Por: María Luisa Kent // (Tomado de Sucre, soldado y
estadista, Enrique Ayala Mora, edit., Quito, Planeta / Universidad Andina Simón
Bolívar, 1996). // Foto: Segunda bandera de Bolivia.
Artículo anterior: ORGANIZACIÓN DE LA REPÚBLICA BOLIVIANA (1825-1828) Parte I
Muchos autores afirman que Bolívar tuvo una visión
continental de la Independencia y que Sucre tuvo una percepción más bien
regional. Para su contemporáneo Burdett O'Connor, Sucre tenía "cierto
espíritu provincial" con un favoritismo exagerado por todo lo
colombiano.61 No obstante provenir esas afirmaciones de personajes
contemporáneos al Mariscal, Sucre tuvo la capacidad de captar la importancia
geopolítica de la ex-Charcas y el espíritu autonomista gestado en los últimos
años revolucionarios.62 Coincidimos con el historiador Alberto Crespo cuando
afirma que el Mariscal tuvo el talento político de realizar un juicio certero
de la realidad, y también sostenemos que su decisión fue coherente con el
desarrollo de los sentimientos localistas y las tímidas tendencias nacionales
que afloraban.
La guerra de independencia y el proyecto de la Gran Colombia
llevó a Bolívar a recorrer sin pausa el territorio americano llevando las ideas
salvadoras en las que creía. Sucre siguió ese mismo derrotero pero se sintió
contrariado con el mando civil y la coyuntura política. "Estoy reventando,
no por descontento sino porque esta situación pasiva más se parece a la vida de
un canónigo que a la de un militar aunque sea soldado del papa", escribía
desde Chuquisaca al coronel Burdett O'Connor.63 Sucre presintió que sería una
víctima de los "negocios embrollados entre el Perú, Buenos Aires y estas
provincias y en que acaso la América toda tome parte".64
La visión política continental de Bolívar, expresada en la
Carta de Jamaica de 6 de septiembre de 1815, señalaba un necesario golpe de
timón ante los peligros que amenazaban el proceso de independencia. El ejemplo
era Venezuela, la reciente víctima del nuevo embate peninsular. El documento,
despojado del idealismo que había dado vida a "la Patria boba",
analizaba las dificultades del presente y del porvenir americano y puntualizaba
los errores cometidos por la inexperiencia política y la dispersión de
recursos.
Desprovisto de ambiciones, Sucre aconsejaba a Bolívar sobre
su futura estrategia política que, en su concepto, debía obedecer a una táctica
de avances y retrocesos, según carta de marzo de 1826. "Creo que ud. deba
pensar en Colombia para el año 31 en que se reformará la Constitución (...) Ud.
debe rechazar la presidencia a favor de Santander, y pensar en admitida entre
el 29 y el 33 y ser reelegido del 33 al 39".65 También aconsejaba
"mantenerse intacto sobre las ideas vulgares (. . .) y ser el Arca de la
Alianza del pueblo de Colombia y del pueblo de América".66
Por el contrario, el Mariscal no edificó su futuro político,
pues sus ambiciones personales no apuntaban hacia la vida pública, aunque se
aplicó con dedicación de soldado a los asuntos del gobierno. "Soy amigo
del orden, de la patria y de las leyes" .67 La presidencia provisional,
después de la visita de Bolívar, sellaría sU destino político y su voluntad de
trabajar "en la plantificación de todos los decretos que usted expidió y
me prometió que serán ejecutados en breve".68
Del pensamiento bolivariano rescatamos algunos aspectos que,
a nuestro juicio, fueron afines a la vocación republicana del mariscal Sucre:
-El derecho de las naciones para que se constituyan independientes
sobre el cimiento de la libertad, libres de "la desnaturalizada
madrastra",69 fue el nervio articulador de la lucha libertaria de Bolívar.
Para Sucre fue el fundamento que impulsó su trayectoria militar y definió su
pensamiento político el momento de juzgar las demandas políticas de las
provincias Altas.
-El sistema federal rechazado por Bolívar "por ser
demasiado perfecto y exigir virtudes y talentos políticos muy superiores a los
nuestros...",7° fue considerado inviable para el Mariscal. Sucre defendió
el sistema unitario y representativo. Su objetivo era centralizar el poder
político, aunque respetando las decisiones de la Asamblea. Buscaba el
fortalecimiento de las instituciones, el control de las finanzas y la
distribución equitativa de las cargas impositivas. En concepto de Bolívar y
Sucre, los gobiernos acentuadamente democráticos tenían un componente caótico
incontrolable.
-El ideal de justicia social fue el marco del conjunto de
reformas, largamente reflexionadas por Sucre desde su llegada al Alto Perú.
