Fragmento del artículo escrito por Airton Laureano Chambi
Ocaña - Estudiante de la Carrera de Historia de la Universidad Mayor
de San Andrés. / Revistas bolivianas.
Literatos, músicos y retratistas que grabaron en sus
melodías, letras o dibujos aquello que atestiguaron y que con sus manos
describieron. La misión principal de ellos fue la de dar fuerza y realce a la
nación boliviana tanto a la civil que veía y esperaba noticias de los suyos en
los puestos de periódicos, así como en los propios combatientes. Entre los
artistas más destacados están Arturo Reque Meruvia, quien convivió con el
bravo soldado boliviano, Gil Coímbra Ojopi, el beniano que dejó consolidado en
el oleo la guerra chaqueña. Cecilio Guzmán de Rojas y Arturo "El
Loco" Borda dieron un rostro mestizo a sus obras bélicas. Raúl G. Prada
cuyos retratos al grafito, son la esencia del soldado boliviano de las
trincheras. Y Ronald Khunle, artista alemán que creó postales basadas en hechos
de la campaña realzando el sacrificio y esfuerzo del ejército boliviano. En la
post guerra se destacan Miguel Alandia Pantoja y Emiliano Lujan, ambos
caricaturistas que sobrevivieron el cautiverio. Incluso en Paraguay, Alandia
Pantoja logró retratar en acuarela al subteniente Julio Cordero, hijo del
famoso fotógrafo paceño. Lujan se destacó como escultor y cuya obra "el
soldado desconocido" es un emblema del soldado boliviano que luchó y murió
en el Chaco.
La guerra forjó varios músicos, como fue Enrique
Portocarrero, quien compuso el tango "Illimani"; Misael Laguna del
destacamento 317, quien en complicidad con su amigo Félix Álvarez compuso la
famosa cueca "Despedida destacamento 317" canción que Música de Maestros
popularizó bajo el título de: "Despedida -Brigada fantasma". Y el
maestro músico Adrian Patiño cuyos boleros de caballería eran la última canción
que escuchaban varios soldados al momento de entrar al Chaco y aún hoy se oyen
cuando se da el ultimo adiós a una persona fallecida. Uno que hasta ahora no ha
sido reconocido como merece es el entonces soldado Daniel Espinar Rada, quien
fue capturado y en el cautiverio compuso y adaptó varias polkas paraguayas como
son "Noches del Paraguay" y "Escondidos", denotando la
crudeza de la vida de campaña, así como la del prisionero de guerra.
Entre los literatos se hallan Augusto Céspedes, testigo de
varios hechos bélicos sobre los cuales basaría sus famosos cuentos. Augusto
Guzmán, cuya experiencia retrataría en su obra "prisionero de guerra";
Jesús Lara, cuyo diario de campaña es un reclamo a la sociedad boliviana. Y
finalmente Guillermo "Jimmy" Céspedes, cuyas notas como corresponsal
del periódico "La Razón" fueron de constante humanismo, así como una
muestra de la realidad del Chaco Boreal. Tales fueron los artistas y como ellos
varios más, unos con estudios, otros autodidactas que trataban de reflejar en
otros aspectos, ya sea la pintura, las letras, la música entre otros, aquello
que para ellos era, según su óptica, la Guerra del Chaco.
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