Veteranos del Guerra del Pacífico en 1924. Foto de Carlos
Portillo / La Patria.
Por: Álvaro Miguel Escalera Zambrana / Publicado en el periodico La Patria de
Oruro el 10 de febrero de 2015.
Las guerras del Pacífico y del Chaco, son probablemente dos de los
acontecimientos bélicos más importantes que ha enfrentado Bolivia y que han
marcado la historia del país. Ambos han dejado profundas heridas en el pueblo
boliviano y también en el orureño, que durante los años de lucha, aportó con
valentía, fuerza, inteligencia y sobre todo patriotismo.
GUERRA DEL PACÍFICO
El impuesto de 10 centavos al quintal de salitre importado, por parte del
Gobierno boliviano desencadenó, inicialmente, un conflicto diplomático, que
posteriormente derivará en la invasión chilena en febrero de 1879, encontrando
desatentos a los bolivianos que celebraban el Carnaval, que fue suspendido
apenas se conoció la noticia desde Antofagasta.
Desde entonces y hasta 1883, con la incorporación de Perú al conflicto debido
al Tratado de Alianza Defensiva, se desarrollaron una serie de batallas, con
algunas victorias, pero la mayoría derrotas, que provocaron la pérdida de
importante territorio, provocando una herida que no cerrará para los
bolivianos.
A pesar de ello, es para destacar la valentía de los orureños que participaron
en la contienda y que lucharon con patriotismo para defender el Litoral
boliviano.
Cuando el Gobierno del presidente Hilarión Daza, lanzó el decreto que mandaba a
organizar a la población en regimientos, en Oruro se debían establecer 2: el
primero denominado Carangas y el segundo el regimiento de Paria. Esto ocurrió
el mes de abril de 1879.
Se logran reunir aproximadamente unas 500 personas, dispuestas a enfrentar al
invasor, aunque se decide formar sólo un cuerpo: el Regimiento de Carabineros
Oruro, que posteriormente pasó a llamarse Batallón Dalence, que estaba
comandado por el doctor y militar, coronel Donato Vásquez.
El batallón orureño asistió a la concentración de las fuerzas en la ciudad de
La Paz. Acudieron mal uniformados, de hecho varios vestían de civil, contaban
con poco armamento y con algunos caballos.
El Batallón Dalence fue enviado a Tacna, donde permaneció casi 5 meses sin
entrar en combate. Finalmente, siendo parte de la división comandada por el
general peruano Juan Buendía, salieron junto a otros batallones peruanos y
bolivianos, para enfrentarse en la batalla de San Francisco, conocida como la
de los Dolores por los chilenos.
Se narra que una fracción del batallón Dalence y otra del Zepita de Perú,
lograron tomar un cañón enemigo, inmediatamente el orureño Pascual Mariano
Mamani, llamó con la trompeta al resto de las tropas que se encontraban al pie
de la montaña de San Francisco. Pero poco antes de eso, pensando que no había
opción de lograr tomar el lugar, muchos dispusieron desconcentrarse al grito de
"a Oruro, a Oruro", abandonando el campo y replegándose.
Muchos cayeron prisioneros, entre ellos varios oficiales. Fueron repatriados al
culminar la guerra, en 1883.
Sin embargo la presencia de los orureños también fue destacada en otros
regimientos y batallones. Como por ejemplo el Batallón Alianza, conocido
también como Colorados de Bolivia. Su comandante y subcomandante eran orureños;
el general Ildefonso Murguía y el teniente coronel Gumercindo Bustillo
respetivamente, que desarrollaron campañas notables, como es conocido a través
de los libros de historia boliviana.
Por supuesto el hecho más importante para los Colorados, es la Batalla del Alto
de la Alianza, que además marcó el fin de la guerra para los bolivianos,
dejando al Perú solo frente a Chile durante los próximos 3 años.
Antes de la batalla, el general Narciso Campero, que comandaba la Quinta
División, reunió a sus tropas en Oruro, donde se declaró presidente del país y
casi de forma inmediata, Daza dimitía en Tacna.
De esta manera llega Campero a la batalla que se desarrolló en el sector
denominado "Alto de la Alianza Perú Boliviana". Estando al mando de
las fuerzas aliadas, decide llevar adelante una acción para sorprender a los
chilenos y divide en dos grupos a las fuerzas para tomar por asalto al enemigo.
