“La guerra es el punto histórico más trágico en la vida de los pueblos y las sociedades... la guerra nos muestra la injusticia, la crueldad, el sufrimiento y el endurecimiento del alma humana.
Pero también la guerra hace
ver a los combatientes, sus familias y la generación de su tiempo la nostalgia
por lo simple, lo cotidiano, lo que no se valora en tiempos de paz.
El soldado reza y pide a
Dios ... daría cualquier cosa por estar nuevamente en su terruño... con la
madre, la esposa, la novia, la hermana, los hijos; la tierra... su tierra.”
Pablo Michel Romero.
Han
pasado 76 años del fin de la Guerra del Chaco, contienda que involucró a dos
países; Bolivia y Paraguay.
Ha sido la contienda más
grande en lo militar que ha soportado Bolivia en toda su historia y la última
guerra internacional hasta la fecha.
Hoy, cuando apenas queda
doscientos excombatientes con más de 96 años en los dos países… y las memorias
y relatos de los participantes ya no se escuchan y están dando paso a los
análisis objetivos de los historiadores gracias a la documentación; nos hacemos
varias preguntas… ¿por
qué se inició la Guerra del Chaco?, ¿cuáles eran los objetivos en esta guerra?,
¿qué países estuvieron detrás con sus intereses?, y tal vez la más
importante: ¿quién (realmente) ganó la guerra
del Chaco?... y es en estos momentos en los que nos damos cuenta de que no
conocemos más que los hechos básicos de semejante episodio en nuestra historia.
Seguramente el boliviano
promedio conoce más sobre los antecedentes, la guerra y las consecuencias
funestas de la Guerra del Pacífico de la década del ochenta del siglo XIX; pero
en lo que concierne a la Guerra del Chaco no están claros los conocimientos y
por lo tanto lo que se enseña desde las escuelas y los colegios de Bolivia en
su mayoría no responden a un estudio objetivo y sobre todo RESPONSABLE.
El profesor de aula cree que con mostrarle al niño el “famoso mapa de Bolivia con las pérdidas territoriales” ya ha cumplido en decirle que “en la Guerra del Chaco, también nos han ganado y este es el
territorio que hemos perdido”. Este es uno de los ejemplos más claros del
cáncer en el sistema educativo boliviano, que lamentablemente lo arrastramos
hasta ahora, con todo y varias reformas educativas… somos el país que más
reformas educativas ha tenido en el cono sur… pero seguimos con los mismos
desaciertos en lo que se refiere al estudio de la historia boliviana. Pareciera
que los bolivianos estamos ya acostumbrados y cómodos con el sentimiento de la
autoflagelación y el derrotismo. Bolivia tuvo desde su fundación hasta la fecha
más de diez guerras internacionales (con victorias y derrotas) y no solo tres
como el boliviano promedio conoce, según las encuestas y sondeos de opinión en
todo el país.
Bolivia después de la Guerra del Pacífico sostuvo dos guerra
internacionales más: la Guerra del Acre (1899-1903) y la Guerra del Chaco (que
hoy nos ocupa) donde toda la sociedad boliviana en todas sus capas, clases
sociales y razas participaron bajo una sola bandera: la boliviana.
La
guerra del Chaco fue la contienda donde se experimentó con nuevas armas
(morteros, lanzallamas, ametralladoras, tanques) donde se produjo por primera
vez en Sudamérica un combate aéreo; donde murieron 50.000 bolivianos (según
Roberto Querejazu) aunque nuevas investigaciones, salidas a la luz justamente
del estudio de la documentación de los archivos históricos del Estado Mayor y
trabajadas en la Academia Boliviana de Historia Militar muestran que no pasaron
de los 32.000.
