Por: JUAN ZÁRATE CABALLERO / Publicado en el periódico
Correo del Sur, el 1 Agosto de 2015.
En el acto principal del 6 de agosto se tuvo la honestidad
de designar a José Miguel Lanza para que presida momento tan solemne. Este jefe
guerrillero fue, tal vez, el único que merecía estar en esta asamblea por
méritos propios
La creación de la República de Bolivia es un proceso “sui
géneris” en el contexto latinoamericano, porque no es la obra de militares
“académicos”, sino de grupos informales conocidos como “guerrilleros de la
Independencia”.
Este largo y sangriento proceso tiene dos antecedentes:
mediatos e inmediatos.
Los primeros lo constituyen los levantamientos indígenas de
1781 a la cabeza de Tupac Amaru en el Bajo Perú; Tomás Katari en
Chayanta-Chuquisaca-Potosí y Tupac Katari en La Paz. Son movimientos de
protesta ante tanto abuso y sometimiento al poder colonial hispano, son el
ansia de libertad y justicia del ser humano oprimido, aunque todavía no se ve
clara la idea de independencia para conformar una entidad política nueva.
Los segundos son los llamados levantamientos
criollo-mestizos, que ya vislumbran un ideal político independentista por su
contenido doctrinario.
Empiezan con el Primer Grito de Libertad lanzado en esta
ciudad el 25 de Mayo de 1809, luego sobreviven una serie de levantamiento en
diferentes ciudades, así en La Paz el 16 de Julio de 1809; en Cochabamba el 14
de Septiembre de 1810; en Santa Cruz el 24 de Septiembre de 1810;
levantamientos que, por estar fuertemente influidos por el pensamiento
charquino que buscaba la independencia, ya persiguen este anhelo.
Luego viene un importantísimo periodo llamado Guerra de
Guerrillas, en los que diferentes grupos de patriotas permanentemente y día a
día luchan por el ideal de hacer nuestro territorio una Patria libre,
independiente y soberana. Son largos 16 años de lucha en los que se combatía
cada día, se mataba y se moría, se asaltaban poblados, se incendiaban casas, en
fin tantas atrocidades realizadas por el tirano español.
Grupos guerrilleros
Estos grupos guerrilleros se caracterizaron por:
- Ser tropas irregulares de 100, 500 o 1.000 personas, a
veces más, a veces menos, que actuaban según la oportunidad que se les
presentase.
- Su forma de actuar era la sorpresa siguiendo la táctica
del mosquito, es decir, “pica y vuela”, luego de lo cual desaparecían. No
ofrecían enfrentamientos frontales porque carecían del armamento suficiente y
el número de sus integrantes no siempre era el adecuado.
- Conocían muy bien el territorio donde actuaban por lo que
se desplazaban con relativa facilidad, además que la misma población les
ofrecía protección ya que eran parte de ella misma.
Muchos fueron los jefes de la guerrilla, se calcula que
llegaron a 102, de los cuales sobrevivieron no más de nueve.
Seis núcleos
De esta cantidad se destacaron seis núcleos:
- Ildefonso de las Muñecas, en el área del Lago Titicaca y
que controlaba la comunicación con el Virreinato de Lima.
- José Miguel Lanza, que controlaba la importante vía La
Paz-Oruro-Cochabamba.
- José Vicente Camargo, con sus cuarteles en Cinti y que controlaba
la vía hacia el Virreinato de Buenos Aires.
- Ignacio Warnes que operaba y controlaba el oriente.
- Juan Antonio Álvarez de Arenales, que controlaba las
comunicaciones entre Cochabamba-Chuquisaca-Santa Cruz.
- Una de las más importantes, el grupo guerrillero de los
esposo Padilla, destacándose la figura de doña Juana Azurduy de Padilla, que
fue: mujer, esposa, madre y guerrillera. Controlaban el neurálgico centro
administrativo de Chuquisaca.
Estos grupos se establecieron en determinados territorios,
más o menos estables, a los que llamó republiquetas, existiendo alguna
comunicación y ayuda entre ellos.
Hay que destacar y reiterar que la obra de la independencia
se debe a la labor por ellos desarrollada en esos largos 16 años de lucha,
ellos son los verdaderos “padres de la Patria”, lamentablemente olvidados por
nuestra historia oficial.
Cuando llegan los Ejércitos del Norte, a la cabeza de Sucre
y Bolívar, la independencia ya estaba lograda, ya el enemigo español había sido
vencido, tan es así que estos ejércitos no enfrentaron ninguna batalla en
nuestro suelo, no tuvieron oportunidad de disparar un solo tiro. Su actuación
militar posiblemente influyó pero no fue decisiva en nuestro proceso
independentista.
