Tomado de: Arica, Símbolo
de Gloria... De: HERNÁN LAGOS ZÚÑIGA / Primera edición 2001. Santiago de
Chile – Chile. // Fotos: 1) Pedro Antonio de Olañeta y su esposa. / 2) Puerto "La Mar" bahía de Cobija - Bolivia (Foto
de 1868). 3) Simón Bolívar.
Poco a poco en Arica comienzan a regularizarse las
actividades que fueron cotidianas antes de iniciarse la guerra de la
Independencia, actividades principalmente portuaria, "trajineras" y
agrícolas, las relaciones económicas con las provincias del Alto Perú cada vez
se hacen más fuertes, sin embargo a pesar del aumento y
normalización de las actividades en general en la provincia, el elemento
hispano de la población ariqueña no retornaría a habitar masivamente el puerto
hasta la década del 40 del siglo XIX. La
endémica malaria que afecta al puerto, las difíciles
condiciones para le reconstrucción de la ciudad, el establecimiento en Tacna de
las cabeceras de las instituciones públicas en el ámbito provincial
(Prefectura, Aduana, etc.), hacían más lento el progreso material de la urbe,
generándose en este período un mayor desarrollo en la vecina Tacna, la que
ofrecer además mejores condiciones de salubridad y clima para el asentamiento
humano.
A partir de los primeros meses de 1825 comienzan
a ocurrir sucesos que si bien no tenían como lugar protagónico la ciudad de
Arica, estos tendrían gran trascendencia para la vida social, política y
económica de la ciudad del Morro en todo lo que va desde la
instauración republicana hasta 1880, año que Chile toma posesión
militar de la ciudad.
Desde La Paz el general Sucre expide un decreto con fecha 9
de febrero de 1825, convocando a una Asamblea que debía reunirse el
19 de abril en Oruro para determinar el destino posterior de las
provincias altoperuanas, esta convocatoria es el detonante que induce a una
serie de eventos los que desembocaran en la independencia de las provincias altoperuanas
de la tutela de Lima y de Buenos Aires, transformándose en la República de
Bolívar hoy Bolivia, la convocatoria de Sucre involucró a las Provincias
Unidas de Buenos Aires, a la naciente República del Perú, y a los
intereses de poder de los caudillos locales de las tres repúblicas, no
salvándose de este trance ni siquiera el propio Libertador Simón
Bolívar. Arica y su "interland" desde los inicios mismos de su vida
republicana queda en una condición geopolítica de gran trascendencia
incorporando en este aspecto a la república de Chile por su fuerte presencia
marítima en esta área del océano Pacífico oriental
La convocatoria de Sucre provoca malestar en el propio
Bolívar reprochándole este a su más dilecto general tal acto y así
se lo manifiesta desde Lima en carta fechada el 21 de febrero de
1825, en la misiva el Libertador le señala al Mariscal de Ayacucho "...
Ni usted, ni yo, ni el congreso mismo del Perú, ni el de Colombia, podemos
romper y violar la base del derecho público que tenemos reconocido en América.
