Por: Pablo Peralta Miranda - Pagina Siete, 23 de mayo de 2014. // Foto: Porta
Estandarte Boliviano, periodo de la denominada Guerra del Pacifico. // Para
más: Historias de
Bolivia.
"Cómo puedes pedir que las nuevas generaciones sean exitosas, que luchen
por su país, lo defiendan, lo quieran, lo amen, si solamente les puedes enseñar
la derrota. La ecuación es imposible”.
"Cómo puedes pedir que las nuevas generaciones sean exitosas, luchen por
su país, lo defiendan, lo quieran, lo amen, tengan el espíritu de la victoria,
si sólo les puedes enseñar la derrota. La ecuación es imposible”.
De esta forma, el historiador y politólogo Jorge Abastoflor da su perspectiva
sobre la matriz que a su parecer prima en la enseñanza de la historia en
Bolivia, respecto de las guerras y las pérdidas territoriales, en la que él
considera que prima una mirada derrotista.
De su lectura se desprende, por ejemplo, que Bolivia defendió a ultranza territorios,
ganó guerras, formó parte de alianzas victoriosas, y hasta fue un país
expansionista (Confederación Perú-Boliviana).
Está claro que no es fácil imaginar que Bolivia ganó más guerras de las que
perdió. Pero este historiador da elementos para al menos abrir el debate
respecto de la forma en cómo concebimos la historia desde la enseñanza.
LOS ESTADOS Y SU HISTORIA
Abastoflor, académico de número en la Academia Boliviana de Historia Militar,
afirma que los Estados organizados tratan de mostrar a sus nuevas generaciones
"que viven en el mejor Estado del mundo”, esto con el fin de crear un
sentido de identidad.
Por eso asegura que la historia que se enseña durante la etapa colegial tiene
el propósito de contribuir a la creación de la conciencia nacional; es por eso
que este especialista sostiene que esa empresa no debe edificarse sobre la base
de una mentalidad derrotista.
No sólo eso, recalca que los Estados optan por imbuir a sus ciudadanos un
énfasis en los hechos positivos, tratando de minimizar, en todo lo posible, lo
negativo, y hasta algunos, afirma, "oficialmente mienten” no haber sufrido
ninguna derrota.
En el caso de Bolivia, identifica que prevalece una matriz histórica
"derrotista”. "Por donde se mire: la conquista inca, derrota; la
conquista española, derrota; la guerra de independencia, una victoria que
parece ser que fuera de otros. La Guerra del Pacífico, del Acre, derrota; del
Chaco, derrotas…”, asegura.
Sin embargo, según este historiador, Bolivia participó en al menos 13
conflictos bélicos, de los que tuvo seis victorias, dos triunfos formando
partes de bandos aliados, dos empates, y tres derrotas, una de ellas en la
Guerra del Pacífico (más detalles en la infografía).
¿Pero a qué se debe este fenómeno de incidir más en las derrotas que en
victorias? Abastoflor sostiene que se trata de un proceso acumulativo que nos
llevó a que distintas élites que estuvieron en el poder ignoren la historia,
traten de borrar "a toda costa los éxitos pasados” con el fin de generar
la visión del "renacimiento”, y de que el éxito comenzaba con el nuevo
gobernante que alcanzaba el poder.
"Al parecer nos hemos hecho esto a nosotros mismos a lo largo de la
historia. ¿Por qué? Por ese afán permanente del renacimiento, de que ahora,
conmigo, comienza lo bueno y lo que había antes era malo”.
LAS GUERRAS GANADAS
La primera guerra ganada, según Abastoflor, es la de Independencia, cuyo
triunfo en todos los países del mundo que alcanzaron su liberación por esa vía
es considerada como su primera experiencia bélica porque es un hecho
soberano.
"Lo que hemos hecho en Bolivia es decir que nuestra Guerra de
Independencia la ganó el ejército colombiano libertador (...). Pero debemos
darnos cuenta de que ese ejército, comandado por Sucre, ingresa a Charcas y no
dispara ni una sola vez, y Bolivia está en guerra desde 1809. ¿Y quién peleó
esa guerra? Nosotros, pero rescatamos la figura de Sucre y nuestros propios
héroes combatientes son relegados a segundo y a tercer plano”, afirma.
Otra contienda en la que Bolivia triunfó, según este especialista, es la Guerra
de Pacificación del Perú, la cual -dice- no se conoce en su real magnitud, pese
a que tras esa experiencia se edificó la Confederación Perú-Boliviana, liderada
por Andrés de Santa Cruz. El especialista indica que esta confederación fue
"obtenida por las armas”.
¿Por qué no se menciona esto? Abastoflor afirma que "la forma en que nos
han enseñado nuestra historia es pensando que Perú siempre ha sido nuestro
aliado, que tenemos lazos inquebrantables, y que cuando llegó el momento
conformamos la Confederación Perú-Boliviana. No es así”, afirma.
