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HABLEMOS DE LOS QUE MUEREN (MARCELO QUIROGA Y GARCÍA MEZA


Por: Antonio Loayza - Abril de 2018.

17 de julio de 1980. HABLEMOS DE LOS QUE MUEREN…*

Mortis causa: “… hemos expuesto ante el Congreso Nacional reunido el día de hoy, […] la Demanda del Juicio de Responsabilidades contra el ex-Presidente Hugo Banzer Suarez…” Marcelo Quiroga Santa Cruz, Diputado Nacional, 3 de septiembre de 1979.

Marcelo Quiroga Santa Cruz, inició un juicio de responsabilidades contra el Gral. Banzer, y fue amenazado por el Gral. García Meza, como si el hecho fuera cosa suya.
“Advierto por última vez, que las Fuerzas Armadas extirparán de cuajo y no permitirán un ataque a cualquiera de sus miembros o a la propia institución tutelar de la patria y los que reiteren sus insultos se atendrán a sus graves consecuencias. No se puede tolerar más esos ataques, esos insultos a las Fuerzas Armadas, como es el caso de Marcelo Quiroga Santa Cruz, que sin saber nada, se ocupa de la vida económica y organizativa de la institución armada. A ese señor, las Fuerzas Armadas sabrán poner en su lugar, y yo, como hombre”.

Quiroga respondió:

“Invito al Gral. García Meza a debatir públicamente por el medio de comunicación que el prefiera, sobre la vida organizativa y económica de las Fuerzas Armadas, como un modo de probar cuál de los dos conoce más de ellas. En uso de mi derecho constitucional y cumpliendo un deber ciudadano seguiré ocupándome del análisis de la conducción de las Fuerzas Armadas, tantas veces como juzgue necesario. En cuanto a la amenaza de agresión física que, con propósitos intimidatorios formula el Gral. García Meza, por cuenta de las Fuerzas Armadas y en nombre suyo, debo declarar que si bien no ignoro la demostrada peligrosidad de la misma, estoy, como siempre, resuelto a defender mi honra, mi vida y la de los míos”.

García Meza rehusó el debate, pero Marcelo Quiroga Santa Cruz, acabó de signar ese momento, su propia sentencia de muerte.

17 de julio de 1980. La Radio Llallagua reprodujo un flash informativo de la Radio Panamericana de La Paz, anunciando la sublevación militar en Trinidad. Parecía poca cosa. Los sindicatos mineros declararon estado de emergencia a través del Comité Ejecutivo Sindical (CES). Artemio Camargo, Secretario General de Siglo XX, y Emil Balcázar, tomaron contacto con el Consejo Central Sud y Huanuni, a través de la heroica Cadena Radial Minera, que se organizó entre las emisoras sindicales de los diferentes distritos mineros del país, como las emisoras mineras Pio XII y La Voz del Minero de Siglo XX, 21 de Diciembre de Catavi, Llallagua de Llallagua, Nacional de Huanuni, Vanguardia de Colquiri, Ánimas de Ánimas, La Voz del Cobre de Corocoro, organizando la resistencia en todo el país, y tomando contactos con emisoras del interior y el exterior. Los golpistas organizaron una ofensiva desde Radio Illimani y el Canal de Televisión Estatal, con el fin de destruir la energía combativa del movimiento popular. Pero la fuerza obrera se agrupó en una sola voz, y sobre las montañas se conformó la cadena de emisoras mineras.

¡Y la sangre empezó a correr!

En La Paz, CONADE, empujada por Quiroga Santa Cruz, pidió a los dirigentes vencer su quietud, les instó a apresurarse en decretar un paro de actividades laborales y bloqueo de caminos. Lechín apoyó la moción, y propuso que las medidas se apliquen a partir de las 14:00. La CONADE, enfervorizada, no le dio importancia al asunto de Trinidad, confiados en la costumbre de que nadie daba un golpe en la mañana. Sin embargo los “asesores” argentinos usaron la técnica de golpear en la hora imprevista. Quiroga Santa Cruz sospechaba una celada, y decidió emitir un mensaje al país, cuya redacción le dictó a Eid Franco. El documento se concluyó a las 11:00, tenía siete puntos, condenaba el golpe militar y disponía de un paro de actividades y bloqueo de caminos en todo el país.