Con la presentación del
siguiente ensayo lo que pretendo (a vuelo de pájaro) es socializar con vosotros
datos y episodios poco conocidos de la Guerra del Chaco; pues como seguramente
pueden observar en el título de la presente exposición me he permitido colocar
como encabezado: “Guerra
del Chaco, 1932-1938” que
probablemente no será compartido por varios de ustedes. Pero para quien habla
la Guerra del Chaco duró seis años.
El teórico, filósofo y
tratadista militar alemán Carl Von Clausewitz dice lo siguiente, y cito: “el fenómeno de
la guerra no solo se circunscribe al hecho armado como tal, sino también al
político; el de conseguir los mejores resultados en las negociaciones”.
Por eso es que digo y sostengo gracias a la documentación… que la Guerra del
Chaco duró 6 años… 3 años en el campo de batalla y otros 3 años en las
negociaciones y juegos geoestratégicos que de igual forma trabajaron los dos
países, incluso con movilizaciones subrepticias y amenazas de reiniciar la
guerra; que mas adelante tocaremos.
Es importante hoy a más de 70
años de esta Guerra, hacer algunas reflexiones en el tema historiográfico que
creo necesarias, para no seguir en algunos errores propios del proceso de
asimilación y aceptación de nuestra historiografía:
LA HISTORIOGRAFÍA Y RELATOS
Definitivamente, los aportes que han venido realizando los
excombatientes tanto de Bolivia y el Paraguay se han constituido en un tesoro
de información en la crónica y la narrativa de las experiencias vividas durante
la Guerra del Chaco, pues fueron los actores del conflicto en el campo de
batalla y retaguardia; pero también estos relatos no son definitivos pues ellos
lógicamente han tenido una visión parcial (positiva o negativa) del conflicto;
en esto se aplica el popular y viejo refrán que dice. “el que mucho se acerca para ver el árbol, no puede ver el
bosque”
LAS CIFRAS Y ESTADÍSTICAS
En
la actualidad (y sin exagerar) existen más de 350 libros de autores bolivianos,
paraguayos, sudamericanos, norteamericanos y europeos referidos al conflicto
chaqueño; que hoy por hoy conforman un grandioso aporte historiográfico sobre
todo para las nuevas generaciones de investigadores y escritores que tocan y
tocarán a su tiempo este tema; sin embargo (y es necesario decirlo) solo una
quinta parte de esta producción ha sido realizada desde los archivos,
hemerotecas y repositorios de ambos países. Como ejemplo debo mencionar el tema
del número de bajas en lo comparativo de las estadísticas:
Se maneja hasta la fecha el
tema de número de bajas en el ejército boliviano con cierto grado de
inexactitud; parece ser que esto viene desde la publicación de los trabajos de
don Roberto Querejazu, (excombatiente, escritor y considerado por quien habla
uno de los mas grandes historiadores del la Guerra del Chaco); sin embargo es posible
que don Roberto Querejazu haya dejado escapar un pequeño y a la vez gran
detalle cuando se refiere en estadísticas al sensible número de bajas dentro de
nuestro Ejército en Campaña… y cito:
Paraguay:
|
40.000
muertos
|
2.000
prisioneros
|
|
Bolivia:
|
50.000
muertos
|
25.000
prisioneros
|
Es indudable que para cuando Querejazu publicó su obra
Masamaclay, todavía no estaba ordenado el Archivo de expedientes de la época de
la Guerra; es a partir que a finales de la década de los 80 del siglo XX que recién
se terminó la totalidad del Archivo del Depto 1º de Estado Mayor, único recinto
en todo el país donde se encuentra la totalidad de la documentación de la
Guerra del Chaco como: movilizados, en el frente, en retaguardia; jefes,
oficialidad, ascensos, prisioneros, heridos, evacuados, desaparecidos y por
supuesto muertos.
En algún momento de la década de los años 40`s estas
cifras referidas a las bajas fueron confundidas o simplemente mutaron a número
de muertos… esto voluntaria o involuntariamente.
