A finales de 1870, el gobierno de Mariano Melgarejo sufría el
embate de sus enemigos políticos y del pueblo que se había cansado de soportar
abusos, desaciertos y la soberbia de un gobierno que había traído a la Patria
luto, llanto y miseria para los sectores campesinos que culminaron con una
serie de insurrecciones, impotente de contener tales manifestaciones violentas,
el dictador se vio forzado a huir del país.
El 24 de noviembre de 1870, el teniente coronel Hilarión
Daza, jefe del batallón 3°, que se encontraba de guarnición en la ciudad de La
Paz, se levantó en armas, aprovechando la ausencia de Melgarejo que se estaba
dirigiendo hacia Potosí. Dos días después, mediante un comicio se proclamó como
Jefe Supremo de la Revolución al coronel Agustín Morales, que había llegado
desde el Perú, quien de inmediato fue investido de facultades extraordinarias.
Morales declaró Estado de Sitio en el departamento de La
Paz, organizó un ejército regular entre civiles y militares para la defensa de
la ciudad. Melgarejo que se encontraba ya en Potosí sofocando otra rebelión
encabezado por el general José Manuel Rendón, fue anoticiado de este hecho y
ordenó a su “Ejército Invencible” en la mañana del 5 de diciembre de 1870,
marcha forzada hacia La Paz. En escasos días llegó a la ciudad de Oruro, donde
estableció su cuartel general para organizar desde allá las operaciones
militares contra los revolucionarios.
Entre tanto, Morales también había formado cuerpos de
defensa que salieron de La Paz hacia Sica Sica, Caracato, Luribay y a otros
puntos como guerrillas para presentar combate a las fuerzas de Melgarejo, 16 de
diciembre de 1870. En Ayo Ayo el cacique Willca también hizo saber su adhesión
a la causa de los revolucionarios. Sin embargo, en los primeros días de enero
de 1871, casi la totalidad del ejército rebelde se replegó a la ciudad de La
Paz, para defender la plaza.
A las primeras horas del 15 de enero de 1871, Melgarejo que
ya se encontraba en El Alto inició el descenso hacia la ciudad para tomarla por
las armas y recuperar el poder político. El combate duró todo el día y parte de
la noche, las barricadas que se habían formado en las calles de la ciudad
resistieron sin tregua alguna el embate de las fuerzas gubernamentales.
Melgarejo viendo perdido sus pretensiones abandonó a sus tropas y se vio
forzado a huir del país, hacia el Perú, seguido por algunos de sus leales.
Quedaba como gobierno el general Agustín Morales. La revolución paceña había
triunfado, pero el costo de vidas y pertrechos fue enorme, una vez más la
ciudad de La Paz demostró su coraje imbatible ante la tiranía establecida en
ese entonces.
El Diario, 15 de Enero de 2013.
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