Extraído de: AviacionBoliviana.Net /
publicado en el año 1992 / Por: Ramiro Molina Alanes. // Foto: Los aviadores bolivianos Mayor Alfredo Santalla y el
Capitán Lucio Luiyarza llegaron a Montevideo procedentes de Buenos Aires,
aterrizando en la Escuela Militar de Aviación el 23/10/1928 en un avión Focker.
Los aviadores habían visitado Buenos Aires asociándose en representación de su
Gobierno a los festejos de la trasmisión del mando en la República Argentina y
portando un saludo del Gobierno de Bolivia al Dr. Campisteguy en Uruguay. En la
foto los aviadores saludando al arribar a Montevideo. Datos Diario Imparcial
del 23/10/1928.
Nombre: Alfredo Santalla Estrella
Lugar de nacimiento: Sorata, La Paz
Nacido en: 1894
Falleció en:17 de Junio de 1988
Campañas y acciones: Primera Guerra Mundial, Guerra del
Riff, Guerra del Chaco
Unidades: 1er Régiment Etrangers[1]
8v Escadrille Armée de l'Air
Escuadrilla de Reconocimiento
Escuadrilla Santalla
Aeronaves: C.97, C.VB, Bre.19, Vk.143, Osprey
Al evocar esta fecha y la brillante figura de este aviador
de la época heroica de la aviación nacional, juzgamos que fue justa la
nominación del Grupo Aéreo “53” con sede en la ciudad de Cobija con su
inmarcesible nombre, que así perdurará por siempre.
Carrera Militar en el Extranjero:
Conocedor de sus aptitudes se alistó en la carrera de armas,
en 1916 – a los 22 años y cuando tenía el grado subteniente- se enroló en la
Legión Extranjera de Francia. Como parte de esta unidad de Infantería intervino
en numerosas campañas y acciones de la Gran Guerra.
Siempre destacó en sus intervenciones bélicas en Francia y
posteriormente en Marruecos, mereciendo seis citaciones y condecoraciones por
acciones de guerra. Es especialmente recordada su condecoración con la Orden
Nacional de la Legión de Honor (Ordre national de la Légion d'Honneur) en el
grado de Officier (Oficial), por su actuación en la Segunda Batalla de Aisne
–sector de Chemin des Dames en Abril de 1917.
Permaneció en la Legión Extranjera hasta 1918, ingresando
luego a la École Spéciale Militaire de Saint-Cyr para seguir cursos superiores
de Guerra. Al finalizar sus estudios fue ascendido al grado de Teniente
Efectivo.
En 1919 se alistó nuevamente a su regimiento de la legión
para interviniendo en la Campaña del Rif hasta a 1921 pudo entonces iniciar sus
actividades aéreas como observador y metrallista al enrolarse en la Escuela de
Observación y Bombardeo de Aviación de Mequinez.[2] Es posible que regresase a
Bolivia bajo licencia por un corto periodo de tiempo, ya que en 1925 figura
como alumno de la Escuela Militar de Aviación en La Paz; sin embargo retornó a
Marruecos y en esta ocasión fue condecorado por dos acciones “porque le tocó
volar con urgencia con otro avión de la 8va Escuadrilla, desde Meknes a
Bud-el-Nid, sin contar siquiera con una carta geográfica de la región, también
fue citado por los bombardeos sobre posiciones enemigas el 28 y 30 de Mayo de
1926.”[3]
En gratitud por sus servicios, fue becado a la Escuela de
Pilotaje en Istres y más tarde a la Escuela de Alto Pilotaje de Bel Abord,
egresando con el brevete francés de piloto de guerra. Luego de su experiencia
en Marruecos y educación en el exterior, regresó a Bolivia ya fungiendo como
profesor en la especialidad de bombardeo aéreo.
Actividades antes de la Guerra del Chaco
Luego de culminar sus actividades militares bajo banderas
extranjeras, que en 1928 le valieran la Estrella de Honor por haber honrado el
nombre del soldado boliviano en acciones de armas extranjeras[4] retornó a la
patria a la edad de 34 años –en Diciembre de 1927, con el objetivo de
contribuir a la Carrera de las Armas en Bolivia. A penas con una semana en el
país, tuvo la singular misión de escoltar a los raidistas franceses Dieudonné
Costes y Joseph Le Brix en su paso por Bolivia, piloteando para ello el Caudrón
C.97 “Chorolque”.
En 1928 comenzó su actividad en el campo de la
foto-planimetría, realizando el primer servicio aéreo-fotográfico junto al
entonces Sgto. Piloto César Gorriti.
Impulsado por un espíritu indomable y por las ansias de
enaltecer a su patria, el entonces Mayor Alfredo Santalla, proyectó un raid
aéreo internacional a la Argentina y eligió como compañero al Cap. Lucio
Luizaga, con quienes solicitaron autorización al presidente de la República,
Dr. Hernando Siles. Pese a las restricciones del momento lograron encontrar un
avión que se adecuaba a las exigencias y lo habilitaron para el efecto. Es así
que en la mañana del 6 de octubre de 1928 departen en un avión Fokker CV.9
bautizado como “Bolivia” con rumbo a Buenos Aires.