Bajas se refiere en su totalidad a muertos, heridos y
desaparecidos… por lo tanto el slogan de las “famosas 50.000 cruces”, o “los
50.000 caídos” (tremenda cifra comparativamente con los movilizados) fueron un
duro golpe para las nuevas generaciones en lo que se refiere al balance
pesimista del costo en vidas humanas.
Decía anteriormente que el Archivo del Depto. 1º de
Estado Mayor debe ser el “santuario” (si vale el término) para los
investigadores e historiadores del conflicto chaqueño en el momento de referirse
a la Guerra en estadísticas.
Ahora y gracias a la investigación del Gral. e
historiador Juan Lechín Suárez, en el mencionado archivo, autor de uno de los
trabajos más importantes como “La Batalla de Villamontes y estudios críticos”,
(que en mi criterio es un verdadero tratado sobre la Guerra del Chaco) se llega
a la conclusión que:
Bolivia:
|
32.000
muertos
11.000
heridos
2.000
desaparecidos
20.000
prisioneros
|
Esta primera revisión fue corroborada casi 20 años
después por otro historiador militar: el Gral. Luís Fernando Sánchez (también
como el ya fallecido Gral. Suárez… miembro de la Academia Boliviana de Historia
Militar); el cual arroja las siguientes cifras:
Bolivia:
|
31.600
muertos
11.000
heridos
2.000
desaparecidos
20.000
prisioneros
|
Como se aprecia es casi el mismo número, con algunos
documentos aclaratorios que llegaron al Archivo en los últimos años.
Por lo tanto la recomendación del que habla es
establecer de una vez por todas en la historiografía referente a la Guerra del
Chaco que el número de muertos no sobrepasó a los 32.000 hombres del ejército
boliviano… esto no con el afán de buscar el auto-consuelo y la minimización de
las cifras, sino el de establecer a 76 años después de la Guerra, los reales
números para las frías estadísticas.
LAS EXAGERACIONES Y FALSEAMIENTOS
En
lo referente a las cifras (en general) que arroja la Guerra del Chaco, se ha
cometido a lo largo de los años varios excesos; sobre todo y referido a
maximizar los números de efectivos y armamentos del país contrario; y a la vez
minimizar efectivos y armamento del propio país con el fin de exagerar el
heroísmo y sacrificio nacional.
Este fenómeno (y lo digo
cuidando de no parecer un chauvinista) se ha dado mucho más en los libros y
textos de autores paraguayos sobrepasando la fantasía e imaginación; pues
muchos de los autores del Paraguay han basado en gran parte sus escritos a las
Memorias del Mariscal Félix Estigarribia; que en tiempo de guerra o la
inmediata post guerra es comprensible, pero ya no a mas de 70 años del
Conflicto.
Sin embargo menciono a
historiadores paraguayos confiables (en mi criterio) como: Carlos José
Fernández, Nicolás Delgado, Arturo Bray, Gral. Marcial Samaniego.
EL ASUNTO DE LOS INDÍGENAS QUE PARTICIPARON EN EL CONFLICTO
El Gral. paraguayo Basiliano Caballero
Irala decía en la retirada de Picuiba al ver a los soldados bolivianos
indígenas heridos y tirándose en las carreteras para morir e impedir el avance
paraguayo de los camiones: “Bolivia no tiene suficiente bronce para hacer
monumentos a los soldados de este origen”.
Mucha personas me han
preguntado y lo siguen haciendo del ¿ por que hice un documental sobre Los Indígenas en la
Guerra del Chaco?
