Fuente: El dictador elegido: biografía no autorizada de Hugo
Banzer Suárez - Escrito por Martín Sivak.
Hoy decidí compartir con usted amable lector algunos
fragmentos de los testimonios de las víctimas de la sanguinaria dictadura del
Gral. Hugo Banzer Suarez (1971-1978).
Después de su primer intento fallido de golpe de Estado que
encabezó contra el gobierno progresista del presidente General Juan
José Torres.
Banzer asumió el cargo de presidente en 1971 e
instauró una férrea dictadura, inicialmente en alianza con dos partidos
históricamente enfrentados (MNR y FSB) y junto a un sector del Alto
Mando militar. Luego de un breve tiempo, ilegalizó a los partidos
políticos, incluidos sus aliados. Sin embargo, contó con el apoyo directo
de Estados Unidos por su declarado anticomunismo.
Fue un cruel y férreo dictador por siete años, dejando incontables
denuncias de atentados contra los Derechos Humanos. Contrajo una de
las deudas externas más grandes que hubiera tenido Bolivia y su
gobierno perpetró los actos de corrupción a gran escala y muy
sonados.
Su gobierno participó en el Plan Cóndor; operativo de
represión antiizquierdista, instrumentado por los gobiernos militares de Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Chile y Bolivia.
TESTIMONIOS
“Al llegar al Ministerio comienza el proceso de tortura (…).
Comenzó la tortura con una ronda en la que los policías se ponían alrededor, dándome
puñetazos y puntapiés (…). Me desnudaron y comenzó el apaleamiento, el método fue
sumamente efectivo. Utilizaban maderas que aplicaban de plano y producían un
dolor insoportable y laceraciones, pero no profundas, pero cuando aplicaban de
filo, rompían los huesos. Esta historia se repitió durante diez noches”
(Marcelo Ramírez ante el Tribunal Russell II).
“Hoy nos avisan que asesinaron hace varios meses a Ana María
Spaltro. La torturaron y la violaron hasta que muriera. Finalmente, violaron su
cadáver con el cometario ‘aún estaba tibia”. (Alberto Guzmán López).
“quiero hablar de la muerte de Ivo Stambuck. Los trasladaron
a Achocalla, que es donde pude verlo. Le quitaron el yeso que le habían puesto
en el hospital para reducirle la fractura (provocada durante su detención). Y
empezaron a torturarlo y le causaron una doble fractura en la misma pierna. La
herida se infectó y se le gangreno. El dolor era tremendo. Se escuchaban los
gritos: ‘Mátenme, cobardes’. Pero no hacían nada. Lo dejaron así porque
deseaban que muriera de dolor. Y murió de dolor” (Testimonio anónimo ante el
Tribunal Russell II).
“Al final de la tortura, que provoco la fractura de tres
costillas, la clavícula y la perdida de cinco dientes, me arrastraron por los
cabellos por toda la pieza; fui colgada; sacan a mi hermana de la celda vecina –porque
además me amenazaban con torturarla a ella-. Yo simulo no afectarme por su
presencia (…). Ante mi reacción de indiferencia, me increpan durante con los
peores calificativos y agregan: ‘¡Esta hiena no siente nada ante la vista de su
hermana!” (Mirna González ante el Tribunal Russell II).
“Muchas personas vieron en la morgue, y principalmente en el
velorio en Santa Cruz, el cadáver de nuestro hermano. Tenía casi separada la
cabeza del cuello, de los ojos brotaba sangre, los brazos sueltos desde los
hombros, tajos en las costillas y en los dedos de los pies; ni que decir de los
innumerables cortes en todo el cuerpo. Esos hechos fácilmente testificables
demuestran cómo fue horriblemente torturado” (Nelly Sandoval Morón y María Pura
Sandoval Morón, hermanas de Feliz Morón, asesinado en 1973).
“Al llegar, tuve la impresión de estar en un verdadero campo
de concentración, con alambradas y todo” (Froilán Aguilar Paredes, uno de los
67 fugados de Coati).
Fuentes
Tribunal Rusell, op. Cit., p. 333.
Presencia, 13 de marzo de 1971, citado por Aguilo, op., p.
180.
Carlos Soria Galvarro, Coati 1972, relatos de una fuga, La
Paz, Cedoin, 1997, p.
No hay comentarios:
Publicar un comentario