Por: Jorge Abastoflor Frey / 15 de
octubre de 2018.
Es muy probable que hayas escuchado de la batalla de Boquerón, en la que algo
más de 600 soldados bolivianos contuvieron durante 20 días a la casi totalidad
del ejército paraguayo en la Guerra del Chaco. Pero es menos posible que hayas
escuchado de la batalla de Vuelta de Empresa, en la que menos de 100 soldados
bolivianos resistieron el embate de las fuerzas separatistas acreanas, durante
11 días y sus noches en la Guerra del Acre.
Este centenar de hombres, cuyo contingente recibió el nombre de “Defensores del
Acre”, al mando del Coronel Rosendo R. Rojas, escribió una de las páginas más
gloriosas de nuestra historia bélica. El Coronel Rojas, en plena resistencia
sin idea de repliegue, envió un mensaje a Puerto Acre en el que se escribía lo
siguiente:
“Hace ocho días que resistimos el ataque de los brasileños desde el domingo 5 (de octubre) hasta hoy 12. En el vapor Affuá encallado en Empresa, nos han tomado un oficial y ocho soldados que servían de avanzada. Sin hacer caso de nada, envíe Ud. Una lancha con 50 rifles y muchas municiones. Tenemos muchos enfermos por las fatigas y los insomnios”. (Miguel Mercado, Historia Internacional de Bolivia)
El mensajero, arriesgando su vida, consiguió llegar a Puerto Acre, pero lo hizo
el día 16 de octubre, cuando era ya tarde. En Vuelta de Empresa los soldados
bolivianos habían consumido su último cartucho y capitularon el día 15 de
octubre, habiendo sufrido 30 bajas entre muertos y heridos, y estando casi
todos los defensores enfermos.
El Teniente Coronel Miguel Alaiza describió el sacrificio de la “Columna
Defensores del Acre” de la siguiente manera:
“Hasta entonces ningún combate en nuestras guerras civiles y nacionales fue
empeñado y sostenido con igual desproporción; jamás el heroísmo rayó más alto:
noventa hombres, después de un penoso viaje de setenta días, después de un
sangriento combate, aislados en una selva mortífera y salvaje, luchan sin
tregua durante once días, uno contra diez, hasta quemar el último cartucho,
sintiendo, después de tan largas horas de fiebre y delirio, que el sueño, la
sed y la fatiga los obligaban a inclinar sus cabezas de titanes ante las leyes
misteriosas del destino.”
Y Alaiza remata sosteniendo:
“¿Qué pueblo en el orbe no se sentiría orgulloso al poder inscribir entre sus
glorias nacionales una acción de armas semejante a la de Vuelta de Empresa?”
(Miguel Alaiza, Resumen histórico de la Campaña del Acre)
Muchos excombatientes de la Guerra del Acre escribieron sus memorias de guerra
e indefectiblemente todos ellos pedían, en las líneas finales de sus obras, que
no se les olvide. Pero hoy, 15 de octubre de 2018, ¿quién los recuerda?
El soldado no muere en el campo de batalla sino cuando su patria lo olvida.
(Imagen vía www.historia.com.bo)
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