Identificados con aquellos principios, Bolívar y Sucre los aplicarían con
relativo éxito en las flamantes repúblicas que se organizaron bajo su tutela.
En Bolivia, la reforma eclesiástica y la educativa fueron las más exitosas y
estuvieron orientadas a reducir los privilegios de casta y jerarquía y a
democratizar la educación.
El contenido del Decreto del9 de febrero de 1825, así como
el carácter vitalicio de la Primera Constitución que Bolívar envió a Bolivia,
provocaron algunas fricciones, según muestra la correspondencia cursada entre
ambos jefes militares.71 Sin embargo, esas diferencias no afectaron la relación
personal.
LOS PRINCIPIOS LIBERALES DE LAS ÉLITES
Las élites sociales e intelectuales fueron receptoras de la
filosofía de la Ilustración y del pensamiento económico, llegados al continente
americano a través de las ideas políticas, de la literatura y de la
liberalización del comercio con Inglaterra y Francia.72 Estos principios se
irradiaron en el continente y fueron asimilados tanto por los criollos
ilustrados como por revolucionarios anónimos. A partir de entonces se
propalaron valores y derechos irreconciliables con la estructura de dominación
colonial.
El modelo inglés que implicaba la idea de modernización de
las instituciones representativas junto al modelo francés que sustentaba los
principios de igualdad de la Revolución Francesa, combatidos por el Estado
español en las últimas décadas del siglo XVIII, influyeron sustantivamente en
la formación de círculos conspirativos y sediciosos de matiz diverso.
Los principios republicanos expuestos en la Declaración de
la Independencia de los Estados Unidos (1778) y en la Declaración de Derechos
del Hombre (1791), si bien resumían ideas propias de la cultura europea
occidental, fueron el modelo adoptado en todos los ámbitos dónde ésta se
expandió. En la etapa organizativa, la libertad de pensamiento y asociación, el
control de las instituciones políticas mediante una opinión pública informada,
solo podían ser resueltas a la luz de un régimen representativo y
constitucional, moderadamente participativo.
En la era revolucionaria europea el pensamiento liberal tuvo
repercusiones en todos los países de Europa Occidental, y creó gran expectativa
en algunos círculos revolucionarios venezolanos. Pero fue sobre todo en
Inglaterra donde logró el status de una filosofía y una política nacional,
debido a su sistema parlamentario ya su elevado desarrollo industrial. Según
Gladstone, también se debió a la acción de las sectas religiosas no conformistas.73
En cambio, el liberalismo francés en la fase organizativa, después de la era
revolucionaria, tendió a ser la filosofía social de una clase con componentes
aristocratizantes. La evolución y el progreso, objetivos netamente liberales,
resultaron ser la antítesis de la revolución. Chateaubriand expresó que para
conservar la obra política, fruto de la Revolución, debería erradicarse a la
propia Revolución.74
Este conjunto de principios entroncados en la Ilustración,
en la revolución industrial y en la revolución francesa, adquirió una
contextura distinta al ser injertado en las conservadoras sociedades
americanas. Solo el "realismo político" pudo, en su momento, adecuar
las doctrinas liberales y traducirlas en términos moderados. Ese fue el carácter
de las constituciones cuidadosamente elaboradas y reguladas.
En Charcas la divulgación de la ideas enciclopedistas, como
en el resto de América, fueron el producto del "contrabando
intelectual", propiciado por los miembros ilustrados de los círculos
intelectuales y de algunas instituciones religiosas. Tanto la presencia de la
Compañía de Jesús, como su expulsión en 1767, Contribuyeron a la difusión de
ideas proclives a la revolución.
Guillermo Francovich afirma que el Contrato Social fue el
breviario de los revolucionarios de Chuquisaca. Según el mismo autor, Cayetano
de Filangieri y el abate Raynal, éste último exjesuita, junto a Montesquieu y
Rousseau, inspiraron las respectivas revoluciones de 1809 y 1810 en Charcas y
La Paz.75 Sin embargo, esas ideas se transformaron y derivaron en soluciones
más rígidas cuando se aplicaron en el marco de la realidad social.
EL REALISMO POLÍTICO
Durante la etapa revolucionaria, las élites criollas
apostaron por soluciones políticas según sus particularismos locales. La revolución
quiteña y los silogismos de los revolucionarios de Charcas en 1809, fueron
moderados frente a los planteamientos de Hidalgo y Morelos en el México de
1813, quienes asumieron intransigentes medidas en defensa de los indios. En
esta misma línea, otras corrientes promovieron reformas substanciales con
respecto a la tenencia de la tierra. Es el caso del uruguayo Artigas (1815),
quien también luchaba por la autonomía de la "banda oriental".
