«En la mañana de ese mismo día y tras de haber rechazado a las patrullas enemigas
que pretendieron obstaculizar nuestro avance, se emprendió un violento ataque
para romper el dispositivo paraguayo. La doble cadena tendida en aquel lado del
fortín, presentaba un frente interior y otro exterior fuertemente
mantenidos.
¡Gran día para mi aquel 12 de septiembre! Con cuánta emoción contemplé el
avance de esas tropas: Oficiales y soldados emulándose en el cumplimiento del
austero y sacrificado deber! Imperturbables, bajo granizadas nutridas de
proyectiles avanzaban sin trepidar.
En medio del fragor del combate, sólo se escuchaban un grito repetido y cada
vez más brillante y arrollador: ¡Viva Bolivia! ¡Adelante! Era un magnífico
espectáculo que llenaba el alma patriótica de orgullo y de emoción; esos
hombres fatigados por al dura marcha y la lucha se acrecían por momentos y
empujaban hacia adelante aplastando todos los obstáculos puestos por el
enemigo.
"En la tarde del 12 de septiembre, el Reg. "Campero", dueño de
la "isla del bosque", lo que significaba un gran paso para mantener
expedita las comunicaciones con Boquerón, recibió los primeros contraataques
del enemigo que comprendió la importancia de recuperarla. Mi destacamento fue
reforzado con el Regimiento "Loa", que pasó al sector del bosque de
Yujra; con estas tropas tratamos de envolver la segunda línea paraguaya pero
siempre encontrábamos fuerzas en nuestro flanco, por lo que fue preciso dejar
fracciones escalonadas atrás y a la derecha. La tropa estaba rendida con tres
días de viaje, mala alimentación, falta de agua y de sueño... "Mientras
nuestras patrullas trataban de fijar el ala izquierda enemiga manteníamos
combate de fuego y al mismo tiempo abríamos, con el cuchillo bayoneta, pequeños
hoyos de protección. Un proyectil enemigo me hirió, sin gravedad, en la mano.
Más o menos a hs. 17 sentimos el ataque violento sobre el fortín Boquerón que
nos hizo pensar en la suerte de nuestros camaradas sitiados; nos parecía
difícil que pudieran resistir un fuego tan intenso de ametralladoras,
artillería y morteros... "Como si se hubiera acordado una pausa en el
combate entre mi destacamento y el enemigo que tenía al frente, se produjo un
silencio profundo en el sector...
"Sólo un día combatí en Boquerón, pues en la madrugada del 13. de
septiembre, mientras recorría la primera línea en momentos en que el enemigo
preparaba el asalto con fuego de ametralladoras, fui herido por un proyectil
que me atravesó la cara obligándome a hospitalizarme durante tres meses. (Gral.
ENRIQUE PEÑARANDA CASTILLO — MEMORIAS SOBRE LA CAMPAÑA DEL CHACO) cortegosky©
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