Otro conflicto bélico donde Bolivia -como parte de la Confederación Perú-
Boliviana- obtuvo resultados positivos fue en la contienda que se libró contra
la Confederación Argentina (1837-1838). El conflicto emergió cuando Argentina
le declaró la guerra a Bolivia argumentando que el país estaba recibiendo
"con brazos abiertos” a rebeldes argentinos que se resistían a la
unificación de las provincias independientes, aunque en el fondo estaba el
interés de Argentina por recuperar Tarija.
Es en esa contienda en la que descolla el oficial Otto Felipe Braun, quien
lidera victorias en las batallas de Humahuaca, Iruya y Montenegro. Por ese
triunfo, éste obtiene el grado de Gran Mariscal de Montenegro, y Abastoflor
sostiene que "no hay mariscales en las derrotas, sólo en las victorias”.
Tras desintegrarse la Confederación Perú-Boliviana ocurre otro conflicto que
este investigador anota como uno en los que Bolivia triunfó. Explica que tiene
lugar cuando el presidente de Perú, Agustín Gamarra, invade Bolivia e ingresa
hasta La Paz. El entonces presidente de Bolivia, José Ballivián, acababa de
hacerse del poder, y encuentra apoyo de su peor enemigo para frenar esa
arremetida, un general que había alistado 1.200 hombres para tomar la
Presidencia, y que ante el panorama cede a esa tropa. Todo termina cuando Ballivián
vence a Gamara en Ingavi. "El Presidente de Perú está muerto y todo su
gabinete o está muerto o en manos de Bolivia, ¿y no hay guerra?”, se pregunta
el especialista.
El investigador también toma en cuenta entre las guerras que Bolivia venció las
ocasiones en las que el país formó parte de alianzas, como sucedió con la del
Pacífico contra España, y la Segunda Guerra Mundial.
Sobre la primera, relata que en los años 60 del siglo XIX, una flota española
intentó "cobrar daños de guerra” a los nuevos Estados independientes, a
nombre de España, elemento que detonó el conflicto.
Los países inicialmente en contienda fueron Chile y Perú, y posteriormente
ingresaron en ese bando Ecuador y Bolivia, que evitaron que España pudiera
abastecerse en sus puertos. "Bolivia, cuando se gana la guerra, gana
también con ellos, por la alianza que se forja”.
Otro conflicto en esa dirección que anota Abastoflor ocurrió en la Segunda
Guerra Mundial (1942-1945), cuando Bolivia se sumó al bando aliado. Pero el
peso específico del país en ese conflicto debe valorarse en la producción de
estaño (que sirvió para equipamiento, balas y hacer los enlatados de la tropa).
Abastoflor relata que la producción boliviana reemplazó a la de Malasia, que
tras caer en manos enemigas ya no pudo abastecer de ese recursos a los aliados,
y así formó parte de los países que configuraron el orden mundial que emergió
tras ese conflicto armado.
Dentro de las guerras ganadas, el historiador también sostiene que se debe
incluir el triunfo que Bolivia logró contra la Guerrilla de Ñancahuazú a
finales de los años 60, experiencia que fue liderada por Ernesto Che Guevara.
LAS QUE SE EMPATARON
Abastoflor sostiene que en el caso de las Guerras del Acre y del Chaco no
fueron conflictos en los que se pudiera decir que perdió Bolivia, aunque sí
perdió territorio. En el primer caso porque, tras dos intentonas separatistas,
que fueron aplastadas, y una incursión de 4.000 hombres brasileños a territorio
nacional, Bolivia no fue derrotada militarmente, aunque sí se dio cuenta de que
no podría enfrentarse con la tropa brasileña que ingresaba al Acre.
Con ese antecedente, Bolivia firmó con Brasil el Tratado de Petrópolis de 1903,
en el que -dice Abastoflor- Bolivia ni se rinde ni acepta la derrota, e
intercambia territorios, aunque Brasil obtiene la parte más grande, "pero
todo el norte de Pando pasa a formar parte de Bolivia a partir de ese momento”.
Por ello sostiene: "No veo por dónde se la pueda declarar una derrota”.
En el caso de la Guerra del Chaco, este investigador explica que no había
fronteras definidas oficialmente, y que la demarcación que argüía Bolivia casi
llegaba hasta la capital de Paraguay, algo que no es concebible en ninguna
parte del mundo, y por el lado de los paraguayos sucedía algo similar.
Comenta que luego del conflicto queda también lo jurídico cuando se firma el
acuerdo que reza: "Sin vencedores ni vencidos”.
UN BALANCE NECESARIO
Después de alcanzar la independencia en 1825, Bolivia está "diezmada”.
Abastoflor sostiene que tras esa experiencia, que le dio su libertad de España,
de cuatro millones de habitantes quedó con menos de un millón. A ello -dice- se
debe agregar que no recibió migración, que a diferencia de otros países fue un
factor de su consolidación como Estado. Pese a ello -afirma-, Bolivia logra
consolidar un territorio basto, pero con vecinos fuertes como Argentina,
Brasil, Chile y Perú. Precisamente ésa es la mayor proeza que este investigador
rescata de todo ese periplo, aunque dice que no se lo valora como se debería.
