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LA COB, Y EL CONGRESO DE LOS LELOS PARA EL PARALELO


Por: José Antonio Loayza Portocarrero publicado en: SIGLO Y CUARTO, Documentos Históricos el 26 de febrero de 2018.


Es paradójico: Antes el trabajador sólo era engañado por el gobierno, ahora es engañado por su propio compañero, o por su oportunidad ocasional, o por su clase… No importa si el trabajó da desarrollo o no, o si nos abismamos o no, o si mañana entramos en crisis o no, nada importa. Lo que importa es que seamos parte de cualquier desmadre tal que nos lleve al desastre que al final se salva con un buen discurso que en la praxis no es posible. Pero eso tampoco importa, lo que importa es la utilidad económica y política, y si por esa inmediación debemos pendular de un partido a otro ¡pendulamos!, si eso hace posible ganar y ser significante haciendo insignificante al resto, que cree que lograremos la patria que tanto añoramos, restando y dividiéndonos; tal es la idea de los dirigentes de hoy, tan nimios tan vacíos tan insípidos y tan vacuos que se llenan la boca de majestuosidades, su conciencia de maldades y sus bolsillos de mendicidades.

ORIGEN DE LA ESPECIE:
CUANDO APARECIERON LOS PRIMEROS LELOS DE LOS PARALELOS.

En 1939 nació como un éxito obrero: La Confederación Sindical de Trabajadores de Bolivia (CSTB), institución al mando de Antonio Carvajal y Alipio Valencia Vega, éste último, el nervio palpitante e intelectual de la organización y además militante del PSOB, partido que no coincidía para nada con el Gobierno de Villarroel, y como no coincidía, se buscó destruirlo con un ardid: ¡Hacer un paralelo a la CSTB con los lelos resentidos y segundones como dispusieron los genios victoriosos del MNR! que decidieron que era importante destruir aquel escollo, convocando a un congreso, expulsando a los dirigentes peligrosos, y formando una institución paralela. ¿Salvaba esa medida al país? ¡Por supuesto que no!, pero había que llenar la billetera y la cabeza vacía con rencores, enemistades y triunfalismos políticos para entregar el proletariado al gobierno.

De ese modo se eligió a un grupo de lelos para el paralelo a cambio de un estipendio que el gobierno juzgó conveniente pagar para lograr una buena aritmética política, de restar en vez de sumar y de dividir en vez de multiplicar para que se dé el malogro social y se cumpla con la facundia del uno-para-el-otro y fomentar el uno-sin-el-otro. A pedido de Villarroel, se armó la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB), sus organizadores enviaron a las minas la convocatoria al Congreso Constituyente que se realizó del 10 al 23 de junio de 1944. A cuyo evento asistieron 25 empresas con tres fines: Fundar la Federación Nacional de Trabajadores Mineros; incluir el funcionamiento de una Secretaria Permanente con sede en Oruro; y fijar el 21 de diciembre como “Día del Trabajador Minero”, en conmemoración y homenaje a la masacre de Catavi.

Una vez creado el paralelo o la FSTMB. El resto de los demás puntos y temas fueron de relleno. Los nuevos lelos útiles con toda su chapa de líderes unos y de matones otros, eran los mangoneados a su antojo por los astutos del MNR, que requerían de un poder accesorio y de una fuerza flexible y adaptable a circunstancias variables. Salió elegido Emilio Carvajal como Secretario General; Arturo Ruescas, Secretario de Relaciones; y Juan Lechín, Secretario Permanente. Ninguno era trabajador de interior mina, el primero era de la oficina tiempos, el segundo transportista, y el tercero era Subprefecto de Uncía, y como el subprefecto figuraba en la planilla de la Patiño, era otro trabajador más al servicio del patrón. Desde entonces —decían los aleluyas del MNR−, nació el trabajador libre, respetado por sus ideas, con un salario del tamaño de su hambre, con un hogar feliz, bastante salud, educación, alimento, todo en cantidades según su derecho a la par de la prosperidad del país… Pero los mineros seguían en lo suyo, derramando sus pulmones en cada escupitajo, y eligiendo a los dirigentes no por convicción sino por costumbre.

