Iglesia de La Merced en 1977 / La fotografía pertenece a
Julio Ernesto Osuna Ribera.
Por: Paula Peńa Hasbún - Historiadora / Publicado en el periódico La Razón el
23 de Septiembre de 2006.
La llegada a la corona espańola de Carlos III supuso grandes transformaciones
para América. Estos cambios afectaron profundamente a Santa Cruz de la Sierra.
Primero, en 1767, expulsaron a los Padres Jesuitas de América y con ello a los
principales evangelizadores de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra y de las
Misiones de Mojos y Chiquitos. Éstefue un golpe muy duro para la ciudad, ya que
los jesuitas tenían a su cargo la educación y la salud.
En 1776, la Audiencia de Charcas deja de pertenecer al Virreinato del Perú y
pasa a formar parte del recién creado Virreinato del Río de la Plata con
capital en Buenos Aires. Este cambio supuso para Santa Cruz de la Sierra un
nuevo rumbo hacia el Sur. Comenzó a abrirse caminos precarios para la
comunicación con Buenos Aires y Tucumán. Pero el cambio que más afectó a la
provincia de Santa Cruz de la Sierra fue el cambio de capital. En 1782, la
corona espańola realizó un reordenamiento en la administración territorial.
Hasta ese momento la capital de la provincia de Santa Cruz de la Sierra era la
ciudad del mismo nombre, llamada también San Lorenzo. Los cambios impusieron el
traslado de la capital a Cochabamba, quedando Santa Cruz de la Sierra con el
rango de Subdelegación.
La ciudad de San Lorenzo o Santa Cruz de la Sierra era una ciudad pequeńa con
apenas 11 calles, las casas se construían con adobe y se techaban con motacú.
Alrededor de la plaza, en la acera sur, estaban la Casa de Gobierno, la cárcel
y la Catedral. Además existían la Ermita de la Misericordia (hoy Capilla Jesús
de Nazareno) y el Convento de la Merced. En la acera oeste estaba el Colegio
Seminario. La ciudad no tenía hospital, a pesar de que los ciudadanos
solicitaban constantemente la construcción de uno.
Un antecedente de la guerra de la Independencia en Santa Cruz fue la
sublevación de los negros esclavos en agosto de 1809. La población esclava que
vivía en Santa Cruz de la Sierra trabajaba en las casas como sirviente. Al
parecer los esclavos se habían enterado a través de sus amos del primer grito
libertario que se dio en la ciudad de La Plata el 25 de mayo de ese ańo, y
esperaban que sus amos le den su libertad.
Los negros libres que vivían en Santa Cruz de la Sierra, en la zona de Brígida,
apoyaron a los negros esclavos que buscaban su libertad. La rebelión de los
esclavos empezó la noche del 15 de agosto de 1809, para la procesión de la
Virgen de la Asunta, que salía desde la Iglesia Catedral. Pero no faltó un
esclavo que delató a los demás y la rebelión fue sofocada.
Empieza la guerra
La Guerra de la Independencia en Santa Cruz empezó el 24 de septiembre de 1810,
cuando los doctores que habían estudiado en Charcas se levantaron y proclamaron
el nuevo gobierno: la Junta
Provisoria, siguiendo
el ejemplo de la Junta de Buenos Aires. El levantamiento lo lideraron el Dr.
Antonio Vicente Seoane, el coronel Antonio Suárez, el cura José Andrés
Salvatierra, Juan Manuel Lemoine y el argentino Eustaquio Moldes. Este último
había llegado desde Buenos Aires y debía difundir las ideas a favor de la
Patria
El nuevo gobierno se mantuvo hasta la derrota patriota en Guaqui, junio de
1811, por las fuerzas realistas del Gral. José Manuel Goyeneche, quien ordenó
al Tte. Cnl. José Miguel Becerra, recuperar Santa Cruz. Becerra, que dominaba
la zona de Cordillera, retomó la plaza y fue nombrado Gobernador Intendente de
la provincia de Santa Cruz de la Sierra. La ciudad quedó bajo el dominio
realista hasta el ańo 1813.
En marzo de 1813 fue recuperada por las fuerzas patriotas dirigidas por el
coronel Antonio Suárez. Posteriormente Suárez fue electo representante al
Congreso Constituyente de las Provincias Unidas de Río de la Plata, por lo que
el coronel Belgrano del segundo ejército argentino nombró al coronel Ignacio
Warnes como nuevo gobernador de Santa Cruz. La ciudad en este momento ya había
recuperado su antiguo estatus de capital de la gobernación, dejando de lado la
dependencia de Cochabamba.
Warnes y Aguilera
Warnes gobernó Santa Cruz desde 1813 hasta 1816. Durante su gobierno liberó a
los esclavos negros, con los que formó el batallón de los Pardos Libres.
Durante los tres ańos que duró su gobierno se enfrentó con las tropas realistas
enviadas por Joaquín de la Pezuela, sucesor de Goyeneche. El enfrentamiento más
importante fue la Batalla de Florida, el 25 de mayo de 1814, en la que Warnes y
el coronel Manuel Álvarez de Arenales vencieron al realista Joaquín Blanco.
