Nota publicada en el periódico El Diario el 31 de Enero de
2012.
En 1730 Cochabamba denominada por entonces la Villa de
Oropesa, fue el bastión de la insurgencia altoperuana, donde cholos e indígenas
se levantaron contra la autoridad española establecida en estas tierras.
Alejo Calatayud, platero de oficio, fue el protagonista de
uno de los levantamientos más dramáticos que registra la historia. Por entonces
el virrey del Perú, don José de Armendáriz envió a tierras cochabambinas al
revisitador, o encargado de aplicar impuestos a don Manuel Venero de Balero. Su
nombramiento causó inquietud entre la población valluna, porque el régimen
colonial otra vez más establecía el pago de contribuciones a los indígenas y
mestizos. Estas cargas económicas se llamaban “contribuciónes territoriales” y
“reparto de mercaderías” y de ellas no podían evadirse porque con anticipación
la población había sido empadronada.
En diferentes poblaciones se formaron cabildos para rechazar
las medidas impositivas que pretendía aplicar el revisitador Balero.
Alejo Calatayud, nacido en la Villa de Ororpesa allá por el
año 1700, hijo de Juan de Calatayud y Agustina Espindola y Prado. Estaba casado
con Teresa Ramona Zambrana Villalobos, era dueño de un taller de orfebrería,
dentro de la creciente urbe cochabambina. Fue él quien encabezó el movimiento
de resistencia contra el enviado español.
El pueblo reunido en el simbólico cerro de San Sebastián a
los gritos de ¡Abajo los guampos! y ¡Muera el mal gobierno! lanzó piedras
contra las casas de los españoles, irrumpió en la cárcel rompiendo sus puertas
para liberar a todos los reclusos, la ciudad de pronto se vio alborotada.
Alejo de Calatayud en la mañana del 30 de Noviembre, reunió
a dos mil hombres armados de piedras y palos en los predios del cerro de San
Sebastián para enfrentar a la caballería expedicionaria, que días antes había
salido de Cochabamba para escoltar la llegada de Venero de Balero, los
insurrectos logran derrotar a los españoles, con ello se acuerda la
organización de un nuevo gobierno local, sin desconocer a la autoridad del
Virrey y menos la del Rey de España. El 1 de diciembre de 1730 se designan
nuevas autoridades y se emiten las bases de un acuerdo para evitar la
aplicación de la medidas impositivas y la suspensión como revisitador a Venero
de Balero. Se concede indulto a los insurgentes que procedieron en defensa
justa y natural de sus derechos y libertades.
La victoria es efímera, ya que Alejo Calatayud es
traicionado por los criollos y tomado preso en casa de su compadre Francisco
Rodríguez Carrasco, y trasladado a la cárcel, donde le aplicaron la pena del
garrote. El jueves 31 de enero de 1731, día de compadres amaneció colgado de
una horca en la plaza de Armas de Cochabamba, luego fue descuartizado, la
cabeza frita en aceite y enviada a Chuquisaca para exhibirla en una picota.
Así terminó al alzamiento de Calatayud encabezando a los
artesanos de Cochabamba.
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