Esta base es, que los gobiernos republicanos se fundan entre los límites de los
antiguos virreinatos, capitanías generales o presidencias, como la de
Chile..." Bolívar impone el principio de uti
possidetis juris a 1810[1]; el Libertador justifica
la independencia de Chile y la de Guatemala por haber estados estas
presidencias separadas administrativamente mucho antes de que comenzara la
revolución, caso que no correspondía a las provincias del Alto Perú que eran
una dependencia del virreinato de Buenos Aires como también era el
caso de la dependencia de la presidencia de Quito de Santa Fe del virreinato de
Nueva Granada; mas adelante le señala "... Según dice Ud. piensa
convocar una asamblea de dichas provincias. Desde luego la convocación misma es
un acto de soberanía, las separa de hecho de las demás provincias del Río de la
Plata, del Perú y de Colombia misma..."; Sucre en su comunicación a
los gobiernos de las Provincias Unidas del Río de la Plata explica los motivos
que tuvo para la convocatoria de la Asamblea del 19 de abril. El comandante del
Ejército Libertador con sus tropas pasó el río Desaguadero con el objeto de
redimir las provincias del Alto Perú del dominio español, el libertador
Bolívar creyó que al traspasa estas fuerza los límites y encaminarse
hacia La Paz sería proclamada la independencia de dichas provincias por parte
del general español Pedro Olañeta que previamente le había ofrecido su amistad,
en consecuencia Bolívar creyó de trámite rápido la ocupación del territorio
altoperuano por lo que no dio mayores instrucciones al general Sucre salvo la
de exigir del general español el termino de la guerra, sin embargo Olañeta se
niega a reunirse con Sucre continuando las hostilidades defendiendo la causa
del Rey. Sucre al ver que la mayor parte del territorio de la antigua
Presidencia de Charcas se encontraba liberado y estas comarcas sin un gobierno
que se encargase de su dirección; viendo que las provincias argentinas se
encontraban en la anarquía sin una organización de un gobierno nacional y por
otro lado el naciente Perú no logra imponer su autoridad sobre esos pueblos, en
tales circunstancia Sucre estimó necesaria la convocatoria a la
Asamblea para formar un gobierno provisorio que evitase la anarquía y
conservase el orden, el jefe colombiano manifiesta la absoluta neutralidad del
Ejército Libertador bajo su mando en los asunto domésticos de las provincias
altoperuanas, Sucre comunica lo obrado a los gobiernos de las
diferentes provincias argentinas mientras organizan estas el gobierno general
de las provincias Unidas, con esto el Mariscal de Ayacucho estima que
salvaguardaba el principio de uti possidetis juris a 1810, también
considera su obligación comunicar al Perú por ser esta nación
con Bolívar como jefe de Estado, la que enviaba las tropas
libertadoras.
El 8 de febrero de 1825, el gobierno de Buenos Aires, en
esos momentos encargado del gobierno nacional de las Provincias Unidas,
presidido por el general Juan Gregorio Las Heras, faculta al
general don Juan Antonio Álvarez de Arenales gobernador de la provincia
de Salta para que ajuste las convenciones que estime necesarias con el jefe o
los jefes españoles que ocupaban las cuatro provincias altoperuanas,
hasta el río Desaguadero o con quien fuese autorizado para poner
fin a la guerra y hacer cuanto fuese necesario para que recuperasen
a la brevedad su libertad, estas facultades eran otorgadas sobre la base de que
las cuatro provincias quedasen en la más completa libertad para que
acuerden lo que estimasen que les convenga a sus intereses
y gobierno; con esta decisión las provincias Unidas del Río de la Plata dejaban
la puerta abierta para la independencia de la antigua Presidencia de Charcas,
ratifica esta posición de la Provincias Unidas la ley dictada el 9 de mayo de
1825 por el Congreso Constituyente de las Provincias del Río de La Plata que
autoriza al ejecutivo a negociar con el general Simón Bolívar la suerte de las
cuatro provincias del Alto Perú, incluyendo su libre determinación.
Bajo las circunstancias que se fueron
sucediendo conforme al desarrollo de los acontecimientos, Bolívar se
ve presionado para expedir el decreto sobre la creación de Bolivia, así lo
manifiesta en carta dirigida a Sucre desde Arequipa el 15 de mayo de 1825 donde
manifiesta “... No debo dejar de declarar a V., francamente, que yo no me
creo autorizado para dar este decreto y que solamente la fuerzas de
las circunstancias, me lo arrancan, por no dejar mal puesta la conducta de V.,
por complacer al Alto Perú; por acceder al Río de la Plata...”.