En la actual coyuntura
sociopolítica, es casi imposible no hablar sobre la participación de los
indígenas en la Guerra; se ha convertido en los últimos años una especie de
“cliché”… en muchos casos investigado de forma genuina, académica y objetiva
sobre su participación… y en otros (penosamente) buscando un pretexto para
afirmar sobre que “en
la Guerra del Chaco fueron los indígenas los que pusieron el pecho a las balas…
los que estuvieron en primera línea, mientras la clase media estaba feliz en
retaguardia”
Al respecto quiero mencionar a
Elizardo Pérez, y sus memorias durante la Guerra del Chaco... y cito: “un cierto día, a las
cuatro de la mañana, los soldados de reclutamiento desprendidos de la
guarnición de Achacachi, nos hicieron un malón allanando las casuchas de los
indios, para arrastrarlos al cuartel, y entonces no se fijaron en edades ni en
rol alguno como habían dicho. Al amanecer, madres, esposas e hijos vinieron a
relatarme lo ocurrido para que reclamara ante las autoridades. Fue inútil: las
órdenes militares eran inamovibles y en menos de 24 horas, los pobres indios
salían de Achacachi, rumbo a la trinchera, sin haberse podido despedir siquiera
de los suyos” Elisardo Pérez, Warisata 1962.
Esto
acontecía para finales de 1933; sin embargo para mediados de 1934 el propio
Elisardo Pérez se refería después sobre el reclutamiento de indígenas con las
siguientes palabras: y cito: “Warisata
ofreció durante la Guerra un espectáculo nunca visto en nuestra historia
republicana. Los indios se presentaron al puesto militar, para entregar
espontáneamente a sus hijos al sacrificio patrio, a más de eso llevando
víveres.” Elisardo Pérez.
Cuando hablamos de la
oficialidad por supuesto que nos referimos a la “clase media boliviana”…
cuando se menciona en publicaciones y documentales en la actualidad que solo
los indígenas estaban en primera línea debemos (por supuesto) aclarar estas
posturas que de forma irresponsable están circulando no solo en Bolivia, sino
también fuera del país.
Los oficiales son los que
estaban en primera línea; para líderizar un ataque, infundir coraje, arengar a
sus hombres, para hacer cumplir las órdenes o simplemente tomar decisiones
según su iniciativa personal… ellos fueron los que si estuvieron en primera
línea; pero es también cierto que desde la misma guerra circularon versiones
con el objetivo de sublevar a los indígenas, con comentarios como que “ellos estaban como
carne de cañón”, por lo que tampoco no nos debe sorprender su
primera reacción… la de no querer presentarse a los puntos de reclutamiento.
Creo hoy por hoy y tratando de ser objetivo, que el
indígena que se asumió como un soldado boliviano mas, que de forma dolorosa
entendió que el también era parte de esta nación que peleaba por sus objetivos,
tuvo una destacada actuación, como también los de otras clases sociales y
étnicas del país.
Para
finalizar el asunto de los indígenas de las comunidades campesinas diré que: el
enfoque en su participación varía según el desarrollo de la misma Guerra… entre
1932 a principios de 1933 no participaron, es más, realizaron revueltas y
sublevaciones contra el presidente Salamanca… para mediados de 1933 fueron
reclutados a la fuerza y no existen informes favorables sobre su desempeño…
pero a partir de 1934 y hasta finalizar la Guerra, su participación fué
positiva (sobre todo quechuas chiriguanos y aymaras), ya sea como combatientes,
telegrafistas y traductores de códigos o también en retaguardia.
Termino la parte concerniente
a los indígenas con las palabras del historiador e investigador René Arce en
obra “Guerra y conflictos Sociales”… “Para
las poblaciones nativas bolivianas que asistieron a la guerra del Chaco,
significó una de las experiencias más dolorosas en el proceso de asimilación,
aculturación e integración nacional. En la Guerra del Chaco, como nunca antes
se produjo el encuentro y la experiencia conjunta de todos los miembros de la
sociedad boliviana, de todas las diversidades étnicas y lingüísticas”
SOBRE EL ARMAMENTO QUE UTILIZÓ EL EJÉRCITO EN CAMPAÑA
Otro
de los famosos “cliches” o “slogans” en nuestra historia es el concerniente al
tema del armamento… como: “Bolivia
estaba pobremente armada” o “el ejército
boliviano carecía de armamento y medios”. Parece ser una constante cuando
se entra en la introducción de alguna de las tantas guerras que sostuvo nuestro
país… incluso estas afirmaciones ya lo encontramos desde la Guerra de
Independencia.