En otras regiones americanas, según Romero,76 se pensaron
soluciones vanguardistas. Son los casos de la temprana independencia de Haití y
su Constitución (1801-1811); o la llamada "libertad de los vientres",
dictada por la Asamblea de las Provincias Unidas en 1813, en favor de los
negros e indios sometidos a la esclavitud y al tributo.
La Carta de Jamaica de 1815, escrita por Bolívar durante el
corto período de la reafirmación del absolutismo español (1815¬1820) en la
etapa intermedia de la guerra, es un documento que planteó soluciones más
concretas, a raíz del fracaso de las primeras experiencias republicanas.
Los planteamientos liberales en la última etapa de tránsito
hacia la República, derivaron en debates sobre las formas de gobierno, la
necesidad de luchar contra la anarquía y el caos, la búsqueda de frenos institucionales
y representativos que evitaran formas democráticas tumultuosas. El ansiado
salto al progreso, teniendo de mediador al liberalismo, no solo impulsó los
proyectos políticos, sino que exigió un freno a la revolución para" dar
principio al orden".77
Durante la etapa formativa republicana, la organización
política se resolvió bajo el signo del pragmatismo. Las realidades locales, las
confrontaciones regionales y el surgimiento de nuevos actores políticos,
exigieron soluciones prácticas. Como no podía ser de otra forma, fueron las
élites las que asumieron la representatividad política de la sociedad, primando
en ellas las tendencias conservadoras.
En el caso boliviano, las diferencias económicas, sociales,
raciales y culturales instituidas en la colonia, fueron un freno natural a la
igualdad, aunque la nación implicaba este concepto para todos los sectores de
la sociedad, realidad que nunca llegó a plasmarse en actos concretos. Las
mayorías indígenas analfabetas fueron excluidas de la práctica política. La
primera Constitución vitalicia de Bolívar, promulgada en noviembre de 1826, no
reconoció la condición de igualdad ciudadana para todos los habitantes. Los
requisitos: saber leer y escribir, tener empleo o industria, ciencia o arte sin
sujeción a otro, al mismo tiempo que aceptables y convincentes fueron un
obstáculo a los principios igualitarios. Para muchos autores los enunciados
liberales fueron planteamientos utópicos, y el Estado una invención política al
servicio de las nacientes oligarquías.78
EL ESTADISTA
El corto gobierno del Libertador Bolívar en Bolivia
(agosto¬diciembre, 1825) fue el momento cumbre para la elaboración de los
decretos expedidos. Mientras ambos jefes militares recorrían las principales
ciudades rodeados del esplendor de los vencedores,79 y recibían el
reconocimiento de la población y el homenaje de las élites, Bolívar se
informaba de la situación económica, social y política de las provincias.
En los cuatro meses de permanencia Bolívar emitiría" ..
.más de cincuenta decretos, resoluciones y órdenes sobre una variedad de
tópicos, minería, impuestos, cuestiones indígenas, establecimientos religiosos,
elecciones para el Congreso Constituyente",80 los cuales fueron
reglamentados y ejecutados por Sucre.
Cuando el Libertador dejó la capital el primer día de enero
ofreciendo enviar "la Constitución más liberal del mundo",81 el
mariscal Sucre aceptó nuevamente la conducción del gobierno, "mientras
durase la ausencia del Libertador". La Asamblea reunida en mayo de 1826
aprobó la primera Constitución, llamada vitalicia el 28 de octubre de ese año y
pidió al Mariscal continuar a la cabeza del gobierno en calidad de Presidente
Constitucional. A tiempo de aceptar esa designación, Sucre solicitó al Congreso
la modificación del artículo vitalicio que había causado tantas irritaciones.
Desde ese día y hasta que abandonó el territorio, e12 de agosto de 1828, Sucre
gobernó la flamante República en calidad de primer Presidente Constitucional de
Bolivia.
Si bien Sucre, por su carisma personal, realizó su tarea
política bajo el auspicio del consenso y logró un equilibrio político entre la
jefatura y la Asamblea, en el año 1827 ya eran evidentes los síntomas de
ruptura. "El terreno sobre el que trabajamos es fango o arena",
escribía un día antes de negarse a aceptar la presidencia vitalicia de la
República. Un año después volvía a afirmar: "Nuestros edificios políticos
están construidos sobre arena, por más solidez que pongamos en las paredes, por
más adornos que se les hagan no salvamos el mal de sus bases. Es la mayor
desgracia conocerlo y no poderlo remediar".82
No obstante aquella percepción un tanto pesimista, Sucre
edificó instituciones republicanas sobre la contradictoria sociedad semejante a
"arenas movedizas". Con gran convicción, estructuró los cimientos de
un Estado laico, organizó una administración de justicia independiente y las
bases de un ejército nacional. Planteó el control de las rentas públicas y las
aduanas, y consideró que la educación debía ser un instrumento de redención
popular. Todo aquello bajo la mira de una opinión pública que empezaba a
«exteriorizarse.