La Asamblea Constituyente se reúne en definitiva
el día 10 de julio de 1825 en Chuquisaca, antigua capital de la presidencia de
Charcas, sede de la Real Audiencia y sede de la Pontificia
Universidad de San Francisco Xavier, participaron en esta asamblea 48 diputados
representantes de los Partidos que conformaban las provincias del
Alto Perú, más un cuerpo de doctores de la Universidad de San Francisco Xavier
de Chuquisaca, como era lógico en la asamblea se hicieron presente
tres tendencia, una por la unión al Bajo
Perú, otra la de integrarse a las Provincias Unidas del
Río de la Plata y la tercera la de la independencia absoluta, siendo
esta última la triunfante, las otras posiciones fueron perdiendo fuerzas en el
transcurso de los debates. La Asamblea envió una nota a Bolívar fechada el 19
de julio la que en parte decía: “...la Asamblea se acoge a la
mano protectora del Padre común del Perú, el Salvador de los pueblos, del Hijo
primogénito del nuevo mundo, del inmortal Bolívar...”.
Se proclama la Independencia el 6 de agosto de
1825 en Chuquisaca con el nombre de “República de Bolívar” acuerdo tomado el
día anterior según consta en el Libro Menor de sesiones secretas de
la Asamblea del Alto Perú, Sesión del 5 de agosto de 1825.
En su sesión octava, efectuada el 28 de julio de 1825, la
Asamblea acordó declarar a Cobija como puerto Mayor de la República,
consideraron que una inversión adecuada en la desértica bahía podría muy bien
servir a los propósitos marítimos de la naciente república. Hicieron notar que
Cobija localizada en la provincia de Atacama estaba sujeta a tratarse con los
emisarios de la República Argentina. Por este motivo, el Secretario del
Libertador Bolívar pidió por nota, del 6 de octubre de 1825, a los emisarios
argentinos que: "Hallándose la Provincia de Atacama en caso semejante
al de Tarija, la Legación, a nombre de su Gobierno, debe hacer renuncia formal
y completa a favor del Alto Perú".[2] Los
Representantes argentinos, General Carlos María Alvear y Dr. José Miguel Díaz
Velez, respondieron con nota del 10 de noviembre de 1825, sobre este asunto de
la manera siguiente: "No es necesaria la renuncia que se pide, porque
perteneciendo Atacama (la Provincia) al departamento de Potosí, está incluida
en la ley del 9 de mayo."
Los diputados altoperuanos, una vez decidida la utilización
de Cobija como el puerto mayor de la República, consideraron también como de la
máxima importancia, el conseguir que el Puerto de Arica se
incorporara también a la República de Bolívar, aunque reconocían que esto,
estaría sujeto a una negociación muy difícil con la "República
Peruana".
Los asambleístas, en sesión secreta del 15 de agosto de
1825, encomendaron a una "Legación Legislativa" compuesta por los
diputados comisionados José María Mendizábal, y Casimiro Olañeta,
presentar un pliego de peticiones al Libertador Bolívar, en ocasión de su
ingreso al territorio de la naciente República. Este pliego contenía entre lo
más relevante la solicitud de derogación del decreto despachado en Arequipa el
16 de mayo de 1825 con el fin de permitir a las provincias
altoperuanas tomar decisiones trascendentales para su vida independiente, la
solicitud incluía la petición de un proyecto de Constitución para la República
además lo señalado en el Artículo Quinto que decía:
"La legación hará el más grande y poderoso esfuerzo con
S.E. el Libertador, para lograr de su generoso y paternal carácter,
una promesa y seguridad de que empleará sus esfuerzos, valimiento y poderoso
influjo con el Bajo Perú, para que la línea divisoria de uno y otro Estado se
fije de modo que tirándola del Desaguadero a la costa, Arica, venga a
quedar en el territorio de esta República, que hará las indemnizaciones
necesarias por su parte...".
El encuentro entre Bolívar y los delegados de la Asamblea se
produce el 5 de Septiembre de 1825 en la ciudad de La Paz, a pesar de las alabanzas
y honores brindado por los dirigentes de la naciente república al Libertador
Bolívar, no lograron al parecer sensibilizarlo con respecto a la cesión de los
territorios de Tarapacá, Arica y Tacna, a favor del Alto Perú, no se conoce
documento o acto en que Bolívar hubiese puesto empeño en lo
solicitado por la Asamblea Constituyente de la República de Bolívar, sin
embargo, el Libertador después de recibir el informe del
estudio encomendado por Antonio José de Sucre al coronel irlandés
Francisco Burdett O’Connor con el fin establecer un puerto de la naciente
república en el mar Pacífico, dispuso la fundación oficial del puerto de
Cobija. Efectuando esto como una maniobra para aminorar las
presiones políticas que ejercía sobre él la Asamblea de Chuquisaca con relación
a la obtención del puerto de Arica para Bolivia, así es como decreta el 28 de
diciembre de 1825 lo siguiente:
“Simón Bolívar, Libertador de Colombia y del Perú, Padre y
Protector de Bolivia.
