Por: Roberto Ossio Ortube. / 17 de Diciembre de 2017. / Este artículo fue
tomado y está disponible en https://www.oxigeno.bo/26150
// Foto: El Presidente de Bolivia, Ismael Montes Gamboa, encabeza un
desfile militar a principios del Siglo XX. // Para más: Historias de Bolivia.
Para sus apologistas, Ismael Montes Gamboa era el referente, el epítome, la
quintaescencia del liderazgo. El hombre que había sido soldado desde su
temprana juventud y que participaría a lo largo de su vida en tres conflictos
internacionales, sin olvidar la Revolución Federal. También era abogado,
el militar que silenciosamente, tanto en La Paz como en Sucre, transcurría
caminando discretamente estrechas callejas con dirección a las aulas de la
Universidad.
Su propia fisonomía reflejaba seguridad , respeto y orgullo: estatura un poco
más elevada al promedio de la época , rostro pálido, cabellera negra, frente
amplia, perfil de facciones correctas , con ojos oscuros, fuertes, casi
escrutadores que intimidaban y le otorgaban aire de superioridad, todo ello
rematado con gruesos y tupidos mostachos, su característica perenne. Quizás el
único detalle que desentonaba en ese retrato, son algunas verrugas que se
presentaban en las manos y el rostro.