LA IGLESIA Y EL ESTADO
En este punto conviene remarcar que una de las diferencias
entre Bolívar y Sucre 1ue la vinculación del primero con la Orden Masónica,
mientras que no existen evidencias para afirmar lo mismo con respecto a Sucre.
Si bien la reforma religiosa atacó desde diversos ángulos83 la estructura de la
Iglesia, ésta no fue producto del anticlericalismo masón, sino de su espíritu
liberal y de su concepción civilista y laica. Los argumentos esgrimidos contra
la Iglesia tuvieron trasfondo económico y más que ideológicos fueron producto
«:le las políticas y lineamientos republicanos.
En vísperas de la independencia, el debate entre las ideas revolucionarias
y las monarquías habían ido agudizándose al interior de la Iglesia. Las
inclinaciones por uno u otro bando dentro del clero nativo y del extranjero,
tuvieron diversos matices, de donde se deduce que el clero estaba dividido
entre patriotas y realistas, independientemente de su procedencia.
Entre Vicente Pasos Kanki (1779-1852), clérigo
chuquisaqueño, y el paceño Fray Antonio Sánchez Matas, contemporáneos en sus
discursos se observan posiciones encontradas. El primero, doctorado en
teología, fiel cultor de los principios liberales, se dedicó a viajar y
escribir planfletos sediciosos contra el Estado español. En cambio el segundo
en una Carta Pastoral en 1821 defendía "la obediencia que Dios manda que
presteis a las legítimas potestades" '... Ia nación española ha sido
nuestra madre, nuestra nutriz y nuestra maestra".84
En la época de Sucre la Iglesia mostró su debilidad frente a
la República. No pudo conservar la vastedad de su herencia colonial por la
caducidad de su discurso y por la incapacidad de adecuarse a las
transformaciones políticas que sacudían la región. Joseph Barnadas sostiene que
la Iglesia "tuvo escasas raíces populares, sin preparación teológica para
reacomodarse"85 Desposeída de sus bienes y menguado su poder temporal, la
Iglesia acusó mal el golpe recibido.
La pérdida de privilegios y el rigor del patronato regio en
manos de Sucre disminuyeron el poder político e ideológico de la. Iglesia. En
la República perdió su rol colonial pues de ser una. herramienta política e
ideológica de conquista, perdió la iniciativa y se supeditó a la nueva
organización política. Gabriel René Moreno sostiene que el clero
"purpurado," incluso después de las victorias militares de los
ejércitos libertadores, siguió inclinado hacia la monarquía.
Las reformas anticlericales del mariscal Sucre tuvieron un
sentido social, político y económico. Lo sustantivo del proyecto consistía en
utilizar las rentas, diezmos y propiedades de la Iglesia en beneficio de una
política social de beneficio público. Siendo una institución poseedora de
vastas riquezas, era previsible que el Estado recurriese al poder económico
acumulado, para buscar una solución práctica que le permitiese financiar sus
proyectos sociales y educativos. Como consecuencia del despojo, la Iglesia
sufrió la pérdida parcial de su influencia en la sociedad mestiza, india y
criolla, ejercitada en siglos de dominación.
LAS RENTAS DE LA IGLESIA Y LA CONTRIBUCIÓN DIRECTA
Ambos temas, diferentes en su contenido, resultaron muy
relacionados como resultado de las medidas reformistas emprendidas por el
Mariscal y de seculares prácticas tributadas, excluyentes de criollos y
peninsulares. La contribución directa e igualitaria, propuesta por Bolívar,
desestabilizó a sectores de criollos, volcándose éstos hacia su aliado natural,
la Iglesia. Las protestas de los criollos afectados hicieron eco en la prédica
de algunos resentidos miembros, convirtiéndose ambos sectores en coyunturales
socios. Durante varios meses ambas fuerzas se listaron en un mismo frente para
protestar contra las medidas fiscalizadoras Y tributarias aprobadas por la
Asamblea.
Veamos cómo se desarrolla la resistencia de estos sectores
ante las medidas aprobadas.