Considerando:
Que estas Provincias (Alto Perú) no tienen puerto
habilitado.
Que en el Partido de Atacama se encuentra el denominado
Cobija, que proporciona muchas ventajas en relación a las otras Bahías
estudiadas de Paposo, Mejillones y del Loa.
Decreto:
Quedará habilitado desde el 1º de enero de 1826 por Puerto
Mayor de Estas Provincias el denominado Cobija, con el nombre de puerto de La
Mar...[3]
Chuquisaca, a 28 de diciembre de 1825.
Simón Bolívar retorna de su visita a las provincias del Alto
Perú ya convertidas en República de Bolívar en el mes de
enero de 1826, llevando a cabo su ingreso a Tacna el día 30 de ese
mes por el camino Tacora –Palca- Pachía, en esta ciudad es recibido con arcos
triunfales ornamentados con palmas, laureles y flores, el vecindario se vuelca
a la calle principal casi en su totalidad, con el alcalde don José
Santiago Basadre a la cabeza, para brindarle la bienvenida al Libertador, acontecimiento
que ocurría como a la una de la tarde de un hermoso día de verano, un testigo
presencial relata así el acontecimiento “... Montaba una hermosa mula
ricamente enjaezada. Cubría su cabeza (Bolívar) de ensortijados cabellos con un
sombrero de jipijapa; llevaba poncho de lana de vicuña; pantalón de ante y
botas altas con espuelas de oro. Le acompañaban dos caballeros y dos hombres de
servicio: arrieros u ordenanzas...”[4].
Después de una serie de agasajos en los que se incluyó una
corrida de toros en la plaza de Armas del pueblo, imitando a las fiestas de
toros y cañas que se celebraban en Lima a la llegada de cada virrey; en Tacna
recibe la grata noticia que el 23 de enero había capitulado el porfiado general
español Juan Ramón Rodil en la fortaleza de Real Felipe del Callao
quedando de esta forma extinguido el último foco de resistencia
española en el Virreinato del Perú. El Libertador y su comitiva, a las primeras
horas de la mañana del 1º de febrero de 1826 emprende viaje rumbo al puerto de
Arica dejando sus huellas por el camino que tantos famosos ya habían surcado
desde el Maita Inca, pasando por Almagro y Valdivia y tantos otros,
en afán de conquista, gloria, fama, poder y fortuna pero también los hubo
quienes pasaron en gloriosa marcha luchando por la libertad y los grandes
ideales como William Miller o en calvario como Zela y Peñaranda. A media tarde
el gran Simón Bolívar y su comitiva llegan al vado de Chacalluta donde era
esperado por las autoridades ariqueñas y una delegación de notables de la
ciudad, continuando por el camino real del Chinchorro para ingresar
por el sector de las Chimbas, en la calle del Fuerte se habían
levantado arcos triunfales engalanados con palmas, laureles y flores
completaban la ornamentación cintas con los colores de los emblemas de la Gran
Colombia, de las Provincias Unidas del Río de la Plata y de
la República del Perú, Bolívar llegaba a Arica en el pináculo de la
fama y del poder, se erigía en un ambiente de endiosamiento
como supremo arbitro político y militar de cinco naciones
sudamericanas, pero al embarcarse rumbo a Lima desde el puerto de Arica ya se
veían en la capital de la República negreros nubarrones en su horizonte que
señalaban el comienzo del ocaso de su gloria, que terminaría por alejarlo
definitivamente de las tierras que ayudo a liberal del yugo español, el 2 de
septiembre de 1826 cuando se embarca en el Callao a bordo del bergantín
“Congreso”.
