependencia del monopolismo extractivo mineral. Esta
teoría, conforme avanzó la revolución, demostró ser equivocada, ya que la
diversificación reduce las posibilidades de la industrialización intensa, único
sistema para Bolivia de lograr la autonomía económica {38), obligado camino
para alcanzar la independencia sociopolítica y la soberanía completa.
Las reformas agraria y minera fueron los lógicos e
inmediatos logros en la labor nacionalizadora de la revolución.
LA NACIONALIZACIÓN ECONÓMICA
Bolivia es un país rico —para los ricos, claro— en su suelo
y subsuelo, pero una serie de causas históricas, políticas y sociales, algunas
de las cuales hemos expuesto anteriormente, se opusieron a una explotación
racional de los bienes de Bolivia en beneficio de sus habitantes. El
latifundismo, el abandono de la agricultura, desde principios de siglo, por la
riqueza minera, la carencia de un plan de colonización y diversificación,
fueron las causas principales de la crisis agrícola boliviana hasta 1952.
El indígena del campo —o campesino desde 1953— es auto
consumidor y se agrupa en comunidades para subsistir. Con el clan y la tierra
está unido por fuertes lazos tradicionales y espirituales, factores que fueron
un obstáculo para el trasplante de la masa campesina a otros centros de
producción. Esta resistencia del indio a ampliar su horizonte físico-mental
retardó el proceso de integración en la comunidad boliviana de su más
importante componente humano.
El latifundismo moderno boliviano se inició con la política
del Presidente Melgarejo {1864-1871) el cual dio a sus amigos y favoritos del
Ejército las comunidades indígenas y fue a los descendientes de éstos a quienes
la Reforma agraria tuvo que desposeer en 1953 de las tierras para
distribuírselas a los indios.
En el valle, donde predominó el sistema minifundista, la
Reforma tuvo menos sentido respecto a la división, pero en el altiplano fue muy
efectiva y estimuló al indio a la emigración pues sabía que a su vuelta tenía
asegurada una parcela de terreno. La diversificación, política-económica basada
en el movimiento hacia las tierras bajas y yungas, concebida siempre como medio
hacia la industrialización, creará más posibilidades de trabajo y dotara de más
uniformidad a la distribución demográfica estableciendo un equilibrio entre la
gran densidad de la zona interandina y el bajo nivel de concentración humana de
los llanos orientales. Aunque los objetivos de esta diversificación no hayan
sido alcanzados es indudable que imprimieron cierta dina mica al carácter
inmovilista del indio y ayudaron a ampliar su horizonte físico-mental.
Las consecuencias sociales de la Reforma agraria,
especialmente el fin del sistema latifundista, superaron a las económicas (39),
y aunque la incorporación del indio a la colectividad boliviana no fue --no
puede ser-- inmediata, el progreso en esta dirección es evidente.
Desde el punto de vista nacionalista es fundamental
consideras el papel que la extracción mineral tuvo — -y sigue teniendo— en el
futuro de Bolivia ya que constituye el instrumento de emancipación social más
poderoso con que cuenta el país, siendo á la vez el más peligroso factor
antinacionalista en cuanto que la producción minera representa el simple
objetivo económico de la oligarquía nacional y el capitalismo internacional.
Desde principios del siglo XX el estaño sustituyó a la plata
debido a la gran demanda que este metal tuvo en el mercado internacional. La
década entre 1920 y 1930 se caracterizó por las grandes inversiones
norteamericanas en las minas, intervención que el Gobierno permitió' para hacer
frente a los empréstitos. La producción máxima de estaño se alcanzó en 1929,
pero el Gobierno obtuvo pocos beneficios ya que el impuesto de exportación era
mínimo. En la segunda guerra mundial el pool de Patiño —establecido a raíz de
la primera guerra mundial— desapareció y Bolivia dependió casi exclusiva' mente
de los Estados Unidos, potencia que debido al control por el Japón de los
yacimientos orientales, se convirtió en el mejor cliente de Bolivia,
dependencia que supuso una demora para Bolivia en la búsqueda de su identidad
como nación.