El plan falla y alerta al ejército chileno que comienza a atacar aprovechando
el cansancio de los peruanos y bolivianos. Ya en la batalla, los aliados sufren
varias bajas considerables, que obliga a los refuerzos, el batallón de los
Colorados a actuar.
Quedó grabada en la historia, la valentía con que los comandados por Murguía
lucharon, poco les faltó para recuperar terreno en la pugna, pero la falta de
unidades de reserva, hizo que todos perecieran patrióticamente en el campo de
batalla. Las tropas sobrevivientes se retiraron a La Paz y Oruro, donde
intentaron reagruparse, pero no lo consiguieron. Algunos siguieron luchando
unidos a batallones peruanos hasta el fin de la guerra.
También se debe destacar la labor desempeñada por el doctor Zenón Dalence, que
organizó el Cuerpo de Ambulancias que atendió a los heridos de esta batalla,
tanto bolivianos y peruanos como chilenos.
GUERRA DEL CHACO
Este conflicto bélico aún permanece fresco en la memoria de los orureños,
porque muchos han tenido algún familiar que acudió al llamado de la Patria para
combatir en esta guerra. La Guerra del Chaco comenzó el año de 1932 y finalizó con
el cese de hostilidades el 12 de junio de 1935. Bolivia y Paraguay se
disputaban una región del Chaco Boreal.
La existencia de petróleo en la zona en disputa, la necesidad boliviana de
lograr una salida hacia el Océano Atlántico a través del río Paraguay, tras la
pérdida de las costas del Pacífico y la falta de límites bien fijados desde la
colonia, entre ambos países, fueron algunas de las razones que hicieron
estallar esta guerra.
Es difícil resumir la actividad de los orureños en esta fatídica contienda que
terminó derramando la sangre de más de 60 mil bolivianos; porque existen una
diversidad de anécdotas, relatos y narraciones que pasan de generación en
generación, en los hogares de Oruro.
Una vez que se conoce la toma de fortines en el Chaco, el Gobierno de Daniel
Salamanca autoriza la formación de cuerpos del Ejército. En Oruro se organizó
el 14 de Infantería, con gran cantidad de jóvenes que se presentaron de forma
voluntaria para luchar por su país.
Los regimientos Avaroa y Campero fueron organizados por gente orureña y son los
primeros en participar del cerco a Boquerón. Una buena parte de los efectivos,
que defendieron durante 20 largos días el fortín, del asedio paraguayo, fueron
oriundos de Oruro, que pelearon con bravura, dando muestras de mucho
patriotismo.
El departamento ha sido además centro de concentración de unidades venidas
desde La Paz y Cochabamba en el sector del ferrocarril, desde donde partieron
hacia Villazón, en primera instancia y luego a Villamontes por tierra. En la
ocasión, los habitantes de esta tierra, fueron despedidas con la conocida cueca
"Adiós Oruro del Alma". Muchos, como dice la letra de la canción, no
pudieron volver a sus calles, ni pisar sus arenas.
Entre los muchos orureños que lucharon en esta cruel guerra, se puede recordar
a Arturo Perales Santander (que años después compuso la tradicional cueca
"Caminito amigo"), Antonio Arzabe Reque, Guillermo Elío (periodista y
redactor del periódico La Mañana de Oruro), Rodolfo Elías Peredo y Arsenio
Minaya, Luciano Osco, Alberto Saavedra Peláez, Luis Antezana, Roberto Avaroa,
Ernesto Cornejo, Julio Beltrán, Alberto Antezana, Galo Rodríguez, Arturo
Ferrufino, Luis Lazzo, Félix Dalence, Armando Ortiz, José Pérez, René Encinas,
José Dalence e Isaac Borda y muchos otros que serán recordados para siempre
como ejemplo de patriotismo de la juventud de 1930.
BIBLIOGRAFÍA
- Revista "Historias de Oruro", Nº 14, Marzo de 2012, Oruro – Bolivia
- Revista "Historias de Oruro", Nº 7, Edición Fiestas Mayas, Mayo de
2011, Oruro – Bolivia
- "Orureños en la Batalla de Boquerón", Jesús Elías Lucero - Miembro
de la Sociedad de Historia de la Guerra del Chaco, artículo publicado en el
Suplemento "Fortín de La Patria", el 29 de septiembre de 2010 en el
periódico
LA PATRIA
- Entrevista del autor al historiador Maurice Cazorla
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