La ciudad de Arica tal como ocurrió en ocasiones anteriores
con la presencia de personajes como el Obispo La Encina y el Mariscal Santa
Cruz, se engalanó y se preparó para el gran acontecimiento de la llegada de
este gran personaje que se presentaba como el actor principal de la
independencia de América, se le había preparado alojamiento en una de las
mejores casas del pueblo, la que pertenecía a la conocida familia de
trajineros Vargas y Ara, el hospicio fue considerado además para su
secretario el general don Santiago Estenós y para su edecán Wilsón, la casa
escogida se ubicaba en la calle de San Francisco cercana al convento de la
orden, las autoridades del pueblo y los notables había organizado para esa
noche un banquete con el fin de brindarle honores y dar muestra de fidelidad a
la causa de la Independencia, los vecinos de Arica querían alejar cualquier
duda que existiese en Bolívar sobre la condición del pueblo de Arica con
relación a su adhesión al partido por la Independencia y además querían que
quedara claro que no guardaban ningún afecto con respecto de la corona
española, esto tenía mucha importancia para los ariqueños de la época, debido a
la fama de realista que se había ganado la ciudad de San Marcos de Arica
durante la guerra de la independencia.
Para el día siguiente de la llegada del Libertador al
Puerto, es decir el 2 de febrero, se habían programados
dos acto antes que partiese al norte, una de estas ceremonias organizadas fue
un solemne Te Deum en la iglesia basílica de San Marcos de Arica, acto
litúrgico celebrado por el vicario, terminado el acto religioso
Bolívar acompañado de las más altas autoridades del Departamento y de los
vecinos del puerto concurre a una reunión programada en la Municipalidad, el
edificio municipal había sido terminado hacia poco menos de seis meses, su reconstrucción
había tardado poco más de 14 años desde que fuera destruido
por el terremoto de 1810, la razón de esta demora en la reconstrucción fue la
endémica escasez de recursos, agravada la escasez de fondos con la guerra.
El edificio consistorial estuvo ubicado en el sector norte
de la plaza de armas, a un costado de la Basílica, tenía una típica
arquitectura colonial española, su entrada un zaguán de piedra sillar con
portón macizo de roble chileno, el techo sobre el zaguán tenían la
característica forma de “mojinete” formas de techumbre muy usado en
la zona, el largo de la fachada del edificio que daba a la plaza debe haber
tenido unas 74 varas de largo con ventanas protegidas por rejas de fierro
forjado, distribuidas simétricamente a ambos costados del zaguán, los muros
exteriores de grueso adobe estaban enlucidos con
una mescal de barro y cal, en el interior era un edificio de dos
patios, siendo el principal de característico estilo andaluz,
pavimentado con piedra de río, tipo “huevillo”, cruzado por veredas
de sillar de piedras de una vara de ancho aproximadamente, generando figuras
triangulares simétricas que convergían al centro del patio, el contorno de este
recinto lo recorrían amplios corredores con piso de ladrillo cosido con
pilares y vigas de roble que afirmaba un techo plano recubierto con totora
barro y conchuela, este techo era la prolongación del techo de “mojinete” que
cubría las habitaciones, todas tenían acceso al patio, como así mismo casi
todas estaban intercomunicadas con puertas interiores, el
segundo patio estaba conectado con el primero por dos pasillos de
cierta amplitud, ubicados en las esquinas del tramo del edificio que
les era común, el segundo patio de similares formas arquitectónicas pero con la
diferencia que el piso sólo era de tierra endurecida, más atrás por
la calle de San Francisco se veían unas caballerizas ubicadas en un espacio no
muy definido si era parte de la calle o continuidad del edificio.
