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LOS AMARILLOS DEL SUCRE A LA CARGA


Por: Gustavo Rodriguez Ostria


El 18 de agosto de 2015 los restos de dos integrantes del Batallón “Sucre” caídos en Tacna el 26 de mayo de 1880, retornaron a Bolivia, tras recibir los más altos honores militares en Lima. El 17 de abril de 1879 habían partido de La Paz integrando una fuerza estimada en unas seis mil plazas. Una gran parte—quizá unos dos tercios— “colecticios”, reclutados como emergencia de la invasión chilena entre sectores de artesanos y trabajadores manuales que no poseían experiencia de batalla y fuego. En cambio, aproximadamente un millar y medio de hombres componían las llamadas “tropas de línea”, integradas por soldados profesionales que servían de modo permanente en el ejército, en su mayoría mestizos e indígenas que hicieron de la milicia un modo de vida. Estaban organizados en tres batallones que se distinguían por el color de su chaqueta que emulaba la bandera tricolor. El “Daza” (Colorados), el “Sucre” (Amarillos) y el “llimani” (Verdes). Antes de la invasión de Chile, intervenían en los constantes golpes y contragolpes, fruto de la disputa por el poder por los caudillos.  Machaban a pie, salvo jefes y oficiales, y poseían experiencia adquirida en el asalto a barricadas o en la represión a las comunidades indígenas.


El “Sucre”, llamado así en honor al Mariscal de Ayacucho, era un cuerpo compacto, que poseía su propia banda de música, zapateros y remendones. Uniforme de pantalón blanco, tira colorada, chaqueta amarilla, cuello y boca manga colorada, calzaba abarcas, llevaba una mochila y amarrada en la cintura una sábana blanca, se dice que para que los cubra en caso de morir. Llegó a Tacna con el resto de la tropa el 30 de abril. Durante varios meses permaneció inactivo, salvo por escasos ejercicios de entrenamiento. Las dos primeras fases de la Guerra del Pacífico, fueron la marítima, seguida de la terrestre. En la primera, Bolivia que carecía de marina de guerra y mercante, no participó y todo el peso recayó en Perú. El punto de quiebre entre ambas fue la captura el 8 de octubre de la emblemática nave peruana “El Huáscar” seguida de la toma del puerto de Pisagua el 2 de noviembre de 1879. A partir de entonces el “Sucre” (como el resto del ejército boliviano) se movilizó. A mediados de noviembre, participó en la contramarcha de Camarones y luego, a inicios de enero de 1880, en la retoma que Moquegua. En ninguno de los casos se trabó en combate.


 Los chilenos en ofensiva desembarcaron el 25 de febrero de 1880 en el puerto de Ilo-Pacocha, al norte de Tacna y luego marcharon para tomar este poblado. La decisiva batalla se produjo el 26 de mayo. El “Sucre” fue ubicado en el extremo izquierdo de la primera línea de combate peruano-boliviana.  Contaba con seis jefes, 27 oficiales y 470 soldados, al mando de coronel Juan Bautista Ayoroa. El combate, que involucró a más de 16.000 hombres de ambos bandos, se inició a eso de las 9 de la mañana con un innocuo intercambio de disparos de cañón. Al medio día, la infantería chilena cargó sobre la izquierda.  El Sucre resistió y atacó. En algún momento la intensa lucha pareció definirse por los aliados, pero finalmente a eso de las 14.30 horas se decantó a favor de Chile, superior en número y armas. El maltrecho “Sucre”, se replegó a Bolivia.


Como otros batallones de ambos bandos, en la lidia el “Sucre” desplegó impertérrito una formación de antiguo orden: la “Guerrilla de San Juan”, cuatro pasos de hilera a hilera y dos de hombre a hombre, propia de infanterías que cargaban “pecho descubierto” con bayoneta en ristre para enfrentar a fusiles que solo permitían disparar tiro por tiro. La situación debió cambiar con las carabinas de repetición de 8 a 10 disparos por minuto y las ametralladoras Gatling de un par de centenares. Sin embargo en Tacna las antiguas formaciones no se modificaron. La tropa carecía de flexibilidad.  El valor (y el honor) en el combate consistía en no moverse, no ocultarse detrás de una roca o un pliegue del terreno. Había que aguantar de pie y con guapeza el vendaval del ahora profuso fuego enemigo. Las bajas eran enormes.  Un 50% de los integrantes del “Sucre” fue muerto o herido.

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