Esta postura solo la comparto
con la Segunda Campaña de la Confederación… (por supuesto) que en la Guerra del
Pacífico y en la Segunda campaña del Acre… pero en el resto de las Guerras no.
La guerra contra la invasión
peruana de 1840 a 1841 que culminó con la Batalla de Ingavi, la Primera campaña
de la Confederación, la primera campaña del Acre y La Guerra del Chaco muestra
que Bolivia estaba militarmente preparada, incluso con el armamento de última
generación en sus respectivos contextos históricos.
En el caso del tema que hoy
tocamos (La Guerra del Chaco), es importante y necesario puntualizar lo
siguiente:
- El gobierno boliviano se
puso en contacto con la fábrica de armamento inglés Vickers Armstrong en enero
de 1927, en el mismo tiempo en que se daba luz verde para la construcción del
camino Tarija-Villamontes… esto previendo que SI iba a existir un conflicto
armado en la región del chaco (estamos hablando de cinco años antes de Boquerón).
La firma Vickers Armstrong fue
la única que aceptó un crédito a Bolivia. La fecha oficial del contrato fue
protocolizada en 1º de febrero de 1927 con un anticipo boliviano de diez mil
libras esterlinas; mientras se fijaba un tope preliminar de tres millones de
libras esterlinas para equipar a un ejército de 40.000 efectivos… aunque el
primer borrador decía 60.000 hombres. Esto significó empréstitos, negociaciones
y renegociaciones con los países acreedores por el tema de la deuda, como
préstamos y reubicación de los fondos de la construcción de ferrocarriles y
modernización de las infraestructuras del país a solamente la construcción del
camino Tarija-Villamontes y el pago del contrato Vickers Armstrong.
El
firmar el contrato Vickers Armstrong, no solo significaba la compra como tal
del armamento, sino todo el trabajo previo a cargo de una muy bien formada
Comisión Boliviana (seleccionada por el entonces Jefe de Estado Mayor Gral.
José Quiróz) encargada de viajar a las respectivas fábricas, realizar las diferentes
pruebas que de forma muy minuciosa se hicieron; pues ya habíamos aprendido del
pasado, sobre todo del la Guerra del Pacífico que cuando llegó el material
bélico pagado con anticipación el 60% del armamento estaba en mal estado.
Si bien es cierto que para
finales de 1938 (Gobierno de Siles Reyes) se tiene casi el total del armamento
comprado en Bolivia, pero no sería suficiente para enfrentarse al Paraguay, y
acá es importante hacer dos diferencias fundamentales:
-La 1ra. Que efectivamente
Bolivia tenía armamento de última generación antes de iniciarse la Guarra, con
casi la totalidad del armamento comprado de inicio en suelo boliviano.
-La 2da. Que si bien Bolivia
estaba preparada para la Guerra… el Paraguay estaba aún mucho más preparado;
que los servicios de inteligencia del Estado Mayor boliviano, y la falta de
discernimiento de los niveles militares, diplomáticos y políticos fallaron,
ignorando o peor aún subestimando la capacidad armamentística del enemigo…
además esto unido con la preparación del personal que utilizará dicho
armamento.
El Paraguay hizo un excelente
juego de contrainteligencia, haciendo creer a los mandos bolivianos que: “el Paraguay no
estaba preparado o estaba atrasado en su compra de armamento”… siguiendo
así la tesis del propio Félix Estigarribia que decía… y cito: “impreparación
paraguaya, superioridad boliviana”, en abierta contradicción con lo que el
mismo hizo en el Paraguay. Por esta razón es que los historiadores de los
primeros años de la post guerra (paraguayos, bolivianos y extranjeros)
establecieron que definitivamente Bolivia era superior al Paraguay.