La nacionalización de las minas fue una necesidad política
que económica' mente no compensó, pero el Gobierno de la revolución tuvo que
poner fin a la huida del capital fuera de Bolivia, así como al control por
extranjeros o extranjerizantes de las riquezas nacionales. La explotación
capitalista del estaño produjo el proletariado minero el cual estaba compuesto
de campesinos que habían roto con el sistema feudal en que habían venido
operando. Este grupo está muy politizado y cuenta con líderes que lo han
convertido en la fuerza socialmente más consciente, vanguardia de futuros
movimientos nacionalistas.
Las nacionalizadas minas y sus Sindicatos constituyeron la
fuerza política y material (70.000 fusiles fueron distribuidos a los mineros en
1952) que desde la revolución han rivalizado con el Gobierno y los militares en
la dirección de los destinos de Bolivia. Las pérdidas de las minas, a pesar de
los grandes préstamos internacionales, fueron constantes, a excepción de 1965,
debido a las huelgas, el coste mundial del estaño y las rivalidades políticas
dentro de los Sindicatos. El jefe del Sindicato minero, Juan Lechín, vice'
presidente de Paz Estenssoro de i96o a 1964, fundó en este año el Partido
Revolucionario de la Izquierda Nacional (P. R. I. N.). Políticamente defendió
la teoría del sistema dual de poder, donde junto al control central u oficial
convive la clase proletaria que ayudó a que éste fuese instaurado. Esta
descentralización, añadida a la rivalidad caudillista, minó los fundamentos del
Movimiento, y los Sindicatos mineros, después de perder a sus jefes, se vieron
desposeídos de su fuerza política y material.
DE LA REVOLUCIÓN A LA CONTRARREVOLUCIÓN
Los Gobiernos de Paz Estenssoro (1952/1956; 1960/1964) Y
Hernán Siles (1956-1960) lograron mantener, por medio del M. N. R., cierto
equilibrio entre las distintas tendencias del Movimiento y las instituciones
nacionales, pero el progresivo y obligado aumento de la ayuda norteamericana
determinó una tendencia derechista en el Gobierno que condujo a una política
represiva hacia la izquierda cuyas actividades junto a la crisis del estaño y
el fallo del plan de estabilización iniciado en 1956 condujeron en 1964 al fin
de la revolución.
Para contrarrestar el poder del Sindicato minero de Juan
Lechín, así como la oposición del grupo ultraconservador de la Falange
Socialista Boliviana, Paz Estenssoro buscó apoyo en el Ejército, especialmente
en el general Barrientos, antiguo partidario del M.N.R. en 1949 y
vicepresidente del Gobierno en 1964. Estenssoro careció del carácter personalista-caudillista
(narcisismo individualista) que parece ser atributo obligado del líder
sudamericano, y que poseían sus rivales Barrientos y Lechín. Este último fue
expulsado del Movimiento por haberse opuesto a que Paz se sucediera a sí mismo
en 1904, y Barrientos, una vez rota la armonía entre las distintas facciones
del M. N. R.t representó el único grupo organizado que tradicionalmente
constituyó el solo recurso para la «salvación» del país en época de crisis t el
Ejército.
El conflicto interno de intereses dentro del M.N.R., el
descontento popular por impuestos y la inhabilidad de Estenssoro para llegar a
un compromiso con los militares, obligaron a éste a dimitir, terminando así la
revolución por razones, como dice Zavaleta Mercado «que nacen de las contradicciones
internas de la revolución y se concretan por la mano de la política
norteamericana» (40).
Barrientos, general de formación militar estadounidense,
significó el triunfó de la penetración norteamericana para quien el Ejército
era garantía de paz interna e inversiones, así como la seguridad de contar con
una fuerza que combatiría los peligrosos focos comunistas entre los mineros al
igual que cualquier intento de penetración marxista desde otros países
sudamericanos (41).