Mediante Decreto de 11 de diciembre de 1826, Sucre ordenó la
fiscalización de las rentas de la Iglesia en beneficio de la educación, la
instrucción y la beneficencia pública. Con la medida ratificaba las órdenes
dictadas durante su gobierno provisional - entre mayo y octubre de 1825-. La
Resolución de 29 de agosto, sobre la exclaustración de monjas y la profesión de
votos, perseguía el mismo objetivo.
La Contribución Directa de 22 de diciembre de 1825, dictada
por Bolívar y reglamentada por Sucre, tuvo también un propósito fiscalizador y
cierto sentido social. El Mariscal, pese a sus susceptibilidades más tarde
confirmadas, creía que se debía disminuir las obligaciones a los tributarios
indígenas y elevar la renta nacional con la contribución de profesionales y
comerciantes criollos, de artesanos y cholos urbanos y rurales.
Algunas consideraciones sobre la discriminación reflejada en
la tributación indigenal, están explícitas en su mensaje del 25 de mayo del año
1826:
Los indígenas, esta parte originaria de nuestro pueblo, la
más digna del goce de los beneficios de la independencia, oprimida todavía por
la costumbre de humillados, han sido rescatados en gran parte de los ultrajes
con que eran tratados; pero ellos no están aún en la dignidad de los hombres.
Toda la fuerza del Gobierno para arrebatados de la injusticia y del crimen no ha
bastado para volver a esta clase infortunada de su condición y abatimiento. Su
abyección en tres siglos de esclavitud los ha sumergido en males de que sólo
podrá sacarlos la protección del cuerpo legislativo, y la ejecución de las
medidas y decretos del Gobierno en su favor y en el de su educación.86
A principios del año 26 las rentas habían caído
estrepitosamente. Cuando la Ley de Contribución Directa, en la que se había
puesto tantas esperanzas, estaba a punto de fracasar, Sucre escribía a Bolívar:
"Ud. por aliviar al pueblo dio su ley de contribución; y los malditos
curas han hecho entender a las gentes que esta leyera tan gravosa, que muchos
pueblos se descontentaron, y el resultado ha sido quedamos con un vacío. Vea si
es motivo de disgusto observar que Ud. quiso aliviar al pueblo, y que estos
diablos hayan hecho creer lo contrario".87
El 26 de agosto de 1826, en vista de las dificultades para
efectivizar el cobro de las contribuciones directas, fue repuesta la
contribución indigenal. EllO de abril de 1827 Sucre debió abolir
definitivamente la Ley de Contribución Directa y volver atrás.
La modernización del sistema impositivo resultó un fracaso
al ser aplicado en las condiciones adversas señaladas. Los más resistentes
fueron los" ciudadanos" a los que dicha ley los convertía en
"tributarios directos". Prácticas seculares, basadas en
consideraciones raciales y culturales, impedían a los criollos aceptar
equipararse a los indígenas en el pago de contribuciones. La imposibilidad de
llevar nuevos registros y actualizar los catastros por su elevado costo,
coadyuvaron a la reposición de la tradicional tributación indigenal.
LA INSTITUCIÓN MILITAR
El Mariscal consideró que la fuerza militar sería un factor
de equilibrio interno y garantía externa, mientras se definía su situación con
Buenos Aires y Lima. Sucre analizó el panorama global con una óptica
envolvente: "Como los generales lo primero que tratan en sus campañas es
tomar base de operaciones, creo que lo mismo es en el gobierno, y que sin
sistema ni base la cosa no puede andar bien".
Inclinado al ejército por su origen militar y por ser una
garantía de seguridad, el Mariscal retuvo una gran parte del Ejército Unido que
había llegado con él. Aunque esa decisión significó su desgaste personal, fue
también la génesis del ejército nacional y del poder que éste desplegó en los
años posteriores. Ni bien concluyó la guerra, Sucre creó algunos cuerpos
nacionales de caballería, infantería y artillería y el de ingenieros. El 13 de
diciembre de 1825 Bolívar refrendaría la creación de una escuela de élite, que
contemplaba la instrucción de la oficialidad. La flamante Compañía aceptaba
alumnos que pudiesen leer y escribir entre los 12 y los 20 años.89
En abril de 1826, dos años antes del atentado del 18 de
abril, el Mariscal escribía a José Antonio Páez: "Nuestro ejército está en
un pie brillante por disciplina, orden, sistema, y sobre todo con un espíritu
nacional y militar". Lamentablemente el optimista panorama se opacó.
Acciones y protestas, y el envilecimiento de algunos oficiales, menguaron el
orgullo que sentía por su ejército y sus oficiales. La falta de objetivos
militares y el incumplimiento en los pagos los desmoralizó y amotinó. La
sublevación del "Voltígeros", el 24 de diciembre de 1827, fue la culminación
del desgaste y el ápice de las sublevaciones militares, signo de su deterioro.