La carrera armamentista la
inició Paraguay en 1924 y en 1927 ya tenía asentadas dos cañoneras en las
márgenes del río Paraguay, Bolivia se enteró recién en 1925 he inmediatamente
inició las gestiones para comprar armamento.
Recientemente, hoy en día es
que los jóvenes historiadores paraguayos están arrojando nueva luz sobre las
reales cifras armamentísticas que tuvo el Paraguay significándoles a ellos un
tremendo sacrificio económico y la adquisición de una descomunal deuda que la
arrastró hasta la década de los años 70`s.
En síntesis… Bolivia estaba
preparada militarmente para la Guerra y adquirió todo el material que le fue
posible, el estado boliviano hizo todos los esfuerzos para contar hasta antes
de 1929 con todo el armamento que se utilizaría en la Guerra, pero el Paraguay
dispondría de mayor cantidad de material bélico que Bolivia.
LO QUE SE GANÓ Y LO QUE SE PERDIÓ
“Dos pueblos hermanos entrecruzaron sus objetivos
nacionales”
Masamaclay
significa: lugar donde pelearon dos hermanos
Bolivia no es un país
expansionista y no quiso expandirse … pero después de la Guerra del Pacífico y
a la pérdida de sus puertos… el salir al Atlántico se convirtió no en un
capricho sino en una necesidad. La zona del Chaco propiamente dicho no tenía
dueños legítimos, era zona en litigio por ambos países.
En
1932 Bolivia tenía como objetivo político: “salir
al río Paraguay y sentar soberanía en estos territorios en disputa”…
y el Paraguay quería evitar de cualquier manera que Bolivia salga por este río,
siguiendo los dictados de geopolítica, y su segundo objetivo: “sentar presencia sobre
los territorios en disputa”.
Acá es importante puntualizar
que la Argentina apoyó al Paraguay… y decía que no permitiría que existiera
otro tributario más al río Paraguay, refiriéndose a Bolivia.
Pero el año 1934 después de la
derrota de Campo Vía y cuando el Paraguay comenzaba a acercarse a los
contrafuertes de la serranía y la cordillera, el gobierno paraguayo cambió de
objetivos… ahora “el
fin era adueñarse de las petroleras”, (no se hablaba de gas
todavía)… y ahí es donde empezó la geofagia del Paraguay, seguramente oliendo
el petróleo del territorio. Por lo tanto el objetivo boliviano también mutó...
ahora se trataba en defender y evitar que caigan las petroleras en manos del
enemigo.
Después
de Villamontes se estableció el cese al fuego (al medio día del 14 de junio de
1935), con el rótulo de: “Sin
vencedores ni vencidos” (aún
hoy en día muy discutible por muchos autores) y es a partir de este “slogan”
que la corriente revisionista de ambos países está empezando a sostener en la
actualidad la tesis de que “quién
logró sus objetivos fue Bolivia y no el Paraguay”.
Citaré nuevamente al teórico,
filósofo y tratadista militar alemán Carl Von Clausewitz… Clausewitz en su
concepto de polaridad decía: “lo
que pierde uno es lo que gana el otro, o lo que gana uno es lo que pierde el
otro”… el perdedor obtiene lo que se llama suma 0 o sea que pierde todo y
el ganador gana todo. Bolivia se quedó con el 25% del territorio en litigio y
el Paraguay con el 75% .. por lo tanto no fue suma 0, sino suma NO 0… esto
corrobora perfectamente la declaración: “Sin
vencedores ni vencidos” siguiendo
el fondo y conceptos diplomáticos de ese momento.
Acá es también bueno recordar
que no solo el Paraguay se oponía a que Bolivia salga al río Paraguay, a su
turno también se opuso el Brasil y también Argentina. Hoy por hoy a más de 70
años de distancia pareciera que el “hilo
se cortó por la línea más delgada”: el Paraguay… y ya no fuimos a la
guerra contra el Brasil ni contra la Argentina.
