Por: Karina Olarte Q. - Comunicadora Social / Asociación
Boliviana de Investigadores de la Comunicación (ABOIC) / Miembro de
InvestigaSur Colectivo Tarija, Bolivia - kolarte@gmail.com //
Imágenes: del BOLETÍN ANTONIANO.
De ahí que desde 1883 se establecieron los programas de los
partidos políticos como el Liberal, dirigido por Eliodoro Camacho y el
Conservador o Constitucional, liderizado por Aniceto Arce. En Tarija este
partido o postura política tuvo mayor eco precisamente porque Arce, de origen
tarijeño, constituía el referente de esta corriente política. Adscritos a esta
corriente encontramos los periódicos El Pueblo, El Trabajo, La Estrella de
Tarija. Mientas que la corriente liberal publicaba periódicos como El
Pilcomayo, El Pensamiento, La Prensa, La Democracia.
Algunos de estas publicaciones serán descritas brevemente en
esta revisión periodística de fines del siglo XIX.
De acuerdo a la Estadística del Departamento de Tarija, de
Julio Justiniano
(1901), en 1900, varios periódicos locales circulaban
entonces, con características diversas:
• El Pueblo, 1875, de índole político y literario, sus
redactores apoyan al constitucionalismo o conservadurismo.
• La Estrella de Tarija, fundada en 1876, de índole
política, literaria y comercial.
• El Trabajo, fundado en 1881, de índole política, literaria
y comercial. Órgano del Partido Constitucional.
• El Pilcomayo, 1884, apoyo al partido demócrata o liberal.
• El Pensamiento, fundado en 1885, de índole política,
literaria. Órgano del Partido Liberal
• El Lábaro, fundado en 1895, órgano de la Unión Católica.
• Boletín Antoniano, fundado en 1896, religioso.
• La Abeja, fundado en 1898, literario.
• El Intransigente, fundado en 1899, político literario,
órgano liberal.
• El Diablo, fundado en 1899, joco-crítico y literario.
• La Regeneración, fundado en 1899, político comercial
• La Prensa, fundado en 1900, político, órgano del Partido
Liberal
• La Democracia, fundada en 1900, política, comercial y
literaria. Órgano del Partido Liberal
• El Orden, fundado en 1900, literario comercial
• Gaceta Municipal, fundada en 1900, órgano del Concejo
Municipal.
EL PUEBLO
La libertad de expresión fue uno aspecto desarrollado y
defendido tanto en los medios tarijeños como de los nacionales, como La
Democracia, editado en La Paz pero que llegaba hasta Tarija. Allí, se comentaba
sus artículos en las páginas del periódico El Pueblo, donde se valoraban
positivamente al periódico paceño como defensor de la libertad de prensa al
asegurar que “la prensa libre debe hablar bien alto, solamente el crimen es
punible”. Pese a ser considerado como un medio oficialista, los redactores de El
Pueblo destacaban que sus palabras constituían una garantía para el ejercicio
de la libertad de prensa de la República, una condición fundamental para la
construcción de la democracia (octubre 1878).
Estos comentarios surgieron luego de una reflexión y crítica
al “gobierno de Mayo”, como se denominaba al gobierno militar de Hilarión Daza
(1876-1880), considerado como atentatorio contra la libertad de prensa (julio
1878).
El periódico El Pueblo nació el 15 de abril de 1875; fue
dirigido y redactado por Luis y Domingo Paz, editado por Santiago Maldonado y
administrado por José Manuel del Carpio. A decir de Bernardo Trigo “... fue el periódico
de mayor vuelo intelectual de su época... se distinguió por sus rebeldías
combatiendo a la política de Daza” (Trigo, 1992:68). En vísperas de las elecciones
presidenciales de 1876, este medio apoyó la candidatura civilista encabezada
por Belisario Salinas y, luego, la de José María Santibáñez.
De acuerdo a los objetivos expresados por los redactores de El
Pueblo y, como señala su razón social, el periódico tuvo interés especial en
las áreas de política, literatura, interés general. El periódico se editó entre
1875 a 1880; para la elaboración de su historia, tomamos en cuenta sus propias
publicaciones y nuestras afirmaciones se sustentan en el contenido del mismo,
contrastado con el contexto histórico del país.