El 17 de abril de 1952, el MNR fundó la COB, y ambos crearon el imposible poder dual. Paz cumplió con su misión de anular a la CSTB, por su perfil pirista-estalinista, y Lechín dijo que se sorprendió con la nominación de Secretario Permanente de la FSTMB, cuando todos saben que nunca fue un hombre sorprendido, como no se sorprendió cuando siendo Subprefecto y no obrero, apareció en el grupo de delegados de Catavi, junto a Francisco Hinojosa, Félix Daza, Vicente Rojas y Antonio Gaspar; y no se sorprendió porque sabía que era la sanción divina que le concedió el MNR. ¿Qué tenía que ver Lechín en ese evento donde 25 sindicatos representaban a 45.000 obreros? ¡Nada!, pero estuvo ahí, en el acto de inauguración, donde asistió el Presidente Villarroel y el Ministro de Trabajo Víctor Andrade, porque el Congreso era movimientista, digitado y dirigido para que el MNR maneje no sólo a la reciente FSTMB., sino también a la COB.

EL FIN DE LA ESPECIE:
CUANDO LA CONALCAM COOPTÓ A LA COB

Pese a las conquistas y disidencias de la COB, como el fallido proyecto dual, o los ministros obreros, o su falsa apoliticidad, la COB era una opción obrera de rotundidad histórica. Hoy llama la atención que el dirigente, extrañamente expulsado de la COB, Guido Mitma, diga que el Gobierno financió los viáticos y estadía de varios sectores sindicales que participan del “pseudo” congreso de la entidad matriz en Santa Cruz, convocados —y esto es increíble−, ¡por la Coordinadora Nacional por el Cambio (CONALCAM), con el argumento que los actuales dirigentes cumplieron su mandato! Pregunta: ¿el Gobierno apoya económicamente a la CONALCAM y al congreso con viáticos y financiamiento? ¿Es tan desesperante desvirtuar el 21F, al extremo de “convencer” a los dirigentes más lelos a que cometan el libelo de autodestruirse para justificar el paralelo?

Lo insólito es que todo esto emerge no de un proyecto sino de una voluntad nacional llamado 21F, que para el gobierno es una verdad terrible y cruelísima que hace que el partido se dedique a exhibir su irreflexión desesperante sólo por mantener el culto a dos hombres que cada día dejan de ser algo, y paradójicamente cuanto más publicidad hacen más transparente es su oscurantismo, y ante esa evidente decadencia ya no existe verosimilitud política mi legitimación que los avale o los libre de su taciturna grandeza comparándose con el ayer o culpando de lo ocurrido a las fuerzas del norte.

Hoy los hechos irán nuevamente en contraruta histórica, y ante la ausencia de una dirigencia de bloque, sucederá lo que sucedió en 1939, la CONALCAM revocará las lealtades esenciales de la COB, y la cooptará, porque la angurria por el poder es tan grande que es necesario sabotear la decisión nacional para ir contra el 21F, aun a costa de dejar de ser cautos para ser frontales. ¿Y qué sucederá con la CONALCAM-COB, y sus nuevos dirigentes que serán más útiles cuanto más inútiles sean?, simplemente dejarán a la COB sin contenido ni sentido para entregarla a la dispendiosa gestión del gobierno que logrará un éxito pírrico, pues por la prisa de acaparar otro poder, no calculó que su influjo ante el virtual estereotipo llamado 21F, no cambiará, porque este lio no es un asunto de reclutar masas, es la defensa de un derecho individual, de un valor personal que no es negociable, por más que todo se divida en tantas partes cuánticas que se quiera.

En las minas, esto de los paralelos fue el cuento de siempre, una estrategia de los gobiernos civiles y militares como el de Barrientos, Banzer, García Meza, etc., que usaron nombres como Relacionador, Interventor, Coordinador para ser contrarrestados por los Comités de Bases. Y no una sino muchas veces la COB fue atropellada por gente como García Meza y sus acólitos, como es ahora traicionada por los “socialistas de CONALCAM”, pero dudo que estos tallen su lápida o sean sus sepultureros, por la sencilla razón de que están persistiendo en un error, la CONALCAM tiene una vida efímera, solo busca una sucesión de oportunidades para sobrevivir, en cambio el movimiento obrero pertenece a la perpetuidad, y se puede orientar mejor incluso con menos luces como en el presente, pese a que ya no están los líderes de antes de la relocalización, como los Lora, Pimentel, Escobar, Jiménez, Cruz, Ramírez, Crespo, el inolvidable Isaac Camacho y la infatigable Domitila, y otros que no eran socialistas de jarana ni de oportunidad ni de paso en una tarde de un domingo lluvioso.

Honor y gloria a los mártires de la revolución obrera, paz a los miles de mineros que murieron torturados o masacrados por no desertar de la línea obrera ni adoptar una posición liquidacionista.

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