Por: Jorge
Abastoflor Frey / 4 de junio de 2019.
Es 04 de junio de 1838 y la alarma se declara en la capital
tarijeña. Han llegado mensajeros con noticias graves. Una División argentina,
al mando del General Gregorio Paz, había avanzado sigilosamente por el camino
de Orán hasta ingresar al Departamento boliviano de Tarija, haciéndose fuerte
en el valle de San Luis (Entre Ríos).
¡La ciudad de Tarija está a punto de caer en manos
argentinas!
Desde la independencia de Bolivia, todos los Gobiernos
argentinos venían sosteniendo que Tarija y Chichas, pertenecientes al Estado
boliviano, en realidad debían estar bajo soberanía argentina. La cuestión de
dichos territorios se había mantenido latente entre ambos países durante más de
una década, con el Estado argentino constantemente acechando en busca de una
oportunidad para retomar esas regiones que reivindicaba como suyas.
Y la oportunidad finalmente se había presentado. El Estado
chileno había declarado la guerra a la Confederación Boliviano Peruana el año
de 1836 y había organizado y movilizado una expedición conformada por unidades
chilenas y disidentes peruanos, con el propósito de destruir la Confederación.
¡Había llegado la hora! Pensaba el Dictador Manuel Rosas,
que gobernaba la Confederación Argentina. Empeñado como estaba el Mariscal
Andrés de Santa Cruz, gobernante de Bolivia, en establecer las bases de la
Confederación y habiéndose declarado como enemigo de este proyecto el Estado
chileno, nada le impediría una victoria rápida. Rosas estaba decidido y declaró
la guerra a Bolivia el 19 de mayo de 1837.
Rosas pensaba que, estando las tropas bolivianas empeñadas
en el Perú, tanto para sostener la Confederación como para defenderse de los
chilenos, el sur de Bolivia quedaría desguarnecido y vulnerable ante un ataque
argentino.
Sin embargo, las cosas no habían favorecido a la estrategia
argentina. Santa Cruz, declarada la guerra en el sur, había encargado la
defensa del sur boliviano a uno de sus mejores comandantes: el General Otto
Felipe Braun. Sin demora partió Braun hacia el sur de Bolivia y convirtió a Tupiza
en su cuartel General donde organizó, con la activa participación de
combatientes de Tarija y de Tupiza, el Tercer Ejército boliviano: El Ejército
del Sur.
Sin quedarse a esperar el ataque, rápidamente Braun había
pasado a la ofensiva en territorio argentino obteniendo un triunfo brillante
sobre las fuerzas argentinas el 13 de septiembre de 1837, en el Combate de
Humahuaca. Dicho triunfo le permitió al Ejército boliviano ocupar una amplia
zona del norte argentino. Sin embargo, y a pesar de los pedidos del General
Braun, Santa Cruz se negó a permitir la marcha del Ejército del Sur más allá de
Humahuaca.
Para mayor gloria de Bolivia, dos meses más tarde, el 17 de
noviembre de 1837, Andrés de Santa Cruz derrotaba a la Primera Expedición
Restauradora Chileno Peruana en Paucarpata. En el lapso de dos meses, Bolivia
había obtenido dos victorias bélicas, en dos frentes diferentes, contra fuerzas
militares de tres países distintos.
Sin embargo, para el año de 1838, Chile había decidido
continuar la guerra contra la Confederación y Santa Cruz decidió acudir
personalmente al teatro de operaciones del Sur para ver si podía dar por
terminado el conflicto y así utilizar esas fuerzas en el Perú. Santa Cruz y
Braun se reunieron en la población de Moraya para sopesar las circunstancias. A
pesar de la oposición de Braun, el 18 de abril de 1838 Santa Cruz emitió un
decreto por el cual se daba por concluida la campaña del sur y se ordenaba que
el Batallón Primero “De la Guardia” retornase al norte; así mismo, se mandaba
que las unidades conformadas en Tarija y Chichas fuesen licenciadas.
¡Sólo 1.200 hombres! Se lamentaba Braun. ¿Cómo podremos
defendernos con el Ejército del Sur reducido a 1.200 hombres? Braun no podía en
esos momentos responderse a sí mismo.
Finalmente, el tiempo le había dado la razón a Braun. El 04
de junio de 1838 los argentinos habían invadido territorio boliviano y estaban
a sólo unos días de conquistar la ciudad de Tarija. Todo el sur de Bolivia
estaba en vilo.
El General Braun, apresuradamente ordenó que las tropas que
se encontraban en su Cuartel General de Tupiza se movilicen hacia Tarija.
Mientras sus tropas avanzan a marchas forzadas, Braun trata de dilucidar la
forma en que enfrentará la amenaza y solamente puede pensar en una solución:
las tropas de Chichas y de Tarija deben ser llamadas al servicio nuevamente
para defender la Patria.
Pero, ¿Cómo reunir a las tropas en tan corto tiempo? Braun
sabe que sólo existe un hombre que puede lograr ese milagro. Un héroe de la
Guerra de Independencia. Uno de los pocos comandantes que sobrevivieron a la
hecatombe de la larga lucha de 16 años por la libertad:
...Eustaquio “El Moto” Méndez.
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