Múltiples y complejos factores se han venido oponiendo a la
formación de una conciencia nacional boliviana. En primer lugar, el nacimiento
geopolítico de Bolivia, así como su desarrollo histórico, llevaron a este país
a un aislamiento y encerramiento, los cuales produjeron un patriotismo
exclusivista y defensivo caracterizado por la unión de todos los elementos
internos que condujeron a una exageración de la función del espíritu
territorial boliviano. A este patriotismo abstracto e idealista se
superpusieron, a partir del siglo XX, remedios nacionalistas de origen foráneo,
los cuales fallaron en su aplicación práctica por no haber sido concebidos para
la realidad social boliviana.
Económicamente, la riqueza boliviana provocó, desde el siglo
XVIII a nuestros días, la aparición de una oligarquía nacional que en alianza
con el capitalismo internacional ha impedido —y usurpado a veces— la formación
-de una clase eminentemente nacionalista con intereses e ideologías al servicio
de la mayoría de la población. La soberanía nacional ha de estar fundada en la
autonomía económica, la cual sólo puede lograrse mediante una racional
explotación de la riqueza interna y una cautelosa política financiera con los
Estados Unidos.
La guerra del Chaco y sus efectos despertaron la conciencia
nacional boliviana provocando la búsqueda de nuevas alternativas a los males
del país. La tendencia nacionalsocialista que siguió al conflicto, y que continuó
en forma desigual hasta i95i, trajo importantes reformas nacionalistas,
especialmente la fundación en 1941 del M.N.R., movimiento que señaló el establecimiento
de los principios en los que Bolivia habría de basarse para su transformación
de país en nación.
Los obstáculos con los que tuvo que enfrentarse la revolución
de 1952, para lograr la identidad boliviana fueron muchos y difíciles, debido a
las viejas y fuertes barreras que por largo tiempo se opusieron a la total
integración del indio a la realidad físico-espiritual de la colectividad
boliviana. Las reformas de 1953 terminaron virtualmente con la humillante
dependencia en que había vivido el indio y le confirieron una nueva dimensión
humana. Sin embargo las medidas de tipo legal, como el derecho al voto sin
restricción lingüística o económica, fueron difíciles de llevar a la práctica,
ya que la carencia de una educación cívica —cuyo abstraccionismo impersonalista
es opuesto a la mentalidad india— convirtió al indígena en parte del juego de
intereses de los partidos políticos.
El golpe militar de 4 de noviembre de 1964 en el que
Barrientos se valió de los campesinos de Cochabamba, no fue, como declararon
sus ejecutores, «una revolución dentro de una revolución», sino una verdadera
contrarrevolución. Desde el punto de vista nacionalista significó un retroceso
respecto a los principios y prácticas de la revolución de 1.952 (42), ya que la
política y motivaciones económicas de este régimen en poco ha favorecido al
pueblo (43).
En Bolivia el nacionalismo práctico, futurista ha de basarse
en la cooperación y compromiso de todas las fuerzas nacionalistas,
especialmente el proletariado minero y las facciones ortodoxamente
revolucionarias del M.N.R., así como el Ejército, cuya función nacionalista no
puede descartarse. El papel de los Estados Unidos en esta restauración
nacionalista no puede ser excluido, y el problema consiste en qué medida, una
vez eliminada su influencia política, pueda ser encauzada la ayuda económica
norteamericana para -que facilite - -y no imposibilite— la nacionalización
efectiva de Bolivia.
EPÍLOGO OBLIGADO
La muerte de Barrientos Ortuño en abril de 1969 y las
elecciones de 1970 pueden significar la apertura de una nueva fase en el vivir
histórico boliviano. Las personalidades militares parecen ser los candidatos
con más posibilidades de éxito. El aspirante a la presidencia es el general
Alfredo Ovando Candía, jefe de las Fuerzas Armadas que cuenta —como lo hizo
Barrientos- — con el apoyo de los campesinos de Cochabamba y el favor de
ciertos elementos militares y el Departamento de Estado Norteamericano. El
rebelde general Marcos Vázquez Sempértegui, nacionalista que trata de atraerse
a sectores de la izquierda, y el actual vicepresidente Luis Adolfo Siles son
los más serios rivales de Ovando a la presidencia.