La ceremonia del Municipio tenia características de cabildo,
fueron invitados todos los vecinos del puerto, con derecho a asiento aquellos
que pudiesen demostrar rentas superiores a 150 pesos u oficio que se
los produzcan, en esta reunión junto con
brindarle pública fidelidad como dictador de la República, estaba la
petición acordada en conjunto con la municipalidad de Tacna para que esta
provincia pasara a integrar la recién proclamada República de Bolívar, se había
dispuesto una mesa bajo uno de los corredores que circundaban
el patio principal para que sirviera de mesón presidencial de la
asamblea, estaban dispuestas las sillas para las autoridades, las que
eran en cabezadas por el Libertador Bolívar, los alcalde de Tacna y
Arica y prefecto, teniente de prefecto y vicario. En el patio se habían ubicado
hileras de rústicas bancas para asiento de la concurrencia, el pupitre
presidencial lo adornaba una escarapela con los colores del emblema peruano
ornamentado con gruesas cintas bicolor rojiblanco, cruzado con hojas de palma.
Bolívar preside la reunión vestido con su impecable uniforme
de corte y estampa napoleónico; botas altas; casaca de fino paño azul pechera
color carmesí bordada con hilo de oro; pantalones blancos; cinturón con borlas
doradas; espada con empuñadura de oro y charreteras altas. El
alcalde de Arica después de hacer un discurso lleno de almíbares y alabanzas
para el Libertado le sede la palabra para que se dirija a los vecinos de Arica
que se aglomeraban el patio del flamante edificio municipal que algunos aun
llamaban a la antigua usanza como ayuntamiento, no hay registro de lo
pronunciado por Bolívar pero es conocida la brillante oratoria que poseía y la
facilidad de improvisar que le era característica, terminadas las palabras de
Bolívar el alcalde le hace entrega del siguiente memorial:
San Marcos de Arica, 2 de febrero de 1826
A S.E. el General Bolívar, Excmo. Señor:
La Municipalidad de esta Villa, usando de su derecho de
representación, expone a V.E. los sentimientos de sus habitantes, dirigidos a
promover la felicidad de este país.
Las relaciones de subsistencia y de comercio que hay entre
los individuos de República Bolívar, y los de esta provincia; su situación
local y otras circunstancias que nos interesan recíprocamente, con ventajas
superiores a las que hasta ahora habían logrado, reclaman imperiosamente la
separación de esta provincia de la capital de Lima, y su unión a la de
Chuquisaca; unión que por ser más perfecta está también indisoluble; de ella
nace inmediatamente nuestra felicidad a la que podemos aspirar por medios
justos, confiados en la protección de V.E.
Penetrada pues esta Villa de tales sentimientos, y aún toda
la Provincia, eleva a V.E. esta representación, para que en vista de ella se
sirva tener en consideración los votos de un pueblo patriota, el que
decididamente quiere pertenecer a la República Bolívar. Excmo. señor.
Con los sentimientos de nuestra consideración con que
somos V.S. muy obedientes.
Juan Antonio
Castaños José
Santiago Basadre
Carlos de
Villanueva Manuel
Barrios
José Pizarro
Valentín
Izurza
Ignacio Mariño
Terminada la lectura del documento por don José Santiago
Basadre, alcalde de Tacna con la aclamación unánime de los presentes, Bolívar
acusa recibo de la demanda ariqueña y con mucha habilidad política y haciendo
uso de las mejores artes diplomáticas no comprometió un sí ni un no a la
petición de los ariqueños, saliendo airoso de la embarazosa
situación que enfrentaba por lo delicado del tema, acto seguido el joven
ariqueño Fernando Ramírez en sentida alocución se despide
del Libertador a nombre de los pueblos de Arica y Tacna, terminado el acto sale
el glorioso Bolívar del edificio sede de la municipalidad de Arica
aclamado con fervor por la muchedumbre que le sigue por la calle de San Marcos
hasta el embarcaderos, las campanas se echan al vuelo dando un
especial ambiente generando una gran emoción a todos los protagonista del
histórico momento de la despedía que le brindaba sinceramente un
pueblo sencillo pero con mucha fe en su porvenir, el general Venezolano embarca
en el bergantín “Chimborazo” rumbo al Callao arribando a ese
puerto el 6 de febrero de 1826.