Durante el gobierno de Tomás Frías se desenvuelve un
ambiente revolucionario que se expandió a Cochabamba, La Paz y, luego, al
Litoral. Casimiro Corral y Quintín Quevedo, opositores al gobierno, se
encontraban a la cabeza de los levantamientos; sin embargo Daza consiguió
sofocarlos. Pese a ello, siguieron los enfrentamientos en La Paz y Oruro,
llegando incluso a quemarse el Palacio de Gobierno en la ciudad de La Paz.
En este ambiente de rebeliones y libertades constitucionales
nació el periódico El Pueblo, veinticinco años después de la llegada de la
primera imprenta a la ciudad. Al
respecto, Heriberto Trigo dijo: “Luis y Domingo Paz pensaron en la prensa como una
tribuna desde la cual se podría conformar la opinión pública, así como acercarse
al pueblo, de manera que formalizaron una razón social que abarcaba tres
campos: el literario, el político y el comercial” (Trigo, 1992:72).
LA UNIÓN
Aunque esta publicación no fue muy regular ni periódica, se
la considera importante en la medida en que refleja la ideología opositora a El
Pueblo. En este sentido, era un periódico afín al gobierno del Gral. Hilarión
Daza.
Su primer número apareció el 28 de octubre de 1875 como una
publicación eventual, de distribución gratuita. Su formato es el de una hoja
tamaño carta (28,7 x 17,5 cms.) con sus caras impresas a tres columnas en la
Imprenta Serrano.
En uno de los párrafos de su primer editorial, justifica su
posición indicando
... querríamos que los bolivianos de corazón y de sano criterio
se afilien en nuestro estandarte, porque el Gral. Daza representa la verdadera
democracia, profesa los principios de la actualidad, ha dado inequívocas pruebas
de su adhesión a su patria en Chacoma, Cochabamba y su marcha al Litoral, se ha
mostrado inflexible a toda seducción... ha merecido la plena confianza del
gobierno... y cuando escala al poder será el padre de los afligidos y protector
de los necesitados (La Unión, nº1, 28.X.1875).
Además del editorial, La Unión, se componía de secciones
como crónica local, crónica social y colaboraciones, todas ellas destinadas a
respaldar la candidatura presidencial de Daza y hacer plena oposición al
candidato civil Belisario Salinas.
Consecuentemente, La Unión se oponía a El Pueblo, al que se
refería en una de sus crónicas afirmando que
… se ha convertido en una inmunda cloaca porque no haya habido
un boquirrubio y barbilampiño que no haya votado un andrajo, un adoquín o un
escupitajo... la municipalidad que lo representa ha cuidado muy poco de
extirpar estos males con medidas higiénicas apropiadas a su conservación, está expuesto
a fallecer y su cadáver quedará insepulto... (La Unión, nº2, 25.XI.1875).
De esta manera, se constata cómo posiciones políticas
opuestas pudieron dar lugar a calumnias y agresiones verbales.
En otros números, también se puede observar alusiones
negativas acerca de los redactores de El Pueblo: se ironizaba sobre la corta
edad de los escritores, se mofaron de su profesión denominándolos “abogaduchos”
y se resaltó el uso de una teoría universitaria llamándolos “escritorios
nóveles”.
Sin embargo, tras la ascensión de Daza al poder, en 1876, La
Unión dejó de editarse, ¿quizás por haber desaparecido su razón de existir?
LA ESTRELLA DE TARIJA
La Estrella de Tarija fue fundada y redactada por Tomás
O’Connor d’Arlach en 1876, y el primer número salió el 4 de noviembre de ese
año. Se editó primero en la Imprenta de la Juventud de propiedad de José Manuel
del Carpio. Su periodicidad era quincenal y su tiraje preliminar era de 200
ejemplares, susceptible a ser incrementado al igual que su periodicidad.
Entre los redactores que colaboraron con esta publicación,
encontramos a Samuel Achá, Manuel Othón Jofré(h), Pío Antezana, Manuel Yánez y
Rómulo Ávila.