El atentado de abril descubriría más tarde una conspiración militar-civil
boliviano-peruana/o con subterráneos propósitos políticos antinacionales.
La intención de crear una institución militar boliviana se
manifiesta en varias cartas. En julio de 1826 Sucre escribía a Bolívar:
"Mucho me alegro que Ud. haya consentido que forme el batallón de la
Guardia Boliviana", ".. .quiero dar soldados hechos por soldados nuevos"
.91 Y un año después informaba: "Yo voy levantando los cuerpos de Bolivia.
Ya hay siete escuadrones... y están organizándose tres batallones regulares...
la brigada de artillería está completa". "Tenemos pólvora, plomo,
cañones" "… o faltarán dentro del país cinco mil fusiles; espero
dentro de dos meses dos mil y dentro de ocho seis mil.92 Todo entrará por
Cobija".93
Al finalizar el año 1827, cuando las relaciones con el Perú
estaban ya tensas y las acusaciones entre Bolivia y Perú eran recíprocas, luego
del levantamiento del Voltígeros, Sucre se vio obligado a prescindir de los
últimos auxiliares, Anotaba que, "como yo anuncié tantas veces han
comprometido de una manera vil hasta la suerte de Bolivia", Pero Sucre
sostenía que Bolivia no quedaría indefensa pues contaba con" ocho
escuadrones entre poco contarán mil plazas y una buena compañía de artillería
volante con cien plazas".94
La institución militar que Sucre consideró el brazo armado
en defensa de la Constitución, fue una fuerza incontrolable que ocasionó parte
de la inestabilidad política y social en el siglo XIX y parte del :XX. De allí
surgió el caudillismo militar, promotor del caos político, de los desbordes
sociales y de los gobiernos anticonstitucionales. Sucre no pudo prever esta
desviación, pues en su concepto el ejército debía ser el pilar del civilismo
constitucional; sin embargo, llegó a percibir con claridad que en medio
del" caos americano" sería difícil conservar la paz interna de
Bolivia, "enclavada entre tantos enemigos y rodeada de un fuego revolucionario",95
Presentía que sería preciso "un verdadero milagro para que (Bolivia) no se
infeste de la confusión general de América".96
LA OPINIÓN PÚBLICA
La opinión pública fue un pilar importante en el gobierno de
Sucre. Tal como ocurría en otras capitales americanas, en la nueva Charcas la
prensa era un medio de difusión de ideas y proyectos políticos. El Cóndor de
Bolivia, acusado de difundir ideas oficialistas y ser un órgano del Gobierno,
fue el primer periódico republicano, fundado en diciembre de 1825.
Aun antes de ser jefe de gobierno, el Mariscal tuvo un
especial interés en rescatar todas las imprentas abandonadas por los realistas
y utilizadas en la difusión de los principios republicanos.97 No obstante sus
reducidas dimensiones, El Cóndor constituye una valiosa fuente de información
que tras unta el debate de las propuestas liberales y nos aproxima al
pensamiento de algunos sectores de las élites criollas. El Cóndor fue para el
Mariscal la expresión de una gran voluntad y la muestra del respeto que sentía
por la confrontación de ideas.
La primera Ley de Imprenta dictada por Sucre y promulgada
por la Asamblea el 7 de diciembre de 1826, fue justamente la re afirmación de
aquellos principios republicanos. Mediante ella, el gobierno demostró que la
libertad de opinión era uno de los beneficios que traía consigo la República.
Fue sin duda un hito para las "libertades ciudadanas", aún
considerando que solo una reducida parte de los habitantes del territorio
podían leer y escribir.
El año 1826 Sucre le hablaba a Bolívar de El Cóndor: "
...es tan chiquito que no vale la pena; no se ha podido encontrar papel grande
ni en Buenos Aires; si en Lima hay fuera bueno que Ud. hiciera venir un
poco". "En El Cóndor se han insertado las comunicaciones del Presidente
del Senado y del Vicepresidente de Colombia a U.; en el que viene se hará poner
su brillante contestación que he visto en el Peruano",98 Una temprana
conciencia del poder de la opinión pública le llevó a comprender que había que
"plantificar la Constitución" en la conciencia de los ciudadanos.