Más aún se debe destacar que grupos de patriotas ya
proclamaron la independencia del Alto Perú antes de la llegada de Sucre. Así:
el 14 de enero de 1825 en Chuquisaca, en Cochabamba y en Santa Cruz y el 29 de
enero José Miguel Lanza proclama lo mismo en La Paz.
En este panorama, el mariscal Antonio José de Sucre, llegado
a nuestro territorio, lanzo el decreto del 9 de febrero en el que convocaba a
los representantes del Alto Perú a reunirse en una Asamblea para decidir la
suerte política de nuestro territorio.
Esta Asamblea Constituyente debía reunirse en la ciudad de
Oruro a partir del 15 de abril, pero por razones de clima y por no existir
infraestructura adecuada en dicha ciudad, se decidió luego que se reúna en
Chuquisaca (Sucre). Así lo hicieron a partir del 10 de julio, durante sus reuniones
hasta el 28 del mismo mes.
Tres posibilidades
Se discutieron tres posibilidades:
- Formar una República con la Argentina.
- Formar una República con el Perú.
- Formar una República independiente.
Las dos primeras no tuvieron mayor apoyo, decidiéndose por
la tercera y así, un sábado a las tres de la tarde, en el Aula Magna de la
Universidad San Francisco Xavier, se firmó el Acta de la Independencia de las
Provincias del Alto Perú, por 48 diputados que representaban a cinco regiones:
Chuquisaca, Potosí, La Paz, Cochabamba y Santa Cruz.
Se esperó hacerlo el 6 de Agosto por dos motivos: uno, para
ganar la simpatía de Bolívar, que no estaba de acuerdo con la creación de esta
República, y otro porque no llegaban todavía los dos diputados por Santa Cruz.
Otra vez en la historia nacional, Sucre jugó un papel
protagónico. Si antes dio el Primer Grito Libertario, ahora está asistiendo al
nacimiento de nuestra Patria. Este memorable acto se dio en el salón principal
de la actual Casa de la Libertad.
Para llevar adelante las sesiones de la Asamblea se eligió
como presidente a José Mariano Serrano, pero muchos de sus integrantes antes
defendían la causa colonialista de Espala y ahora aparecían como buenos
republicanos.
En el acto principal del 6 de agosto se tuvo la honestidad
de designar a José Miguel Lanza para que presida momento tan solemne. Este jefe
guerrillero fue, tal vez, el único que merecía estar en esta asamblea por
méritos propios.
Tres leyes
La labor de esta asamblea siguió adelante cuando dictó tres
importantes leyes que fueron estructurando la nueva República. A saber:
- Ley del 11 de agosto de 1825, que establece una serie de
honores para Bolívar y Sucre, “padres de la Patria”, además que da el nombre de
Bolívar a la nueva República y el nombre de Sucre a su capital, pero haciendo
notar que no se refería a esta ciudad, que seguiría con el nombre de
Chuquisaca, sino que la idea era ubicar un lugar propicio donde se edificase la
ciudad capital.
Esta situación nunca se la pudo concretar, por lo que la
capital radicaba en esta ciudad hasta el 12 de julio de 1839, fecha en que se
dicta una ley que establece que la ciudad de Chuquisaca cambia de nombre por
“Sucre” y es la capital de Bolivia. En cuanto a la palabra Bolivia, el
sacerdote y diputado potosino Manuel Martín Cruz, doctor en Leyes, propuso que
“si de Rómulo viene Roma, de Bolívar sea Bolivia”, hecho que ocurrió en el mes
de octubre de 1825.
- Ley del 13 de agosto de 1825, que establece la
conformación del nuevo Estado con tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y
Judicial. Esta ley no es una norma constitucional sino más bien un antecedente
constitucional.
- Ley del 17 de agosto de 1825, que determina los símbolos
de la nueva República como ser: bandera, escudo y escarapela.
- Bolivia ha nacido a una nueva realidad dramática hasta
nuestros días y la cuestionante que ha surgido desde el primer momento:
¿Bolivia era viable como República? Tal vez sí, tal vez no. Pero la realidad es
innegable: Nuestra Patria tiene vigencia y vida propia con dificultades, con
tropiezos y nosotros, sus hijos, no tenemos más que trabajar y luchar por ella,
para hacerla cada día más grande, más libre y menos dependiente, más soberana,
como fue el sueño de los guerrilleros de la independencia, verdaderos padres de
la Patria.
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