La prensa boliviana de ese entonces, publicó todas las
manifestaciones de las poblaciones de Arica y Tacna, las mismas que también
fueron conocidas en el Perú. Con este motivo, el Mariscal Sucre escribió a
Bolívar en Febrero de 1826 que:
"Sería bueno que usted mostrase algo al Congreso
Peruano de la pretensión de esta República para que se le ceda Arica...
demostrando que Arica es un puerto que solo da introducciones a Bolivia, y que
si se le niega, este país tomará el partido de recargar los derechos a la
introducción del Perú y al declarar franco el puerto de La Mar (Cobija), sería
arruinado Arica, acaso las razones que apoyan esta verdad inclinarían al
Congreso a ceder Arica, por un tanto que esta república pagaría."
"La adquisición de Arica para esta República es de lo
más importante de que ella pueda tratar. Arica será un puerto magnífico para
Bolivia, y que mucho más por el buen camino de allí a Cochabamba; es al mismo
tiempo que para el Perú será nada".
En una segunda carta fechada el 28 de Febrero de 1826 Sucre
nuevamente insiste ante Bolívar sobre el tema de la adquisición de
Arica para Bolivia, dice el Mariscal de Ayacucho:
“... la representación de la municipalidad de Tacna le
he mandado poner en el “Cóndor”; aquí ya habían mandado copia de ella unos
comerciantes de la costa, pero la primera que vino fue la que Ud. remitió. No
hablo sobre esto porque lo he hecho en mis cartas anteriores y por que Ud.
tomará en el asunto de la incorporación de Arica a Bolivia todo el
interés que nos prometemos, puesto que no perjudica al Perú. Yo
trataba de mandar sobre esto instrucciones al doctor Mendizábal; pero para
ello aguardo el reconocimiento de la independencia de Bolivia por el
Congreso Peruano, que espero llegará en todo marzo. Mientras vayan tales
instrucciones no dudo que Ud. irá adelantando el negocio de Arica para Bolivia”.
Bolívar no quiso o no pudo acceder a lo solicitado por la
República que llevaba su nombre y que había sido solicitado por los
propios ariqueños, ni siquiera los esfuerzos hechos por lograr los objetivos
marítimos de la república mediterránea por uno de sus principales generales
como fue Antonio José de Sucre lograron convencer al parecer al gran Libertador
de América. De esta forma se inicia en la zona una tensión permanente entre la
República del Perú y Bolivia que se verán enfrentadas a intervenciones
militares e incluso guerras durante el siglo XIX apareciendo en la escena
geopolítica la República de Chile.
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Referencias:
[1] El principio de “uti possidetis
juris” a 1810, está referido a que las nuevas repúblicas americanas que
habían sido colonias españolas constituían su limites conforme a la
estructura limítrofe de los antiguos virreinatos, capitanías generales o
presidencias, así las provincias del Alto Perú correspondían al Virreinato de
la Plata, como Quito de Santa Fe pertenecía al Virreinato
de Nueva Granada, las presidencias de Chile y Guatemala de la Nueva España
tenían independencia administrativa desde 1776 por lo que no
generaron grandes dificultades político-legales sus respectivas independencias.
[2] Con la decisión
de declarar a Cobija como puerto Mayor de la naciente república y la
consideración del secretario de Bolívar de incluir el despoblado de Atacama y
su costa parte integrante de la Provincia de Atacama perteneciente al
departamento de Potosí, ubicada al interior en la zona cordillerana, genera un
conflicto geográfico que derivaría en la guerra del Pacifico de 1879.
[3] José de la Mar, general nacido
en Guayaquil, estuvo presente en el primer sitio de Zaragoza al cansando el
grado de brigadier por méritos de guerra, de vuelta a América se une a las
tropas de Bolívar, siendo uno de los generales de Junín y
Ayacucho, fue el primer presidente del Perú independiente después de
la caída de la Constitución vitalicia de Bolívar elegido el 9 de junio de 1827
por el segundo Congreso peruano.
[4] Fortunato Zora Carvajal, “Tacna
Historia y Folklore”, Tacna-Perú 1997.
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