Imagen: Firma de José Manuel de Goyeneche. Por: Por: José E.
Pradel B./ Publicado en el Diario (Revista Nuevos Horizontes) el 23
de Febrero de 2016.
La historia de la imprenta en Bolivia, es un tema poco
estudiado por la historiografía actual. Hace más de ciento diecisiete años en
el Boletín de la Sociedad Geográfica de Sucre, el 30 de junio de 1898, el
escritor chuquisaqueño Valentín Abecia, rescató y reprodujo el documento:
‘Proclama promulgada en Oruro por José Manuel de Goyeneche, el 12 de mayo de
1813’.
Considerado como la primera impresión realizada en Bolivia.
Posteriormente, en 1913 el escritor orureño León M. Loza,
con la intención de celebrar el primer centenario de la citada impresión,
publicó el folleto intitulado: ‘Centenario de la Primera Impresión Boliviana’,
donde esclareció algunos datos sobre los orígenes de la tipografía boliviana.
Consecutivamente, imprimió otro documento titulado: ‘Bosquejo Histórico del
Periodismo Boliviano’, en ambas publicaciones afirmó que la citada proclama es
la primigenia impresión boliviana.
Es de esta manera, que transcribimos a continuación dicho
impreso:
“Amados compañeros de armas, ilustres defensores de los
derechos de nuestro desgraciado monarca Fernando 7°.
La notoria extenuación de la salud y fuerza de vuestro
general, le obligó á reiterar su solicitud al Ex-celentísimo Sr. Virrey del
Perú para que le relevase de continuar en los útiles trabajos de la guerra, de
los que dependen la conservación de la soberanía, la seguridad de vuestros
hogares, familias y bienes. Ha sido atendido mi deseo y nombrado para
succederme el experto y benemérito teniente general de los reales ejércitos el
Excelentísimo Sr. Don Juan de Henestrosa, militar por educación, por práctica y
por el desempeño acreditado en las batallas de Medellín, Talavera, y en el
mando en jefe del ejército de Cataluña. Está en camino con respetables
refuerzos de tropa, armamento y municiones para ponerse á vuestro frente y
guiaros á la victoria, sostén y defensa de los intereses del Rey y vuestros:
recibidlo con los mismos atributos de subordinación, valor y fidelidad con que
os he educado y de que me ha-beis dado pruebas incontrastables en tres años de
constancia y de decisión: obedeced ciegamente, mientras su arribo á mi 2°. el
benemérito Sr. brigadier Dn. Juan Ramirez, cuyas virtudes y amor que os tiene
no ignorais. Vivid seguros que en ambos jefes transmito mis obligaciones de
padre que había contraído para con vosotros, y que serán tan religiosos como yo
en cumplir lo que se os tiene prometido de repartos de tierras y pagos de
vuestros alcances, siempre que no desmintais, como lo espero el bien merecido
renombre de defensores de Fernando 7°., y aunque me separo, estad satisfechos
que el más dulce placer de mi vida, será aquel en que presentándome ante el rey
y el Supremo Gobierno de la gran nación española, reclame las dis-tinciones,
privilegios y recompensas á que os habéis hecho acreedores. Espero en el Dios
de los exércitos el que he de conseguir vuestros mayores consuelos y
satisfacciones; y por último sacrificio de vuestro amor, os pido y exhorto á la
subordinación, valor, constancia y honradez como bases de nuestra futura
felicidad y medio seguro de que recogiendo el fruto de vuestras fatigas, me respondais
á la gratitud que os debo.
Oruro y Mayo 12 de 1813
José Manuel de Goyeneche”
Sin duda esta reproducción la efectuamos con la intensión de
difundir y resaltar el citado escrito como un hito histórico y no por el
contenido del mismo.
Sobre la introducción de la imprenta en nuestro país, es
necesario mencionar que llegó tarde. “La República de Bolivia es el pueblo
americano que tardó más en poseer una imprenta. El territorio que hoy la forma,
constituía bajo la dominación española una rica provincia del Vireinato de la
Plata. Aunque dotada de una Audiencia o tribunal Superior, de un arzobispado y
de una universidad, la Presidencia de Charcas, como entónces se la llamaba, no
tuvo una imprenta propia” 2, nos recuerda el escritor chile-no Diego Barros
Arana.
Por un lado, muchos autores describen que la citada
introducción tipográfica se produjo cuando las tropas porteñas, comandadas por
el general Manuel Belgrano invadieron el Alto Perú 3, y trajeron consigo una
pequeña imprenta manual para la publicación de boletines y proclamas. Otros
autores, como el clásico ensayista Guillermo Francovich, señaló: “los jesuitas,
en sus colegios de Chuquisaca y La Paz, contaban con pequeñas tipografías
clandestinas para editar opúsculos de devoción”.
Pero el ejército real español, también contó con una
imprenta, la historia describe que tras la victoria patriota en la batalla de
Tucumán, el legendario Manuel Asencio Padilla obedeciendo órdenes superiores
fue a recoger armas y capturar a los realistas dispersos en el valle de San
Carlos (Salta-Argentina). En esta incursión, Padilla junto a quince fusileros
“sorprendieron a tres oficiales rea-listas que repartían proclamas del general
Tristán, así como órdenes a las autoridades de esas Provincias. En esas
proclamas se comentaban a su manera los sucesos del día 24 (de septiembre de
1812), haciendo comprender que la derrota de Tristán no era cierta, que fue tan
sólo una retirada y mandaba a los habitantes de esas comarcas desobedeciesen
las órdenes de la Junta de Buenos Aires” 5. Esta descripción afirma que los
realistas llevaban consigo una imprenta.
Sobre el libelo citado es necesario mencionar, que en el mes
de mayo de 1813, las sublevaciones patriotas de Chuquisaca, Potosí y
Cochabamba, aislaron a Goyeneche, es en ese momento que en el citado documento
anunció al ejército real español que le sucederá el general Henestrosa y de
esta manera también disimuló su huida vergonzosa frente el enemigo.
Por otro lado, en 1943 el escritor Marcos Beltrán Avila,
publicó el folleto: ‘El Centenario de la Primera Impresión Boliviana’, en su
concepto el primer impreso fue la proclama titulada: ‘El gobernador Intendente
de La Paz a sus Provincias’ fechado en La Paz, el 21 de marzo de 1812, firmado
por Domingo Tristán y Lorenzo Umeres, en este documento los citados realistas
“hacen saber las continuas derrotas de los patriotas, incitando al pueblo a no
dejarse sugestionar con éstos” 6. En este contexto, se polemizaron los orígenes
de la imprenta en el país.
Pero en síntesis, la primera impresión no sólo cambió la
cultura impresa, sino también la historia nacional. En 1825, cuando nació
nuestro país, el primer periódico que se publicó fue la Gaceta de Chuquisaca,
en la ciudad de La Paz y Sucre (9 números, del 30 de julio al 22 de octubre).
El primer libro, fue “un folleto titulado Catecismo masónico, editado en La
Paz”.
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