El 1º de febrero de 1879 se convirtió en semanario, el 12 de
octubre del mismo año, en bisemanario y el 11 de enero de 1881, en diario.
Durante la Guerra del Pacífico, Tomás O’Connor d’Arlach instaló
un “chasqui” en Tupiza, hasta donde llegaba el telégrafo, para recoger los
partes telegráficos que provenían de La Paz y Sucre para publicarlos en La
Estrella de Tarija.
Desde el 30 de marzo de 1882, La Estrella de Tarija se editó
en su propia imprenta. La prensa, construida en madera, fue trabajada en el
convento de San Francisco de la ciudad de Tarija por el lego Emilio Moletto, el
herrero Rafael Arce Mora y el carpintero Santos Cardozo; el tipo fue traído de
Sucre. Los adornos y encabezados fueron realizados por Benigno Gonzales,
también en Tarija.
El año subsiguiente, Tomás O’Connor d’Arlach, trajo de
Buenos Aires un lote tipográfico completo y en noviembre de 1885 compró la
imprenta “El Pilcomayo” que pertenecía a Gregorio Pacheco; allí se comenzaron a
editar publicaciones literarias con la colaboración de escritores nacionales y
extranjeros.
Este periódico comprendía secciones tales como: Editorial,
remitidos, correspondencia, literaria, crónica local, crónica extranjera,
folletín y otras que variaban de acuerdo al contenido o al momento
histórico-político.
Por ejemplo, el folletín cobraba importancia al convertirse
en el medio más difundido para exteriorizar las vocaciones literarias. En
ocasiones, fue publicado por separado con el rótulo Folletín de la Estrella de
Tarija.
A decir de Heriberto Trigo, La Estrella de Tarija “fue una
escuela activa del periodismo y”... la historia social más completa de la vida
tarijeña” (Trigo, 1992: 60). A juicio de Bernardo Trigo, su inclinación por el
Partido Constitucional o conservador era evidente en sus páginas.
El periódico se editó hasta 1905, con escasas interrupciones,
y alcanzó a editar cerca de dos mil números.
EL TRABAJO
En 1881, los hermanos Luis y Domingo Paz fundaron el
semanario El Trabajo que respaldaba la ideología conservadora que empezaba a
surgir en esos años. Sus redactores fueron sus fundadores y luego se sumaron
Julio Lema, Domingo Paz Rojas, Carlos Paz y Rodolfo Ávila.
El primer número de este medio circuló en Tarija el 30 de
noviembre de 1883, luego del cierre de El Pueblo.
El primer cuerpo de colaboradores estuvo conformado por
Manuel Torrez, Faustino Vacaflor y Manuel Othón Jofré (h). El periódico tenía
corresponsales o colaboradores en el extranjero: Andrés Sánchez del Real en
España, Ruy Blas en París y otros como Ricardo Palma, José Mármol, Olegario
Andrade y Julio Lucas Jaimes que escribía bajo el pseudónimo de “Brocha Gorda”.
Se trataba de una publicación bisemanal publicada en una
prensa nueva con tipos novedosos.
El Trabajo era una publicación favorable al Partido
Conservador cuya ideología dominaba en las páginas de El Pueblo y, a decir de
algunos autores, se convirtió en tribuna de combate cuando las ideas liberales
comenzaron a surgir.
En el marco de la Guerra del Pacífico, Bolivia se vio
dividida en dos corrientes de opinión: los pacifistas y los guerristas. La
primera corriente estaba encabezada por el vicepresidente de la República,
Aniceto Arce y la segunda, por el presidente, el Gral. Narciso Campero. La
corriente pacifista buscaba “la paz sin conquista” y los guerristas esperaban
seguir luchando para recuperar el territorio perdido con Chile.
El Trabajo apoyó la corriente pacifista y puso énfasis en
este tema. También dedicó sus editoriales a temas como la colonización al
Chaco, el municipio de Tarija, la construcción de carreteras y otros.
Cuando Domingo Paz permanecía en Tarija, apoyó la ideología
conservadora en las páginas del periódico mientras que Luis Paz, uno de los
principales jefes del Partido Conservador se dedicó a denigrar al Partido
Liberal desde las páginas de La Capital y La Industria de Sucre.
