Por: Diego Martínez Estévez.
Un Grupo de Artillería asignado a la Cuarta División se
dislocó en la orilla derecha del río Pilcomayo, flanco derecho del ejército
boliviano. También recibió la misión de concursar con sus fuegos con el de
otros, instalados en las faldas de la Cordillera del Aguarare. El comandante de
aquel Grupo era el coronel chileno Aquiles Vergara Vicuña. Sobre los ataques
paraguayos a la posición fuertemente organizada de Villamontes, desencadenados
a partir del 7 de febrero, nos relata lo siguiente:
"En medio de este arduo tronar de calibres de todas
clases, tuvieron que abatir su furia, como desgarrándose en pedazos, las
unidades de élite del ejército paraguayo. Fueron los regimientos Sauces,
Corrales, Mariscal López, Rubiñú, Lomas Valentinas, Valois Rivarola, Cerro Corá
y otros los que fueron dispersando braveza, energías enloquecidas y miembros
mutilados a lo largo de la resistencia incólume de Villamontes. Hubo casos tan
horrorosos como el del regimiento Sauces, que ingresando en la zona de fuero
con 800 hombres la abandonó sólo cn 78 sobrevivientes, según confesión de
prisioneros".
“! Con cuánta emoción distinguíamos en la zarabanda
frenética, con sabor de apocalipsis, las explosiones de las granadas
bolivianas. Era aquello la sinfonía épica por antonomasia. !Bam...! !Bam....!
!Bam...! en do mayor, ta, ta, ta, ta... en la nota menor. Y así todo un día,
toda una noche, en una suerte de engranaje sin fin y vuelta a comenzar, sólo
con variaciones de sonoridad por la cercanía o el alejamiento del río".
Los primeros ataques paraguayos que se desencadenaron a
partir del 7 de febrero - 35, se orientaron al frente mismo de la posición
defensiva boliviana, gravitando con su esfuerzo principal al sub sector norte.
La finalidad fue el de hacer creer al mando boliviano, que los ataques serían
frontales. El verdadero ataque se inició al día siguiente 8 de febrero, pero no
al frente, sino, a casi 100 kilómetros al norte de Villamontes, es fue, por
Ñancorainza, señalado por la Directiva militar emitida desde Buenos Aires, como
la dirección de la maniobra de envolvimiento del norte, con la finalidad de
capturar río Pilaya situado detrás de la cordillera del Aguarague. Similar
maniobra de envolvimiento se estableció para arribar al mismo río Pilaya, en
este caso por el sur, bordeando la población de Yacuiba. Estas maniobras que en
la doctrina militar boliviana se la conoce como "de doble
envolvimiento", no llegaron a materializarse, porque era imposible
atravesar semejante cordillera.
El intento sorpresivo de atravesar la cordillera por
Ñancorainza fue oportunamente descubierta porque la unidad atacante cometió el
error de cortar la línea telefónica que enlazaba al regimiento Manchego con el
Comando de la Séptima División, cuyo puesto comando se encontraba instalado en
Ivo. Extrañado el coronel Demetrio Ramos por haberse silenciado la comunicación
con uno de sus regimientos y temiendo lo peor, de inmediato destacó refuerzos y
los morteros y artillería entraron en acción sembrando la muerte entre los
atacantes de la 9na. División, entre ellos el Regimiento San Martín, conformado
en su mayoría por mercenarios argentinos.
En cuanto a los defensores del sector Villamontes, tenían
conocimiento antelado que el ataque princicipal a su sector se iniciaría el 16
de febrero -35 y efectivamente eso sucedió cuando el Primer Cuerpo de Ejército
paraguayo logró abrir un bolsón en Caigua, habiendo logrado penetrar casi medio
kilómetro, pero las fuerzas de contención lo rodearon por el frente y flancos y
abrieron un fuego infernal con ametralladoras, artillería, morteros y aviación,
sembrando la muerte y finalmente restituyeron la línea de trincheras.
Ese antelado aviso llegó desde Buenos Aires, de la boca de
un nuevo espía militar argentino reclutado el mes de octubre - 34. Este espía
era el mismísimo Ayudante de Campo - el capitán Guillermo Mac Hannover - del
general Ramón Molina, Jefe de Estado Mayor del Ejército argentino que presidía
los trabajos de planeamiento de las operaciones militares paraguayas. El
reclutamiento de este valioso espía logrado por mediación de otro espía, el
teniente Thelmo Azpilicueta, recién en ese mes de octubre, explica del por qué
el Ejército de Bolivia no tuvo conocimiento de anteriores planes operativos,
que mediante el método de "Estudios de Estado Mayor", Molina, con sus
generales y coroneles abordaban el análisis de la situación de determinado
momento por el que atravesaban ambos adversarios y formulaban sus
recomendaciones pertinentes al mando militar paraguayo. También este reciente
reclutamiento explica del por qué, en los archivos de la Cancillería boliviana,
se encuentran únicamente los Estudios de Estado Mayor, elaborados a partir del
mes de septiembre - 34, esto es, desde que el Destacamento Toro librara la
exitosa batalla de Carandaiti en el mes de octubre y parte de noviembre.
En estos estudios - cuatro en total - el mando militar
argentino le presionan a Estigarribia capturar el objetivo político de
Villamontes a cualquier costa, rápidamente y sin escatimar vidas. El comandante
paraguayo, al no poder capturar Villamontes, decidió por una siguiente batalla
- la de Camatindi - en el sector central o región de Boyuibe. Nuevamente, una
oportuna información transmitida desde Buenos Aires delató la verdadera
dirección del ataque principal del Segundo Cuerpo de Ejército conformado por
unos 4 mil hombres, que se encontraba al mando del coronel Rafael Franco. Esta
gran unidad de batalla, finalmente en el mes de mayo - 35 será reducida a unos
200 hombres, después de haber roto del cerco de Cambeiti.
Sobre los resultados de una parte de la batalla de
Villamontes, el Comando en Jefe del Ejército en Campaña, a través de Radio
Illimani de La Paz dio a conocer con este comunicado:
"La ofensiva enemiga sobre Villamontes ha sido
completamente quebrantada, siendo más que posible que enemigo no tenga el
propósito de reanudarla para insistir en la captura de esta importante plaza,
frente a cuyas posiciones dejó miles de cadáveres. Todo deja ver que el enemigo
desplaza actualmente su centro de gravedad sobre los sectores Boyuibe y
Parapetí".
Al citar a Boyuibe, se está refiriendo a la batalla de
Camatindi que efectivamente se libró desde el 8 al 11 de marzo - 35. En cuanto
a Parapetí, también se libró a partir del 17 de abril - 35; batalla conocida
como "La Contraofensiva del Parapetí, que finalmente obligó al enemigo a
retroceder desde Charagua, hasta Huirapitindi.
El 20 de marzo, todavía el coronel paraguayo Fernández,
Comandante del Primer Cuerpo de Ejército que aferraba las posiciones de
Villamontes, intentó y sin éxito, un sorpresivo nuevo ataque. Desde entonces,
esta gran unidad de batalla, totalmente debilitada ya no pudo operar.
A los bolivianos recientemente adscritos a esta página,
informarles que pormenores sobre las batallas de Carandaiti, Villamontes,
Camatindi y Parapetí, fueron publicados en pasados años.
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