En el caleidoscopio de partidos (ideológicamente falseado
como el P. I. R., disueltos como el M. N. R. y en formación como el P. R. B.)
se destacan: el Partido de la Revolución Boliviana en el que se agrupan
sectores reaccionarios, los cuales ayudaron a llevar a cabo las medidas
represivas de Barrientos, el Partido Social .Demócrata bajo el actual
vicepresidente Siles, y la Falange Socialista Boliviana, órgano de la
oligarquía. El papel que pueda tener el M. N. R. con sus jefes aún en exilio,
aunque incierto, no puede ser excluido.
JOSÉ ORTEGA.
Referencias
(26) MARGARET LA FOY trata el aspecto jurídico-económico del
conflicto en The Chaco Dispute and the Lengua of Nations, Tesis doctoral de la
Universidad de Bryn Mawr, Pensilvania, 1941. Para una clara y breve exposición
histórico-geográfica, véase The historical bachground of the Chaco Boreal
controversy, de JAC NACHBIN, Nueva York, 1933.
Sobre la guerra del Chaco existen en la Biblioteca del
Congreso de Washington I), t" más de doscientos títulos. Doy a
continuación los estudios que, a mi juicio, son funda' mentales en los diversos
campos. En historia general de
Bolivia: Ol.EN K. LKONARP '• Bolivia: Land, People and Institutions, Scarecrow
Press, Washington D. C, 195a • HAROLD OSBORNE: Bolivia: A l*and Divided, Royal
Institute of International Affairs, London, 1954. The "Emergence of
the Republic of Bolivia, University of Florida Press, Gainesville, 1957, de
CHARLES W. ARMANE no trata del problema del Chaco, pero sin este valiosísimo
estudio es difícil la interpretación de los modernos fenómenos históricos
bolivianos. Para la historia militar de la guerra: DAVID TORO : Mi actuación en
la campaña del Chaco, La Paz, 1941; The Epic of the Chaco: Marshal
Estigarribia's Memoírs of the Chaco War 1932-1935, edición de PABLO MAX INFRAN,
The University of Texas Press, Austin, 1950; DAVID H. ZOOK: The conduct of the
Chaco War, Bookman Associates, Nueva York, 1960'; ROBERTO QUEREJAZ.LT CALVO:
Masama Clay; historia política, diplomática y militar de la Guerra del Chaco,
Los Amigos del Libro, La Paz, 1965. Los efectos sociales del conflicto son tratados por MURDO J. MAC LEOD en
Bolivia and its social literature befare and after the Chaco War: a historical
study of soda land literary revolution, tesis doctoral, Florida, 1962, y por
HERBERT S. KLEIN en The impact of the Chaco War on Bolivian society, tesis
doctoral, Chicago, 1963. De esta última tesis ha salido un libro en
español publicado por Editorial Juventud, La Paz, 1968, bajo el título Orígenes
de la Revolución Nacional Boliviana.
(27) «... la ardiente propaganda nacionalista y los
monopolios extranjeros supieron muy bien aprovechar conduciendo la opinión
pública por los peligrosos caminos de un ciego y exaltado chauvinismo, factor
éste de suma importancia en la iniciación de la guerra del Chaco», EDGAR AVILA
EcHAZU: Revolución y cultura, Tarija, 1963, pág. 18.
(28) «The
topographical handicap of the Chaco halted the Spanish conquest and it will
halt any other armed invasión, even if it has no arme dally against the
ínvader's». Declaraciones del ministro boliviano de Asuntos Exteriores
al New York 7V mes, 28 de diciembre de 1932.