CONADE aún nerviosa, decidió esperar la llegada de Paz Estenssoro, Walter Guevara y Siles Zuazo para suscribir el documento. A las 11:45, llegaron los camarógrafos del canal oficial. Simón Reyes leyó el mensaje, mientras los demás escuchaban las medidas que no se terminó de leer, porque en ese instante se oyó un tableteo de metralla en la calle y una granada estalló en el techo de la COB. En ese momento, varios paramilitares descendieron de cuatro ambulancias de la CNSS, facilitado por Willy Sandoval Morón, y entraron al edificio disparando sus rifles de caño mediano de fabricación israelí. Unas quince personas se agazaparon en dos habitaciones del tercer piso, uno de ellos grito: “¡Estamos sin armas, nos rendimos...!” Respondió una ráfaga. “¡Nos rendimos estamos desarmados…!” “¡Entendido, salgan de ahí!”. Tenían acento argentino. Los civiles salieron uno a uno. Cuando salió Lechín, le hicieron a un lado y se lo llevaron, los demás fueron conducidos a empellones. Al llegar al primer piso, alguien señaló: “¡Ahí está Quiroga!” Uno de los paramilitares, el capitán Francisco Pizarro Solano, lo jaló del saco, Marcelo trató de desprenderse, dijo que estaba sin arma y quería bajar con los otros. El paramilitar lo injurio, “¡Cabrón, te quedas con nosotros...!” Marcelo trató de desasirse y cerca al recodo de la escalera que da a la calle, el capitán gritó. “¡Si no paras, disparo!”. Marcelo dio la vuelta, y el capitán manejando con una mano el arma disparó contra el pecho de Marcelo, el proyectil impactó cerca al corazón, Marcelo cayó de espaldas y rodó por la escalera hasta el quinto peldaño. Otra ráfaga impactó en la cabeza de Carlos Flores, ambos quedaron tendidos. Marcelo aún estaba con vida cuando la ambulancia lo llevó a Miraflores. Cinco paramilitares se ensañaron con él durante el viaje, uno de ellos le metió una bayoneta en la boca cortándole la lengua. Marcelo perdió la vida cuando la ambulancia entraba al patio del cuartel.

Siete días después del asesinato, unos campesinos hallaron dos cuerpos en un barranco del Alto de las Animas, envueltos en frazadas del ejército, transportaron los cuerpos a la morgue del hospital de Miraflores, y al revisarlos encontraron el carnet de identidad de Flores, el otro no era reconocible, ambos exponían rastros de haber sido torturados. Los paramilitares secuestraron el cadáver de la morgue y lo hicieron desaparecer, a Flores lo enterraron en una fosa común. Uno de los verdugos tomó fotografías del muerto y lo vendió a la revista Stern, que lo publicó tres años después, tenía el rostro destrozado, los pómulos tumefactos, debajo la oreja derecha un orificio de bala, un impacto en la parte izquierda del rostro, otro a la altura del abdomen, y lesiones en todo el cuerpo... El muerto era Marcelo Quiroga Santa Cruz.

El Gral. Luis García Meza, falleció 29 de abril del 2018 cerca de las 3 de la madrugada tras sufrir cuatro paros cardiorrespiratorios, a los 88 años de edad. Varias opiniones se refirieron a este hecho, transcribo el siguiente: "Él renegó de la democracia, atropelló derechos humanos, incentivó el narcotráfico, pero ya está muerto. No tiene sentido mirar con rencor, sino aprender de este caso. Hoy surgen otros Garcías Mezas sin uniforme". Waldo Albarracín. Rector UMSA

* El título de este artículo, corresponde a la obra de Marcelo Quiroga Santa Cruz, “Hablemos de los que mueren”, referida a la política latinoamericana y boliviana durante el largo periodo de las dictaduras militares patrocinadas por el gobierno norteamericano.

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