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LA MUERTE DE BELZU


Por: Tomas Molina Céspedes.

MUERTE DEL TATA BELZU

El 27 de marzo de 1865, desde el medio día dos fracciones enemigas luchaban en la ciudad de La Paz encarnizadamente, calle por calle y casa por casa. La una atacando y tratando de tomar por asalto la ciudad, con el propósito de ahogar una rebelión; y la otra, atrincherada detrás de barricadas defendiendo al líder de la insurrección. El día agonizaba en el ocaso, cuando finalmente los dos caudillos que se disputaban el poder se encontraron cara a cara en uno de los pasillos del Palacio de Gobierno. De la vida de uno de ellos dependía la vida del otro. No había alternativa posible. Los hechos habían confluido en aquel enfrentamiento definitivo. En un lado estaba Manuel Isidoro Belzu, con dos acompañantes; frente a ellos, Mariano Melgarejo, también con dos acompañantes. De quien sobreviviera dependía el destino de Bolivia. Sonó un disparo y cayó mortalmente herido Belzu. Así concluyó aquella jornada de sangre, dolor y muerte. El destino de Bolivia quedaba en manos del rudo y terrorífico General Mariano Melgarejo. 
 La vida de las personas y de los pueblos se compone de instantes. Hay instantes que dan la gloria y hay instantes que dan el oprobio. Hay instantes que generan la luz e instantes que generan las tinieblas. Un instante a unos da la felicidad y a otros la desgracia. De un instante depende el amor y de otro el olvido. Todo es una cadena de instantes, de segundos, de los que depende la vida y la muerte. 
 La muerte de Manuel Isidoro Belzu, caudillo ideolatrado por el pueblo, fue un instante fatal para Bolivia. Si en vez de caer Belzu, caía Mengarejo, con seguridad la historia de Bolivia sería diferente. Todo conduce a pensar que Belzu, por su experiencia de siete años de Presidente de la República y su permanencia de diez años en Europa, jamás hubiese firmado con Chile, un tratado como el que firmó Melgarejo en 1866; y por el que, posteriormente perdimos el acceso al mar. Por eso sostenemos que de haber sobrevivido Belzu, Bolivia no sólo se hubiese ahorrado un sin fin de latrocinios, abusos y hechos que ensombrecen su historia, sino que –sobre todo—habría conservado por lo menos parte de su costa marítima y nuestra realidad, como Nación, actualmente sería diferente. 
 El desenlace de aquella lucha por el poder, es un instante decisivo en nuestra historia. A la muerte de Belzu, el país quedó en manos de Melgarejo, rudo soldado, atrabiliario y borracho, que desde la Presidencia cometió los hechos más insólitos de inmoralidad y abuso de poder. Ante la evidente megalomanía e incultura del tirano, los astutos diplomáticos de Chile y Brasil, estimulando la vanidad y el ego de éste, con la concesión de grados militares, condecoraciones y obsequios, obtuvieron mediante tratados leoninos, inmensos territorios del patrimonio nacional, cual si se tratase de adjudicaciones al mejor postor de una hacienda en quiebra. 
 Lo mas desastroso del gobierno de Mengarejo fue su política internacional, ya que a su caída pudieron anularse sus medidas internas de gobierno, pero no así el Tratado que firmó con Chile y que años después dio origen a conflictos de magnitud entre ambos Estados, encendiendo la chispa de la Guerra del Pacífico y la posterior pérdida del Litoral boliviano. 
 Y, ¿Quién fue el autor del disparo que mató a Belzu? Esta es una incognita desde hace 152 años. Nadie hasta ahora ha dilucidado con fundamento y racionalidad el enigma. Los historiadores pasan como por ascuas sobre este hecho, aunque los más, sin mucha convicción, atribuyen el disparo a Melgarejo, otros a un soldado de éste y hay quienes cómodamente hacen mención a un disparo enigmático. 
 Melgarejo incluso por escrito se esmeró en insistir que fue uno de sus soldados el autor del disparo. Los acompañantes de Belzu señalan a Melgarejo como autor del mismo, dividiéndose los historiadores entre estas dos versiones y una tercera, la del disparo enigmático. Pero, hay un uno solo que apunta a Narciso Campero, acompañante de Melgarejo, como al autor del crimen. 
 Siendo un instante decisivo en la historia de Bolivia la muerte de Belzu, es importante analizar las circunstancias de su muerte y este trabajo pretende ser un aporte al esclarecimiento de este hecho que aún se mantiene en la penumbra histórica. 
 Para desentrañar el misterio estudié toda la literatura existente sobre el tema, sometiendo a un análisis crítico sobre todo la versión de los testigos presenciales del acto homicida. En base a toda esta información reconstruí los hechos y de las sombras de la historia emergió el verdadero, en nuestro concepto, autor del disparo homicida. 
 Estimado lector, acompañadme en esta investigación forense 152 años después de ocurrido el crimen. De mi parte expongo los antecedentes, presento las evidencias incriminatorias e identifico al sospechoso y será usted, en definitiva, quien de su veredicto de CULPABLE O INOCENTE. (Págs. 9 al 12)

1 comentario:

  1. Muy interesante la historia son pocos de los que leen esto... felicidades por la reseña 👍🏽

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