(29) El corresponsal de Le Temps escribía el 1 de septiembre
de 1932 que «Le saus-sol est mal connu, mais il ne semble pas contenir de
petrole», y su colega del N&w York Times informa desde Argentina en abril
de 1933 que «Unlike European wars, no vast business interests are involved. The Chaco War hides no wealth on
natural resources to tempt foreign concession hunters», e incluso en 1935 el
Time (24 de junio) continúa negando las razones económicas de la guerra t «The
Grana Chaco War was wholly a people's war, begun by a rousing pair oí national
infenonty complexes. The fantastic theory o£ most Latín Americans was and is
that the United States was behind Bolivia; Great Britain behind Paraguay. To
complícate this nonsense, Englishmen, and Germans rallied to the Bolivian
cause, Frenchmen and white Russians to the Paraguayan cause.»
(30) «A Saavedra le tocó asistir al ingreso de Bolivia en la
órbita de la influencia yanqui», AUGUSTO CÉSPEDES: "El dictador suicida,
Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 1956, pág» 77.
(31) Los mismos países que explotaron las riquezas de
Bolivia obtuvieron pingües beneficios mediante la venta de armas sin las cuales
no se habría podido llevar a cabo esta guerra. La Comisión del Consejo de la Liga de Naciones
(capítulo g, 10 de mayo de 1934) declaró que: «The arms and material of every
kind are not manufactured locally, but are supplied to the belligerent by
American and English countries». Un préstamo de la Vickers-Armstrong, de
Inglaterra, permitió a Bolivia la compra de nueve millones de dólares de
material bélico y el Manchester Guardian (mayo de 1934) detalla los pedidos
servidos por Inglaterra a Bolivia y Paraguay.
(32) Esta
es la teoría de HERBERT S. KLEIN: «Ñor was his presence (la del indio) in the
Army even amelioreting change in his own socioeconomic status. As all veterans
have reported, the Gaste system was rigidly maintained in the Bolivian army...
when the war was over they (los indios) were reintegrated into the Oíd Older
with relative ease, as the war has brought them nothing but even a more
dangerous form of slavery that they had ever known before...», The tmpact of
the Chaco War on Bolivuí society, tesis doctoral, Chicago, 1963, págs. 263,
264. Aunque la guerra no produjo cambios inmediatos en ía situación del indio
como dice KLEIN, significó, según RICHARD PATCH, la ruptura con los valores e
instituciones tradicionales de la preguerra: «The suelden phisical equality of
the combatants of all classes, the reserved dependencies, the new knowledge of
opportunities, all operated to bréale or weaken those barners upon whích the
formes system depend», «Social Irnplícations o£ the Bolivian Agrarian Reform»,
tesis doctoral de la Universidad de Cornell, Ithaca, Nueva York, 1956, Pa
" gina 258. De esta última opinión no participa uno de los
forjadores ds la bolivíanídad, PAZ ESTENSSORO, el cual cree que la guerra del Chaco,
«fue un incidente desafortunado al margen de la corriente de los
acontecimientos que conducían a la revolución, y que tuvo un efecto poco
duradero sobre los indios que participan en ella». Declaración, de PAZ
ESTENSSORO a RICHARD PATCH en entrevista recogida por Cuadernos del Congreso
por la Libertad de la Cultura, París, septiembre 1962, pág. 16.
(33) En su obra La justicia del inca, La Edición Latino
Americana, Librería Faik Fils, Bruselas, 1926, se encuentra uno de los más
famosos slogans socialistas de su tiempo: «Tierras al pueblo, minas al Estado»,
pág. 223.
(34) El M. N. R. se originó dentro del Partido Socialista
Independiente (PAZ ES' TKNSSORO, AUGUSTO CÉSPEDES, WALTER GUEVARA ARZB, etc.).
Su artífice fue PAZ ESTENSSORO, profesor de Economía, y fue fundado en 1941 en
honor del Decreto de Busch (1939) por el cual se controlaba la exportación de
minerales. La revolución de 1943 Hevó al M. N. R. al Poder y las elecciones de
1951 dieron el triunfo a PAZ y HERNÁN SILES, pero no la mayoría constitucional.
(35) CARLOS MONTENEGRO: Nacionalismo y coloniaje, Ediciones
Pleamar, Buenos Aires, 1967, pág. 14.
