El 27 de septiembre de 1932, Paraguay decide desatar la batalla definitiva para
aniquilar la resistencia del Fortín Boquerón, del lado boliviano los soldados
sufren la falta de agua y con las bocas secas aguardan en sus puestos.
El Consejo de Generales decide “retener Boquerón durante 10 días”.
“El teniente coronel Estigarribia ordenó que luego de reorganizarse las
unidades el día 27, se reanudasen los asaltos. Las bajas paraguayas desde el
comienzo de la batalla de Boquerón pasaban ya de 3.000 entre muertos y
heridos”, dice un texto de la época.
Paraguayos hacían cálculos estratégicos “sí el fortín no caía en los próximos
dos días el ejército paraguayo tendría que aceptar su derrota. No cabría sino
ordenar el repliegue. Sería el derrumbe de “todo el sistema defensivo en
formación”. Y la razón principal estaba en el problema de agua. — BOQUERÓN
(DIARIO DE CAMPAÑA) Guerra del Chaco My. ALBERTO TABORGA T.—
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