".. .Me propongo que se escriba algo a favor de la Constitución para
arraigada en el amor de los pueblos".99
El 8 de junio de 1826 El 05ndor dedicó un espacio importante
a la Ley del Olvido del 2 de mayo de 1826. Dicha Ley determinaba que
"nadie es responsable de los sucesos políticos pasados. Los hombres son
invitados a venir a Bolivia, dónde su libertad civil tiene todas las garantías
que le den las leyes de los ciudadanos" expresaba El Cóndor, Era un plan
del Gobierno para atraer migración selectiva y decretar amnistía política. Se
eximiría de impuestos directos a los migrantes y la posibilidad de obtener
casta de ciudadanía a los "extranjeros cuya ocupación en Bolivia sea la
instrucción y la enseñanza pública". Principios liberales, cuidadosamente
sustentados por los editorialistas de El Cóndor, admitían que "es tan
contrario a la razón el detestar a un hombre porque no piensa como nosotros,
como por no haber aprendido un mismo idioma... la conciencia misma no es sino
el cúmulo de ideas adquiridas en la educación".lO0
Es muy conocido que Facundo Infante, liberal de origen
español, secretario de Sucre y uno de los personajes más importantes de su
gobierno, defendía las medidas liberales del gobierno utilizando pseudónimos.
Este personaje es una figura clave del período y está pendiente una
investigación profunda sobre su real participación política y la influencia de
sus ideas sobre el Mariscal. Lofstrom apunta que fue diputado en las Cortes de
Cádiz en 1823, con una carrera matizada de sobresaltos y éxitos. Aparece como
secretario de Sucre en 1825 y en 1826 es nombrado Ministro de Interior y
Finanzas. Abandona Bolivia después de Sucre y en 1834 retorna a España, donde
muere en 1873, después de detentar numerosos cargos de relevancia política.1Ol
La necesidad de crear opinión pública es una de las
interesantes facetas del Mariscal. El interés de Sucre por abrir un espacio de
opinión a sus contemporáneos fue el mismo que le impulsó a invitar a los
ciudadanos, a través de Bandos, discursos y la misma prensa, a expresar
opiniones sobre su conducta y administración.102 El Cóndor fue para el Mariscal
un instrumento difusor de las propuestas gubernamentales y de sus propias
ideas. Al evocar tan sugerente nombre, evocamos las confrontaciones que mantuvo
con El Mercurio Peruano, el Argos argentino, el Fénix de Lima y el Bandera
Blanca, periódico francés de esa época.103 En nuestra interpretación, la
difusión de ideas a través de la prensa tuvo el "propósito de concientizar
a algunas fracciones de las élites, corregir algunos fundamentos conservadores
y estimular la formación de un espíritu crítico acorde al momento de cambio,
que derivara en una actitud favorable a las políticas de su gobierno.
CONCLUSIONES
La creación de Bolivia es un complejo tema de investigación
por los elementos que concurren en su etapa formativa. Es preciso admitir, en
primera instancia, que le corresponde al mariscal Sucre el mérito de haber sido
el primer organizador político del nuevo Estado, por haber sido Encargado y
Jefe Militar de las provincias en el momento de la transición al sistema
republicano y ejecutor de las primeras disposiciones políticas. A principios
del año 1826, tras la corta presidencia de Simón Bolívar, fue elegido primer
Presidente Constitucional de Bolivia por el Congreso General Constituyente,
reunido en mayo de ese año.
La primera etapa republicana fue el producto de un esfuerzo
colectivo de voluntades dispersas acumuladas en el tiempo revolucionario
(1809-1825). La revolución envolvió a estamentos sociales y a varias
generaciones de patriotas. Pese a ello, salvo muy pocas excepciones, éstos no
participaron en la nueva estructura republicana. El idealismo de los hombres de
la revolución fue sustituido por el pragmatismo de militares y políticos que
plantearon soluciones inviables y contradictorias.
Bolivia fue un complejo proyecto nacional que nació de la
visión geopolítica del mariscal Sucre. El Mariscal jugó un rol político
definitivo en el tránsito de Charcas a Bolivia. Sería injusto atribuir solo a
Bolívar la paternidad de las instituciones republicanas y ver a Sucre como un
vocero subordinado a Bolívar. Esa imagen no se ajusta a realidad ni refleja la
compenetración ideológica y afectiva que existió entre ambos personajes.
No obstante el aparente fracaso de las reformas liberales en
la primera etapa republicana, 70 años después de la muerte del Mariscal, a
principios del siglo XX, muchas de las ideas contenidas en las propuestas
planteadas por Sucre y Bolívar, fueron un punto de partida para la edificación
de un segundo proyecto liberal (1899-1930). Por ello, es necesario entender la
organización del sistema republicano como un proceso donde las ideas liberales
juegan un papel importante en varias etapas de su existencia. No podría
comprenderse la evolución del Estado sin entender las tendencias que confluyen
en la corriente liberal, o analizar los efectos del librecambio y del
proteccionismo, sin referirse a las medidas económicas y sociales de la primera
fase republicana.