Bolivia retuvo su riqueza
petrolera y su salida al río Paraguay… lo del río Paraguay lo veremos a
continuación:
El año 1935 Bolivia
desmovilizó 55.000 efectivos y el Paraguay a 46.000 efectivos; Según el Pacto de cese al
fuego ambos
países debían conservar el la nueva frontera 5.000 hombres por bando.
La paz del Chaco firmada el 21
de julio de 1938, fue producto de una movilización que se produjo entre enero y
febrero de ese año; el Archivo de la Cancillería muestra que Bolivia multiplicó
esa cantidad de hombres que debía tener en la frontera a 25.000 hombres, esto
fue ordenado por el presidente de entonces y héroe de la guerra el Tcnl. Germán
Busch. Acá estamos hablando que Bolivia no cumplió con el número estipulado de
efectivos que debía tener (solo 5.000)
En
la actualidad se sigue viendo a Busch como el “gran
capitán del Chaco” o “el presidente
precursor de la Revolución Nacional”… pero el mayor mérito de él fue
conseguir el acceso al río Paraguay. Si estaba otro presidente dudo mucho que
se hubiera podido lograr este tan ansiado objetivo. No debemos olvidar que el
ejército paraguayo después del Cese
al fuego estaba
ocupando la carretera Villamontes-Santa Cruz en la región de Voyuibe y no
pensaba recular sus filas hasta la actual frontera… y mucho menos permitiría
que Bolivia tenga un puerto sobre el rió Paraguay.
Para 1938 el Paraguay
desmovilizó 40.000 hombres; al respecto Arturo Bray (historiador y
excombatiente paraguayo) explica en sus estudios que: “el Paraguay
quiso movilizar la misma cantidad de efectivos como lo hizo Bolivia”… pero
no lo logró por una sencilla razón: “Una
comisión española compró de forma secreta el armamento paraguayo que se
requería en la Guerra Civil Española, destapando así tremendos actos de
corrupción de algunos malos funcionarios del gobierno y el ejército paraguayo”,
por lo tanto los más de 40.000 hombres desmovilizados ya no contaban con el
material bélico para iniciar nuevas acciones bélica contra Bolivia.
La movilización subrepticia de
1938, fue un esfuerzo descomunal para el Estado boliviano pues tuvo que
mantener a más de 20.000 hombres en la frontera con todo y la tremenda deuda
que se estaba pagando en la post guerra… el Paraguay ya no pudo movilizar la
misma cantidad y eso le significó “levantar
las manos”, sin duda alguna esta acción del gobierno de Busch y sus
diplomáticos fue una diestra jugada geoestratégica… con estos objetivos
cumplidos en 1938 Bolivia bien puede decir que logró sus objetivos… el Paraguay
no.
Hoy Bolivia goza de los pozos
de petróleo y gas que estuvieron en peligro de caer en manos paraguyas… hoy
Bolivia sale y exporta más del 40% de sus productos por el río Paraguay… pero
el costo en lo humano, económico y social fue durísimo.
Hoy los bolivianos esperamos
que las enseñanzas, aciertos y desaciertos sean aplicados por los nuevos
actores en los distintos campos de acción.
Que el sacrificio de los
hombres y mujeres de nuestro país sirva para reflexionar en lo importante que
es la vida misma y que la guerra debe ser la última medida, después de agotarlo
todo.
Aunque tal vez entendí mal pero por agradar a sus amigos busca explicarse por que escribió artículos sobre los indígenas durante la guerra del chaco, a pesar de que entraron recién en 1933 al conflicto Bolivia sin los indígenas no hubiesen podido si quiera quedarse con el empate técnico, puesto que tuvo que reorganizarse dos veces después de Alihuata (Campo Via) y El Carmen hay si se perdía la guerra.
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