Por: Carlos A. Muñiz J. - e-mail: cmuniz@edadsa.com.bo / Este artículo fue
publicado en el periódico El Día de San Cruz el 26 de Septiembre, 2014.
El colegio Basilio de Cuéllar, ubicado sobre la calle Ballivián entre La Paz y
Cochabamba, es un edificio con mucha historia en sus espaldas y que forma parte
de las primeras edificaciones de la Santa Cruz de Antaño. Fue edificado antes
de 1920 y a sus predios le dieron múltiples usos, entre ellos albergó a
tropas bolivianas durante la Guerra del Chaco y fue también un coliseo que
albergó espectáculos deportivos. Un alumno que entre las décadas de los años
'50 y '60 estudió entre esas paredes, recuerda los años mozos de este edificio
declarado patrimonio municipal.
El edificio fue utilizado como cuartel y depósito militar. Durante el
desarrollo de la Guerra del Chaco, el edificio albergó a tropas bolivianas y
también sirvió como almacén de las provisiones. El amplio terreno tenía en su
interior una gran variedad de árboles frutales. Una fotografía captada en la
década de los años '30 devela este dato. Sin embargo, de esos primeros años se
conoce poco y los registros fotográficos son escasos.
En sus primeros años fue un colegio solo para varones. Entre los años '30 y '50
el edificio se establece como colegio, en sus primeros años esta institución
solo recibía varones y permaneció así por más de 20 años, cuando las reformas
educativas instruyen que niñas sean aceptadas en sus aulas.
“Yo estudié aquí toda mi vida y ahora soy profesor, me jubilé”, comenta Gabriel
Pedraza Áñez, mientras está sentado en la oficina del director, “este lugar
sigue siendo, desde mis épocas colegiales la dirección (comenta mientras ríe),
quién no hizo travesuras y terminó aquí”, recuerda Gabriel.
Este profesor jubilado comenta que los mejores años de su vida los pasó en el
colegio, como estudiante y luego como profesor. “Las calles eran de arena y
cuando llovía era una travesía venir a pasar clases”. Gabriel recuerda que
cuando cursaba los primeros años escolares, en la década de los años '50, “nos invitaban
pan y USAID enviaba queso para el desayuno”.
La memoria de este alumno y profesor permanece intacta a tal punto que recuerda
quiénes fueron sus mentores escolares y cita a los profesores Gloria Rodríguez
y Delia Medrano, que se encargaron de formarlo como educador. Gabriel acota que
el primer director del colegio fue el señor Mariano Áñez.
Fue el primer coliseo de la ciudad. "Entre la década de los años '50,
cuando yo estudiaba aquí, en el galpón del colegio se hacían las peleas de box
y campeonatos de básquet, no había dónde más hacerlo", rememora Gabriel.
Con el paso de los años esa infraestructura fue derribada y se ampliaron las
aulas del colegio, el nuevo edificio fue edificado conservando el estilo
arquitectónico de la época en la que se levantaron los muros del colegio.
Se quitaron muchos árboles frutales y se hizo el patio. Gabriel comenta que en
la actualidad son pocos los alumnos del colegio que muestran interés en conocer
el pasado de este viejo edificio que lleva más de 100 años educando,
protegiendo y formando a estudiantes cruceños.
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