El Ekeko, nombre que le dieron los aymaras del siglo XVIII
nació de una estatuilla que personificaba al gobernador intendente de la ciudad
de La Paz Sebastián Segurola, como mofa y condena por haber escapado
cobardemente de la ciudad durante el cerco de 1781, cuanto Tupac Katari y sus
hordas sitiaron la ciudad, lo que ocasionó hambruna y mortandad de miles de
habitantes en los que se encontraban españoles, criollos, mestizos e indios.
En vez de proteger a la ciudad, Segurola siendo la máxima
autoridad de La Paz escapó por Río Abajo hacia Cochabamba y de ahí años después
vino la burla y la condena a este mal gobernante que huyó de La Paz llevándose
infinidad de enseres y productos mientras el pueblo moría de hambre. Ahí nació
la figurilla del gordito chapeton español cargado de productos y que hoy una
gran parte de los bolivianos veneran sin tener una idea verdadera de su origen.
Foto de uno de los primeros "Ekekos" o
"Segurolas" de 1859.
Texto del antropólogo Celso Vidaurre Tarquino.
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