Las instituciones republicanas organizadas bajo la tutela
del Mariscal de Ayacucho, como el Parlamento Nacional, la Corte de Justicia, la
Policía y la Opinión Pública, continúan siendo ejes fundamentales de la
democracia representativa. Las Fuerzas Armadas, desvirtuadas en su esencia,
jugaron un rol protagónico en la desorganización interna de la República
durante todo el siglo XIX y XX. El militarismo se vistió de distintos ropajes
ideológicos y resultó ser, durante largos períodos, un elemento disociador en
lugar de pilar del sistema representativo y republicano.
El debate sobre el origen de la nacionalidad no se ha
agotado, por el contrario, continúa siendo un apasionante tema de
investigación. La participación de Sucre en el nacimiento del Estado boliviano
forma parte del debate sobre la nacionalidad, que empezó en el siglo pasado y
se fortalece gracias a la disponibilidad documental de los Archivos Nacionales
y al renovado interés que despierta en muchos investigadores el tema de la identidad
y la formación del Estado nacional.
Notas:
61. William Lee Lofstrom, 1983.
62. Ver Sabino Pinilla 1944 (1975) Y Charles Arnade, 1989.
63. ADS,
vol. VI, p. 250.
64. Ibíd.,
p. 233.
65.
O'Leary, vol. 1, p. 306.
66. Ibíd.,
p. 317.
67. Ibíd., p. 300. 68. Ibíd., p. 291.
69. Salcedo Bastardo, 1973, p. 55.
70. Ibíd., p. 57.
71. O'Leary, vol. 1, 1981.
72. José Luis Romero, 1977, p. XXXII.
73. George Sabine, 1988, p. XXXII.
74. José Luis Romero, 1977, p. XXXv.
75. Guillermo Francovic, 1945.
76. José Luis Romero, 1977, p. XXXI.
77. Ibíd.
78. Zavaleta Mercado, 1990; Oemélas, 1992; Rivera, 1993.
79. Para una ampliación del tema, ver Recuerdos del tiempo
heroico, de J. M. Rey de Castro, secretario de Sucre entre 1824 y 1828.
80. William Lee Lofstrom, 1983, p. 67.
81. Mensaje del Libertador Simón Bolívar a la Asamblea de
Repre¬ sentantes (COLOOR, 29-XII-1825).
82. O'Leary, vol. 1, p. 455.
83. Joseph Bamadas, Historia general de La Iglesia en
América Latina, manuscrito, 1977, p. 74.
84. Carta pastoral de Antonio Sánchez Matas. Ver en Historia
General de la Iglesia en América Latina, de Joseph Barnadas.
85. El despojo de tierras y bienes de la Iglesia, así como
la reforma religiosa respondieron a una política estatal. Esta última fue
dictada mediante decreto de 11 de diciembre de 1826.
86. COLOOR, 1826.
87. O'Leary, vol. 1, p. 395.
88. Ibíd., p. 239.
89. COLOOR, 1826-1828.
90. La conspiración contra el mariscal Sucre obedeció a una
confabulación de intereses extraterritoriales según documentos investigados por
Gabriel René Moreno. Para mayor información ver Casimiro Olañeta, Papeles
inéditos de Gabriel René Moreno, editado por la Academia de la Historia y el
Banco Central de Bolivia, en 1975.
91.
O'Leary, vol. 1, p. 364.
92. Ibíd.,
p. 434.
93. La visión geopolítica de Sucre alcanzó a percibir la
urgencia de un puerto propio para Bolivia sobre el Pacífico. Esta misión fue
encomendada en primera instancia a Francisco Burdett O'Connor, militar y hombre
de confianza del Mariscal. Cobija o puerto Lamar, alcanzó relevancia en la época
del mariscal Andrés de Santa Cruz (1829-1839).
94. O'Leary, vol. 1, p. 485.
95. Ibíd., p. 430.
96. Ibíd., p. 449.
97. El mariscal Sucre se interesó particularmente por la
recuperación de las pequeñas imprentas abandonadas por los ejércitos realistas.
La imprenta rescatada en Chichas y perteneciente a Pedro Antonio de Olañeta,
fue enviada como obsequio a la Universidad de Charcas (ASO, vol. VI, p. 17).
98. O'Leary, vol. 1, p. 362.
99. Ibíd., p. 363.
100. El Cóndor, No. 28, año 1826.
101. William Lee Lofstrom, 1983, p. 93.
102. COLOOR: Circular de 1 de octubre de 1825 y Mensaje
Final de 2 de agosto de 1828.
103. El C6ndor, No. 10, año 1826.
No hay comentarios:
Publicar un comentario