"Esa hazaña de sobrevivencia ha quedado enterrada en nuestra historia. La
existencia de Bolivia es un milagro de esfuerzo, de sacrificio, de
inteligencia, de audacia... Ésta es la historia de cómo pocos se quedaron con
mucho”, asegura.
El debate está sobre la mesa.
PUNTO DE VISTA
Mariano Baptista, historiador.
Estoy de acuerdo con que haya un enfoque más positivo en la enseñanza
No es pues así... Porque con esa línea de pensamiento habríamos ganado la
Segunda Guerra Mundial también, porque éramos aliados de EEUU; le ganamos a
Japón y Alemania... No se puede llegar a estos extremos.
Me parece positivo lo que dice Abastoflor, pero perdimos territorios inmensos
en el Acre, y Brasil nos dobló el brazo. Tenía 4.000 hombres ahí para
intervenir si no firmábamos posteriormente el acuerdo de Petrópolis. Yo tengo
una nota ahí en las Cartas para comprender la historia de Bolivia, que le manda
el Gobierno a Pando, que estaba yendo al Acre, con un descatamento, y le ordena
volver porque no se podría enfrentar al Brasil.
En el caso de Paraguay, evidentemente no hemos perdido lo que decimos, porque
en nuestros mapas coloniales llegábamos hasta Asunción: era una locura
aferrarse a ese tipo de mapas. Pero hemos perdido la parte boliviana del Chaco,
que son más de 100 mil kilómetros. Y en el Pacífico hemos perdido la costa. Ésa
es una de las pérdidas más dolorosas en la historia de América.
Yo estoy de acuerdo en una cosa: en esos mapas que se les distribuye en las
escuelas a los estudiantes, y que muestran las pérdidas territoriales, son muy
exageradas pues nuestro territorio no llegaba tan lejos. Se habla de 2.300.000
kilómetros al nacer la república y es demasiado. No corresponde. También estoy
de acuerdo con que haya un enfoque más positivo (en la enseñanza de la
historia). Lo demás habría qué debatir.
Esta mal en todo sentido.
ResponderEliminarLa guerra de independencia de Bolivia fue una guerra civil a toda regla donde la mayor parte de bolivianos eran realistas al punto que fue el ultimo bastion (junto con Peru, ya que eran parte del mismo virreinato desde 1810 con salir victoriosos al expulsar a los argentinos en sus invasiones). Ello merece catalogarse como empate puesto que ¿Como que Sucre no disparo una bala? Sin esos refuerzos de la Gran Colombia, Olañeta no se rendia ya que los independetistas bolivianos eran minoria. Asi que considerenlo un empate (ya que laayor parte de bolivianos fueron derrotados, mas se beneficio ese sector de oligarquia independentista) y victoria pirrica de la gran colombia.
Pd:O en su defecto merece el mismo caracter que la guerra hispano-sudamericana o la 2da guerra mundial, la "gano" Bolivia apoyando a una coalicion (como era la Gran Colombia), aunque desde un analisis sin chauvinismo, mas tiene caracter de derrota y la dictadura de Sucre esta sobrevalorada cuando nunca fue popular al punto que lo botaron los bolivianos del gobierno en 1828 (con ayuda peruana)
EliminarQuiero hacer una aclaracion respecto del conflicto que implica a mi pais. En efecto, en 1837 Rosas declaro la guerra a Santa Cruz (no a Bolivia) ya que estaba al tanto de que los exiliados unitarios recibian apoyo de este y de Francia, la cuestion no se desarrollo por la posesion de Tarija, ya que cuando Rosas estuvo en poder de apoderarsela (despues de ser derrotado Santa Cruz) no lo hizo y dejo que los tarijeños decidiera a quien querian pertenecer. Reconocia que en el conflicto no podria realizar el esfuerzo de guerra necesario, estando asi en desventaja, pues debia ocuparse de la guerra civil y la intervencion de Francia, que produjo un bloqueo naval con acciones militares sobre el Rio de la Plata, de modo que la guerra recayo en las provincias del noroeste argentino, practicamente sin apoyo del gobierno central, excepto por algunos pertechos y armas, ademas al estar inmersos en una guerra civil muchos ciudadanos de aquellas provincias eran contrarios al gobierno de Buenos Aires (pues no era formalmente presidente), simpatizando por el bando unitario. Aunque Bolivia gano algunas batallas y Argentina se coloco en una posicion defensiva, finalmente no perdimos ningun territorio pues se conservo la unidad del noroeste argentino y Tarija decidio seguir perteneciendo a Bolivia, como ya sucedia de hecho y en la practica desde hacia mas de una decada, alla por 1825.
ResponderEliminarPor otra parte, en 1810 los bolivianos realistas pelearon contra las ideas independentistas de su propio compatriota: Cornelio Saavedra, sin dejar de mencionar a Juana Azurduy .