Posteriormente, debido a que eran funcionarios públicos,
Luis y Domingo Paz dejaron El Trabajo en manos de Domingo Paz Rojas y Julio
Lema quienes, luego del triunfo de la Revolución Liberal de 1899, fueron
detenidos por seis meses.
El periódico dejó de publicarse en 1907 y, a decir de
Bernardo Trigo, “en las columnas de El Trabajo está la historia política de
Bolivia de 1882 a 1907” (Trigo, 1991).
Órgano de publicación bi semanal de índole político
literario y noticioso, contaba con imprenta propia. Según Tomás O’Connor
d’Arlach fue “una de las publicaciones más importantes y notables del país”
(1890). Llegó al número 36, fue fundado y redactado por Pablo Subieta.
Subieta, potosino de nacimiento, se estableció en Salta,
luego en Buenos Aires huyendo de la dictadura de Melgarejo. Sin embargo, a
decir de Tomás O’Connor d’Arlach, “antes de morir quiso absorber el aire que
respiró en su infancia” (Araujo en Subieta, 2006) y a fines de 1883 regresó a
Bolivia y se estableció en Tarija donde funda el periódico El Pilcomayo (1884)
para sostener la candidatura de Gregorio Pacheco a la presidencia de la
República.
El Pilcomayo se editó durante 7 meses hasta la muerte de su
fundador y redactor. En una edición de El Trabajo, se trata a Subieta como
“forastero” y le pedían que “se marchara con su música a otra parte”, pues con
sus publicaciones perjudicaba la candidatura de Aniceto Arce, el candidato constitucionalista
apoyado por los hermanos Paz, quienes más adelante reconocieron las cualidades
humanas e intelectuales del director de El Pilcomayo.
Subieta refleja en las páginas de El Pilcomayo una actitud
combativa, de ardor en las venas, buscando mejorar las condiciones del país. Su
defensa y promoción de Pacheco y hasta su crítica y antipatía por Arce,
revelaron su clara posición política reflejada en el periódico bajo su
dirección (Ver Araujo en Subieta, 2006, Reseña Preliminar), aunque más tarde
mostró complacencia por la alianza Arce –Pacheco para la presidencia.
EL PENSAMIENTO
El 5 de septiembre de 1886 se publicó el primer número de El
Pensamiento, periódico editado en la imprenta de La Estrella de Tarija, bajo la
dirección de Bernardo Raña Trigo. Conformaban el cuerpo de colaboradores
Alfredo Rodo, Víctor Maldonado, Nicolás Reyes y Epifanio Echenique.
Hasta el número 10 fue una publicación eventual; luego fue
quincenal y desde el número 25 se convirtió en semanario, con imprenta propia.
El Pensamiento apoyaba la política del Partido Liberal; hizo
campaña a su favor y se opuso al gobierno conservador de Mariano Baptista.
Posteriormente, cuando se presentó en la palestra periodística el Boletín
Antoniano, desarrolló una franca oposición a los frailes y, en general, al
catolicismo.
EL BOLETÍN ANTONIANO
El 10 de octubre de 1896 circuló en Tarija el primer número
del Boletín Antoniano, bajo la dirección del Padre Buenaventura Lolli de la
comunidad franciscana..
De acuerdo al P. Gerardo Maldini (año), los primeros números
se imprimieron alternativamente en las imprentas de El Trabajo y de La Estrella
de Tarija; desde 1898 hasta 1905, lo fue en La Tarijeña y desde entonces, en
imprenta propia. Fue proclamado “Órgano oficial de las obras antonianas en
Bolivia” y “Decano de la prensa nacional” por ser el periódico más antiguo del
país y el de mayor circulación en el exterior Dejó de publicarse en 1952.
Este órgano, en principio, era de carácter religioso para la
divulgación de las obras de la iglesia, particularmente de los misioneros. Posteriormente
su nombre cambió a El Antoniano y se constituye en un periódico que brindaba
amplia información se convirtió en el vocero y defensor de los intereses
regionales.
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