Warnes continuó la lucha contra el realista Francisco Udaeta, quien había
escapado a Chiquitos. En octubre de 1815, en la Batalla de Santa Bárbara,
Warnes venció a Udaeta y al gobernador de Chiquitos Juan Bautista Altolaguirre,
quienes contaban con cerca de 5.000 indígenas. Con los realistas vencidos, la
provincia entera quedó en manos patriotas. Warnes volvió a Santa Cruz y la
mantuvo independiente hasta 1816.
Con la vuelta al trono de Fernando VII en 1814, llegó a América una nueva
ofensiva del ejército espańol para reprimir a los rebeldes. Los realistas
enviaron a Francisco Xavier Aguilera y dos regimientos espańoles: los
talverinos y los fernandinos. Aguilera se enfrentó con Warnes en la Batalla del
Pari en las afueras de Santa Cruz (hoy el barrio el Pari y la plazuela de
Fátima). En el enfrentamiento murió Warnes y su colaborador más cercano, José
Manuel Mercado, marchó hacia Cordillera con las tropas patriotas.
Aguilera, para castigar a los patriotas, después de matar a Warnes, mandó que
pongan su cabeza en una picota en la plaza principal, de esta manera todos
sabrían que los realistas habían vencido. Ana Barba y su esposo Francisco
Rivero, que eran profundamente patriotas, robaron la cabeza de Warnes y le
dieron cristiana sepultura.
La victoria realista del Pari convirtió a Aguilera en el nuevo gobernador, y
por esto recibió el título de Brigadier y Caballero de la orden de Santa
Isabel. Su primer acto fue la exhibición de la cabeza del Cnl. Ignacio Warnes
en una piqueta en la plaza principal. Los meses siguientes fueron de muerte y
violencia; ejecutó a todos los sospechosos de pertenecer a la Patria. El
gobierno de Aguilera restituyó la esclavitud, lo que complació a la mayoría de
los cruceńos.
Aguilera estuvo constantemente asediado por José Manuel Mercado el Colorao y
sus montoneros que, desde Cordillera, los hostigaban tratando de recupera la
plaza cruceńa. A pesar de varios intentos Mercado no logró retomar Santa Cruz,
Aguilera afianzó su poder en toda la provincia, que incluía Moxos y Chiquitos,
nombrando gobernadores de su confianza.
Los 15 ańos que duró la Guerra por la Independencia de Santa Cruz de la Sierra
fueron muy difíciles. La ciudad estaba dividida entre patriotas y realistas.
Los realistas usaban una divisa amarilla y verde, y su Virgen protectora era la
Virgen del Carmen, asistían a misa a la Ermita de la Misericordia, hoy la
Capilla Jesús Nazareno. Los patriotas llevaban puestas unas divisas celeste y
blanca y asistían a misa en la Iglesia de la Merced, ya que la Virgen de las
Mercedes era su protectora. La ciudad entera fue un campo de batalla. Durante
el gobierno de Warnes se establecieron cuarteles y depósitos de armas.
El actual Barrio de San Roque se conoció como Barrio de la Pólvora, ya que
Warnes construyó allí una Torre, en la esquina de las calles Vallegrande y
Mercado, desde donde tenía una visión completa de la ciudad, lo que le permitía
evitar cualquier ataque del enemigo.
Durante la guerra murió la mayor parte de los hombres cruceńos, tanto en los
combates como en el fusilamiento por parte del bando enemigo. La ciudad quedó
devastada, así como su economía y la actividad comercial.
La noticia del triunfo de los ejércitos patriotas dirigidos por Simón Bolívar
en Junín y por Antonio José de Sucre en Ayacucho, dio nuevas esperanzas a los
patriotas cruceńos. El Colorao Mercado logró vencer a Aguilera y tomó Santa
Cruz de la Sierra.
El 14 de febrero de 1825 se proclamó la Independencia. Aguilera se escondió
entre Santa Cruz y Vallegrande hasta octubre de 1828, cuando se levantó en
nombre de los realistas y fue derrotado.
En agosto de 1825, los diputados por Santa Cruz de la Sierra, Antonio Vicente
Seoane y Manuel Vicente Caballero, firmaron el acta de la Independencia y
proclamaron la República, libre e independiente, de Bolivia. La antigua
provincia de Santa Cruz de la Sierra se convirtió en el departamento de Santa
Cruz y se consolidó todo el territorio del Oriente para Bolivia.
Las mujeres
En ambos bandos participaron activamente las mujeres de todos los estratos
sociales, desde las negras esclavas hasta las dueńas de haciendas. Apoyaron en
el espionaje de información de los enemigos; dieron cobijo y alimentaron a los
soldados; en los campos de batalla recogieron a heridos y a muertos; salvaron
vidas; escondieron a perseguidos y en muchas ocasiones sus casas fueron
prisiones temporales. Las realistas y las patriotas estaban enfrentadas y esta
enemistad era evidente hasta en los templos.
Las realistas más destacadas fueron Josefa Zambrana, Micaela Egüez de Galves y
Marqueza Toledo, esta última esposa de Antonio Zarco. Ellas fueron perseguidas
y castigadas públicamente haciéndolas dar vuelta a la plaza en el llamado Burro
de la Patria.
Entre las patriotas, también perseguidas, están Teodora y Dolores Seoane, Rosa
y Micaela Montero, Francisca López y la más conocida heroína de la
Independencia, Ana Barba, la Zarca.
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