(36) «The
major accomplishment has been social ' the integration of the majority o£ the
population speaking indigenous languages ¿nto the social and political life of
the nation. This resulted more from the self-assertion of that mass than frotn
the actions o£ the revolutionary governtnent», RICHARD W. PATCH: «Bolivia: The
Restrained Revolutíon», The Annals of the American Academy of Political and Social
Science (marzo de 19Ó1), pág. 123, Y en semejantes términos se expresa RüNÉ
ZAVALETA MERCADO, refiriéndose a la revolución de 1952: «No es, por eso, aunque
cumple las tareas que en Europa fueron de la burguesía, una revolución
democrático-burguesa. En su proceso, la clase dirigente de las
transformaciones no es, en cuanto clase, la burguesía o la pequeña burguesía,
sino el proletariado minero...», dnsurgencia y derrocamiento de la revolución
boliviana», Casa de las Américas, Habana, 1967, septiembre-octubre,' página
135.
(37) La reforma agraria, según R. PATCH, fue llevada a cabo
por los indios mucho antes de 1953 y las medidas que el Gobierno tomó ese año
sólo legalizaron y pusieron en vigor lo hecho previamente por los indígenas. «The MNR had plans for an eventual
agrarian, but no planned reform could have been as sweeping as the one
initiated by the Indians themselves and only formalized by the government
decree law of August 2, '953 • The Indian organizaron which forced the reform
upon the goverment had begun in the Indian Villages of the upper Cochabamba
valleys in the mid-rg3o's>!, «Bolivia: the Restrained...», pág. 128.
(38) RKNÉ ZAVALETA MERCADO: «Insurgencia...», págs. 140-142.
(39) «The
profoundly revolutionary aspect of the reform Was social in nature and dwarfed
the far reaching economics effects of the land distribution», R. PATCH: «SO.-
cial...», pág. 253.
(40) ZAVALETA MERCADO: «Insurgencia...», pág. 138.
(41) La intervención económico-política de EE. UU. se
extendió al plano militar y político en forma de técnicos y agentes del C. I.
C. A. a causa de las operaciones de las guerrillas, formadas por
revolucionarios de diversos países sudamericanos que venían operando en suelo
boliviano con ayuda de los nativos desde 1964. Las actividades de los
comunistas extranjeros (Guevara, Debray, etc.) en Bolivia, especialmente entre
1966 y 1968, dañaron —separadamente de la inspiración mítica producida por la
vida y muerte de Guevara entre los movimientos juveniles de nuestro tiempo— la
causa nacionalista boliviana por haber ignorado la antigua lección sudamericana
de que las soluciones a los problemas de una República han de ser concebidas y
llevadas a la práctica por los habitantes de ese país en el momento y
circunstancias favorables.
(42) Refiriéndose al nacionalismo de PAZ ESTENSSORO y JUAN
LECHÍN los autores ARTHUR P. WHITAKER y DAVID C. J0RD1ÁN opinan que, «It
represents the rrlost complete form bf fusión of nationalism with social
revolution», Nationálism in Contempo' rary Latín America, The Free Press, Nueva
York, 1966, pág. 66
(43) El antinacionalismo del Gobierno Barrientos-Ovando se
ejemplifica internamente en la serie de intervenciones armadas del Ejército y
los diversos órganos de represión (Policía Minera, Dirección Nacional de
Investigación Criminal, Policía Militar, etc.), que culminaron en las masacres
de los centros mineros en mayo, septiembre de 1965 y 196/• Los bajos salarios y
la eliminación de beneficios sociales, especialmente llevados a cabo por la
corporación estatal minera o COMIBOL originaron fuertes protestas en ambas cámaras,
así como en los círculos universitarios y eclesiásticos. El retrogradísimo
nacionalista se tradujo en política económica exterior, en nuevas concesiones
al capitalismo yanqui: enajenación de minas a la Philips Brother Corporation,
negociado de gas a lar Gulf Oil Co., contrato con la firma Jones Associated
para construcción de carreteras,- etcétera.
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