Por primera vez en su historia, Bolivia sorprendería al
mundo con un raid propio por territorio inexplorado y agreste. Luego de vencer
las etapas de Uyuni, Villazón y Córdoba llegaron al aeropuerto de “El Palomar”
el 8 de octubre de 1928, donde fueron recibidos por el presidente argentino
Marcelo Alvear, a quien entregaron un mensaje de confraternidad de su similar
boliviano.
Alentados por el éxito logrado, prolongaron el raid aéreo al
Uruguay, donde fueron recibidos en la base aeronaval “Punta Indio”, con fiestas
y homenajes prolongados. Retornaron a Bolivia por la misma ruta, iniciando su
vuelo el 27 de octubre, para llegar a La Paz el 2 de noviembre.
Participación en la Guerra del Chaco
Cuando el clarín de la guerra lo llamó a la campaña del
Chaco, participando en las primeras operaciones aéreas, luego del ataque
paraguayo al fortín boliviano Vanguardia el 5 de diciembre de 1928, Santalla,
Rico Toro y Lemaitre y Foucher fueron comisionados para efectuar un bombardeo
de represalia; los pilotos bolivianos llegaron a sus objetivos, efectuando un
bombardeo y ametrallamiento inefectivo de los fortines Bahía Negra, Patria y
Galpón.
En enero de 1929 Santalla regresó a La Paz, y con el
enfriamiento de la situación en el Chaco, retornó brevemente a Francia posiblemente
con una misión de evaluar material aéreo, en esa situación participó en una
competencia donde ganó el Trofeo Internacional de los Aviadores de Paris,
galardón codiciado por varios pilotos europeos.
De regreso a Bolivia fue movilizado oficialmente del 17 de
Julio de 1932 hasta el 10 de mayo de 1936 (luego del armisticio). En virtud a
su rango y experiencia Santalla tuvo bajo su mando una Escuadrilla durante
varios periodos, también participó directamente en misiones bombardeo y ataque
a tierra, reclamando graves pérdidas para las columnas de camiones y posiciones
paraguayas. Según nuestros datos participó en las acciones de Huijay y
Boquerón, fue ascendido a Teniente Coronel y combatió en Toledo (operación
nocturna), dirigió otras operaciones hasta la Defensa de Villamontes, donde
actuó como Jefe Accidentar de la Fuerza Aérea.
Paradójicamente, fue el Tcnl. Santalla quien junto a los
Cap. García y Tte. Montenegro y Cap. Civ. Schroth condujeron de Villamontes a
Asunción a los integrantes de la “Comisión de Neutrales” después del cese de
hostilidades en el avión Junkers Ju-52/3m “Bolívar”, el 16 de Septiembre de
1935.
Durante la guerra Santalla, fue uno de los primeros en
respaldar las iniciativas del Cnl. Bernardino Bilbao Rioja en sentido de crear
y emplear escuadrillas tácticas y una serie de propuestas para modernizar la
aviación. Lamentablemente muchas de estas sugerencias fueron desmerecidas por
el gobierno y por otros mandos menos calificados del ejército. Cuando se
refería al resultado de la contienda en sí, aseguraba que de no haber surgido
la intervención de países vecinos, la Campaña del Chaco habría dado un giro
inesperado en su tercera etapa, concluyendo que “el armisticio concertado tuvo
que ser aceptado por nuestro ejército, aunque de mal agrado, (…) no se puede
afirmar que los bolivianos perdimos la guerra, de ninguna manera, pues si así
fuera la riqueza petrolífera [por la que se peleó] ya no nos pertenecería.”
Actividades en la Post-Guerra
Pasada la Guerra del Chaco, el Gral. Santalla fue profesor
de la Escuela de Guerra y del Colegio Militar, más tarde fue designado prefecto
del departamento de La Paz. Publicó los libros: El Armamento y los Métodos de
Combate en la Gran Guerra, Los Grandes Factores del Progreso de los Pueblos y
Un Alma Nueva para un Nuevo Ejército así como varias obras de teatro.
Sobreviven al Gral. Santalla sus hijos, Ivette Santalla
Casanovas y Alfredo, Raúl y David Santalla Barrientos.
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ResponderEliminarUna historia formidable de um hombre formidable! Es uma lástima que la sociedade contemporânea boliviana no tenga interés en conocer sus héroes, sus Orígenes, sus leyendas!
ResponderEliminarEs un orgullo ser nieto de este prócer boliviano.
es un orgullo ser tarara nieta de este prócer boliviano
ResponderEliminarExactamente Jacky, mi abuelo me contó sobre el capitán Luizaga. Vi tambien fotos suyas
EliminarIna gran historia me encanto
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